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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Hebrón

De Enciclopedia Católica

Revisión de 20:26 20 dic 2011 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones) (Época Cristiana)

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Hebrón (hbrwn, chebrón) Antigua ciudad real de Canaán, famosa en la historia bíblica, especialmente en la época de los patriarcas y durante el reinado de David. Durante la Edad Media fue sede episcopal--- para 1912 era sólo una sede titular--- y se encuentra en Palestina Prima, con Cesarea como metropolitano. De ahí la división de este artículo en dos partes: (1) Época Bíblica y (2) época cristiana.

Época Bíblica

Hebrón es una de las primeras ciudades mencionadas en la historia. De acuerdo con la Biblia (Núm. 13,22) fue fundada siete años antes que Zoán o Tanis, la ciudad más antigua en el Bajo Egipto, lo que significa que existió desde la primera mitad del tercer milenio a.C. Josefo (Bel. Jud. , IV, IX, 7) dice que en su tiempo la ciudad tenía ya 2,300 años. Originalmente fue llamada Quiryat Arbá, o Quiryat-ha-Arbá (D.V., Quiryat Arbá, Gén. 23,2; 35,27; Jos. 14,15; 15,13.54; 20,7; 21,11; Jc. 1,10; Neh. 11,25) a partir del nombre de Arbá (el hombre más alto entre los anaquitas” (Jos. 14,15). La Vulgata, tomando el nombre común de ha-adam en esta última expresión, es decir, el hombre, por el nombre propio Adán, traduce de la siguiente manera: "Adán, el más grande entre los anaquitas, fue colocado allí"; de donde no se debe inferir, como fue el caso de algunos autores antiguos, que en Hebrón se encuentra la tumba del primer hombre.

La explicación del nombre de Quiryat Arbá en la Biblia demuestra que todas las demás son meramente caprichosas. Tal, por ejemplo, es la de San Jerónimo (De locis et nominibus locorum Hebraicorum, s.v. Arbac, P.L., XXIII, 862; Ep. XLVI, P.L., XXII, 491; Ep. CVIII, P.L. XXII, 886; Quest. in Gen., P.L., XXIII, 978) y de algunos comentadores judíos que dicen que la palabra Arbá significa “cuatro” y Quiryat Arbá es el “pueblo de los cuatro”, es decir, los cuatro patriarcas enterrados en la cueva de Makpelá: Abraham, Isaac y Jacob, a los que se debe añadir, según varias opiniones, ya sea Adán, Caleb, Esaú o José. De acuerdo con de Saulcy (Voyage en Terre Sainte, I, 152) el nombre significa "la ciudad de los cuatro barrios"; mientras se adapta a la ciudad moderna, esto no es del todo cierto de la antigua. La Biblia, sin embargo, insiste una y otra vez sobre el verdadero origen del nombre: "Quiryat Arbá, el padre de Anaq, que es Hebrón" (Jos. 15,13; 21,11). El nombre de Hebrón es también muy antiguo. Aparece bajo la forma Cheburo en los monumentos egipcios del segundo milenio a.C. (Brügsch, "Geog. Inschriften altägypt. Denkmäler", II, 76).

La primera mención de Hebrón, en las Escrituras aparece en (Gén. 13,18) con motivo de la venida de Abraham hasta el valle de Mambré, y este último nombre se le da a menudo a Hebrón (Gén. 23,19; 35,27). A la muerte de Sara, su esposa, el patriarca le compró a Efrón el hitita la cueva de Macpelá para servir como lugar de sepultura para su familia (Gén. 23); Abraham mismo fue enterrado allí (Gén. 25,9), como también lo fueron Isaac (Gén. 35,27-29) y Jacob (Gén. 50,13). Hebrón se convirtió así en la segunda patria de Abraham, y el centro de atracción durante la peregrinación de los patriarcas. Isaac y Jacob habitaron en Mambré, y fue desde el "valle de Hebrón" que José fue enviado a Siquem y Dotán a preguntar por sus hermanos (Gén. 37,14.17). Los espías hebreos enviados por Moisés a Canaán fueron tan lejos como Hebrón, y fue desde el valle adyacente de Eškol que trajeron una rama de vid con su racimo de uvas y algunas granadas e higos (Núm. 13,23-25). Cuando los israelitas invadieron Canaán, Hohán, el rey de Hebrón, se alió contra ellos con otros cuatro príncipes cananeos para asediar a Gabaón. Después que Josué los hubo derrotado, y los mandó a matar, se fue al ataque de Hebrón, la cual tomó, y mandó a matar a todos sus habitantes (Jos. 10,3.23-26.36-37; 11,21; 12,10).

