Judá
De Enciclopedia Católica
Judá es el nombre de uno de los patriarcas, el nombre de la tribu considerada su descendencia, el nombre del territorio ocupado por la misma, y también el nombre de varias personas mencionadas en el Antiguo Testamento
El patriarca
Cuarto hijo de Jacob y Lía, cuya exclamación al momento de su nacimiento: “Ahora alabaré al Señor”, se da como la razón etimológica para el nombre “Judá”, que se deriva del verbo hebreo “alabar” (Gén. 29,35). Fue Judá quien intercedió ante sus hermanos para salvar la vida de José, al proponer que fuese vendido a los ismaelitas (Gén. 37,26-27). Aunque no era el hijo mayor de Jacob, se le representa asumiendo un rol importante y predominante en los asuntos familiares. En ocasión del segundo viaje a Egipto fue él quien convenció al afligido Jacob de que dejara partir a Benjamín (Gn. 43,3-10), por quien ruega conmovedoramente ante José después del incidente de la copa, ofreciéndose a ser retenido como esclavo en su lugar (Gén. 44,18ss.). Este ruego sincero hace que José les descubra su identidad a sus hermanos (Gén. 45,1ss.). Judá es el escogido por Jacob para precederlo a Egipto y anunciar su llegada (Gn. 46,28), y más tarde se enfatiza su prestigio en la famosa profecía enunciada por Jacob (Gén. 49,8-12). A Judá le nacieron cinco hijos, a saber, con la hija de Súa tuvo a Er, Onán y Selá; y de Tamar tuvo a Fares y Zéraj (Gn. 38). Según el Primer Evangelio, es a través de Fares que se traza el linaje mesiánico.
La tribu de Israel
Nombrada igual que el cuarto hijo de Jacob. El indiscutible predominio y misión providencial de esta tribu, predichos en Gén. 49,8-10, aparecen desde el tiempo del Éxodo y a través de la historia ulterior de los israelitas. Judá predominó en términos numéricos desde el principio. Cuando se hizo el primer censo después de la salida de Egipto, contaba con 74,600 hombres aptos para la guerra, mientras que Dan, la tribu más grande, contaba sólo con 62,700, y la más pequeña, Manasés con sólo 32,200. Naasón, hijo de Aminadab, fue el jefe de la tribu durante el período de la marcha por el desierto. Caleb, hijo de Yefunné, (Núm. 13,6) representó a la tribu en el grupo de espías enviados a explorar la tierra de Canaán. Al tomar el segundo censo de los israelitas en la planicie de Moab, Judá tenía 76,500 guerreros. Los nombres de las principales familias de la tribu aparecen en Núm. 26,19-21, y más completamente en 1 Crón. 2. Caleb fue uno de los jefes seleccionados para establecer la división de la tierra entre las tribus, y cuando cruzaron el Jordán, la tribu de Judá, junto con la de Simeón, Leví, Isacar, Efraín y Manasés, fue designada para “bendecir al pueblo” desde la cima del Monte Garizim (Dt. 27,12).
Después de la muerte de Josué, la tribu de Judá fue escogida para ser la vanguardia en la guerra contra los cananeos. Este honor no fue tanto un reconocimiento de la fuerza numérica de la tribu, sino más bien de las promesas que había recibido (Gén. 49,8-10) y las esperanzas de su glorioso destinofundado en estas promesas (Jc. 1,1-2). De nuevo Judá fue escogida por el oráculo divino para liderar el ataque contra Guibeá y los benjaminitas (Jc. 20,18).
Las murallas naturales que rodeaban su país salvaron a sus habitantes de muchas de las invasiones que perturbaban a sus hermanos norteños; pero los hijos de Amón cruzaron el Jordán, asolaron a Judá, y las montañas probaron ser inefectivas para repeler a los filisteos (Jc. 10,9; 1 Sam. 17,1). Cuando Saúl perseguía a David, la tribu de Judá mostró gran lealtad a éste, y poco después de la muerte de Saúl, David fue cálidamente coronado en Hebrón (2 Sam. 2,4.7.10) donde reinó por siete años (2 Sam. 5,5). Cuando ocurrió el desafortunado cisma bajo Roboam, sólo las tribus de Judá y Benjamín permanecieron fieles a la Casa de David (1 Ry. 12,20), y desde ese momento el reino del sur fue conocido como el Reino de Judá. Después del Cautiverio los miembros de Judá estuvieron entre los primeros en regresar a Jerusalén y comenzar la reconstrucción del Templo (Es. 1,5; 3,9); en fin, el nombre “judíos” (Judæi), con el cual se designa a los israelitas post-exílicos y sus descendientes, es, por supuesto, derivado de Judá. Así que la historia del Pueblo Escogido es en gran medida la historia de las varias vicisitudes de la tribu predominante de Judá. Su gloria y ascendencia militar llegó a su cúspide en la persona de David, el “león de Judá”. Pero el verdadero león de la tribu de Judá es Cristo, el hijo de David (Apoc. 5,5).
El territorio
La tribu de Judá ocupó un territorio bastante extenso en el sur de Palestina. Colindaba en el norte con Dan y Benjamín, en el este con el Mar Muerto, en el sur con Simeón, y en el oeste con la Sephela o planicie de los filisteos. En Josué (15,21-62) se mencionan las principales ciudades de Judá. El escritor sagrado divide las ciudades en dos grupos, a saber: las del sur colindantes con Idumea, las de la planicie occidental, las de la montaña, y finalmente las del desierto. Entre todas cuentan con 134 ciudades, de las cuales la mitad ha sido identificada con cierto grado de certeza. El ferrocarril construido desde Jaffa a Jerusalén pasa a través de la esquina del territorio de Judá, cuyo aspecto es una serie de colinas cubiertas con hierba verde y flores en primavera, pero áridas y resecas durante el resto del año. Un moderno camino para carruajes va de Jerusalén a Hebrón, el cual yace en un fértil valle entre dos filas de verdes colinas. Campos cultivados aquí y allá saludan al viajero. Las colinas están cubiertas de hileras de jardínes y viñedos, entre los que se hallan grutas y laberintos que antes servían de escondites. El reino de Judá, que data del principio del reinado de Roboam, fue llamado así en oposición al Reino del Norte, o Israel. La capital, Jerusalén, estaba situada en la línea fronteriza entre Judá y Benjamín.
Bibliogrfía: LEGENDRE in VIG., Dict. de la Bible, s.v.
Fuente: Driscoll, James F. "Juda." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/08536a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.