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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Roma»

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(Topografía y Condiciones Existentes)
(Historia General de la Ciudad)
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==Historia General de la Ciudad==
 
==Historia General de la Ciudad==
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Las armas e implementos de la Era Paleolítica, encontrados en las inmediaciones de Roma, dan testimonio de la presencia del [[hombre]] allí en aquellos tiempos remotos. Las excavaciones más recientes han establecido que ya en el siglo VIII a. C. o, según algunos, varios siglos antes, había un grupo de viviendas humanas en el monte Palatino, un saliente estrecho y llano tobáceo que se elevaba en medio de un terreno pantanoso cerca del Tíber.  (Puede observarse aquí que los pueblos primitivos conocían ese río con el nombre de ''Rumo'', "el río"). Así es el relato tradicional del origen de Roma substancialmente verificado. Al mismo tiempo, o muy poco después, se formó una colonia de sabinos en el Quirinal y una colonia etrusca en el Esquilino. 
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Entre el Palatino y el Quirinal se levantaba el Capitolino, una vez cubierto por dos arboledas sagradas, luego ocupado por el templo de Júpiter y la Roca.  En un pequeño espacio, por tanto, se establecieron las avanzadas de tres pueblos distintos de diferente [[carácter]]: los latinos, pastores; los sabinos, labradores de la tierra; los etruscos, ya muy avanzados en civilización y, por tanto, en comercio e industrias.  Cómo estos tres pueblos se convirtieron en una ciudad, con, primero, la influencia latina predominante, luego la sabina, luego la etrusca (los dos Tarquinos), está todo envuelto en la oscuridad de la historia de los siete reyes (753-509 a.C.).  Prevalece la misma incertidumbre en cuanto a las conquistas realizadas a costa de los pueblos circundantes. Es incuestionable que todas esas conquistas tuvieron que hacerse de nuevo tras la expulsión de los reyes.
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Pero la organización social de la nueva ciudad durante este período se destaca claramente.  Había tres tribus originales: los ramnianos (latinos), los tizianos (sabinos) y los luceres (etruscos). Cada tribu se dividía en diez ''curiœ'', cada ''curia'' en diez ''gentes''; cada ''gens'' en diez (o treinta) [[familia]]s.  Los que pertenecían a estas tribus, las más antiguas, eran patricios, y los jefes de las trescientas ''gentes'' formaban el Senado.  En el transcurso del [[tiempo]] y las [[guerra]]s con los pueblos vecinos, nuevos habitantes ocuparon las colinas restantes; así, bajo Tullo Hostilio, el Celio fue asignado a la población de la arrasada Alba Longa (Albano); los sabinos, conquistados por Anco Marcio, tuvieron el Aventino.  Más tarde se ocupó el Viminal.  Los nuevos habitantes formaron los plebeyos (''Plebs''), y sus [[Influencia de la Iglesia sobre el Derecho Civil |derechos civiles]] eran menores que los de los ciudadanos mayores.
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La historia interna de Roma hasta el Período Imperial no es más que una lucha de plebeyos contra patricios por la adquisición de mayores [[derecho]]s civiles, y estas luchas resultaron en la organización civil, política y jurídica de Roma.  El rey era sumo sacerdote, juez, líder en la [[guerra]] y jefe del gobierno; el Senado y los Comitia del pueblo eran convocados por él a su gusto y debatían las medidas propuestas por él.  Además, la dignidad real era hereditaria. Entre las obras públicas importantes de este primer período se encuentran los desagües, o alcantarillas (''cloacœ''), para drenar las marismas alrededor del Palatino, obra del etrusco Tarquinio Prisco; la muralla de la ciudad fue construida por Servio Tulio, quien también organizó a los plebeyos y los dividió en treinta tribus; el Puente Sublicio fue construido para unir la Roma de esa época con el Janiculano.
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Durante el espléndido reinado de Tarquinio Superbo, Roma fue el ama del Lacio hasta Circeii y Signia. Pero, al regresar victorioso de Ardea, el rey encontró las puertas de la ciudad cerradas contra él.  Roma adoptó una forma republicana de gobierno, con dos cónsules, que sólo ocupaban el cargo durante un año; sólo en tiempos de dificultad se elegía un dictador para ejercer un poder ilimitado.  En la expulsión de Tarquinio Superbo, algunos historiadores han visto una revuelta del elemento latino contra la dominación etrusca. Además de las [[guerra]]s y los tratados con los latinos y otros pueblos, los principales acontecimientos, hasta la quema de Roma por [[la Galia Cristiana |los galos]], fueron la institución de los tribunos del pueblo (''tribuni plebis''), el establecimiento de las [[ley]]es de las Doce Tablas, y la destrucción de Veyes.
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En 390 a.C. los romanos fueron derrotados por [[la Galia Cristiana |los galos]] cerca del río Allia; unos días más tarde la ciudad fue tomada e incendiada, y después de la partida de los galos fue reconstruida sin plan ni regla.  Cumillo, el dictador, reorganizó el ejército y, después de una larga resistencia al cambio, finalmente consintió en que uno de los cónsules fuera plebeyo. El sur de Etruria quedó sujeta a Roma, con la captura de [[Nepi y Sutri]] en 386.  La Vía Apia y el acueducto se construyeron durante ese período. 
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Muy pronto se pudo pensar en conquistar toda la península. Las principales etapas de esta conquista están formadas por las tres [[guerra]]s contra los samnitas (victoria de Suesaula, 343); la victoria de Boviano, 304; las de los etruscos y los umbros, en 310 y 308; por último, la victoria de Sentinum, en 295, sobre los samnitas, etruscos y galos combinados.  La Tarentina (282-272) y la Primera y Segunda Guerras Púnicas (264-201) determinaron la conquista del resto de [[Italia]], con las islas adyacentes, así como la primera invasión de [[España]].  Poco después de esto, fueron sometidos el Reino de Macedonia (Cynoscephalæ, 197; Pydna, 168) y [[Grecia]] (captura de [[Corinto]], 146), mientras que la [[guerra]] contra Antíoco de [[Siria]] (192-89) y contra los gálatas (189) llevó la supremacía romana a [[Asia]].  En 146 [[Cartago]] fue destruida y [[África]] fue reducida al sometimiento; entre 149 y 133 se completó la conquista de España.
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Por todas partes surgieron colonias romanas. Con la conquista llegaron también a Roma los lujosos [[vicio]]s de los pueblos conquistados, y así se acentuó el contraste entre patricios y plebeyos.  Para defender la causa de los plebeyos surgieron los hermanos Tiberio y Callo Graco. Las [[guerra]]s serviles (132-171) y la guerra de Yugurta (111-105) revelaron la total corrupción de la [[sociedad]] romana. Mario y Sila, quienes habían ganado la gloria en guerras extranjeras, reclutaron a a los dos partidos opuestos, demócrata y aristocrático, respectivamente.  Sila estableció firmemente su dictadura con la victoria de la Porta Collina (83), reorganizó la administración y promulgó algunas buenas [[ley]]es para detener la decadencia [[moral]] de la ciudad.
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Pero eran los tiempos propicios para la oligarquía, que en el curso natural de los acontecimientos conduciría a la monarquía.  En el año 60 a.C. César, Pompeyo y Craso formaron el primer triunvirato.  Mientras César conquistó [[la Galia Cristiana |la Galia]] (58-50) y Craso libró una [[guerra]] infructuosa contra los partos (54-53), Pompeyo logró obtener el control supremo de la capital. La guerra entre Pompeyo, a quien se adhirieron los nobles, y César, que tenía la democracia con él, era inevitable.  La batalla de Farsalia (48) decidió el asunto; en el 45 César ya estaba pensando en establecer un gobierno monárquico; su [[homicidio |asesinato]] (44) no pudo hacer más que retrasar el movimiento hacia la monarquía. Antonio, Lépido y Octavio pronto formaron otro triunvirato; Antonio y Octavio no estuvieron de acuerdo, y en Accio (32) el asunto se decidió a favor de [[Augusto |Octavio]].  Mientras tanto, el poder romano se había consolidado y ampliado en [[España]], en la Galia e incluso hasta Panonia, [[el Ponto]], Palestina y [[Egipto]]. De ahora en adelante, la historia romana ya no es la historia de la ciudad de Roma, aunque fue solo bajo [[Caracalla]] (211 d.C.) que se otorgó la ciudadanía romana a todos los súbditos libres del imperio.
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En medio de estas vicisitudes políticas la ciudad fue creciendo y embelleciéndose con templos y otros edificios públicos y privados.  En el Campo Marcio y más allá del Tíber, al pie del Janiculano, surgieron nuevos y populosos barrios con teatros (los de Pompeyo y Marcelo) y circos (el Máximo y el Flaminio, 221 a.C.).  El centro de la vida política era el Foro, que había sido el mercado antes de que se trasladara (388) el centro de compraventa al Campo Marcio (''Forum Holitorium''), dejando el antiguo ''Forum Romanum'' paraa asuntos del Estado.  Aquí estaban los templos de la Concordia (366), Saturno (497), Dî Consentes, Cástor y Polux (484), la Basílica Æmilia (179), la Basílica Julia (45), la Curia Hostilia (S. Adriano), la Rostra, etc.  Apenas se había consolidado el Imperio cuando [[Augusto]] centró su atención en el embellecimiento de Roma, y los emperadores sucesivos siguieron su ejemplo:  la Roma construida con ladrillos se convirtió en la Roma de mármol.
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Después de la sexta década a.C. muchos [[judaísmo |hebreos]] se habían asentado en Roma, en el barrio de Trastevere y en el de Porta Capena, y pronto se convirtieron en una potencia financiera.  Después de la sexta década a. C. muchos hebreos se habían asentado en Roma, en el barrio de Trastevere y en el de Porta Capena, y pronto se convirtieron en una potencia financiera.  Hacían [[prosélito]]s incesantemente, especialmente entre las [[mujer]]es de las clases altas.  Se conocen los nombres de trece [[sinagoga]]s que había (aunque no todas al mismo [[tiempo]]) en Roma durante el período imperial.  Así se preparaba el camino para el [[Evangelios |Evangelio]], mediante el cual Roma, ya dueña del mundo, recibiría un título nuevo, más sublime y más duradero, sobre ese dominio: el dominio sobre las [[alma]]s de toda la [[Raza Humana |humanidad]].
  
 
==Iglesias y Monumentos==
 
==Iglesias y Monumentos==

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Importancia de Roma

La importancia de Roma radica principalmente en el hecho de que es la ciudad del Papa. El Obispo de Roma, como sucesor de San Pedro, es el Vicario de Cristo en la tierra y la cabeza visible de la Iglesia Católica. Por consiguiente, Roma es el centro de la unidad de creencias, la fuente de la jurisdicción eclesiástica y la sede de la autoridad suprema que puede unir mediante sus decretos a los fieles de todo el mundo. La Diócesis de Roma es conocida como la "Sede de Pedro", la "Sede Apostólica", la "Santa Iglesia Romana", la "Santa Sede", —títulos que indican su posición única en la cristiandad y sugieren el origen de su preeminencia.

Roma, más que cualquier otra ciudad, es testigo tanto del pasado esplendor del mundo pagano como del triunfo del cristianismo. Es allí donde se puede rastrear la historia de la Iglesia desde los primeros días, desde los humildes comienzos en las catacumbas hasta el majestuoso ritual de San Pedro. A cada paso uno se encuentra con lugares santificados por la muerte de los mártires, las vidas de innumerables santos, las memorias de sabios y santos pontífices. Desde Roma, los portadores del mensaje del Evangelio salieron a los pueblos de Europa y, finalmente, a los confines de la tierra. A Roma, además, en todas las épocas se han agolpado innumerables peregrinos de todas las naciones, y especialmente de países angloparlantes. Con la religión, los misioneros llevaron los mejores elementos de la cultura y la civilización antiguas que Roma había conservado en medio de todas las vicisitudes de la invasión bárbara. A estos tesoros de la antigüedad se han sumado las producciones de un arte más noble inspirado en ideales superiores, que han llenado Roma de obras maestras en arquitectura, pintura y escultura. Estos atraen de hecho a todas las mentes dotadas de percepción artística; pero su pleno significado solo el creyente católico puede apreciarlo, porque solo él, en su pensamiento y sentimiento más profundo, es uno con el espíritu que late aquí en el corazón del mundo cristiano.

Muchos detalles sobre Roma se han establecido en otros artículos de LA ENCICLOPEDIA CATÓLICA. Para otros temas se remite el lector a los siguientes artículos:

Hay un artículo especial sobre cada una de las órdenes religiosas, santos y artistas mencionados en este artículo, mientras que los detalles de la administración papal, tanto espiritual como temporal, se encontrarán tratados bajo

De los grandes monumentos cristianos de la Ciudad Eterna, se dedican artículos especiales a

Topografía y Condiciones Existentes (a 1912)

La ciudad de Roma se levanta a orillas del Tíber a una distancia de 16 a 19 millas de la desembocadura de ese río, que hace un profundo surco en la llanura que se extiende entre las colinas de Alban, al sur; las colinas de Palestrina y Tivoli, y las colinas Sabinas, al este; y las colinas de Umbría y Monte Tolfa, al norte. La ciudad se encuentra en la latitud 41°54' N. y la longitud 12°30' E. de Greenwich. Ocupa, en la margen izquierda, no sólo la llanura, sino también las alturas adyacentes, a saber, porciones de las colinas de Parioli, del Pinciano, el Quirinal, el Viminal, el Esquilino (que son sólo los extremos de un macizo montañoso de toba que se extiende a las colinas de Alban), el Capitolio, el Celio, el Palatino y el Aventino, colinas que ahora (a 1912) están aisladas. En la margen derecha está el valle que se encuentra debajo de Monte Mario, el Vaticano, y el Janiculano, el último de los cuales se ha cubierto ahora con casas y jardines. El Tíber, que atraviesa la ciudad, forma dos curvas cerradas y una isla (San Bartolomeo), y dentro de la ciudad sus orillas están protegidas por las fuertes y altas murallas que se iniciaron en 1875. El río es atravesado por catorce puentes, uno de los cuales es solo provisional (a 1907), mientras que se han construido diez desde 1870. También hay un puente levadizo de ferrocarril cerca de San Pablo. La navegación por el río es practicable solo para embarcaciones de calado ligero, que anclan en Ripa Grande, y llevan cargamentos de petróleo y otras mercancías.

Para la cura de almas, la ciudad está dividida en 54 parroquias (incluidas 7 en los suburbios), administradas en parte por el clero secular y en parte por regulares. Los límites de las parroquias han sido modificados radicalmente por Pío X, para satisfacer las nuevas necesidades que surgen de los cambios topográficos. Cada parroquia tiene, además de su párroco, uno o dos [[Sacerdote Auxiliar sacerdotes auxiliares, un sacristán principal y un número indeterminado de capellanes. Los párrocos cada año eligen un camarlengo del clero, cuyo cargo es puramente honorario; todos los meses se reúnen para una conferencia para discutir casos de teología moral y también las exigencias prácticas del ministerio. En cada parroquia hay un comité parroquial de obras católicas; cada una tiene sus diversas cofradías, muchas de las cuales tienen su propia iglesia y oratorio.

En la vasta extensión de campo fuera de Roma, a lo largo de las principales carreteras, hay capillas para el alojamiento de los pocos habitantes asentados, y los obreros y pastores que de octubre a julio se dedican al trabajo del campo abierto. En tiempos pasados, la mayoría de estas capillas tenían sacerdotes propios, que también tenían escuelas; hoy día (a 1912), gracias a los esfuerzos de la Sociedad para la Ayuda Religiosa del Agro Romano (es decir, los distritos rurales alrededor de Roma), los sacerdotes son llevados allá desde Roma todos los domingos para celebrar la Misa, catequizar y predicar el Evangelio. Las casas de religiosos varones suman unas 160; de religiosas, 205, en su mayor parte dedicadas a la enseñanza, al cuidado de los enfermos en hospitales públicos y privados, a la gestión de varias casas de retiro, etc. Además de los tres capítulos patriarcales (ver más abajo, bajo "Iglesias"), hay en Roma once capítulos colegiados.

En las basílicas patriarcales hay confesores de todos los idiomas principales. Algunas naciones tienen sus iglesias nacionales (alemanes, Anima y Campo Santo; franceses, S. Luigi y S. Claudio; croatas, S. Girolamo dei Schiavoni; belgas, S. Giuliano; portugueses, S. Antonio; españoles, S. Maria in Monserrato; a todo lo que se pueden agregar las iglesias de ritos orientales). Además, en las iglesias y capillas de muchas casas religiosas, en particular los generalatos, así como en los distintos colegios nacionales, los extranjeros pueden cumplir con sus obligaciones religiosas. Para las personas angloparlantes los conventos de los dominicos irlandeses (S. Clemente) y de los franciscanos irlandeses (S. Isidoro), los colegios ingleses, irlandeses y americanos, la nueva Iglesia de S. Patrizio en la Via Ludovisi, la de S. Giorgio de las Hermanas Inglesas en la Via S. Sebastianello, y debe mencionarse particularmente a S. Silvestro in Capite (Pallottini). También en estas iglesias hay, regularmente, sermones en inglés en las tardes de los días de fiestas, durante la Cuaresma y el Adviento y en otras ocasiones. A veces también hay sermones en inglés en otras iglesias, que se notifican de antemano mediante avisos publicados fuera de las iglesias y anuncios en los periódicos.

Las primeras comuniones se hacen principalmente en las iglesias parroquiales; muchos padres recluyen a sus hijas en alguna institución educativa durante el período de preparación inmediata. También hay dos instituciones para la preparación de niños para su Primera Comunión, una de ellas sin cargo (Ponte Rotto). La doctrina cristiana se enseña tanto en las escuelas diurnas como nocturnas que dependen de la Santa Sede o de congregaciones religiosas o asociaciones católicas. Para aquellos que asisten a las escuelas primarias públicas, el catecismo parroquial se proporciona los domingos y los días festivos por la tarde. Para los estudiantes intermedios y universitarios se han formado escuelas adecuadas de instrucción religiosa, conectadas con las escuelas de idiomas y los ripetizioni escolares, a fin de atraer a los jóvenes.

Las cofradías, 92 en total, son profesionales (para miembros de determinadas profesiones u oficios), o nacionales, o para algún objeto caritativo (por ejemplo, para la caridad a los presos; S. Lucia del Gonfalone y otras similares; para dar dotes a las jóvenes pobres y de buen carácter; la Confraternità della Morte, para enterrar a los que mueren en las comarcas, y varias cofradías para acompañar los funerales, de las cuales la principal es la del Sacconi; la de S. Giovanni Decollato, para asistir a personas condenadas a muerte), o también tienen algún fin puramente devocional, como las Cofradías del Santísimo Sacramento, de la Doctrina Cristiana, de los diversos misterios de la religión y de ciertos santos.

Para la instrucción eclesiástica había en la ciudad, además de los varios colegios italianos y extranjeros, tres grandes universidades eclesiásticas: la Gregoriana, bajo la dirección de los jesuitas; las Escuelas del Seminario Romano, en S. Apollinare; el Collegio Angelico de los dominicos, antes conocido como la Minerva. Varias órdenes religiosas también tenían escuelas propias: —los benedictinos en San Anselmo, los franciscanos en San Antonio, los redentoristas en San Alfonso, los carmelitas calzados en el Colegio de San Alberto, los capuchinos los conventuales menores, los agustinos y otros. (Vea COLEGIOS ROMANOS.)

Para los estudios clásicos hay, además de las escuelas de S. Apollinare, el Collegio Massimo, bajo los jesuitas, que comprende también escuelas elementales y técnicas; el Collegio Nazareno (escolapios), cuyo gimnasio y escuela intermedia están al nivel de los del Gobierno; el Instituto Angelo Mai (barnabitas). Los Hermanos de las Escuelas Cristianas tenían un floreciente instituto técnico (de Merode) con una casa de huéspedes (convitto). Había ocho colegios para jóvenes bajo la dirección de eclesiásticos o religiosos. La Santa Sede y la Sociedad para la Protección de los Intereses Católicos también mantenían cuarenta y seis escuelas primarias para el pueblo, en su mayoría bajo el cuidado de congregaciones religiosas. Para la educación de las niñas había veintiséis instituciones dirigidas por hermanas, algunas de las cuales también recibían a alumnos externos. Los orfanatos eran nueve y algunos de ellos estaban conectados con escuelas técnicas e industriales. Los salesianos también tenían una institución similar, y había dos instituciones agrícolas. Los hospicios cubrían las necesidades de los conversos de las sectas cristianas y para los neófitos hebreos. Otras treinta casas de refugio, para niños, huérfanos, ancianos, etc., estaban dirigidas por religiosos o religiosas.

Como capital de Italia, Roma es la residencia de la casa reinante, los ministros, los tribunales y otros funcionarios civiles y militares tanto del gobierno nacional como del provincial. Para la instrucción pública (a 1912) están la universidad, dos institutos técnicos, una escuela superior comercial, cinco gimnasios-liceos, ocho colegios técnicos, un instituto femenino para la preparación de profesores de secundaria, un internado nacional y otras instituciones laicas, además de un colegio militar. También hay varias escuelas privadas de idiomas, etc.: —la Vaticana, la Nazionale (formada a partir de las bibliotecas del Colegio Romano, del Convento de Aracœli y otras bibliotecas monásticas parcialmente arruinadas), la Corsiniana (ahora la Escuela de la Accademia dei Lincei ), la Casanatense, la Angélica (antiguamente perteneciente a los agustinos), la Vallicellana (oratorianos, fundada por el cardenal Baronio), la Militare Centrale, la Chigiana y otras. (Para las academias vea ACADEMIAS ROMANAS).

Las naciones extranjeras mantienen instituciones para el estudio artístico, histórico o arqueológico (América, Gran Bretaña, Austria-Hungría, Prusia, Holanda, Bélgica, Francia). Hay tres observatorios astronómicos y meteorológicos: el Vaticano, el Capitolio (Campidoglio) y el Colegio Romano (jesuita), el último de ellos, situado en el Janiculano, ha sido suprimido. Los museos y galerías dignos de mención son el Vaticano (vea VATICANO), los de antigüedades cristianas y profanas en Letrán (famoso por el "Sátiro Danzante"; el "Sófocles", uno de los mejores retratos de estatuas que se encuentran en Terracina; el "Neptuno", los sarcófagos paganos y cristianos con decoraciones en relieve y la estatua de Hipólito).

En la galería de Letrán hay pinturas de Crivelli, Gozzoli, Lippi, Spagna, Francia, Palmezzano, Sassoferrato y Seitz. El Museo Capitolino contiene tumbas romanas prehistóricas y muebles para el hogar, relieves del Arco de Marco Aurelio, una cabeza de Amalasunta, una figura de medio cuerpo del emperador Cómodo, el epitafio del niño prodigio Quinto Sulpicio Máximo, la Esquilina y las Venus Capitolinas, "Diana de los Efesios", el “Lobo Capitolino” (obra etrusca del siglo V a.C.), “Marforio, el gladiador moribundo”, bustos de los emperadores y otros hombres famosos de la Antigüedad, y la "Lex regia" de Vespasiano. La Galería contiene obras de Spagna, Tintoretto, Caracci, Caravaggio, Guercino (Santa Petronila, el original del mosaico en San Pedro), Guido Reni, Ticiano, Van Dyke, Domenichino, Paolo Veronese y otros maestros.

Existen importantes colecciones numismáticas y colecciones de orfebrería. La Villa Giulia tiene una colección de terracota etrusca; el Museo Romano, objetos recientemente excavados; el Museo Kircheriano se ha convertido en un museo etnográfico. La Galería Borghese se encuentra en la villa del mismo nombre. La Galería Nacional, en el Palacio de Exposiciones (Palazzo dell 'Esposizione), está formada por las colecciones Corsini, Sciarra y Torlonia, junto con adquisiciones modernas. También hay varias colecciones privadas en diferentes puntos de la ciudad.

Las instituciones de caridad pública están todas consolidadas en la Congregazione di Carità, bajo la Administración Comunal. Hay veintisiete hospitales públicos, de los cuales los más importantes son: el Policlínico, que está destinado a absorber a todos los demás; S. Spirito, al que se anexa el manicomio y el hospital de expósitos; S. Salvatore, un hospital para mujeres, en Letrán; S. Giacomo; S. Antonio; la Consolazione; dos hospitales militares. También hay un instituto para ciegos, dos clínicas para enfermedades de la vista, veinticinco asilos para niños abandonados, tres hospitales de reposo y numerosas clínicas privadas para pacientes que pagan. Los grandes paseos públicos son el Pincio, contiguo a Villa Borghese y ahora conocido como Umberto Primo, donde recientemente se ha instalado un jardín zoológico, y el Janículo. Varios parques o jardines privados, como la Villa Pamphili, también son accesibles al público todos los días.

La población de Roma en 1901 era de 462.783 habitantes. De estos 5000 eran protestantes, 7000 judíos, 8200 de otras religiones y de ninguna religión. En el censo que se está realizando de 1910 se esperaba un aumento de más de 100.000. Roma era a 1912 la más saludable de todas las grandes ciudades de Italia, y su mortalidad en 1907 fue del 18,8 por mil, contra 19,9 en Milán y 19,6 en Turín. La prensa está representada por cinco agencias: hay 17 diarios, dos de ellos católicos ("Osservatore Romano" y "Corriere d'Italia"); 8 publicaciones periódicas se publican una vez o con más frecuencia a la semana (5 católicas, 4 en inglés - "Rome", "Roman Herald", "Roman Messenger", "Roman World"); 88 se emiten más de una vez al mes (7 católicos); hay 101 mensuales (19 católicas); 55 publicaciones periódicas aparecen con menos frecuencia que una vez al mes.

Historia General de la Ciudad

Las armas e implementos de la Era Paleolítica, encontrados en las inmediaciones de Roma, dan testimonio de la presencia del hombre allí en aquellos tiempos remotos. Las excavaciones más recientes han establecido que ya en el siglo VIII a. C. o, según algunos, varios siglos antes, había un grupo de viviendas humanas en el monte Palatino, un saliente estrecho y llano tobáceo que se elevaba en medio de un terreno pantanoso cerca del Tíber. (Puede observarse aquí que los pueblos primitivos conocían ese río con el nombre de Rumo, "el río"). Así es el relato tradicional del origen de Roma substancialmente verificado. Al mismo tiempo, o muy poco después, se formó una colonia de sabinos en el Quirinal y una colonia etrusca en el Esquilino.

Entre el Palatino y el Quirinal se levantaba el Capitolino, una vez cubierto por dos arboledas sagradas, luego ocupado por el templo de Júpiter y la Roca. En un pequeño espacio, por tanto, se establecieron las avanzadas de tres pueblos distintos de diferente carácter: los latinos, pastores; los sabinos, labradores de la tierra; los etruscos, ya muy avanzados en civilización y, por tanto, en comercio e industrias. Cómo estos tres pueblos se convirtieron en una ciudad, con, primero, la influencia latina predominante, luego la sabina, luego la etrusca (los dos Tarquinos), está todo envuelto en la oscuridad de la historia de los siete reyes (753-509 a.C.). Prevalece la misma incertidumbre en cuanto a las conquistas realizadas a costa de los pueblos circundantes. Es incuestionable que todas esas conquistas tuvieron que hacerse de nuevo tras la expulsión de los reyes.

Pero la organización social de la nueva ciudad durante este período se destaca claramente. Había tres tribus originales: los ramnianos (latinos), los tizianos (sabinos) y los luceres (etruscos). Cada tribu se dividía en diez curiœ, cada curia en diez gentes; cada gens en diez (o treinta) familias. Los que pertenecían a estas tribus, las más antiguas, eran patricios, y los jefes de las trescientas gentes formaban el Senado. En el transcurso del tiempo y las guerras con los pueblos vecinos, nuevos habitantes ocuparon las colinas restantes; así, bajo Tullo Hostilio, el Celio fue asignado a la población de la arrasada Alba Longa (Albano); los sabinos, conquistados por Anco Marcio, tuvieron el Aventino. Más tarde se ocupó el Viminal. Los nuevos habitantes formaron los plebeyos (Plebs), y sus derechos civiles eran menores que los de los ciudadanos mayores.

La historia interna de Roma hasta el Período Imperial no es más que una lucha de plebeyos contra patricios por la adquisición de mayores derechos civiles, y estas luchas resultaron en la organización civil, política y jurídica de Roma. El rey era sumo sacerdote, juez, líder en la guerra y jefe del gobierno; el Senado y los Comitia del pueblo eran convocados por él a su gusto y debatían las medidas propuestas por él. Además, la dignidad real era hereditaria. Entre las obras públicas importantes de este primer período se encuentran los desagües, o alcantarillas (cloacœ), para drenar las marismas alrededor del Palatino, obra del etrusco Tarquinio Prisco; la muralla de la ciudad fue construida por Servio Tulio, quien también organizó a los plebeyos y los dividió en treinta tribus; el Puente Sublicio fue construido para unir la Roma de esa época con el Janiculano.

Durante el espléndido reinado de Tarquinio Superbo, Roma fue el ama del Lacio hasta Circeii y Signia. Pero, al regresar victorioso de Ardea, el rey encontró las puertas de la ciudad cerradas contra él. Roma adoptó una forma republicana de gobierno, con dos cónsules, que sólo ocupaban el cargo durante un año; sólo en tiempos de dificultad se elegía un dictador para ejercer un poder ilimitado. En la expulsión de Tarquinio Superbo, algunos historiadores han visto una revuelta del elemento latino contra la dominación etrusca. Además de las guerras y los tratados con los latinos y otros pueblos, los principales acontecimientos, hasta la quema de Roma por los galos, fueron la institución de los tribunos del pueblo (tribuni plebis), el establecimiento de las leyes de las Doce Tablas, y la destrucción de Veyes.

En 390 a.C. los romanos fueron derrotados por los galos cerca del río Allia; unos días más tarde la ciudad fue tomada e incendiada, y después de la partida de los galos fue reconstruida sin plan ni regla. Cumillo, el dictador, reorganizó el ejército y, después de una larga resistencia al cambio, finalmente consintió en que uno de los cónsules fuera plebeyo. El sur de Etruria quedó sujeta a Roma, con la captura de Nepi y Sutri en 386. La Vía Apia y el acueducto se construyeron durante ese período.

Muy pronto se pudo pensar en conquistar toda la península. Las principales etapas de esta conquista están formadas por las tres guerras contra los samnitas (victoria de Suesaula, 343); la victoria de Boviano, 304; las de los etruscos y los umbros, en 310 y 308; por último, la victoria de Sentinum, en 295, sobre los samnitas, etruscos y galos combinados. La Tarentina (282-272) y la Primera y Segunda Guerras Púnicas (264-201) determinaron la conquista del resto de Italia, con las islas adyacentes, así como la primera invasión de España. Poco después de esto, fueron sometidos el Reino de Macedonia (Cynoscephalæ, 197; Pydna, 168) y Grecia (captura de Corinto, 146), mientras que la guerra contra Antíoco de Siria (192-89) y contra los gálatas (189) llevó la supremacía romana a Asia. En 146 Cartago fue destruida y África fue reducida al sometimiento; entre 149 y 133 se completó la conquista de España.

Por todas partes surgieron colonias romanas. Con la conquista llegaron también a Roma los lujosos vicios de los pueblos conquistados, y así se acentuó el contraste entre patricios y plebeyos. Para defender la causa de los plebeyos surgieron los hermanos Tiberio y Callo Graco. Las guerras serviles (132-171) y la guerra de Yugurta (111-105) revelaron la total corrupción de la sociedad romana. Mario y Sila, quienes habían ganado la gloria en guerras extranjeras, reclutaron a a los dos partidos opuestos, demócrata y aristocrático, respectivamente. Sila estableció firmemente su dictadura con la victoria de la Porta Collina (83), reorganizó la administración y promulgó algunas buenas leyes para detener la decadencia moral de la ciudad.

Pero eran los tiempos propicios para la oligarquía, que en el curso natural de los acontecimientos conduciría a la monarquía. En el año 60 a.C. César, Pompeyo y Craso formaron el primer triunvirato. Mientras César conquistó la Galia (58-50) y Craso libró una guerra infructuosa contra los partos (54-53), Pompeyo logró obtener el control supremo de la capital. La guerra entre Pompeyo, a quien se adhirieron los nobles, y César, que tenía la democracia con él, era inevitable. La batalla de Farsalia (48) decidió el asunto; en el 45 César ya estaba pensando en establecer un gobierno monárquico; su asesinato (44) no pudo hacer más que retrasar el movimiento hacia la monarquía. Antonio, Lépido y Octavio pronto formaron otro triunvirato; Antonio y Octavio no estuvieron de acuerdo, y en Accio (32) el asunto se decidió a favor de Octavio. Mientras tanto, el poder romano se había consolidado y ampliado en España, en la Galia e incluso hasta Panonia, el Ponto, Palestina y Egipto. De ahora en adelante, la historia romana ya no es la historia de la ciudad de Roma, aunque fue solo bajo Caracalla (211 d.C.) que se otorgó la ciudadanía romana a todos los súbditos libres del imperio.

En medio de estas vicisitudes políticas la ciudad fue creciendo y embelleciéndose con templos y otros edificios públicos y privados. En el Campo Marcio y más allá del Tíber, al pie del Janiculano, surgieron nuevos y populosos barrios con teatros (los de Pompeyo y Marcelo) y circos (el Máximo y el Flaminio, 221 a.C.). El centro de la vida política era el Foro, que había sido el mercado antes de que se trasladara (388) el centro de compraventa al Campo Marcio (Forum Holitorium), dejando el antiguo Forum Romanum paraa asuntos del Estado. Aquí estaban los templos de la Concordia (366), Saturno (497), Dî Consentes, Cástor y Polux (484), la Basílica Æmilia (179), la Basílica Julia (45), la Curia Hostilia (S. Adriano), la Rostra, etc. Apenas se había consolidado el Imperio cuando Augusto centró su atención en el embellecimiento de Roma, y los emperadores sucesivos siguieron su ejemplo: la Roma construida con ladrillos se convirtió en la Roma de mármol.

Después de la sexta década a.C. muchos hebreos se habían asentado en Roma, en el barrio de Trastevere y en el de Porta Capena, y pronto se convirtieron en una potencia financiera. Después de la sexta década a. C. muchos hebreos se habían asentado en Roma, en el barrio de Trastevere y en el de Porta Capena, y pronto se convirtieron en una potencia financiera. Hacían prosélitos incesantemente, especialmente entre las mujeres de las clases altas. Se conocen los nombres de trece sinagogas que había (aunque no todas al mismo tiempo) en Roma durante el período imperial. Así se preparaba el camino para el Evangelio, mediante el cual Roma, ya dueña del mundo, recibiría un título nuevo, más sublime y más duradero, sobre ese dominio: el dominio sobre las almas de toda la humanidad.

Iglesias y Monumentos

Bibliografía

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Monumentos, Antigüedades, etc.: — CHANDLERY, Pilgrim Walks in Rome (San Luis y Londres, 1905); CRAWFORD, Ave, Roma Immortalis (Londres, 1905); DE WAAL, Roma Sacra (Munich, 1905); STETTINER, Roma nei suoi monumenti (Roma, 1911); ANGELI, Roma, in Italia Artistica, XXXVII, XL (Bergamo, 1908); PETERSEN, Das alte Rom (Leipzig, s. d.); STEINMANN, Rom in der Renaissance (Leipzig, 1902); LANCIANI, Pagan and Christian Rome (Boston, 1893); IDEM, Ancient Rome (Nueva York, 1889); IDEM, Forum e Palatino; BOISSIER, Promenades archéologiques (París, 1881); RICHTER, Topographie der Stadt Rom (Nordlinger, 1889); NIBBY, Roma e suoi dintorni (Roma, 1829); HELBIG, Guide to the Public Collections of Classical Antiquities in Rome (Leipzig, 1895-96); ARMELLINI, Le chiese di Roma (Roma, 1891); ANGELI, Le chiese di Roma (milan, 1906).

Revistas Arqueológicas: — Bulletino d'Arch. Crist. (1863-): Nuovo Bulletino d'Arch. crist. (1895-); Bulletino della Comissione arch. comunale di Roma (1873-); Archivo della Società Romano di Storia Patria (Roma, 1877-); Notizie degli scavi di antichità (Roma, 1876-); Ann. Ecclesiastico (Roma, 1911).

Fuente: Benigni, Umberto. "Rome." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13, págs. 164-179. New York: Robert Appleton Company, 1912. 20 Aug. 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/13164a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina