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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Demonología»

De Enciclopedia Católica

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==Demonología Judía==
 
==Demonología Judía==
  
Cuando cambiamos del Avesta para los Libros Sagrados de los Judios, lo que son las Escrituras canonicas, nos sorprende la ausencia de la elaborada demonologia como la Persa y la Asiria. Hay mucho sobre los angeles del Senor, las huestes celestiales, serafines y querubines y otros espiritus que estan cerca del trono o encargados de los hombres. Pero la mencion de espiritus malignos, es comparativamente ligera. No que su existencia sea ignorada, porque vemos la tentacion de la serpiente en la cual tanto los Judios como los Cristianos reconocen el trabajo del Espiritu Maligno. En el libro de Job, Satanas aparece como la tentacion y acusador del hombre justo; en el libro de Reyes, es el quien incita a David a asesinar al profeta; en el libro de Zacarias es visto en su oficio como acusador. Un espiritu maligno desciende sobre los falsos profetas. Saul es afligido o aparentemente poseido por un espiritu maligno. La actividad del demonio en las artes de magia es indicada en los trabajos hechos por los magos del Faraon y en la ley Levitica en contra de los brujos o hechiceros. La persona considerada culpable es enviada a Azazael en el monte, que esta supuesto a ser un demonio ( vease ATONEMENT, DAY OF) (DIA DE RECONCILIACION) y a la cual se puede agregar un pasaje notable en Isaias el cual parece dar soporte a la creencia general de que los demonios habitan en lugares devastados: “And demons and monsters shall meet, and the hairy ones shall cry out to one another, there hath lamia lain down, and found rest for herself” : “Y demonios y monstruos se reuniran, y los velludos se gritaran los unos a los otros, vease a la lamia la cual ha mentido y ha encontrado descanso”(Isaias 34:14) Es probablemente cierto que en este caso la palabra Hebrea “demon” “demonio” quiera decir bestias salvajes. Pero por otra parte, la palabra Hebrea “hairy ones” “velludos” traducida por Targum y Peshitta como “demonios” supuestamente signifique una cabra, similar a la deidad Griega –Pan-. Y “lamia” representa a la original Lilith, un espiritu nocturno que en leyenda Hebrea es la esposa demonica de Adan.
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Cuando pasamos de [[el Avesta]] a los [[Biblia |Libros Sagrados]] de los [[judaísmo |judíos]], es decir a la [[Escritura]] canónica, nos sorprende la ausencia de una demonología elaborada como la de los [[Persia |persas]] y [[Asiria |asirios]].   De hecho, hay mucho sobre los [[ángeles]] del [[Dios |Señor]], las huestes celestiales, [[serafín |serafines]], [[querubín |querubines]] y otros espíritus que están ante el trono o ministran a los [[hombre]]s, pero la mención de [[demonios |espíritus malignos]] es comparativamente escasa.   No es que se ignore su existencia, pues tenemos la [[tentación]] de la serpiente, en la que tanto judíos como [[cristianismo |cristianos]] reconocen la obra del [[diablo |espíritu maligno]]. En [[Job]] Satanás aparece de nuevo como el tentador y acusador del hombre [[justicia |justo]]; en [[Libros de los Reyes |Reyes]] es él quien incita a [[David]] a [[homicidio |asesinar]] al [[Profecía, Profeta y Profetisa |profeta]]; en el libro de [[Zacarías]] se le ve en su oficio como acusador.   Un espíritu maligno desciende sobre los falsos profetas. [[Saúl]] es afligido o aparentemente [[Posesión Demoníaca |poseído]] por un espíritu maligno.
  
Otro desarrollo de demonologia en el Antiguo Testamento se puede ver en el Libro de Tobias, que aunque no fue incluido en el Canon Judio, fue escrito en Hebreo o Caldeo, y una version en esta ultima lengua ha sido recobrada entre otras escrituras rabinicas. He aqui al demonio Asmodeus quien hace el papel asignado a los demonios en muchas demonologias etnicas y leyendas folkloricas. Ha sido identificado de buena fuente como el Aeshmo Daeva del Avesta: pero Whitehouse tiene sus dudas en cuanto a esta identificacion, y prefiere la alternativa etimologica Hebrea. De cualquier manera, Asmodeus adquiere un lugar prominente en la demonologia Hebrea y ciertas narraciones extranas expuestas en el Talmud son fuente para la narracion de “Las Mil y Una Noches”. La demonologia rabinica del Talmud y Midrashim esta muy lejos de la reticencia y sobriedad de las escrituras canonicas en los que se refiere al tema. Algunos criticos modernos adjudican este enriquecimiento de demonologia entre los Judios como efectos de la Captividad, y resultados de influencias Persas y Babilonicas. Aunque su abundancia y elaboracion tiene semejanza formal con estos sistemas en lo exterior, no hay razon para pensar que es una apropriacion de las doctrinas de extranos; pues cuando se trata de compararlas mas de cerca, veremos muy bien que la demonologia Judia tiene caracteristicas distintivas de por si, y mas bien deberia ser mirada como una ramificacion de ideas y creencias que estaban presente en la mentalidad de las personas escogidas antes de que tuviesen contacto con los Persas y Babilonios. Es ciertamente significativo que en vez de tomar prestada la abundancia de leyendas y doctrinas disponibles en un sistema extranjero, los rabinos demonologistas buscaran un punto de partida en un texto de sus propias escrituras y tomaran de alli todo lo que necesitaran por medios sutiles e ingeniosos de explicaciones. De alli, el texto mencionado anteriormente de Isaias, el cual provee el nombre de Lilith, un misterioso espiritu femenino nocturno que aparentemente vive en lugares desolados, y que fue transformado en la esposa demonio de Adan y madre de los demonios. Pero de donde proviene la exponencia de que nuestro antecesor contrajo matrimonio mixto con un ser de otra raza y engendro seres que no son humanos? Ellos simplemente tomaron el texto de Genesis v: “Y Adan vivio ciento treinta y siete anos y engendro un hijo a su imagen y semejanza”: esta declaracion explicita, dicen ellos, indica que Adan anteriormente habria engendrado hijos que no eran a su imagen y semejanza, puesto que habria encontrado otra raza que no era la suya, de hecho un demonio femenino; que seria la progenitora de demonios. Esta union entre el hombre y seres de otro orden, ha sido un tema familiar en la mitologia pagana y demonologia y presentemente, algunos comentadores Cristianos de tiempos pasados, encontraron cierta informacion de soporte en Genesis, vi, 2, cual dice como los hijos de Dios : “tomaron por esposas a las hijas de los hombres.” Una caracteristica de la demonologia Judia era la sorprendente cantidad de demonios. De acuerdo a lo dicho, todo hombre esta rodeado por miles de demonios. El aire esta lleno de ellos y siendo la causa de varias enfermedades, era solo justo que los hombres estuviesen en guardia en lo que a sus bocas se refiriese so pena de tragarse a un demonio, lo que los afligiria con alguna enfermedad mortal . Esto hace recordar la tendencia a personificar enfermedades epidemicas y decir:”el demonio de la colera” o “el demonio de la influenza”, etc. Hay que remarcar estas viejas e interesantes supersticiones de los demonologistas Judios con la curiosa analogia del presente en lo que se refiere a la ciencia moderna. Porque ahora es sabido que el aire esta lleno de germenes y microbios que producen enfermedades, y que respirando estos germenes, es como las enfermedades entran en nuestro sistema.
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La actividad del [[diablo |demonio]] en las artes [[magia |mágicas]] es indicada en las obras realizadas por los magos del [[Faraón]] y en la [[Legislación de Moisés |leyes]] [[Levítico |levíticas]] contra magos o [[brujería |brujas]].  El macho cabrío era enviado al [[desierto]] a Azazel, que algunos suponen era un demonio (Vea [[Día de la Expiación |DÍA DE LA EXPIACIÓN]]), y a esto se puede agregar un pasaje notable en [[Isaías]] el cual parece respaldar la [[creencia]] general de que los demonios habitan en lugares desolados:  "Y los demonios y los monstruos se encontrarán, y los peludos se gritarán unos a otros, allí reposará la lamia y encontrará descanso en él” [[Is. 34,14).    Es [[verdad |cierto]] que en este caso la palabra [[Lengua y Literatura Hebreas |hebrea]] traducida por “demonios” puede simplemente denotar animales salvajes.  Pero por otra parte, la palabra hebrea que es traducida muy literalmente como “peludos” es traducida como demonios por [[Tárgum]] y Peshitta,  y se supone que signifique una [[deidad]] en forma de cabra análoga al griego Pan.  Y “lamia” representa el Lilit original, un espíritu nocturno que en la leyenda hebrea es la esposa demoniaca de [[Adán]].
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Un mayor desarrollo de la demonología en el [[Antiguo Testamento]] se ve en el Libro de [[Tobías]], que aunque no está incluido en el [[Canon del Antiguo Testamento |canon]] [[judaísmo |judío]], fue escrito en hebreo o caldeo, y una versión en esta última lengua ha sido recuperada entre algunos escritos [[Rabí y Rabinismo |rabínicos]].   Ahí aparece el demonio [[Asmodeo]] que desempeña el papel asignado a los [[demonios]] en muchas demonologías étnicas y [[Leyendas Literarias o Profanas |leyendas populares]]. Algunas buenas autoridades lo han identificado con el ''Aēshmo Daēva'' de [[el Avesta]]: pero Whitehouse [[duda]] su identificación y prefiere la etimología hebrea alternativa.   En todo caso Asmodeo se convirtió en una figura prominente en la demonología hebrea posterior, y algunas historias extrañas que se cuentan sobre él en el [[Talmud]] están bastante en la línea de “Las Mil y Una Noches”.
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La demonología [[Rabí y Rabinismo |rabínica]] del [[Talmud]] y [[Midrás]] está muy lejos de la reticencia y sobriedad de los escritos canónicos respecto a este tema.   Algunos críticos modernos adjudican este vasto crecimiento en la demonología entre los [[judaísmo |judíos]] a los efectos del [[Cautiverios de los Israelitas |Cautiverio]], y lo consideran el resultado de la influencia [[Persia |persa]] o [[Babilonia |babilónica]]. Pero aunque en su abundancia y elaboración puede tener alguna semejanza formal con estos sistemas externos, no parece haber razón para considerarlo simplemente como un caso de apropiación de las doctrinas de extraños.  Pues cuando la comparamos más de cerca, bien podemos sentir que la demonología [[judaísmo |judía]] tiene su carácter distintivo propio, y debe más bien considerarse como una consecuencia de las [[idea]]s y [[creencia]]s que estaban presente en la [[mente]] del [[israelitas |pueblo elegido]] antes de que entrasen en contacto con los persas y babilonios.
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Ciertamente es significativo que en vez de tomar prestadas de las abundantes leyendas y doctrinas disponibles en los sistemas extranjeros, los demonólogos [[Rabí y Rabinismo |rabínicos]] buscaron su punto de partida en un texto de sus propias [[Escritura]]s y tomaron de allí todo lo que querían por medio de sus sutiles e ingeniosos métodos de [[Exégesis Bíblica |exégesis]].   Así, el antedicho texto de [[Isaías]] proporcionó, bajo el nombre de Lilit, un misterioso espíritu [[mujer |femenino]] nocturno que aparentemente vivía en lugares desolados, y de inmediato la convirtieron en la esposa demoníaca de [[Adán]] y la madre de los [[demonios]]. Pero cabe preguntarse ¿de dónde estos exponentes del [[Biblia |Texto Sagrado]] obtuvieron alguna justificación para decir que nuestro primer padre contrajo un [[Matrimonio Mixto |matrimonio mixto]] con un ser de otra raza y engendró hijos distintos de los humanos? Ellos simplemente tomaron el texto de [[Génesis]] 5,3: “Y [[Adán]] vivió ciento treinta años y engendró un hijo a su imagen y semejanza.”  Esta declaración explicita, dicen ellos, implica claramente que antes de esa época él había engendrado hijos que no eran a su imagen y semejanza; para esto tendría que haber encontrado alguna ayuda idónea de otra raza que no era la suya, a saber, una esposa demoníaca, para convertirse en la madre de los [[demonios]].   Esta mención de una unión entre el [[hombre]] y seres de un orden diferente había sido durante mucho [[tiempo]] un rasgo familiar en la mitología y demonología [[paganismo |paganas]] y como se verá más adelante, algunos [[Comentarios Bíblicos |comentadores]] [[cristianismo |cristianos]] primitivos descubrieron algo de apoyo para él en [[Génesis]] 6,2, que dice cómo los hijos de [[Dios]]: “tomaron por esposas a las hijas de los hombres.”
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Una característica de la demonología [[judaísmo |judía]] era la sorprendente cantidad de [[demonios]]. De acuerdo a todos los relatos, todo [[hombre]] está rodeado por miles de demonios. El aire está lleno de ellos y, al ser ellos la [[causa]] de varias enfermedades, era bueno que los hombres mantuvieran cierta guardia sobre sus bocas, no fuese que al tragarse un demonio pudiesen verse afectados por alguna enfermedad mortal.   Esto puede recordar la tendencia común a personificar enfermedades epidémicas y hablar de ”el demonio del cólera” o “el demonio de la influenza”, etc. Cabe señalar que la antigua [[superstición]] de estos demonólogos judíos presenta una analogía curiosamente cercana a la teoría de la [[Ciencia y la Iglesia |ciencia]] médica actual. Pues ahora sabemos que el aire está lleno de gérmenes y microbios que producen enfermedades, y que al inhalar cualesquiera de estos organismos vivos, recibimos la enfermedad en nuestro organismo.
  
 
==Demonología de los Primeros Escritores Cristianos==
 
==Demonología de los Primeros Escritores Cristianos==

Revisión de 09:08 8 sep 2021

Trasfondo Histórico

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Pazuzu, príncipe de los demonios asirios
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Demonología, como lo indica su nombre suficientemente, es la ciencia o doctrina concerniente a los demonios. Tanto en su forma como en su significado, tiene una obvia analogía con la teología, que es la ciencia o doctrina acerca de Dios. Y en lo que se refiere a las muchas formas falsas y peligrosas de esta ciencia demoniaca podemos adaptar adecuadamente las conocidas palabras de Alberto Magno sobre el tema de teología y dice de la demonología: A daemonibus docetur, de daemonibus docet, et ad daemones ducit (“Es enseñada por los demonios, enseña acerca de los demonios y conduce a los demonios”). Pues mucha de la literatura que viene bajo el título de demonología esta contaminada con errores que bien pueden deber su origen al padre de las falsedades, y además gran parte de ella, especialmente aquellas partes que tienen un propósito practico (lo que puede llamarse demonología ascética y mística) y que están diseñadas para llevar a los hombres a entregarse al servicio de Satanás.

Existe, por supuesto, una verdadera doctrina acerca de los demonios o espíritus malignos, a saber, aquella parte de la teológica católica que trata de la creación y caída de los ángeles rebeldes, y de las diferentes maneras en que a estos espíritus caídos se les permite tentar y afligir a los hijos de los hombres. Pero la mayoría de estas cuestiones se tratarán en otras partes de esta obra. Aquí, por el contrario, nuestra mayor preocupación son los diversos sistemas étnicos, judíos y heréticos de la demonología. Estos sistemas son tantos, que es completamente difícil ocuparse de todos ellos o exponer sus doctrinas de forma completa. Y de hecho, un tratamiento completo acerca de estas extrañas doctrinas de los demonios bien podría parecer algo fuera de lugar en estas páginas. Será suficiente dar alguna indicación de los rasgos principales de algunos de los sistemas más importantes en varios países y en tiempos remotos.

Esto permitirá al lector apreciar el importante papel desempeñado por estas ideas en el curso de la historia humana y su influencia sobre la religión, la moral y la vida social de los pueblos. Al mismo tiempo se intenta distinguir los elementos de verdad dispersos que todavía puedan encontrarse en este vasto tejido de de falsedad —verdades de la religión natural, experiencias registradas de hechos reales, incluso quizás restos de enseñanzas reveladas provenientes de las Escrituras judías y cristianas o de la tradición primitiva. Este es un punto tiene alguna importancia al presente, cuando el acuerdo real o aparente entre la leyenda pagana y la teología cristiana se convierte a menudo en motivo de objeción contra la verdad de la religión revelada.

Quizás el primer hecho que impresiona al que se acerca al estudio de este tema es la sorprendente universalidad y antigüedad de la demonología, de alguna creencia en la existencia de los demonios o espíritus malignos y del consecuente recurso a los encantamientos u otras prácticas mágicas. Hay cosas que florecieron en el pasado y hace mucho tiempo desaparecieron de la faz de la tierra; y hay otras cuyo origen registrado puede rastrearse a tiempos comparativamente modernos, y no sorprende encontrar que todavía están floreciendo. Hay prácticas y creencias, además, que parecen estar confinadas a ciertas tierras y razas de hombres o a alguna etapa particular de la cultura social.

Pero hay algo que pertenece tanto al viejo mundo como al nuevo y se encuentra floreciendo entre las etnias más ampliamente diferentes, y parece ser igualmente compatible con los hábitos de los salvajes y con los refinamientos de la cultura clásica o moderna. Su antigüedad se percibe no solo por la evidencia de monumentos antiguos, sino por el hecho de que un pasado aún más remoto está todavía presente con nosotros en las etnias que permanecen, como se puede decir, en la condición primitiva y prehistórica. E incluso entre estas etnias rudas, aparentemente inocentes de todo lo que sabe a ciencia y cultura, podemos encontrar una creencia en los espíritus malignos, y algunos intentos de propiciarlos y evitar su ira o tal vez asegurar su favor y ayuda.

Esta creencia en espíritus, tanto buenos como malos, se asocia comúnmente con una u otra de las dos formas primitivas y extendidas de culto religioso; y, en consecuencia, algunos folkloristas y mitologistas modernos se ven inducidos a atribuir su origen ya sea a la personificación de las fuerzas de la naturaleza —en las que muchos han encontrado una “llave a todas las mitologías”— o al animismo, o una creencia en la poderosa actividad de las almas de los muertos, que, por lo tanto, eran invocados y adorados. Según esta última teoría, al principio se concibió a todos los espíritus como almas de hombres muertos, y a partir de este animismo aborigen se desarrollaron gradualmente los diversos y elaborados sistemas de mitología, demonología y angelología.

Pero aquí conviene distinguir entre los hechos mismos y la teoría diseñada para su interpretación. Es un hecho que estas formas rudimentarias de culto se encuentran entre pueblos primitivos. Pero la manera en que comenzaron y los motivos de los primeros adoradores prehistóricos son y deben permanecer como materia de conjetura. Del mismo modo, en lo que se refiere a estas últimas fases, es un hecho que estas creencias y practicas primitivas tienen ciertas características en común con sistemas étnicos posteriores y más elaborados —por ejemplo, la demonología iraní de el Avesta— y estos a su vez tienen muchos puntos que encuentran algún equivalente en las páginas de las Escrituras y la teología católica; pero de ningún modo se deduce de estos hechos que estas teorías fáciles sean correctas en cuanto a la naturaleza de la conexión entre estos diversos sistemas étnicos y cristianos. Y una consideración más detallada del tema puede servir para demostrar que puede explicarse de otra forma más satisfactoria.

Demonología Asiria y Acadia

En anotaciones en la Biblia o en la literatura clásica se puede recoger alguna idea de la antigüedad de la demonología y prácticas de magia, por no hablar del argumento que podría extraerse de la universalidad de estas creencias y prácticas. Pero evidencia aún más impresionante ha salido a la luz con el desciframiento de los jeroglíficos cuneiformes, lo cual ha abierto el camino al estudio de la rica literatura de Babilonia y Asiria. Como consecuencia de su efecto sobre los problemas de la historia bíblica, se ha llamado la atención a la evidencia de los monumentos en lo que se refiere a asuntos como la cosmología, la tradición del Diluvio o las relaciones de Asiria y Babilonia con el pueblo de Israel. Y posiblemente se haya mostrado menos interés en las creencias y prácticas religiosas de los propios asirios.

Sin embargo, sobre esta cuestión de la demonología se puede decir que ciertos monumentos asirios tienen una importancia especial. De ciertos textos cuneiformes que son descritos especialmente como “religiosos”, aparece, como señala Lenormant, que, además del culto público y oficial de los “doce grandes dioses” y sus divinidades subordinadas, los asirios tenían una religión más sagrada y secreta, una religión de misterio, magia y brujería. Además, estos textos “religiosos”, junto con una gran cantidad de inscripciones “talismánicas” en cilindros y amuletos, prueban la presencia de una demonología sumamente rica. Debajo de los dioses mayores y menores había un vasto ejército de espíritus, algunos buenos y benéficos, otros malos y dañinos. Y estos espíritus eran descritos y clasificados con una exactitud que llevó a Lenormant a comparar el arreglo con el de los coros y órdenes de nuestra propia jerarquía angelical.

La antigüedad e importancia de esta religión secreta, con su magia y encantamientos de los buenos espíritus o demonios malignos, puede deducirse del hecho de que por orden del rey Asurbanipal, sus escribas hicieron varias copias de una gran obra mágica según un ejemplar que había sido conservado desde una antigüedad remota en la escuela sacerdotal de Erech en Caldea. Esta obra consistía de tres libros, el primero de los cuales está totalmente consagrado a encantamientos, conjuros e imprecaciones contra los espíritus malignos. Debemos recordar que estos libros cuneiformes están realmente escritos en tablillas de arcillas, y cada tablilla de estos primeros libros que nos han llegado termina con el título “Tablilla No. ___ de los Espíritus Malignos”. El ideograma que aquí se traduce como como kullulu (“maldito” o “maligno”) también se puede leer como limuttu (“funesto”). Además de ser conocido por el nombre genérico de udukku (espíritu), un demonio es llamado más claramente ecimmu, o maskimmu.

Una clase especial de estos espíritus era el sedu o toro divino, que es representado en la conocida figura de un toro con cabeza de hombre tan común en los monumentos asirios. Cabe señalar que este nombre es probablemente la fuente de la palabra hebrea para demonio. Es cierto que el sedu asirio era comúnmente un espíritu benéfico o protector. Pero esto no es obstáculo para la derivación, pues los espíritus buenos de una nación eran a menudo considerados malos por pueblos rivales.

Demonología Iraní

En muchas maneras una de las demonologías más notables es la presentada en el Avesta, el libro sagrado del mazdeísmo de Zoroastro. En esta religión antigua, que a diferencia de la de los asirios aún existe en la comunidad de los parsis, cobra mayor prominencia la guerra entre la luz y las tinieblas, el bien y el mal. Opuesto contra el dios bueno, Ahura Mazda (u Ormuz), con su jerarquía de santos espíritus, está alineado el reino oscuro de los demonios o daevas bajo Angra Mainyus (Ahrimán), el cruel espíritu maligno, el demonio de demonios (Daevanam Daeva) y el cual está en guerra constante contra Ahura Mazda y sus fieles siervos como Zoroastro.

Cabe señalar que el nombre de Daeva es un ejemplo del cambio de un sentido bueno a uno malo que se ve en el caso de la palabra griega daimon; pues el significado original de la palabra es “el resplandeciente” y proviene de una raíz aria primitiva div, que es asimismo la fuente del griego Zeus y el latín deus. Pero mientras estas palabras, como el sánscrito deva retienen el significado bueno, daeva ha venido a significar “un espíritu maligno”. Hay al menos una coincidencia, si no un significado más profundo, en el hecho de que, si bien el sentido original de la palabra era sinónimo de Lucifer, ahora ha llegado a significar casi lo mismo que diablo (devil). También hay una curiosa coincidencia en la similitud de sonido entre daeva, el persa moderno dev y la palabra devil (diablo). Viendo esta semejanza tanto en sonido como en significado, uno estaría tentado a decir que deben tener un origen común, si no fuese por el hecho de que sabemos con certeza que la palabra diablo proviene de diabolus (diabolos – diaballein) y no puede tener conexión con la raíz persa o sánscrita.

Aunque hay marcadas diferencias entre los demonios de el Avesta y el diablo en las Escrituras y la teología cristiana (pues la doctrina cristiana esta libre del dualismo existente en el mazdeísmo), la lucha esencial entre el bien y el mal sigue siendo la misma en ambos casos. Y las pinturas de la santidad y fidelidad de Zoroastro cuando es asaltado por las tentaciones y persecuciones de Angra Mainyus y sus demonios muy bien puede recordarnos las pruebas de los santos bajo los asaltos de Satanás o sugerir alguna vaga analogía con la gran escena de la tentación de Cristo en el desierto. Afortunadamente para los lectores angloparlantes, una porción del “Vendidad” (Fargard XIX), que contiene la tentación de Zoroastro, ha sido admirablemente traducida en una paráfrasis doctrinal en “Leaves from my Eastern Garden” del Dr. Casartelli. El papel importante que desempeñan los demonios en el sistema del mazdeísmo puede ser visto en el título del “Vendidad”, que es la más larga y completa parte del Avesta, tanto que cuando el libro sagrado es escrito o impreso sin los comentarios, es conocido generalmente como Vendidad Sade que significa algo que es “dado contra los demonios” –vidaevodata, es decir, contra daimones datus o antidaemoniacus.

Demonología Judía

Cuando pasamos de el Avesta a los Libros Sagrados de los judíos, es decir a la Escritura canónica, nos sorprende la ausencia de una demonología elaborada como la de los persas y asirios. De hecho, hay mucho sobre los ángeles del Señor, las huestes celestiales, serafines, querubines y otros espíritus que están ante el trono o ministran a los hombres, pero la mención de espíritus malignos es comparativamente escasa. No es que se ignore su existencia, pues tenemos la tentación de la serpiente, en la que tanto judíos como cristianos reconocen la obra del espíritu maligno. En Job Satanás aparece de nuevo como el tentador y acusador del hombre justo; en Reyes es él quien incita a David a asesinar al profeta; en el libro de Zacarías se le ve en su oficio como acusador. Un espíritu maligno desciende sobre los falsos profetas. Saúl es afligido o aparentemente poseído por un espíritu maligno.

La actividad del demonio en las artes mágicas es indicada en las obras realizadas por los magos del Faraón y en la leyes levíticas contra magos o brujas. El macho cabrío era enviado al desierto a Azazel, que algunos suponen era un demonio (Vea DÍA DE LA EXPIACIÓN), y a esto se puede agregar un pasaje notable en Isaías el cual parece respaldar la creencia general de que los demonios habitan en lugares desolados: "Y los demonios y los monstruos se encontrarán, y los peludos se gritarán unos a otros, allí reposará la lamia y encontrará descanso en él” [[Is. 34,14). Es cierto que en este caso la palabra hebrea traducida por “demonios” puede simplemente denotar animales salvajes. Pero por otra parte, la palabra hebrea que es traducida muy literalmente como “peludos” es traducida como demonios por Tárgum y Peshitta, y se supone que signifique una deidad en forma de cabra análoga al griego Pan. Y “lamia” representa el Lilit original, un espíritu nocturno que en la leyenda hebrea es la esposa demoniaca de Adán.

Un mayor desarrollo de la demonología en el Antiguo Testamento se ve en el Libro de Tobías, que aunque no está incluido en el canon judío, fue escrito en hebreo o caldeo, y una versión en esta última lengua ha sido recuperada entre algunos escritos rabínicos. Ahí aparece el demonio Asmodeo que desempeña el papel asignado a los demonios en muchas demonologías étnicas y leyendas populares. Algunas buenas autoridades lo han identificado con el Aēshmo Daēva de el Avesta: pero Whitehouse duda su identificación y prefiere la etimología hebrea alternativa. En todo caso Asmodeo se convirtió en una figura prominente en la demonología hebrea posterior, y algunas historias extrañas que se cuentan sobre él en el Talmud están bastante en la línea de “Las Mil y Una Noches”.

La demonología rabínica del Talmud y Midrás está muy lejos de la reticencia y sobriedad de los escritos canónicos respecto a este tema. Algunos críticos modernos adjudican este vasto crecimiento en la demonología entre los judíos a los efectos del Cautiverio, y lo consideran el resultado de la influencia persa o babilónica. Pero aunque en su abundancia y elaboración puede tener alguna semejanza formal con estos sistemas externos, no parece haber razón para considerarlo simplemente como un caso de apropiación de las doctrinas de extraños. Pues cuando la comparamos más de cerca, bien podemos sentir que la demonología judía tiene su carácter distintivo propio, y debe más bien considerarse como una consecuencia de las ideas y creencias que estaban presente en la mente del pueblo elegido antes de que entrasen en contacto con los persas y babilonios.

Ciertamente es significativo que en vez de tomar prestadas de las abundantes leyendas y doctrinas disponibles en los sistemas extranjeros, los demonólogos rabínicos buscaron su punto de partida en un texto de sus propias Escrituras y tomaron de allí todo lo que querían por medio de sus sutiles e ingeniosos métodos de exégesis. Así, el antedicho texto de Isaías proporcionó, bajo el nombre de Lilit, un misterioso espíritu femenino nocturno que aparentemente vivía en lugares desolados, y de inmediato la convirtieron en la esposa demoníaca de Adán y la madre de los demonios. Pero cabe preguntarse ¿de dónde estos exponentes del Texto Sagrado obtuvieron alguna justificación para decir que nuestro primer padre contrajo un matrimonio mixto con un ser de otra raza y engendró hijos distintos de los humanos? Ellos simplemente tomaron el texto de Génesis 5,3: “Y Adán vivió ciento treinta años y engendró un hijo a su imagen y semejanza.” Esta declaración explicita, dicen ellos, implica claramente que antes de esa época él había engendrado hijos que no eran a su imagen y semejanza; para esto tendría que haber encontrado alguna ayuda idónea de otra raza que no era la suya, a saber, una esposa demoníaca, para convertirse en la madre de los demonios. Esta mención de una unión entre el hombre y seres de un orden diferente había sido durante mucho tiempo un rasgo familiar en la mitología y demonología paganas y como se verá más adelante, algunos comentadores cristianos primitivos descubrieron algo de apoyo para él en Génesis 6,2, que dice cómo los hijos de Dios: “tomaron por esposas a las hijas de los hombres.”

Una característica de la demonología judía era la sorprendente cantidad de demonios. De acuerdo a todos los relatos, todo hombre está rodeado por miles de demonios. El aire está lleno de ellos y, al ser ellos la causa de varias enfermedades, era bueno que los hombres mantuvieran cierta guardia sobre sus bocas, no fuese que al tragarse un demonio pudiesen verse afectados por alguna enfermedad mortal. Esto puede recordar la tendencia común a personificar enfermedades epidémicas y hablar de ”el demonio del cólera” o “el demonio de la influenza”, etc. Cabe señalar que la antigua superstición de estos demonólogos judíos presenta una analogía curiosamente cercana a la teoría de la ciencia médica actual. Pues ahora sabemos que el aire está lleno de gérmenes y microbios que producen enfermedades, y que al inhalar cualesquiera de estos organismos vivos, recibimos la enfermedad en nuestro organismo.

Demonología de los Primeros Escritores Cristianos

Cualquier cosa que se diga acerca de esta teoria Rabinica, que el aire esta lleno de demonios, y que los hombres estan en peligro de recibirlos en sus sistemas, se puede decir que en los primeros tiempos de los Cristianos, la atmosfera estaba peligrosamente llena de demonologias, y que los hombres estaban en peculiar peligro de adoptar doctrinas erroneas en este sentido. Debe recordarse, por una parte, que muchos de los milagros descritos en la Doctrina, particularmente aquellos donde se expulsaba a los demonios da al creyente una viva impresion de la existencia y poder de los espiritus malignos. Al mismo tiempo, como hemos visto, las Escrituras en si no han dado informacion clara y exacta referente al origen y naturaleza de estos poderosos enemigos; por otra parte, observaremos que los primeros Cristianos conversos, y los primeros maestros Cristianos, fueron en su mayoria, o Judios o Griegos y que estos aun vivian en medio de aquellos que profesaban una u otra de las viejas religiones Orientales. Por eso, aunque naturalmente desearan saber acerca de estos asuntos, tenian muy poco conocimiento y acceso a la verdad y por otra parte, escuchaban diariamente informacion erronea y falsa.En estas circunstancias , es poco sorprendente encontrar que unos cuantos escritores de aquellos tiempos como St. Justin , Origen, y Tertuliano, no traten este tema con benevolencia. Hay ademas una fuente adicional de muchos errore y es apta para olvidar. Ahora que el consentimiento comun de comentaristas Catolicos ha dado una mejor interpretacion de Genesis, vi, 2 y definiciones conciliatorias y argumentos teologicos han establecido el hecho de que los angeles son puramente seres espirituales, nos parece extrano observar que los primeros maestros Cristianos de aquellos tiempos vieran la frase hijos de Dios y pensaran que estos angeles o seres puros hubiesen tomado la decision de tomar como esposas a las hijas de los hombres.Debe tenerse en mente que los viejos comentaristas que leyeron el Septuagint (la primera version del Antiguo Testamento Hebreo y escrito en el Griego del pueblo antes de la era Cristiana) o alguna otra version derivada, no pusieron esta interpretacion en el texto, estaba ya en el texto o sea: la Biblia Griega expresamente dice que “los Angeles de Dios tomaron como esposas a las hijas de los hombres. Esta desafortunada lectura dio ciertamente indicacion erronea a la demonologia de los primeros escritores Cristianos de aquellos tiempos y tambien aquellos equivocados en otras materias, naturalmente adoptaron las peculiares ideas en este tema. De cierta forma, uno de los ejemplos mas notable de esta demonologia erronea es aquella que se encuentra en la pseudo-Clementine Homilies (Hom. Viii, ix). El escritor da una completa descripcion de los misteriosos episodios de Genesis, vi, 2, el cual en comun con otros tantos, piensa es el origen de los demonios que a su manera de ver, eran el resultado de la union entre los angeles de Dios y las hijas de los hombres. Pero en un punto al menos, el mejora la historia y hace algo para aligerar esta dificultad inicial. La primera objecion a la leyenda es que: siendo los angeles seres puros, eran incapaces de experimentar pasiones sensuales; y hay algunos que encontrando dificil este punto, niegan la espiritualidad de naturaleza angelica. Pero los moralistas evaden este tema de una manera mas ingeniosa: de acuerdo a este otro punto, los angeles no fueron sobrecogidos con pasion y amor sensual mientras estaban en su forma pura, sino que viendo y siendo testigos de la iniquidad e ingratitud de los hombres, cuyos pecados manchaban la justa creacion de Dios, le pidieron al Creador que pudiesen ser investidos como los hombres, de manera de que pudiesen corregir tantas irregularidades y llevar una vida intachable dentro del mundo visible. Su peticion fue concedida, fueron transformados en hombres y bajaron a la tierra. Pero estando bajo la investidura humana, tambien heredaron sus pasiones y debilidades, la cual ha creado tanto desequilibrio en la humanidad, y ellos, al igual que el resto de los hombres, se enamoraron de la belleza de las mujeres y olvidaron el proposito inicial de su bajada a la tierra, dando rienda a su lujuria, y por consiguiente llendo derecho a su ruina. El resultado de su union con las mujeres fueron los gigantes--- hombres con una fuerza fisica y poderes sobrehumanos, hijos de angeles encarnados y al mismo tiempo mortales, al igual que sus madres. Y cuando estos gigantes perecieron en el Diluvio, sus espiritus descarnados vagaron por el mundo como demonios.

