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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Bardesanes y Bardesanitas

De Enciclopedia Católica

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Su vida

Bardesanes (Bar-Daisan) fue un gnóstico sirio o, más correctamente, poeta sirio, astrólogo y filósofo; nació el 11 de julio de 154 (¿164?) en Edesa, de padres ricos persas o partos; murió en el 222 en Edesa. Para indicar la ciudad de su nacimiento, sus padres lo llamaron “Hijo del Daisan”, río en el que está situada Edesa. Julio Africano a veces se refiere a él como “el parto” debido a su origen extranjero; Porfirio lo llama "el babilonio"; y San Hipólito lo llama “el armenio” debido a su importante actividad posterior en Armenia. Sus padres paganos, Nuhama y Han’siram, debieron haber sido gente de rango, pues su hijo fue educado con la corona de príncipe del reino osrohénico, en la corte de Abgar Manu VIII. Julio Africano dice que vio a Bardesanes, con arco y flecha, marcar el contorno de la cara de un niño con sus flechas en un escudo que el niño sostenía.

Debido a los disturbios políticos en Edesa, Bardesanes y sus padres se mudaron por un tiempo a Hierápolis (Mabàg), un importante centro del paganismo. Aquí el niño se crió en la casa del sacerdote pagano Anuduzbar. En esta escuela, sin duda, aprendió todos las intrincaciones de la astrología babilónica, una formación que definitivamente influyó en su mente y resultó la ruina de su vida posterior. A la edad de veinticinco años acertó a escuchar las homilías de Histaspes, el obispo de Edesa; recibió la instrucción, fue bautizado, y llegó incluso a ser admitido al diaconado o al sacerdocio. "Sacerdocio", sin embargo, tan sólo puede implicar que él clasificó como uno de los del colegio de presbíteros, pues se mantuvo en el mundo, tuvo un hijo llamado Harmonio, y cuando Abgar IX, el amigo de su juventud, subió al trono (179) tomó su lugar en la corte. Claramente él no era un asceta, pero se vestía de galas orientales "con berilos y caftán”, de acuerdo a San Efrén.

Su aceptación del cristianismo fue perfectamente sincera, y no merecen mucho crédito las historias posteriores de que abandonó la Iglesia Católica y se unió a los gnósticos valentinianos por ambición decepcionada. Su real amigo se convirtió (probablemente después de 202, es decir, después de su visita y la honorable recepción en Roma) en el primer rey cristiano, y el rey y filósofo trabajaron para crear el primer estado cristiano. Bardesanes mostró gran actividad literaria contra Marción y Valentino, los gnósticos en boga. Pero, por desgracia, con el celo de un converso deseoso de poner sus conocimientos previos al servicio de la verdad recién descubierta, Bardesanes mezcló su pseudo-astronomía babilónica con el dogma cristiano y así originó una secta cristiana, que fue combatida vigorosamente por San Efrén.

Bajo el gobierno de Caracalla, Los romanos tomaron ventaja de la facción anti cristiana en Edesa, capturaron a Abgar IX y lo enviaron encadenado a Roma. Así llegó a su fin el reino osrhoenico, después de 353 años de existencia. A pesar de que un amigo de Caracalla lo instó a apostatar, Bardesanes se mantuvo firme, diciendo que no temía a la muerte, como lo haría en cualquier caso en que la tuviera que enfrentar, a pesar de que ahora debía presentarse ante el emperador. A la edad de sesenta y tres se vio obligado a refugiarse en la fortaleza de Ani en Armenia y trató de difundir el Evangelio allí, pero con poco éxito. Murió a la edad de sesenta y ocho, probablemente en Edesa. De acuerdo con Miguel el Sirio, Bardesanes tenía además otros dos hijos además de Harmonio, llamados Abgarun y Hasdà.

Escritos

Aparentemente Bardesanes fue un escritor prolífico. Aunque casi todas sus obras han perecido, tenemos conocimiento de las siguientes:

  • (a) Diálogos contra Marción y Valentín (Teodoreto, Haer. Fab., I, XXII, Eusebio, Hist. Ecl., IV.30.3).
  • (b) Diálogo “Contra el destino", dirigido a Antonino. Es motivo de controversia si este Antonino es sólo un amigo de Bardesanes o un emperador romano y, en este último caso, a cuál de los Antoninos se refiere. También es incierto si este diálogo es idéntico a "El Libro de las Leyes de los Países" (Eusebio, Hist. Ecl., IV.30.2; San Epifanio, Haer., LVI, I; Teodoreto, Haer. Fab., I, XXII).
  • (c) Un "Libro de los Salmos", 150 en total, a imitación del salterio de David (San Efrén, Serm. Adv. Hr., LIII). Estos salmos se hicieron famosos en la historia de Edesa; sus palabras y melodías vivieron durante generaciones en los labios de la gente. Sólo perdieron gradualmente el favor cuando San Efrén compuso himnos en el mismo metro pentasílabo y los hizo cantar con las mismas melodías de los salmos de Bardesanes. Probablemente poseemos algunos de los himnos de Bardesanes en los “Hechos de Tomás” gnósticos; el “Himno sobre el Alma”, los "Esponsales de la Sabiduría", la oración consagratoria para el bautismo y la Sagrada Comunión. De estos, sin embargo, sólo el “Himno sobre el alma" es generalmente reconocido como de Bardesanes; la autoría de los demás es dudosa. Aunque desfigurado por muchas oscuridades, la belleza de este himno sobe el alma es muy notable. El alma es enviada desde su hogar celestial a la tierra, simbolizada por Egipto, para obtener la perla de gran precio. En Egipto se olvida por un momento de su filiación real y glorioso destino, la recuerda por una carta de casa, logra arrebatarle la perla a la Serpiente, y, una vez más ataviado con una vestidura de luz, regresa a recibir su rango y gloria en el reino de su padre.
  • (d) tratados astrológico-teológicos, en los que exponía sus principios peculiares. Son mencionados por San Efrén, y entre ellos había un tratado sobre la luz y la oscuridad. Un fragmento de una obra astronómica por Bardesanes fue preservado por George, obispo de las tribus árabes, y fue vuelto a publicar por Nau en "Bardesane l’astrologue", etc. (París, 1899).
  • (e) Una "Historia de Armenia". Moisés de Corene (Historia de G.A. II, 66) afirma que Bardesanes, "habiendo tomado refugio en la fortaleza de Ani, leyó allí los registros del templo en los que también se registraban las hazañas de los reyes; a éstos añadió los acontecimientos de su propia época. Escribió todo en siríaco, pero su libro se tradujo después al griego.” Aunque la exactitud de esta afirmación no está sobre toda sospecha, es probable que tenga un fundamento en los hechos.
  • (f) “Un relato de India”. Bardesanes obtuvo su información de los embajadores hindúes al emperador Heliogábalo. Porfirio y Stobeo (Langlois, Fragm. Hist. graec., V, LXVIII sqq.) han conservado algunos extractos.
  • (g) El "Libro de las Leyes de los países". Este famoso diálogo, el más antiguo vestigio no sólo de la erudición de Bardesanes, sino incluso de la literatura siríaca, si exceptuamos la versión de las Sagradas Escrituras, no es del propio Bardesanes, sino de un tal Felipe, su discípulo. Sin embargo, el orador principal en el diálogo es Bardesanes, y no tenemos ninguna razón para dudar de que lo que pone en su boca representa correctamente su enseñanza. Excerptas de esta obra se conservan en griego en Eusebio (Praep. Ev., VI, X, 6ss.) y en Cesarius (Quaestiones, XLVII, 48); en latín en los “Reconocimientos” de Pseudo-Clemente, IX, 19 ss. Un texto sirio completo fue publicado por primera vez a partir de un manuscrito del siglo VI o VII del Museo Británico, por Cureton, en su "Spicilegium syriacum" (Londres, 1855), y recientemente por Nau. Se disputa si el original estaba en siríaco o en griego; Nau está decididamente y con razón a favor del primero. Contra un discípulo interrogador llamado Abida, Bardesanes busca demostrar que el destino no necesita del todo las acciones del hombre, como el resultado de combinaciones estelares. A partir del hecho de que las mismas leyes, usos y costumbres suelen prevalecer entre todas las personas que viven en cierto distrito, o, aunque localmente dispersos, que viven bajo las mismas tradiciones, Bardesanes se esfuerza por demostrar que la posición de las estrellas el día del nacimiento de los individuos puede tener poco que ver con su conducta posterior. De ahí el título de "Libro de las Leyes de los países."