Al dividir la Tierra Prometida, Hebrón le tocó a la tribu de Judá y le fue dada a Caleb (Jos. 14,13.14; 15,13.54; Jc. 1,20). Poco después se convirtió en una ciudad de refugio, cayendo a la suerte de los hijos de Aarón (Jos. 20,7; 21,11.13; 1 Crón. 6,40.42). Después de la muerte de Saúl en el Monte Gilboa, David fue a Hebrón con sus hombres, y ocuparon todos los pueblos de los alrededores (2 Sam. 2,1.3). Allí él fue ungido rey de Judá, hizo de Hebrón su capital, y reinó allí por siete y medio años (2 Sam. 2,11; 3,2.5; 5,5; 1 Rey. 2,11; 1 Crón. 3,1.4 y 29,27). Abner, el jefe del ejército de Saúl, vino a Hebrón a ver a David, fue bien recibido por él, pero luego fue asesinado por Joab. El rey lloró por Abner, lo enterró y compuso una elegía por él (2 Sam. 3,19 – 4,1). También fue a Hebrón que Baaná y Rekab, los jefes de las bandas de Isbaal, trajeron la cabeza de ese hijo de Saúl, a quien habían matado a traición. David ordenó que los asesinos fuesen condenados a muerte, que se le cortaran las manos y pies, y que los colgaron sobre la alberca de Hebrón (2 Sam. 4,2-12). Entonces todas las tribu de Israel fueron y se sometieron a David (2 Sam. 5,1-3; 1 Crón. 11,1-3). Cuando Absalón se rebeló contra su padre, que para entonces se había convertido en el rey de Jerusalén, hizo de Hebrón su cuartel general (2 Sam. 15,7-11). La ciudad fue fortificada por Roboam (2 Crón. 11,10). A Quiryat Arbá también se le menciona entre los pueblos ocupados por los hijos de Judá después de la cautividad (Neh. 11,25). Bajo la dominación siria, pasó a manos de los idumeos; Judas Macabeo, que los expulsó, arrasó las fortificaciones de Hebrón (1 Mac.l 5,65).

Época Cristiana

Algunos escritores, siguiendo a Baronio, Papebrock, Cornelius a Lapide y Matth. Polus, han identificado a Hebrón como la ciudad de Judá donde se llevó a cabo la Visitación, y donde nació San Juan Bautista. Ellos sostienen que Hebrón fue la más importante de las ciudades de Judá, ya que Jerusalén pertenecía a Benjamín; y que, además, Hebrón fue la más importante de las ciudades levíticas que pertenecían a los hijos de Quehat, de quien nació Zacarías, padre del Precursor. Sin embargo, existe una tradición local muy fuerte en favor de la identificación de la "ciudad de Judá" con Karem, el moderno Ain-Karim (ver Karem; Heidet en Vig, "Diccionario de la Biblia.", s.v. “Carem y Meistermann" La patria de San Juan Bautista "). En la época de la gran rebelión judía, Simón ben Giora capturó a Hebrón de los romanos; pero la ciudad fue recuperada pronto, poco antes del asedio de Jerusalén, por Cerealis, uno de los generales de Vespasiano, que la asoló a sangre y fuego (Josefo, "Bel. Jud.", IV, IX, 7-9). Fue con gran dificultad que Hebrón se recuperó alguna vez.

Eusebio (Onomast., s.v. ’Arbó) nos dice que en su época (siglo IV) no era más que una aldea grande; pero el barrio ha sido siempre querido igualmente por los paganos, judíos y cristianos (Eusebio, "Vita Constantini", III, LI, LII, en P.G. XX, 1112-1117; Sócrates, Hist. Ecl.; Sozomeno, Hist. Ecl.). Incluso los musulmanes la querían debido a sus muchas asociaciones bíblicas, especialmente la aparición de los ángeles a Abraham, y porque contiene la tumba de los patriarcas. Josefo (loc. cit.; "Ant.", I, 14), Eusebio (Onomástico, loc cit..) el Peregrino de Burdeos en el año 333 y los visitantes de épocas venideras lo mencionan como un santuario tenido en la más alta reverencia. Por todas estas razones, en el momento de la conquista árabe (637) Hebrón fue elegida como una de las cuatro ciudades santas del Islam. Anteriormente Khusrau (614), el rey de Persia, la había perdonado en deferencia a los muchos judíos que había en su ejército. Eusebio, Sócrates y Sozomeno (loc. cit.) relatan que Constantino ordenó que se construyera una iglesia en Mambré, con el propósito de poner fin a las prácticas supersticiosas que se llevaban a cabo allí todos los años durante una feria semi-religiosa. Pero no sabemos en qué época se construyó por primera vez una basílica sobre la cueva de Makpelá. Es cierto que los cruzados tomaron la ciudad en el año 1100, y que el santuario se convirtió en la iglesia de San Abraham, también llamada la Iglesia de la Santa Cueva (Sancta Caverna o Spelunca, ’ágion spelaîon). Los cronistas de ese período llaman a menudo a la ciudad Castillo de San Abraham, o Castellum ad Sanctum Abraham. Allí se instaló un priorato de canónigos regulares de San Agustín para hacerse cargo de la basílica (de Roziere "Cartulaire du Saint-Sepulcro", 120, 142, 171, etc.).

Un curioso documento relativo a la época medieval y tomado de un manuscrito del siglo XV, se encuentra en el "Recueil des historiens des Croisades" (Hist. Occid, V, 302-316.) bajo el título: "Canonici Hebronensis tractatus de inventione sanctorum patriarcharum Abraham, Ysaac et Jacob "[ver Riant, "Invention de la sepulture des patriarches ... a Hebron, le 25 juin 1119", en "Archives de l'Orient latin", II (1883), 411-421; también "Acta SS.", Octubre, IV, 683-691; y "Analecta Bollandiana", XX (1901), 464]. Parece que esta historia se basa en los hechos; dos historiadores árabes, que pudieron haber vivido contemporáneamente, mencionan tal descubrimiento (Recueil des Hist Croisades des, op cit, p. 64).

Sus materiales históricos más interesantes son los siguientes: una descripción del santuario existente en el sitio de las tumbas antes de la llegada de los francos; el envío de una embajada de Constantinopla a Palestina por el emperador Teodosio el Joven, cerca del año 415, para traer de vuelta los cuerpos de los tres patriarcas, y el fracaso de este intento; la existencia de una sinagoga en Hebrón en la época de la Primera Cruzada; la expoliación del santuario en Hebrón entre 1099 y 1102 por un arzobispo latino, probablemente Pierre de Narbonne, transferido de la Sede de Alban a la de Apamea entre 1112 y 1119. Se hace referencia, en el año 1119, a Rainiero, prior de Hebrón, y a dos monjes, Odo y Arnulfo, quienes le dieron al escritor anónimo los hechos que relata; también se menciona a Balduino, señor de San Abraham; Guermond, Patriarca de Jerusalén (m. 1128); y aparece una descripción de la cripta sepulcral donde yacen los cuerpos de los patriarcas. En 1167 Hebrón se convirtió en una sede latina; su primer titular fue Rainaldo (1167 - 1170), sobrino del patriarca Foucher (Du Cange, "Families d'outremer", 794).

Una carta del Papa Clemente IV, con fecha 1 de junio de 1267, le ordena al patriarca de Jerusalén que le provea de un sacerdote a la iglesia de Hebrón (Eubel, "Hierarchia Catholica", I, 283). Después de Geoffrey (Gaufrido), O.P., 1273-1283, los obispos de Hebrón eran solamente titulares, y existía una gran confusión en su lista (Lequien, "Oriens Christ.", III, 639-642, 1269-1270; Gams, "Series episc.", 435 Eubel, op. cit., I, 283, II, 180). El cardenal Mermillod fue una vez titular de Hebrón. Para el 1912 el titular era Monseñor Petkoff, vicario apostólico de los uniatas búlgaros en Tracia, quien residía en Adrianópolis. Hebrón disfrutó de una existencia muy breve como sede residencial. Sin embargo, sobrevivió al triunfo de Saladino en 1187, y a la marcha de las hordas caresmianas en 1244. Después de las victorias en Hattin (15 de julio de 1187) y en Ascalón (5 de septiembre), y antes de marchar sobre Jerusalén, Saladino se apresuró a ocupar Hebrón, y a asociar el santuario de Abraham con el culto del Islam. Los caresmianos destruyeron la ciudad, pero no tocaron el santuario (Riant, "Archives", II, 420-421).

A pesar del fanatismo musulmán, que a partir del siglo XIV le había prohibido a los no musulmanes entrar al lugar santo (Isaac Chelo, 1334, "Les chemins de Jerusalem", en Carmoly, "Itineraires", 243), después de la salida de los latinos, los griegos cismáticos mantuvieron durante un tiempo un obispo residente en Hebrón. Lequien (III, 641-642) menciona uno de estos obispos, Joannikios, cuyo nombre aparece con el de Cristódoulo de Gaza en las actas del Concilio de Jerusalén en 1672 (Mansi, XXXIV B, 1771) bajo el título de “Ioannikiou tou theophilestatou archiepiskopou tou agiou spelaiou” (Joannikios, el arzobispo más santo de la Cueva Sagrada). Entre los otros firmantes (ibid., 1174) estaban dos sacerdotes de la misma iglesia, Jorge e Isas, ambos de los cuales se describen a sí mismos como “iereus kai ephemerios tou agiou spelaiou” (sacerdote y siervo de la Cueva sagrada). Esta diócesis griega no duró mucho tiempo y no se la menciona en la noticia de Crisanto, patriarca de Jerusalén, 1707-1731. En 1834, luego de derrotar a los habitantes de Hebrón cerca de la Piscinas de Salomón, luego de que éstos se habían levantado contra su autoridad, Ibrahim Pasha tomó su pueblo por asalto.

Para 1912 Hebrón era uno de los principales pueblos de Palestina. Estaba alrededor de veinticuatro millas al sur de Jerusalén, era la residencia del caimacán, y tenía una población de 20,000 habitantes, de los cuales 2,000 eran judíos de origen alemán, español o portugués; el resto eran fanáticos musulmanes. Su nombre árabe, El-Khalil, significa "el amigo de Dios", y recuerda a Abraham, a quien se le llama así en Santiago 2,23. La ciudad es pintoresca, situada a unos 3000 pies sobre el nivel del mar, en una meseta estrecha entre las colinas de Judea. Su único monumento de interés es el "Recinto Sagrado" (Haram-el-Khalil), dentro del cual se encuentra la mezquita sobre la cueva de entierro de Macpelá. El Haram es en forma de un paralelogramo rectangular de unos 200 pies de largo, por 120 de ancho y 50 a 60 de alto. Las paredes están adornadas con muchas pilastras, y están construidas con enormes piedras en bruto. El estilo de la construcción pertenece a la época en que se construyeron las criptas del Haram en Jerusalén, y parece de carácter romano.

La moderna mezquita está construida en el sitio de una antigua basílica restaurada por los cruzados (La Palestine, Guide historique et pratique, par des professeurs de N. D. de France à Jérusalem, p. 268). El recinto sagrado es uno de los mejores vestigios de la arquitectura antigua en Palestina, y ha sido admirado desde la época del Peregrino de Burdeos (siglo IV). En opinión de muchos es de origen judío y data de la época de los reyes de Judá (cf. Legendre in Vig., "Dict. de la Bible", s.v. Hébron). Consulte Riant, "Archives", II, 412, para obtener una lista de los pocos viajeros que, durante el siglo XIX, tuvieron ocasión de visitar este santuario tan fanáticamente custodiado por los musulmanes.

En 1862, el rey de Inglaterra, entonces Príncipe de Gales, y en 1869 el príncipe heredero de Prusia, más tarde Federico III, fueron algunos de los visitantes. El comercio de la ciudad es igual que en todos los países árabes. La fertilidad comparativa de la tierra y la abundancia de agua contribuyen a incrementar este comercio, que consiste principalmente en la fabricación de bolsas de agua de piel de cabra, jarras, y sobre todo material de vidrio el cual, durante siglos, Hebrón ha utilizado una soda extraída de las regiones de Transjordania. Los viñedos alrededor de la ciudad son muy finos; pertenecen principalmente a los judíos que comercian pasas, y fabrican un jarabe y un excelente vino, conocido como el vino de Hebrón. Para 1912 los rusos se las ingeniaron para conseguir un punto de apoyo en El-Khalil, y tuvieron una posada a la entrada de la ciudad.


Bibliografía: Una bibliografía completa de Hebrón conllevaría una enumeración muy extensa; aquí sólo se mencionarán las obras principales. GUÉRIN, Description de la Judée, III, 214-256; ROBINSON, Biblical Researches in Palestine, II, 73-94; CONDER AND KITCHENER, Memoirs of a Survey of Western Palestine, III, 305-8; 333-46; THOMSON, The Land and the Book, I: Southern Palestine (Londres, 1881), 268-82; ROSEN, Ueber das Thal und die nächste Umgebung Hebrons in Zeitschrift des deutschen morgenl. Gesellschaft, XII, 477; LEGENDRE in VIG., Dict. de la Bible, s.v. Para las obras cristianas, vea las obras mencionadas en el cuerpo del artículo: LEQUIEN, DU CANGE, EUBEL, y los historiadores de las Cruzadas en los lugares indicados; también para ambas épocas, SAUVAIRE, Histoire de Jérusalem et d'Hébron depuis Abraham jusqu'à la fin du XVe siecle de J. C. (París, 1876), que contiene fragmentos de la crónica de Mondjired-din, traducida del texto arábigo.

Fuente: Salaville, Sévérien. "Hebron." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. 26 Nov. 2011 <http://www.newadvent.org/cathen/07184a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.