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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Tobías»

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* (a) Rafael cuida del joven Tobías en su viaje a Gabael en Ragués de Media para obtener los diez talentos de plata dejados en depósito por su padre (4,1 - 9,12).  El joven sale, después largas instrucciones de su padre (4,1-23); Rafael se une a él como guía (5,1-28); mientras Tobías se bañaba en el río Tigris fue atacado por un pez grande, lo atrapa y, por consejo de Rafael, guarda la hiel, el corazón y el hígado (6,1-22); luego pasan por Ecbataná y se detienen en la casa de Ragüel.  Tobías pide a Sarra por su esposa y la recibe (7,1-20); por la [[continencia]] y el [[exorcismo]] y el olor de la quema del hígado del pez y la ayuda de Rafael, vence al [[diablo]] que había matado a los siete ex maridos de Sarra (8,1-24); Rafael recibe el dinero de Gabael en Ragués, y lo trae a Ecbataná a la celebración del matrimonio del joven Tobías (9,1-12).   
 
* (a) Rafael cuida del joven Tobías en su viaje a Gabael en Ragués de Media para obtener los diez talentos de plata dejados en depósito por su padre (4,1 - 9,12).  El joven sale, después largas instrucciones de su padre (4,1-23); Rafael se une a él como guía (5,1-28); mientras Tobías se bañaba en el río Tigris fue atacado por un pez grande, lo atrapa y, por consejo de Rafael, guarda la hiel, el corazón y el hígado (6,1-22); luego pasan por Ecbataná y se detienen en la casa de Ragüel.  Tobías pide a Sarra por su esposa y la recibe (7,1-20); por la [[continencia]] y el [[exorcismo]] y el olor de la quema del hígado del pez y la ayuda de Rafael, vence al [[diablo]] que había matado a los siete ex maridos de Sarra (8,1-24); Rafael recibe el dinero de Gabael en Ragués, y lo trae a Ecbataná a la celebración del matrimonio del joven Tobías (9,1-12).   
  
* (b) Rafael cura la ceguera del anciano Tobías, al regreso de su hijo, y manifiesta la [[verdad]] de que él es un [[ángeles|ánge]] (10,2 - 12,31).  Conclusión:  El [[himno]] de acción de gracias de Tobías el Viejo, y la posterior historia de ambos, padre e hijo (13,1 - 14,7).  
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* (b) Rafael cura la ceguera del anciano Tobías, al regreso de su hijo, y manifiesta la [[verdad]] de que él es un [[ángeles|ángel]] (10,2 - 12,31).  Conclusión:  El [[himno]] de acción de gracias de Tobías el Viejo, y la posterior historia de ambos, padre e hijo (13,1 - 14,7).
  
 
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===Propósito===

Última revisión de 07:59 30 abr 2010

Primero enumeraremos las diversas personas bíblicas y luego trataremos sobre el libro que lleva ese nombre.

Personas

A. Tobías: (2 Crón. 17,8). Hebreo tobyyahulYahveh es bueno”; los LXX Tobias. Uno de los levitas que Josafat envió como maestro a las ciudades de Judá. El nombre es omitido en los códices Vaticano y Alejandrino, pero sí aparece en otros importantes manuscritos griegos y en la Vulgata.

B. Tobías: (Zac. 6,10). Heb. tobyyahu, qeri tobyyah, la cual es la variante también en el versículo 14; Set. chresimon (v. 10), tois chresimois autes (v. 14), que infiere la traducción tobeha; Vulgata Tobia. Uno de los miembros del partido de los judíos que vinieron de Babilonia a Jerusalén, en la época de Zorobabel, con plata y oro con los cuales fabricar una corona para la cabeza de Josué, el hijo de Yehosadaq.

C. Tobías: (Esd. 2,60). Hebreo tobyyah, “Yah es mi bien”; Set. Tobeia (Vaticano); Tobias (Alejandrino), el mismo nombre aparece en Neh. 7,62, como Tobia y en el apócrifo III Esdras 5,37 como baenan (Vaticano) o ban (Alejandrino)---una de las familias que, a su regreso del Exilio, no pudieron mostrar prueba escrita de su genealogía.