Demonología Medieval y Moderna

Durante los tiempos Cristianos de la Edad Media el sistema externo de demonologia entre las razas sin cultura o las antiguas civilizaciones del Este continuaban su curso, y aun se pueden encontrar en su lugar de origen o en otras tierras. Dentro del manto Catolico habia menos oportunidad de margen de mayores errores de este tipo. Las primeras heresias habian sido expulsadas, y especulaciones teologicas habian sido encaminadas de manera correcta, por decision del Quinto Concilio Ecumenico (545) que condenaba ciertos errores Origenistas en la materia de demonios. Pero mientras los teologos de aquel periodo academico se preparaban y dilucidaban la doctrina Catolica en referencia a los angeles y demonios, habia adjunto un lado oscuro en las supersticiones populares y en los hombres que continuaban practicando las artes de magia negra, brujeria y contactos con el diablo. En el atribulado periodo del Renacimiento y la Reforma aparece un nuevo resurgimiento de viejas supersticiones y practicas malignas, y por algun tiempo tanto los paises Catolicos como los Protestantes estuvieron en desasosiego, debido a las extranas creencias y maniobras de verdaderos o supuestos practicantes de artes negras y los crueles creyentes que los perseguian, con intencion de suprimirlos. En la nueva era de la Revolucion y la expansion de ideas practicas y metodos de ciencia exacta, muchos pensaron, inicialmente que estas supersticiones medievales pasarian prontamente. Cuando los hombres se endurecen por el crecimiento de riquezas y las comodidades de la civilizacion, y se sienten iluminados por la ciencia y las nuevas filosofias, poca duda cabe de que encuentren fe para creer en las verdades puras reveladas por la religion, asi como poco margen de cabida para cualquier creencia en doctrinas de demonios. El concepto en su totalidad es rechazado rudamente como un mal sueno o alucinacion. Hombres instruidos se maravillan ante la credulidad de sus antecesores, de sus creencias en fantasmas, demonios y magia negra, y a la vez imposibilitados de quitarle seriedad en esa era de iluminacion. Sin embargo aun habia la extrana ilusion en la fe ingenua de los primeros Racionalistas, que creian haber encontrado la llave de todos los conocimientos y que no habia nada tanto en el cielo como en la tierra que no pudiese estar fuera del alcance de la ciencia y la filosofia.Y mucha de la histora de los pasados cien anos forma un curioso comentario en base a estas pretensiones orgullosas. Lejos de desaparecer de la faz de la tierra, mucho del viejo ocultismo ha resurgido con nuevo vigor y ha tomado nueva forma en moderno Espiritismo. Al mismo tiempo, filosofos, historiadores y hombres de ciencia han sido llevados a hacer un serio estudio de la historia de la demonologia y ocultismo en tiempos pasados o en otras tierras, para poder entender su verdadero significado.

Conclusión

Con todas las variaciones y contradicciones, los sistemas multitudinarios de demonologia tienen mucho en comun. En algunos casos puede achacarse que han sido tomados libremente de otros, por lo que la demonologia de los primeros escritores Cristianos debe naturalmente mucho a los sistemas de demonologia Griegos y Judios y estos a su vez no pueden estar libre de influencias extranjeras. Y como no solo opiniones hereticas, sino ensenanzas ortodoxas sobre el tema tiene ciertos puntos comunes con los sistemas etnicos—desde el Animismo del salvaje simple a la elaborada demonologia de los Caldeos e Iranies, el mitologista o folklorista nos lleva a la conclusion de que todo proviene de una misma fuente, y que la doctrina: Biblica y Catolica sobre los espiritus malignos no son mas que un desarrollo del Animismo y una forma refinada de demonologia etnica. Pero es bueno observar que la mejor solucion es una hipotesis plausible y que los hechos del caso pueden ser explicados por otra hipotesis que muchos escritores filosoficos no han considerado y que es: la hipotesis de la verdad de lo que ensena la religion es este tema es real. Pues no se diria que si no fuese cierto, no habria trazos de creencia en los demonios entre las razas fuera del credo Cristiano o de otras religiones mas viejas que la Biblia? Si, como dicen nuestros maestros teologos, los angeles caidos existen y son permitidos atormentar y tentar a los hijos de los hombres, no deberiamos suponer y encontrar creencia en su existencia , asi como huellas de su influencia maligna en todas partes y cada epoca de la historia humana? No deberiamos imaginar que encontraremos tanto aqui como en cualquier otro lugar, los elementos de la verdad interpuestos con los erroneos y que estos tomaran diferentes formas en cada nacion y cada epoca, de acuerdo a la medida de sabiduria, cultura y nuevas ideas que pasan por la mente de los hombres? Esta hipotesis, por no decir mas, llena todo los requisitos – por ejemplo, la universalidad en la creencia en los espiritus malignos, y cualquier evidencia aducible en influencia sobre los hombres, ya sea por datos escritos acerca de posesion demonica y magia en el pasado, o del fenomeno moderno del Espiritismo. Y escasamente podemos decir lo mismo de otras hipotesis.


Fuente: Kent, William. "Demonology." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4, págs. 713-717. New York: Robert Appleton Company, 1908. 7 sept. 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/04713a.htm>.

Traducción por X.L. Vilar-Del Castillo. lmhm