Sistema

Se han formado diversas opiniones en cuanto a la verdadera doctrina de Bardesanes. Tan temprano como en la época de San Hipólito (Filos. VI, 50) su doctrina era descrita como una variedad de valentinismo, la forma más popular de gnosticismo. A. Hilgenfeld en 1864 escribió una buena defensa de esta opinión, basada principalmente en los extractos de San Efrén, quien dedicó su vida a combatir contra el bardesanismo en Edesa. Pero las expresiones fuertes y fervientes de San Efrén contra los bardesanitas de sus días no son un criterio justo de la doctrina de su maestro. La extraordinaria veneración de sus propios compatriotas, la muy reservada y medio respetuosa alusión a él en los primeros Padres, y sobre todo el "Libro de las Leyes de los Países" sugieren una visión más moderada de las aberraciones de Bardesanes.

A él no se le puede llamar un gnóstico en el sentido estricto de la palabra. Creía en un Dios todopoderoso, creador del cielo y la tierra, cuya voluntad es absoluta, y a quien todas las cosas le están sometidas. Dios dotó al hombre del libre albedrío para que trabaje por su salvación; permitió que este mundo sea una mezcla de bien y mal, de luz y oscuridad. Todas las cosas, incluso las que ahora consideramos inanimadas, tienen una medida de libertad. En todas ellas la luz tiene que vencer la oscuridad. Después de seis mil años la tierra tendrá un fin, y un mundo sin mal tomaría su lugar. Para Bardesanes el sol, la luna y los planetas eran seres vivos, a quien, bajo Dios, se les encargaba en gran medida el gobierno de este mundo; y aunque el hombre era libre, recibió de las constelaciones una fuerte influencia para bien o para mal. El catecismo de Bardesanes debe haber sido una extraña mezcla de la doctrina cristiana y referencias a los signos del zodiaco. Engañados por el hecho de que "espíritu" es femenino en siríaco, parece que tuvo puntos de vista erróneos sobre la Santísima Trinidad. Al parecer negaba la resurrección de la carne, pero pensaba que el cuerpo de Nuestro Señor estaba dotado de incorruptibilidad como un don especial.

Escuela

El hijo de Bardesanes extraviado aún más lejos del camino de la ortodoxia. Educado en Atenas, añadió a la astrología caldea de su padre errores griegos sobre el alma, el nacimiento y la destrucción de los cuerpos, y una especie de metempsicosis. Un tal Marino, un seguidor de Bardesanes, es refutado en el "Diálogo de Adamancio". Este Marino, un dualista, sostenía la doctrina de un ser primitivo doble; pues según él, el diablo no fue creado por Dios. También fue docetista, pues negaba el nacimiento de Cristo de una mujer. De acuerdo a San Efrén, los bardesanitas de su día fueron dados a muchas puerilidades y obscenidades. El sol y la luna eran considerados principios masculino y femenino y las idea de los cielos entre los bardesanitas no carecía de una mezcla de sensualidad.

Los celosos esfuerzos de San Efrén por suprimir esta herejía no fueron enteramente satisfactorios. Rábula, obispo de Edesa (431-432), la encontró floreciendo en todas partes. En el siglo VII Jacobo de Edesa atestigua sobre su existencia; en el VIII por George, obispo de las tribus árabes, y en el X por el historiador Masudi; e incluso en el XII por Shashrastani. Parece que el bardesanismo degeneró primero en valentinismo y luego en el maniqueísmo común. Shashrastani afirma: "Los seguidores de Daisan creen en dos elementos, la luz y la oscuridad. La luz causa el bien, deliberadamente y con el libre albedrío; la oscuridad ocasiona el mal, pero por la fuerza de la naturaleza y la necesidad. Ellos creen que la luz es una cosa viva, que posee conocimientos, poder, percepción y entendimiento; y que de ella el movimiento y la vida toman su origen, pero que la oscuridad está muerta, ignorante, débil, rígida y sin alma, sin actividad y discriminación; y afirman que el mal dentro de ellos es el resultado de su naturaleza y se hace sin su cooperación" [tr Haarbrucker. (Halle, 1850), I, 293).


Bibliografía: Buonaiuti, Lo Gnosticismo (Roma, 1907); Nau, Bardesane l'astrologue, le livre des lois des pays (2da. ed., París, 1899); Idem, Dictionnaire de theol. Cath., s.v. (París, 1903); Bardenhewer, Gesch. Der altk. Lit. (Friburgo, 1902), I, 337 ss.; Merx, Bardesances von Edessa (Halle, 1863); Hilgenfeld, Bardesanes der letzte Gnostiker (Leipzig, 1864); Hort in Dict. Of Christ. Biog., s.v.; Schonfelder in Kirchenlex., s.v.

Fuente: Arendzen, John. "Bardesanes and Bardesanites." The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/02293a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.