D. Tobías: (Neh. 2,10). Un ammonita que, junto con Sambal-lat el joronita, se opuso a que Nehemías fortificara a Jerusalén (Neh. 2,19; 4,3; 6,17; 13,4.8). Es llamado “el siervo”; sólo podemos conjeturar qué significa eso. Cheyne (Encyclopedia Biblica, s.v.) piensa que haebed, siervo, es un error por ha arbi, el árabe.

E. Tobías: (2 Mac. 3,11). El padre de Hircano.

F. Tobías: (Tobías 1,9 ss). Hijo del siguiente.

G. Tobías el Mayor: Personaje principal en el libro que lleva su nombre.

Libro de Tobías

Libro canónico del Antiguo Testamento.

Nombre

En el Códice Alejandrino, biblos logon Tobit; en el Códice Vaticano, Tobeit; en el Sinaítico, Tobeith; en manuscritos en latín, Liber Tobiae, Liber Tobit et Tobiae, Liber utriusque Tobiae. En la Vulgata y hebreo fagii tanto el padre como el hijo llevan el mismo nombre, Tobías, tobyyah. En otros textos y versiones, el nombre del padre varía: tobi, "mi bien" es Yahveh; en Heb. Munster; Tobit o Tobeit en los LXX; Tobis o Tobit, traduciendo a tobith "bondad" de Yahveh, en el latín antiguo.

Texto y versiones

El texto original, el cual se supone fue en hebreo, está perdido; las razones aducidas para un original en arameo aseguran sólo una opinión probable de que una traducción al arameo influyó nuestras versiones griegas actuales.

(1) Versiones de la Vulgata

San Jerónimo aún no había aprendido el arameo, cuando, con la ayuda de un rabino que conocía tanto el arameo como el hebreo, hizo la versión de la Vulgata. El rabino expresaba en hebreo el pensamiento de los manuscritos arameos y San Jerónimo en seguida los ponía en latín. Fue obra de un solo día (cf. Praef. in Tobiam). El latín antiguo ciertamente influyó en esta versión apresurada. La recensión de la Vulgata de la versión aramea cuenta la historia en tercera persona en todas partes, al igual que el arameo de Neubauer y los dos textos hebreos de Gaster (HL y HG), mientras que todos los otros textos hacen que Tobías hable en primera persona hasta 3,15. Los pasajes siguientes aparecen sólo en la Vulgata: el meneo de la cola del perro (11,9); la comparación del recubrimiento en los ojos de Tobías con la membrana de un huevo (11,14); la espera de media hora, mientras que la hiel del pez efectuaba su curación (11,14), el que Tobías cerrara los ojos de Ragüel y Edna en la muerte; también 2,12.18; 3,19.24; 6,16-18.20.21; 8,4.5; 9,12b.. Algunas partes de la Vulgata, como la continencia de Tobías (6,18; 8,4), fueron consideradas a veces como interpolaciones cristianas de Jerónimo, hasta que se encontraron en uno de los textos en hebreo de Gaster (HL). Por último, la Vulgata y HL omiten toda mención de Ajikar; el Akior de la Vulgata 11,20, es probablemente una adición al texto.

(2) Versiones arameas

Además de la versión en arameo utilizada por San Jerónimo y ahora perdida, existe el texto arameo encontrado recientemente en un comentario sobre el Génesis, "Midrash Bereshit Rabá". La redacción de este Midrás es una obra del siglo XV; contiene el Libro de Tobías como una haggada sobre la promesa que hizo Jacob de dar el diezmo a Dios (Gén. 28,22). Neubauer editó el texto, "The Book of Tobit, a Chaldee Text from a unique manuscript in the Bodleian Library" (Oxford, 1878). Él piensa que es una forma más breve del texto arameo de San Jerónimo, lo cual no es probable. El lenguaje es a veces una transliteración del griego y da pruebas de ser una traducción de uno u otro de los textos griegos. Concuerda con la Vulgata en que desde el principio la historia de Tobías se cuenta en la tercera persona; de lo contrario está más cerca del Códice Vaticano y más aún al Códice Sinaítico.

(3) Versiones griegas

Hay tres recensiones griegas de Tobías. Nos referiremos a ellas por los números dados en los Códices Vaticano y Sinaítico en Vigouroux, "La sainte bible polyglotte", III (París, 1902).

(a) AB: El texto de los códices Alejandrino (siglo V) y Vaticano (siglo IV). Esta recensión se encuentra en muchos otros códices del texto griego, La Iglesia Griega la ha utilizado durante siglos, aparece incorporada en la edición Sixtina de los Setenta, y ha sido traducida al armenio como el texto auténtico de ese rito. Nöldeke, Grumm y otros prefieren AB a la recensión sinaítica, y aún así Nestel, Ewald y Harris la han clasificado como un compendio en lugar de una versión del texto original completo. Condensa la oración de Edna (10,13), omite la bendición de Gabael (9,6), y tiene tres o cuatro variantes únicas (3,16; 14,8-10; 11,8).

(b) Aleph, el texto del Códice Sinaítico (siglo IV). Su estilo es mucho más difuso que el de AB, el cual parece haber omitido a propósito muchos stichoi de Aleph---cf. 2,12, "el siete del mes de Dystros acabó un tejido"; 5,3, el incidente del recibo dividido en dos partes, una para Tobías y la otra para Ragüel; 5,5, la larga conversación entre Rafael y el joven Tobías; 6,8; 10,10; 12,8, etc. Aleph omite 4,7-19 y 13,6b-9, de AB.

(c) El texto de los códices 44, 106, 107 para 6,9 - 13,8: La primera parte (1,1 - 6,8) y la última (13,9 hasta el final) son idénticas con AB; el restante parece ser un intento de una mejor versión del texto original. Los pasajes 6,9 a 7,17 muestran una obra independiente; 8,1 a 12,6 está más cercano al siríaco y más cercano a Aleph que a AB; 12,7 - 13,8 se parece a ambos textos en varios pequeños detalles. Lecturas distintivas de estas cursivas son la oración gnóstica de Edna, "Que todos los eones te alaben.” (7,15)); y el hecho de que Ana vio el perro corriendo delante de Tobías (11,5).

(d) Lo que parece ser una tercera recensión del segundo capítulo está presentado en Grenfell y Hunt, "Oxyrhyneus Papyri" (Oxford, 1911), parte VIII. El texto difiere tanto de AB como de Aleph y en consecuencia de las cursivas griegas.

(4) Antiguas versiones en latín

Antes de la traducción latina de la Vulgata de la recensión aramea (vea arriba), existían al menos tres versiones en el latín antiguo de un texto en lengua griega que era sustancialmente Aleph; (a) La recensión del Codex Regius Parisiensis 3654 y el códice 4 de la Biblioteca de San Germán, (b) la recensión del Cod. Vat. 7, que contenía 1 - 6,12; (c) la recensión de la "Speculum" de San Agustín.

(5) Versión siríaca

Hasta 7,9 es una traducción de AB; de ahí en adelante, concuerda con la texto cursivo griego, excepto que omite 13,9 - 18. Esta segunda parte es claramente una recensión, sus nombres propios no se pronuncian en la primera parte. Ajikar (14,10 es Aquior (2,10); ‘Edna (7,14) es ‘Edna (7,2), ‘Arag (9,2) es Raga (4,1.20).

(6) Versiones hebreas

Hay cuatro versiones hebreas de esta historia deuterocanónica:

(a) HL, hebreo londinii: un manuscrito del siglo XIII encontrado por Gaster en el Museo Británico, y traducido por él en “Proceedings of the Soc. of the Bibl. Archaeology” (XVII y XX). Además un centón de exhortaciones bíblicas, este manuscrito contiene la porción narrada de Tobías, traducida, según piensa Gaster, de un texto que tuvo la más estrecha relación al arameo usado por San Jerónimo. Es muy posible, aunque no probable, que el autor judío de HL (siglo XIII) hiciese uso de la Vulgata.

(b) HG, Hebreo Gasteri: un texto copiado por Gaster de un Midrás sobre el Pentateuco y publicado en el "Proc. of the Soc. of Bib. Arch." (XIX). Este manuscrito, ahora perdido, concordaba con el arameo de Neubauer y estaba en un estilo compacto como el de la recensión de la Vulgata.

(c) HF, Hebrew Fagii: una traducción muy libre de AB, hecha en el siglo XII por un erudito judío; se encuentra en la “Políglota” de Walton.

(d) HM, Hebrew Munsteri; publicado por Munster en Basilea, 1542 d.C., se encuentra en la “Políglota” de Walton. Este texto está de acuerdo en principio con el arameo de Neubauer, aun cuando este último esté en desacuerdo con AB. De acuerdo con Ginsburg, originó en el siglo V. Las versiones en hebreo junto con la aramea omiten toda referencia al perro, que desempeña un papel importante en las otras versiones.

La revisión anterior de las diferentes y diversas recensiones del Libro de Tobías muestra lo difícil que sería reconstruir el texto original y cuán fácilmente los errores textuales se pudieron haber deslizado en nuestra Vulgata o el arameo de los que depende.

Contenido

A menos que se indique lo contrario, estas referencias son a la recensión de la Vulgata, de la cual la Biblia de Douay es una traducción. La historia se divide naturalmente en dos partes:

(1) La fidelidad de Tobías el Viejo y de Sarra al Señor (1,1 - 3,25);

  • (a) la fidelidad de Tobías (1,6), antes de la cautividad (1,1-10), durante el cautiverio (i,11 - 3,6) mostrada por sus actos de misericordia hacia sus compañeros de cautiverio (1,11-17) y, especialmente, hacia los muertos (1,18-25), actos que dieron lugar a su ceguera (2,1-18), las burlas de su mujer (2,19-23), y el recurso de Tobías a Dios en oración (3,1-6).
  • (b) La fidelidad de Sarra, hija de Ragüel y Edna (3,7-23). El mismo día en que Tobías en Nínive fue insultado por su esposa y se volvió a Dios, Sarra en Ecbataná fue insultada por su doncella como la asesina de siete maridos (3,7-10), y se volvió hacia Dios en oración (3,11-23). Las oraciones de ambas fueron oídas (3,24-25).

(2) La fidelidad del Señor hacia Tobías y Sarra a través del ministerio del ángel Rafael (4,1 - 12,22)

  • (a) Rafael cuida del joven Tobías en su viaje a Gabael en Ragués de Media para obtener los diez talentos de plata dejados en depósito por su padre (4,1 - 9,12). El joven sale, después largas instrucciones de su padre (4,1-23); Rafael se une a él como guía (5,1-28); mientras Tobías se bañaba en el río Tigris fue atacado por un pez grande, lo atrapa y, por consejo de Rafael, guarda la hiel, el corazón y el hígado (6,1-22); luego pasan por Ecbataná y se detienen en la casa de Ragüel. Tobías pide a Sarra por su esposa y la recibe (7,1-20); por la continencia y el exorcismo y el olor de la quema del hígado del pez y la ayuda de Rafael, vence al diablo que había matado a los siete ex maridos de Sarra (8,1-24); Rafael recibe el dinero de Gabael en Ragués, y lo trae a Ecbataná a la celebración del matrimonio del joven Tobías (9,1-12).
  • (b) Rafael cura la ceguera del anciano Tobías, al regreso de su hijo, y manifiesta la verdad de que él es un ángel (10,2 - 12,31). Conclusión: El himno de acción de gracias de Tobías el Viejo, y la posterior historia de ambos, padre e hijo (13,1 - 14,7).

Propósito

Evidentemente, el propósito principal del libro es demostrar que Dios es fiel a los que le son fieles a Él. Neubauer (op. cit., p. XVI) dice que el enterramiento de los muertos es la lección principal; pero la lección de dar limosnas es más prominente. Ewald, "Gesch. Des Volkes Israel", IV, 233, establece la fidelidad al código mosaico como la corriente principal del autor, que escribe para judíos de la diáspora, pero el libro está dirigido a todos los judíos, y claramente les inculca muchas lecciones secundarias y una que es fundamental para el resto: Dios es fiel a los que son fieles a Él.

Estatus en el canon

(1) En el Judaísmo

El Libro de Tobías es deuterocanónico, es decir, no figura en el Canon de Palestina, sino en el de Alejandría. Su lugar en la Versión de los Setenta evidencia que los judíos de la diáspora aceptaban el libro como Escritura canónica. La reverencia que los judíos de Palestina sentían por el libro de Tobías como un libro sagrado se puede argumentar por la existencia de la traducción aramea utilizado por San Jerónimo y publicada por Neubauer, como también por las cuatro traducciones hebreas existentes. Entonces, la mayoría de estas versiones semitas fueron encontradas como Midrás, o haggada, del Pentateuco.

(2) Entre cristianos:

A pesar del rechazo de Tobías del canon protestante, su lugar en el canon cristiano de la Sagrada Escritura es indudable. La Iglesia Católica siempre lo ha estimado como inspirado.

  • San Policarpo (117 d.C.), "Ad Philippenses", X, insta a la limosna, y cita Tobías 4,10, y 12,9, como autoridad para su insistencia.
  • Deutero-Clemente (150 d.C.), "Ad Corinthios", XVI, tiene alabanzas a la limosna que son un eco de Tob. 12,8-9.
  • San Clemente de Alejandría (190-210 d.C.), en "Stromata", VI, 12 (PG, IX, 324), cita como las palabras de la Sagrada Escritura "El ayuno es bueno con la oración” (Tob. 12,9); y en “Stromata”, I, 21, II, 23 (P.G., VIII, 853, 1089), “No hagas a otro lo que tú odias.” (Tob. 4,16).
  • Orígenes (c. 230 d.C.) cita como Escritura a Tob. 3,24 y 12,15, en “De oratione”, II; Tob. 2,1, en sec. 14; Tob. 12,12 en sec. 31 (cf. P.G., XI, 448, 461, 553); y en una carta a Julio Africano (P.G., XI, 80) le explica que, aunque los hebreos no usan el Libro de Tobías, aún así la Iglesia sí lo usa.
  • San Atanasio (350 d.C.) cita a Tob. 12,7 y 4,19, con la frase distintiva “como está escrito”, cf. "Apol. contra arrianos", II, y "Apol. ad Imper. Constantium" (P.G., XXV, 268, 616).
  • En la Iglesia Latina, San Cipriano (c. 248 d.C.) a menudo se refiere a Tobías como de autoridad divina justo como se refiere a los otros libros de la Biblia; cf. "De mortalitate", X; "De opere et eleemosynis", V, XX; "De patientia", XVIII (P.G., IV, 588, 606, 634); "Ad Quirinum", 1,20 por Tob. 12; 3,1 por Tob. 2,2; y 4,5-11; 3,62 por Tob. 4,12 (P.G., IV, 689, 728, 729, 767).
  • San Ambrosio (c. 370 d.C.) escribió un libro titulado "De Tobia" contra la usura (P.L., XIV, 759), y lo introdujo con una referencia a la obra bíblica de ese nombre como “un libro profético”, “Escritura”.
  • Sin embargo, en toda la Iglesia Latina la pertenencia de Tobías al canon es clara por su presencia en la Versión Latina Antigua, el texto auténtico de la Escritura para la Iglesia Latina desde cerca de 150 d.C. hasta la Vulgata de San Jerónimo.
  • El uso canónico de Tobías en esa parte de la Iglesia Bizantina cuyo lenguaje era el siríaco se ve en los escritos de San Efrén (c. 362 d.C.) y de San Arquelao (c. 278 d.C.).

* Todas las primeras listas canónicas contienen el Libro de Tobías; son las del Concilio de Hipona (393 d.C.), los Concilios de Cartago (397 y 419 d.C.), [[Papa San Inocencio I) (405 d.C.), San Agustín (397 d.C.).

  • Por otra parte, los grandes manuscritos de los siglos IV y V de los Setenta son prueba de que no sólo los judíos, sino también los cristianos usaban a Tobías como canónico.

Contra la pertenencia al canon del Libro de Tobías se han presentado varias objeciones bastante triviales, que a primera vista parecerían impugnar la inspiración del relato.

(a) Rafael dijo una falsedad cuando dijo que era "Azarías el hijo del gran Ananías" (5,13). No hay ninguna falsedad en eso. El ángel estaba justo en la apariencia que dijo. Además, pudo haber querido decir por azaryah, el sanador de Yah ", y por ananyah, “la bondad de Yah”. En este caso él sólo le dijo al joven Tobías que él era el ayudante de Dios y el hijo de la gran bondad de Dios; en esto no hubo falsedad.

(b) Una segunda objeción es que la angelología de Tobías está tomada de la del Avesta ya sea directamente, por la influencia iraní, o indirectamente por la incursión del folklore siríaco o griego. Pues Rafael dice: “Soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la gloria del Señor.” (12,15). Estos siete son los Amesha Spentas del zoroastrismo: cf. Fritzsche, "Exegetisches Handbuch zu den Apocr.", II (Leipzig, 1853), 61. La respuesta es que la lectura siete es dudosa; es en Aleph, AB, Latín Antiguo y Vulgata; no aparece en el texto cursivo griego, siríaco y HM. Sin embargo, admitiendo la lectura de la Vulgata, los Amesha Spentas se infiltraron en la religión avéstica a partir de los siete ángeles de la revelación hebraísta y no viceversa. Además, no hay siete Amesha Spentas en la angelología del Avesta, sino sólo seis, y están subordinados a Ahura Mazda, el primer principio del bien. Es cierto que a veces se les agrupa con los seis espíritus inferiores como siete Amesha Spentas; pero en esta agrupación no tenemos de ningún modo siete ángeles ante la deidad.

Valor histórico

(1) Para los protestantes

La crítica destructiva que, entre los protestantes, se ha esforzado por acabar con los libros canónicos del Antiguo Testamento naturalmente no ha respetado aquellos libros que los críticos llaman apócrifos. El Libro de Tobías es para ellos no más que el Testamento de Job, el Libro de los Jubileos y la historia de Ajikar. Desde el punto de vista de la crítica histórica ha de estar agrupado con esos tres apócrifos (J.T. Marshall, Director del Colegio Bautista, Manchester, en el "Hastings Dict. de la Biblia", sv). Simrock en "Der gute Gerhard und die dankbaren Todten morir" (Bonn, 1858) reduce la historia al tema folklórico de la gratitud de los espíritus difuntos; el hilado se prolonga de este hilo delgado de la fantasía de que las almas de los muertos, cuyos restos Tobías enterraba, no se olvidaban de su benevolencia. Erbt (Encycl. Biblica, sv) encuentra rastros de una leyenda iraní en el nombre del demonio Asmodeo (Tob. 3,8), el cual es el Aeshma daeva persa, como también en el perro---"los persas le asignaban al perro un cierto poder sobre los malos espíritus." Y también: «la nación judía toma una leyenda extranjera, la sigue repitiendo hasta que penetra a una forma oral fija, para luego pasarla a algún escritor de historias que sea capaz de darle forma en un cuento doméstico edificante, capaz de proveer consuelo a muchas generaciones venideras." Moulton, "The Iranian background of Tobit” (Expository Time, 1900, p. 257), considera que el libro pertenece al folklore de Media, en el cual los elementos semitas e iraníes se encuentran.

Sobre la historia de Ajikar, cf. "The Story of Ahikhar from the Syriac, Arabic, Armenian, Ethiopic, Greek, and Slavonic versions" por Conybeare, Harris, y la señora Smith, una obra que se llevará hasta el 407 a.C. en una nueva edición de próxima aparición (Expositor , marzo de 1912, p. 212).

(2) Para los católicos

Hasta fines del siglo XIX los católicos nunca dudaron de la historicidad de Tobías. Estaba entre los libros históricos del Antiguo Testamento, los Padres siempre se habían referido tanto a Tobías el mayor como al joven y a los demás personajes de los relatos como a hechos y no a fantasías. Las historias de la limosna, el entierro de los muertos, la aparición de ángeles, el exorcismo, el matrimonio de Sarra con el joven Tobías, sanación del anciano Tobías---todos estos incidentes eran dados por sentado como una narración de hechos y nunca hubo un intento de compararlos a los cuentos de "Las mil y una noches" ni a las "Fábulas de Esopo". Jahn, "Introductio in libros sacros", 2da. ed. (Viena, 1814), 452, da las objeciones comunes a la historicidad de Tobías, y sugiere que, o bien toda la composición es una parábola para enseñar que las oraciones de los justos son escuchadas o a lo sumo el bosquejo principal es una narración de hechos. Su libro fue puesto en el Índice (26 de agosto de 1822). Anton Scholz, "Die" heilige Schrift, II, III, p. 12, y Movers en "Kirchenlexicon" (1ra. Ed. I, p. 481) afirmó que Tobías es una ficción poética. Cosquin, en "Revue Biblique" (1899, pp. 50-82), trata de mostrar que el escritor sagrado de Tobías tuvo ante sus ojos una forma de la historia de Ajikar y la trabajó bastante libremente como un vehículo para llevar el pensamiento inspirado de la moral que él desea transmitir a sus lectores. Barry, "The Tradition of Scripture" (Nueva York, 1906), p. 128, dice: "Su relación con otras historias, como The Grateful Dead y la historia de Ahichar, se ha utilizado en la ilustración de la naturaleza romántica que le atribuyen los lectores modernos; así también, los nombres simbólicos de sus personajes, y los empréstitos, como dicen, de la mitología persa de Asmodeo, etc.” Gigot, "Special Introduction to the study of the Old Testament”, I (Nueva York, 1901), 343-7, explica detenidamente los argumentos en contra de la historicidad del libro y no intenta refutar el mismo.

Con estas y algunas otras excepciones, los exégetas católicos están de acuerdo en defender con claridad la historicidad de Tobías. Cf. Welte en "Kirchenlexikon" (1ra. ed., s.v. Tobias); Reusch, "Das Buch Tobias", p. VI; Vigouroux, "Manuel biblique", II (Paris, 1883), 134; Cornely, "Introd. in utriusque testamenti libros sacros", II (Paris, 1887), I, 378; Danko, "Hist. revelationis v. t.", 369; Haneburg, "Gesch. der bibl. Offenbarung" (3ra. ed., Ratisbona 1863), 489; Kaulen, "Einleitung in die heilige Schrift" (Friburgo, 1890), 215; Zschokke, "Hist. sacra A. T.", 245; Kaulen en "Kirchenlexikon" (2da. ed., s.v. Tobias); Seisenberger, "Practical Handbook for the Study of the Bible" (Nueva York, 1911), 343. Esta unanimidad entre los exégetas católicos está bastante en consonancia con la decisión de la Comisión Bíblica (23 de junio de 1905). Este Decreto le prohíbe a los católicos admitir que un libro de las Sagradas Escrituras, que en general ha sido considerado como histórico, es en todo o en parte no historia propiamente dicha, a menos que se pruebe con argumentos sólidos que el escritor sagrado no quiso escribir historia; y no podemos aceptar fácil o precipitadamente la solidez de los argumentos contra la historicidad de un libro histórico de la Biblia. Ahora bien, los argumentos contra el valor histórico de Tobías no son del todo sólidos, sino que son meras conjeturas, que sería muy aventurado admitir. Vamos a examinar algunas de estas conjeturas.

(a) La historia Ajikar no está en la Vulgata en absoluto. Como está en AB, Aleph y el Latín Antiguo, San Jerónimo, sin duda, lo sabía. ¿Por qué siguió el texto arameo para la exclusión de este episodio? Quizás lo consideró una interpolación, que no fue escrita por el autor inspirado. Aunque no hubiese sido una interpolación, no se ha probado que el episodio de Ajikar en Tobías sea una leyenda extraída de una fuente no-canónica.

(b) La aparición angélica y todos los incidentes relacionados con ella ya no son más difíciles de explicar que las angelofanías de Génesis 18,19 y Hechos 12,6.

(c) La demonología no es muy diferente a la del Nuevo Testamento. El nombre de "Asmodeo" no tiene que ser de origen iraní, pero sólo puede explicarse tan fácilmente como semita. La palabra aramea ashmeday es afín a la hebrea hàshmed, "destrucción". Y aunque sea una forma mutilada de algún antepasado iraní de la Aeshma daeva persa, ¿qué más natural que un nombre medo para un demonio cuya obsesión se llevó a cabo en suelo de Media? El asesinato de los siete maridos fue permitido por Dios en castigo a su lujuria (Vulg. 6,16); es el joven Tobías, no el escritor sagrado, quien sugiere que (de acuerdo con AB, Aleph, y el latín antiguo) la lujuria del demonio es el motivo del asesinato de sus rivales. La atadura del demonio en el desierto del Alto Egipto, el punto más lejano del mundo entonces conocido (8,3), tiene el mismo significado figurativo que la atadura de Satanás por mil años (Apoc. 20,2).

(d) La improbabilidad de las muchas coincidencias en el Libro de Tobías es una mera conjetura (cf. Gigot, op. cit., 345). La Divina Providencia puede haber ocasionado estas similitudes del incidente, con el fin utilizarlas en un libro inspirado.

(e) Ciertas dificultades históricas se deben a la condición muy imperfecta en que nos ha llegado el texto.

  • Fue Teglatfalasar III quien llevó a Neftalí (2 Ry. 15,29) al cautiverio (734 a.C.) y no Salmanasar, como dice Tobías (1,2). Sin embargo, esta variante de la Vulgata, latín antiguo y arameo debe corregirse por el nombre Enemesar de AB y Aleph. Esta última interpretación sería equivalente a la transliteración hebrea del asirio kenum sar. Como el apelativo sar, “rey”, puede preceder o seguir a un nombre personal, kenum sar es sar kenum, esto es Sargón (sarru-kenu II, 722 a.C.). Fácilmente puede ser que, doce años después de Teglatfalasar III, comenzó la deportación de los Israel fuera de Samaria, los exploradores de Sargón completaran la obra y derrotaran a algunas de las tribus de Neftali de sus fortalezas.
  • Una solución similar debe darse a la dificultad de que se dice que Senaquerib fue el hijo de Salmanasar (1,18), mientras que él era el hijo de Sargón el usurpador. La variante de la Vulgata aquí, como en 1,2, debe ser la de AB y Aleph, a saber, Enemesar, y esto significa Sargón.
  • En B, 14,15, se dice que Nínive había sido capturada por Asuero (Asoueros) y Nabucodonosor, lo cual es un error del escribano. Aleph lee que Akiakaro tomó Nínive y añade que "alabó a Dios por todo lo que había hecho contra los hijos de Nínive y Asiria". La palabra para Asiria es Athoureias, hebreo asshur, arameo ahur. Esta palabra en griego confundió al escribano al escribir ‘Lsueros para el nombre del rey, es decir, el rey medo Ciajares. Según Beroso, en su campaña contra Nínive, Ciajares hizo alianza con el rey babilónico Nabopalasar, el padre de Nabucodonosor; el escriba de B escribió el nombre del hijo por el del padre, puesto que él no conocía a Nabopalasar.
  • Ragués es un pueblo seléucida y de ahí el anacronismo. No del todo; es un antiguo pueblo de Media que los seléucidas restauraron.

Origen

Es probable que el anciano Tobías escribió al menos esa parte de la obra original en la que utiliza la primera persona del singular, cf. 1,1 - 3,6, en todos los textos, excepto en la Vulgata y el arameo. Como toda la narración es histórica, esta parte es probablemente autobiográfica. Después de revelar su naturaleza angélica, Rafael ordenó a padre e hijo que contaran todas las maravillas que Dios había hecho con ellos (Vulg. 12,20) y que escribieran en un libro todos los incidentes de su estancia con ellos (cf. el mismo versículo en AB, Aleph, Latín Antiguo, HF y HM). Si aceptamos la historia como una narrativa de la realidad, naturalmente concluimos que fue escrita originalmente durante el exilio a Babilonia, en la primera parte del siglo VII a. C.; y que todos los capítulos, excepto el último, fueron obra del anciano y del joven Tobías. Casi todos los estudiosos protestantes consideran el libro post-exílico. Ewald lo asigna a 350 a. C.; Ilgen, la mayor parte al 280 a.C.; Grätz, a 130 d.C.; Kohut, al año 226 d.C.


Bibliografía: Las introducciones de CORNELY, KAULEN, DANKO, GIGOT, SEISENBERGER. Aunque los Padres usan a Tobías, solo BEDA (P.L., XCI, 923-38) y WALAFRID STRABO (P.L., CXIII, 725) nos han dejado comentarios sobre él. Durante la Edad Media,, HUGO DE SAN VÍCTOR, Allegoriarum in Vetus Testamentum, IX (P.L., CLXXV, 725), y NICOLÁS DE LIRA, DENIS EL CARTUJO, HUGO DE SAN CARO, en sus comentarios sobre toda la Escritura, interpretaron el Libro de Tobías. Comentaristas posteriores son SERRARI (Monza, 1599); SANCTIUS (Lión, 1628); MAUSCHBERGER (Olmutz, 1758); JUSTINIANI (Roma, 1620); DE CELADA (Lión, 1644); DREXEL (Amberes, 1652); NEUVILLE (París, 1723); GUTBERLET (Munster, 1854); REUSCH (Freiburg, 1857); GILLET DE MOOR, Tobie et Akhiahar (Lovaina, 1902); VETTER, Das Buch Tobias und die Achikar-Sage in Theol. Quartalschrift (Tübingen, 1904). Las principales autoridades protestantes han sido citadas en el cuerpo del artículo.

Fuente: Drum, Walter. "Tobias." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/14749c.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.