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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Giovanni Pierluigi da Palestrina

De Enciclopedia Católica

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El más grande compositor de música litúrgica de todos los tiempos; nació en Palestrina (antigua Praeneste) en 1514 ó 1515, según Baini, Riemann, y otros, en 1526, según Haberl; murió en Roma el 2 de febrero de 1594. La historia de sus primeros años es prácticamente desconocida. Giuseppe Ottavia Pittoni (1657-1743), en "notizie dei maestri di cappella si di Rome che ultramontani, 1600-1700", un manuscrito en el Vaticano, relata que el joven Pierluigi cantaba en las calles de Roma mientras ofrecía para la venta los productos de la granja de sus padres y que en una ocasión fue escuchado por el director del coro de Santa María Maggiore, quien, impresionado por la bella voz y el marcado talento musical del muchacho, lo educó musicalmente. La tradición no da ninguna pista en cuanto a la identidad del maestro de coro. Algunos sostienen que Palestrina fue enseñado por Jacob Arcadelt (1514-60), director de coro y compositor en Roma desde 1539 a 1549. La opinión largamente sostenida de que Claude Goudimel (1505-72) fue su principal maestro ha sido abandonada definitivamente.

Por lo que se conoce, él comenzó su vida musical activa en 1544 como organista y director de coro en su ciudad natal. Su fama aumento y en 1551 fue llamado a Roma, y se le confió la dirección y formación musical de los niños cantores de la Basílica de San Pedro, y en ese mismo año fue promovido al puesto de director del coro. En 1554, le dedicó al Papa Julio III (1549-55) sus primeras composiciones, un volumen de Misas para cuatro voces, y fue recompensado con la designación como miembro de la capilla papal en contravención con las reglas que gobernaban ese cuerpo. El Papa hizo a un lado la regla que exigía a quienes tuvieran la calidad de miembros en el coro papal pertenecer a las Órdenes Sagradas, y también usó su autoridad para eximirlo del usualmente severo examen de admisión. Estas circunstancias y el hecho adicional de que su voz era muy inferior a la de otros cantores, despertó la oposición y el antagonismo de sus compañeros. Los cantores papales no entendían el objetivo del Papa, el cual era asegurar al joven dotado el ocio necesario para componer.

En el transcurso del mismo año, Palestrina publicó un volumen de madrigales [1]. En años posteriores el compositor mismo consideró como demasiado libres los textos de algunos de éstos. En la dedicatoria de su arreglo del Cantar de los Cantares a Gregorio XIII, expresa no solo pesar sino arrepentimiento, por haber causado escándalo con su publicación. Marcelo II, como cardenal, había protegido y admirado a Palestrina, pero murió después de un reinado de solo veintiún días. Paulo IV, poco después de su accesión al poder, reforzó las reglas anteriores para el gobierno del coro papal. Además de Palestrina, había otros dos miembros laicos casados en el coro. Todos fueron despedidos con una pequeña pensión, a pesar del acuerdo de que estos cantores estarían contratados de por vida.

La preocupación y las dificultades causadas por el despido le acarrearon una severa enfermedad; restablecido, el compositor se hizo cargo, el 1 de octubre de 1555, del coro en San Juan de Letrán, donde permaneció hasta febrero de 1561. Durante este período escribió, además de Lamentaciones y Magníficats, la famosa “improperia”. Paulo IV le ordenó al coro papal que las interpretara el Viernes Santo, y desde entonces han permanecido en su repertorio para Semana Santa. Esta producción incrementó grandemente la fama de Palestrina. En vista de sus crecientes necesidades y del gasto de publicación de sus obras, en 1561 le pidió al capítulo de San Juan de Letrán un aumento de salario. Se lo negaron y aceptó una posición similar en Santa Maria Maggiore, la cual ocupó hasta 1571. No se conoce en qué época de su carrera Palestrina llegó a estar bajo la influencia de San Felipe Neri, pero hay razones para creer que fue en su temprana juventud. Como penitente y discípulo espiritual del santo, adquirió ese entendimiento en el espíritu de la liturgia, que lo habilitó para establecerla en música polifónica como nunca antes se había hecho. Fue su formación espiritual aún más que su madurez artística, lo que lo capacitó para el papel providencial que jugó en la reforma de la música eclesiástica.

El Papa Pío IV le encomendó la tarea de activar las reformas decretadas por el Concilio de Trento a una comisión de ocho cardenales. Un comité de dos de estos, San Carlos Borromeo y Vitellozzo Vitelli, fue designado para considerar cierto mejoramiento en la disciplina y administración del coro papal, y para este fin reclutaron a ocho de los miembros del coro. El Cardenal Vitelli hizo que los cantores interpretaran ciertas composiciones en su presencia, con el fin de determinar qué medidas podrían tomarse para la preservación de la integridad y clara declamación del texto en composiciones en las que las voces estuvieran entrelazadas. San Carlos, como canciller de su tío, Pío IV, fue el patrón de Palestrina, y le aumentó su pensión en 1565. El 19 de junio de 1565 celebró una Misa solemne en presencia del pontífice, en la que se cantó la gran “Missa Papae Marcelli” de Palestrina. Estos datos históricos son la única base detectable para las leyendas, tanto tiempo repetidas por los historiadores, relativas al proceso ante los cardenales y el Papa de la causa de la música polifónica, y su defensa por Palestrina, en la composición y ejecución de tres Misas, entre ellas la “Missa Papae Marcelli”. Haberl estudió los archivos y demolió en forma concluyente estas ficciones, pero su continua repetición por cerca de doscientos años resalta el hecho de la actividad de Palestrina, inspirada por San Felipe y estimulada por San Carlos, en la reforma de la música eclesiástica, una actividad que abarcó toda su carrera y antecedió por algunos años las medidas disciplinarias de las autoridades de la Iglesia.

La base de su reforma son los dos principios que se deducen legítimamente de las únicas referencias a la música eclesiástica en los decretos Tridentinos:

  • la eliminación de todos los temas que recuerden o se parezcan a la música secular;
  • el rechazo de las formas y elaboraciones musicales tendientes a mutilar u obscurecer el texto litúrgico.

Pío IV creó para Palestrina el cargo de “Compositor de la Capilla Papal” con un salario incrementado. Él tuvo un solo sucesor en su oficio, Felice Anerio. Cuando murió (1571) Giovanni Animuccia, el director del coro de la Basílica de San Pedro, Palestrina se convirtió en su sucesor, quedando así asociado con el coro papal y el de San Pedro al mismo tiempo. Sus celosos e intrigantes colegas en la capilla papal intentaron sin éxito que el Pío V lo despidiera. Durante este año escribió una cantidad de motetes y laudi spirituali para el Oratorio de San Felipe Neri. Además de los deberes de director de coro en San Pedro, compositor para la capilla papal, director de música en el Oratorio de San Felipe, también enseñaba en la escuela de música de Giovanni María Nanini. Además, Gregorio XIII le encargó que preparara una nueva versión del canto gregoriano. Su parte exacta en esta edición, publicada luego bajo el nombre de “editio Medicaea”, porque se imprimió en una editorial perteneciente al cardenal de Medici, y la que fue preparada por sus alumnos Giovanni Guidetti, Felice Anerio, y Francesco Suriano, han sido por largo tiempo un tema de controversia. La empresa no fue particularmente agradable a Palestrina y lo distrajo de la producción original, su verdadero campo de actividad. La muerte de su esposa en 1580 lo afectó profundamente. Su dolor halló expresión en dos composiciones, Salmo 137(136), “Por los ríos de Babilonia”, y un motete sobre las palabras “Oh Señor, cuando Tú vengas a juzgar el mundo, cómo me presentaré ante el rostro de tu ira, mis pecados me asustan, ay de mí, Oh Señor”. Con éstas pretendía cerrar su actividad creativa, pero con el nombramiento en 1581 como director de música para el Príncipe Buoncompagni, sobrino de Gregorio XIII, comenzó tal vez el más brillante período de su larga vida.

Además de madrigales sacros, motetes, salmos, himnos en honor de la Santísima Virgen y Misas, produjo la obra que le atrajo el título de “Príncipe de la Música”: veintinueve motetes sobre las palabras del “Cantar de los Cantares”. Según su propia declaración, Palestrina pretendía reproducir en su composición el amor divino expresado en el cántico, de forma tal que su propio corazón pudiera ser tocado por una chispa del mismo. Para la entronización de Sixto V, escribió un motete de cinco partes y Misa sobre el tema para el texto “Tu es pastor ovium”, seguidos unos pocos meses después por una de sus más grandes producciones, la Misa “Assumpta est Maria”. Sixto tenía la intención de designarlo director del coro papal, pero la negativa de los cantores a ser dirigidos por un laico, impidió la ejecución de su plan. Durante los últimos años de su vida Palestrina escribió su gran “Lamentaciones”, arreglos de los himnos litúrgicos, una colección de motetes, el bien conocido “Stabat Mater” para doble coro, letanías en honor de la Bendita Virgen María, y los ofertorios para el año eclesiástico.

Sus obras completas, en treinta y tres volúmenes, editadas por Teodoro de Witt, Franz Espagne, Franz Commer, y desde el décimo volumen en adelante, por Haberl, son publicadas por Breitkopf y Hartel; Monseñor Haberl le presentó el último volumen de la edición terminada a Pío X el Domingo de Pascua de 1908. La importancia de Palestrina no reside tanto en sus dones sin precedente de mente y corazón, sus capacidades creativas y constructivas, como en el hecho de que él hizo de ellos el medio para la expresión en tonos del estado de su propia alma, la cual, entrenada y formada por San Felipe, estaba afinada para y sentía con la Iglesia. Sus creaciones permanecerán para siempre como la personificación musical del espíritu de la Contrarreforma, la Iglesia triunfante.


Fuente: Otten, Joseph. "Giovanni Pierluigi da Palestrina." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11421b.htm>.

Traducido del Inglés por Daniel Reyes V. rc

NOTAS:

[1] Madrigal: 1. m. Poema breve, generalmente de tema amoroso, en que se combinan versos de siete y de once sílabas. 2. m. Composición musical para varias voces, sin acompañamiento, sobre un texto generalmente lírico.


Enlaces externos

[1] Misa Papa Marcelo: Kyrye.

[2] Misa Papa Marcelo: Gloria.

[3] Misa Papa Marcelo: Agnus Dei.

[4] Stabat Mater.


Selección de enlaces: José Gálvez Krüger