Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Sábado, 21 de diciembre de 2024

Error

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

El error, considerado duplicadamente, es de uno u otro modo el producto de la ignorancia. Pero además de implicar la falta de información, añade el elemento positivo de un juicio mental, por el que algo falso se tiene como cierto, o algo cierto es afirmado como falso. El sujeto-materia del error en lo que a moral se refiere, como el de la falta de conocimiento de donde procede, es (I) la propia ley, o (2) un hecho o circunstancia de un hecho. En el primer caso, es un mal camino el afirmar o negar la existencia de una ley, o en todo caso la inclusión de algún caso individual bajo su operación. En el segundo, uno trabaja bajo una equivocación igual, pero respecto a algún hecho o aspecto de un hecho. Así, por ejemplo, un católico, que de algún modo inexplicable está convencido de que no había una ley de abstinencia el viernes, estaría en error en cuanto a la ley. Si, aunque muy consciente del precepto de la Iglesia, está bajo la impresión errónea de que un día en particular, que resulta ser viernes, no es viernes, está en error en cuanto al hecho. Teniendo en cuenta a la persona en la que el error existe, se dice que es vencible o invencible. El error se considera invencible cuando persiste a pesar de lo que se llama diligencia moral respecto al asunto. Esto puede ocurrir ya sea porque uno no se ha topado con cualquier duda en cuanto a la validez de la postura, o en cuanto a la necesidad de una investigación, o puede ser que uno, habiendo realizado, con total honestidad de propósito, los esfuerzos que demanda la importancia de la cuestión de que se trata, no obstante, sea incapaz de descubrir la verdad. Depende mucho del valor que se le atribuya a la expresión "diligencia moral". No es fácil establecerlo en una formula definida, a menos que sea la diligencia que las personas prudentes están acostumbradas a aportar a la solución de asuntos similares. Esta noción puede ser establecida con más detalle por las siguientes consideraciones:

  • La diligencia moral requerida no significa que una persona ha de recurrir a todo medio concebible.
  • Implica que los esfuerzos realizados por un agente, para estar en lo correcto, deben ser tales como lo exige la seriedad de la empresa en cuestión, así como tener una proporción adecuada a su capacidad y recursos.

El error es considerado moralmente vencible tan a menudo como pueda ser aplicable a la falta de ejercicio de estas precauciones ordinarias y necesarias.

Cuando un agente omite deliberadamente medios calculados para disipar su error, o lo promueve deliberadamente, se le llama afectado. No se le llama así para indicar que es simulado, sino más bien señalar que el principio erróneo ha sido estudiadamente intencional. Cuando el error es el fruto de la negligencia pura no mitigada, se denomina craso. La influencia del error sobre la responsabilidad moral se puede determinar como sigue. Un acto realizado por error invencible, ya sea este último respecto al hecho o a la ley, nunca es censurable como pecado. La razón es que, en esta hipótesis, no se tiene conocimiento de, y en consecuencia, no violación de mal. Por el contrario, lo que se hace en error moralmente vencible se considera propiamente imputable al agente. Esto es así, porque el error en sí mismo es entonces de la propia elección del agente, y es por tanto responsable de sus resultados. Es evidente, sin embargo, que la delincuencia moral que surge de un error vencible tiene diversos grados de culpa, en proporción a la mayor o menor culpabilidad del error en sí mismo.


Bibliografía: Slater, Manual of Moral Theology (Nueva York, 1908); Ballerini, Opus Thelolgicum Morale (Prato, 1898); Meyer, Institutiones Juris Naturalis (Freiburg, 1885); Ojetti, Synopsis Rerum Moralium it Juris Pontificii (Prato, 1904).

Fuente: Delany, Joseph. "Error." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/05525a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina