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Martes, 19 de marzo de 2024

Necesidad

De Enciclopedia Católica

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Necesidad, de modo general, denota una conexión estricta entre diferentes seres, o los diferentes elementos de un ser, o entre un ser y su existencia. Es por lo tanto una noción primaria y fundamental, y es importante determinar sus varios significados y aplicaciones en la filosofía y en la teología.

En lógica, los escolásticos, al estudiar las relaciones mutuas de los conceptos que forman la materia de nuestros juicios, dividieron los juicios o proposiciones en juicios en materia necesaria (in materia necessaria ), y juicios en materia contingente (in materia contingenti). (Cf. Santo Tomás, I Perihermen, lect. XIII.). Los juicios en materia necesaria eran conocidos como propositiones per se; los filósofos modernos los llaman juicios “analíticos”, “racionales”, puros” o “a priori”. Los escolásticos definen la propositio per se como una cuyo predicado es un elemento constitutivo o una propiedad natural del sujeto. Tal es el caso de las verdades primarias, principios matemáticos y metafísicos (Cf. S. Thom., “in I Anal.”, lect. X y XXXV; “de Anima”, II, lect. XIV). Fue ignorando la última parte de esta definición y restringiendo arbitrariamente el concepto de juicios analíticos a aquellos cuyo predicado es un elemento constitutivo del sujeto, que Kant inventó la falsa noción de los juicios sintéticos a priori.

Considerado bajo su aspecto metafísico, el ser en su relación a la existencia se divide en necesario y contingente. Un ser necesario es uno cuya existencia está incluida en y es idéntica a su misma esencia. Los diferentes seres que observamos en nuestra experiencia diaria están sujetos a comienzo, cambio, a perfección, a destrucción; la existencia no les es esencial y no tienen en sí mismos la razón de su existencia: son seres contingentes. Su existencia les llega de una causa eficiente externa. Es a partir de la existencia real de los seres contingentes que llegamos a la noción y prueba de la existencia de un ser necesario único que los produce pero que no es producido, uno cuya existencia es su propia esencia y naturaleza, que es al mismo tiempo eterno, perfecto, infinito, es decir, Dios (vea Contingente). Y así en relación a la existencia, Dios sólo es absolutamente necesario, todos los demás son contingentes.

Cuando consideramos los diferentes seres, no desde el punto de vista de la existencia, sino en relación a su constitución y actividad, la necesidad se puede clasificar en metafísica, física y moral.

• Necesidad metafísica implica que una cosa es lo que es, es decir, tiene los elementos esenciales a su naturaleza específica. Para Dios es una necesidad metafísica ser infinito, para el hombre ser racional, para el animal, ser un ser vivo. La necesidad metafísica es absoluta.

• La necesidad física existe en relación con la actividad de los seres materiales que constituyen el universo. Mientras que son contingentes en cuanto a su existencia, contingentes también en cuanto a sus verdaderas relaciones (pues Dios pudo haber creado otro orden que el presente), ellos son, sin embargo, determinados necesariamente en su actividad, tanto en cuanto a sus ejercicios como a su carácter específico. Pero esta determinación es dependiente de ciertas condiciones, cuya presencia se requiere, y cuya ausencia de una o varias impide todo el ejercicio o el ejercicio normal de esta actividad. Las leyes de la naturaleza siempre se deben entender con esa limitación: todas las condiciones deben realizarse. Por lo tanto, las leyes de la naturaleza al estar sujetas a la necesidad física no son ni absolutamente necesarias, como afirma el mecanismo materialista, ni meramente contingentes, como declaran los partidarios de la filosofía de contingencia; sino que son condicional o hipotéticamente necesarias. Esta necesidad hipotética es también llamada por algunos necesidad consecuente.

• La necesidad moral es necesidad según se aplica a la actividad de los seres libres. Sabemos que los hombres bajo ciertas circunstancias, aunque son libres, actúan de tal y tal manera. Es moralmente necesario que tal hombre en tal circunstancia actúe honestamente; es moralmente necesario que varios historiadores, al relatar ciertos hechos, digan toda la verdad respecto a ellos. Esta necesidad moral es la base de la certeza moral en las ciencias morales e históricas. El término también se usa en referencia a la libertad de la voluntad para denotar alguna influencia física o moral indebida que pueda evitar que la voluntad escoja libremente actuar o no actuar, escoger una cosa en preferencia a otra. Sus derivados, fatalismo y determinismo, en su significación filosófica. expresan la doctrina de que la voluntad en toda su actividad está determinada invariablemente por las condiciones antecedentes físicas o psíquicas (vea determinismo; libre albedrío).

En teología la noción de necesidad se aplica a veces con un significado especial. Los teólogos dividen la necesidad en absoluta y moral. Se dice que una cosa es absolutamente necesaria cuando no es posible alcanzar cierto fin sin ella. Así la revelación es absolutamente necesaria para que el hombre pueda conocer los misterios de la fe, y la gracia para realizar cualquier acto sobrenatural. Se dice que algo es moralmente necesario cuando cierto fin, absolutamente hablando, podría ser alcanzado sin él, pero bajo las condiciones existentes, no puede ser real y propiamente alcanzado sin él. Así, podemos decir que, absolutamente hablando, el hombre como tal es capaz de conocer todas las verdades del orden natural o de observar todos los preceptos de la ley natural; pero considerando las circunstancias concretas de la vida humana en el orden presente, el hombre como un todo no puede realmente hacerlo sin la revelación o la gracia, las cuales son moralmente necesarias al hombre para conocer suficientemente las verdades de la ley natural (cf. Suma Teológica, I:1:1; “Contra Gentil.”, I, IV).

Ahora bien, en relación a los medios necesarios para la salvación, los teólogos dividen la necesidad en “necesidad de medios” y “necesidad de precepto”. En el primer caso el medio es tan necesario para la salvación que sin él (necesidad absoluta) o su substituto (necesidad relativa), incluso si la omisión es no culpable, el fin no puede ser alcanzado. Así la fe y el bautismo de agua son necesarios por una necesidad de medios, la primera absolutamente y el último relativamente, para la salvación. En el segundo caso, la necesidad se basa en un precepto positivo, que orden algo cuya omisión, a menos que sea culpable, no impide absolutamente la consecución de la meta.


Bibliografía: MERCIER, Ontologie (Lovaina, 1902), II, 3; RICKABY, Primeros Principios del Conocimiento (Londres, 1902), I, v; IDEM, Metafísica General (Londres, 1901), I, IV.

Fuente: Sauvage, George. "Necessity." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/10733a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina