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Martes, 19 de marzo de 2024

Desierto

De Enciclopedia Católica

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Las palabras hebreas traducidas en la Biblia de Douay por “desierto” o “silvestre”, y usualmente interpretadas por la Vulgata como desertum, “soledad”, u ocasionalmente eremus, no tienen el mismo tono de significado que la palabra en español desierto. La palabra silvestre, que se usa más frecuentemente que desierto para nombrar la región del Éxodo, se aproxima más cercanamente al sentido del hebreo, aunque no lo expresa del todo. Cuando hablamos del desierto nuestros pensamientos son naturalmente llevados a tales lugares como el Sahara, un gran desierto de arena, incapaz de vegetación, imposible como lugar de residencia para el hombre, y donde no se halla ser humano excepto cuando marcha de prisa a través de él tan rápido como puede. Ninguna de esas ideas está unida a las palabras hebreas para desierto. En hebreo se usan principalmente cuatro palabras para expresar la idea:

”Midbar”

MDBR, midbar, la palabra más general, proviene de la raíz DBR dabar, “llevar” (ganado a pastar) [cf. alemán Trift de treiben]. Por lo tanto entre otros significados de midbar está el de extensiones de pastos para los rebaños. Así en Joel 2,22: “los bellos parajes del desierto brotan”, o literalmente “ya reverdecen los pastizales del desierto”. Así, también, el desierto no estaba necesariamente inhabitado. Así en Isaías 42,11 leemos: “Alcen la voz el desierto (midbar) y sus ciudades, las explanadas en que habita Quedar”, o más bien, "los pueblos que habitan en Quedar”, no es que hubiese en el desierto ciudades habitadas por una población estable. Los habitantes eran en su mayoría nómadas, pues el desierto no era un lugar regularmente cultivado, como los campos y jardines de los distritos civilizados ordinarios. Más bien era una región en la que había pastos, no ricos, pero suficiente para las ovejas y cabras, y más abundante después de la temporada de lluvias. El desierto se consideraba también como la morada de bestias salvajes---leones (Eclesiástico 13,19), asnos salvajes (Job 24,5), chacales (Mal. 1,3), etc. No estaba fertilizado por corrientes de agua, sino que habían fuentes (Gén. 16,7), y en algunos lugares había cisternas para recoger agua de lluvia. Midbar es la palabra usada generalmente en el Pentateuco para el desierto del Éxodo; pero en las regiones del Éxodo se distinguen varios distritos como el desierto de Sin (Éx. 16,1), el desierto de Sinaí (Éx. 19,1), el desierto de Sur (Éx. 15,22), el desierto de Sin (zin) (Núm. 13,21), etc. Además, se utiliza para otros distritos, como en Palestina occidental para el desierto de Judá (Jueces 1,16), y de nuevo en el este para el desierto de Moab (Deut. 2,8).

`Arabá

`RBH, derivado de la raíz “'arab”, "estar árido", es otra palabra para desierto, la cual parece expresar más de una de sus características naturales. La palabra significa una estepa, una planicie desértica; y transmite la idea de una extensión de país árida, improductiva y desolada. En pasajes poéticos se utiliza en paralelismo con la palabra midbar. Así en Isaías 45,1: "Que el desierto [midbar] y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa ['arabah] y florezca como flor”, cf. también Jer. 17,6, etc. Aunque la Los Setenta a menudo traduce la palabra por eremos, a menudo utiliza otras variantes, como ge dipsosa y elos. La Vulgata emplea las palabras solitudo, desertum. Muy a menudo la palabra “'arabah” tiene meramente un sentido geográfico, así se refiere a la extraña depresión que se extiende desde la base del Monte Hermón, a través del valle del Jordán y el Mar Muerto, hasta el Golfo de Acabá. Así, también, están las estepas de Moab (Núm. 22,1), la llanura de Jericó (Josué 4,13), etc, en referencia a los distritos desolados relacionados con estos lugares.

Horbah

CHRBH (chorbah), se deriva de la raíz CHRB harab, “dejar yermo”, y es traducida en Los Setenta por las palabras eremos, eremosis, eremia. En la Vulgata se hallan las variantes ruince, solitudo, desolatio. En el Salmo 102(101),7 aparece una extraña traducción. La palabra en griego es oikopedon y en la Vulgata domicilium; y el pasaje en que ocurre la palabra es traducido en la Biblia de Douay: “Soy como un cuervo nocturno en la casa”. San Jerónimo, sin embargo, en su traducción del Salmo directamente del hebreo, emplea la palabra solidudinum, la cual parece más correcta: “Soy como un cuervo nocturno del yermo”. El lexicón de Gesenio da como el primer significado de horbah “sequedad”; luego como segundo significado “una desolación”, “ruinas”. Una combinación de estos sentidos parece haber sido la razón por la cual en los libros poéticos la palabra se usa como desierto. La palabra conlleva la idea de ruina o desolación causada por tierras hostiles, como cuando Dios dice de Jerusalén (Ezequiel 5,14): “Haré de ti una desolación”; o cuando el salmista, refiriéndose al castigo infligido por Yahveh dice (Sal. 9-10,7): “Se consumen los enemigos, todo es desolación por siempre”.

Jeshimon

YSHYMUN (jeshimon), derivada de YSHM, jasham, "estar desolada". Era considerado como un lugar sin agua, así en Isaías 43,19: “Pongo ríos en el desierto [jeshimon]. Era un yermo, un lugar inculto. En los pasajes poéticos se usa como paralelo de midbar, cf. Deut. 32,10; Sal. 78(77),40 (heb.): “Cuántas veces le provocaron en el desierto [midbar], y le irritaron en aquellas soledades [jeshimon]!” Frecuentemente se usa para designar la tierra inculta del Éxodo. Además de esos usos, parece que cuando se usa con el artículo a menudo ha asumido la fuerza de un nombre propio. En tales casos se refiere a veces al desierto del Éxodo (cf. Sal. 78(77),40; 106(105),14---heb. etc.). Parte de la tierra yerma cerca del Mar Muerto es llamada el jeshimon; y al noreste del mismo mar hay un lugar llamado Bet Hayesimot (cf. Núm. 33,49), donde se dice que acamparon los israelitas al final del recorrido. Estas son las principales palabras usadas para desierto en la Biblia. Sin embargo, hay otras menos frecuentes, sólo una o dos de las cuales se puede mencionar aquí: tal como tohu, usada en Gén. 1,2: “la tierra estaba vacía”. En Deut. 32,10 se usa en paralelismo con midbar, y en el Salmo 107(106),40 se refiere directamente al desierto. Otra palabra es çiyyah, la cual significa literalmente sequedad, pero se refiere a veces al desierto; así 'areç çiyyah, "tierra de sequía", o "desierto" (Oseas 2,5).

Desiertos Bíblicos

Se puede decir aquí una palabra los principales desiertos mencionados en la Biblia. Tal vez el más interesante es el del Éxodo. En el Pentateuco esta región es tratada en su conjunto como "el desierto", pero, por regla general, se hace referencia a partes especiales como el desierto de Sin, el desierto de Sinaí, el desierto de Cadés, en el desierto de Parán. Se han escrito libros para debatir la geografía de esta región. Baste decir que comprende el terreno sobre el que los israelitas viajaron desde el cruce del Mar Rojo hasta su llegada a la Tierra Prometida. Nosotros no entramos en la cuestión planteada por los críticos modernos en cuanto a si la geografía del Éxodo tenía diferentes significados en diferentes partes del Pentateuco. El desierto de Judá, también juega un papel importante en la Biblia. Se encuentra al oeste de la “'arabah”, del Jordán y el Mar Muerto. A él pertenecen los desiertos de Engadí, el de Técoa y el de Jericó, cerca de la ciudad del mismo nombre. Al este de Palestina están los desiertos de Arabia, de Moab, y el desierto de Idumea, cerca del Mar Muerto. Se nos dice (Éxodo 3,1) que Moisés alimentó a los rebaños de Jetró, y los llevó a las partes interiores del desierto. Este desierto estaba en la tierra de Madián, cerca del Mar Rojo, y en ella estaba el Monte Horeb, que San Jerónimo dice era el mismo que el Sinaí. El desierto al que David huyó de Saúl (cf. 1 Samuel 23,14) fue el desierto de Zif, que se encuentra al sur del Mar Muerto y de Hebrón. San Juan el Bautista vivió y enseñó en el desierto de Judea, al oeste del Jordán y el Mar Muerto, cerca de Jericó. Por último, la escena de la tentación de Cristo (Mateo 4,1-11), de la cual San Marcos añade (1,13): "Estaba con las fieras", fue más probablemente en el “'arabah” al oeste del Jordán, pero esto es sólo especulación.


Bibliografía: SMITH, Historical Geography of the Holy Land (Londres, 1897); CHEYNE, Encyclopedia Biblica (Londres, 1899); HASTINGS. Dict. of the Bible; VIGOUROUX, Dict. de la Bible.

Fuente: Howlett, James. "Desert (in the Bible)." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04749a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.