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Viernes, 3 de mayo de 2024

Plantas en la Biblia

De Enciclopedia Católica

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Introducción

Cuando Moisés le habló al pueblo sobre la Tierra Prometida, la describió como “tierra de montes y valles” (Deut. 11,11), “una tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y hontanares que manan en los valles y en las montañas, tierra de trigo y de cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares, de aceite y de miel” (Deut. 8,7-8). Esta brillante descripción, esbozada exclusivamente desde un punto de vista utilitario, estaba lejos de hacer justicia a la maravillosa variedad de las producciones del país, a la cual contribuían muchas causas. Primero las diferencias en elevación; pues entre el Líbano, 10,000 pies sobre el nivel del mar, y las costas del Mar Muerto, 1285 pies bajo el Mediterráneo, se halla cada gradación de altitud, dentro de menos de 200 millas. Sinuosos valles surcan la altiplanicie, causando una increíble variación en la topografía; de ahí que las tierras cultivadas yacen lado a lado con manchas de desierto. El suelo es ahora de arcilla, ahora de barro mezclado con cal, más allá de arena; el suelo es de suave roca caliza y basalto. Además de estos factores, las variaciones del clima como consecuencia de los cambios de altitud y posición geográfica causan formas de vegetación que crece en otros lugares alejados de prosperar lado a lado dentro de los estrechos límites de Palestina. La vegetación a lo largo de la costa oriental, como la de España, sur de Italia, Sicilia y Algeria, está compuesta de especies características de la flora del Mediterráneo. Cerca de las nieves perennes de los picos septentrionales crecen las plantas familiares de las regiones alpinas y sub-alpinas; las tierras altas de Palestina y las faldas orientales de las cordilleras del norte producen la vegetación de las estepas; mientras que las condiciones climáticas peculiares prevalecientes a lo largo de Ghor y cerca del Mar Muerto favorecen una flora sub-tropical, que se caracteriza por especies parecidas a las que crecen en Nubia y Abisinia.

Se sabe que existen más de 3,000 especies de flora palestina, pero la Tierra Santa de nuestros días puede dar sólo una idea imperfecta de lo que fue en tiempos bíblicos. La colina-país de Juda y el Negeb son, como antes, las tierras de pastoreo de los rebaños judíos, sin embargo, arboledas, bosques y selva y florecían por doquier, de lo cual quedan pocos rastros. Los bosques de cedro del Líbano tenían fama mundial; las laderas del Hermón y las montañas de Galaad estaban cubiertas de frondosos bosques de pinos; bosques de robles eran el rasgo distintivo de Basán, a lo largo de Efraín grupos de terebintos punteaban la tierra, al tiempo que extensas arboledas de palmeras eran tanto el ornamento como la riqueza del valle del Jordán. La tierra cultivable, muchas de la cual ahora se encuentra en barbecho, estaba toda cultivada y recompensaba ampliamente al cultivador. El agricultor derivaba de sus huertos y viñedos abundantes cosechas de aceitunas, higos, granadas y uvas. Casi todo campesino judío tenía su “jardín de hierbas”, que proveían a su tiempo vegetales y frutas para la mesa, flores y plantas medicinales.

En la Biblia se mencionan sólo 130 plantas, lo cual no sorprende, puesto que la gente ordinaria se interesa sólo en unas cuantas, ya sean ornamentales o útiles. El primer intento de clasificar esta flora está en el Génesis 1,11-12, donde se dividen en: (1) deshe, que significa todas las plantas pequeñas, por ejemplo la criptogamia; (2) ‘esebh, que incluye las herbáceas; (3) ‘es peri, que incluye todos los árboles. Con el correr del tiempo las riquezas de Palestina atrajeron la curiosidad del hombre; se dice que Salomón, en particular, trató sobre los árboles (es decir, las plantas) desde el elevado cedro “hasta el hisopo que brota del muro” (1 Ry. 5,13). De las plantas mencionadas en la Biblia, las variedades más comunes pueden ser identificadas con certeza o probabilidad; pero un gran número de los nombres de las plantas en la biblia son genéricos en lugar de específicos, por ejemplo, zarzas, hierbas, ortigas, etc.; y en algunos casos es imposible determinar de qué planta se trata, por ejemplo, algummim, cizaña, agalla, etc. Aquí se da, con un intento de identificación, una lista alfabética completa de los nombres de plantas que se hallan en las versiones inglesas.

(N. de la T.: En este artículo se usan las siguientes abreviaturas:

A

Abeto: Término que se aplica a todos los árboles de coníferas, excepto el cedro, pero debe limitarse a los géneros Abies y Picea, denotados por la palabra hebrea siakh (Gén. 21,15; B.D. "árboles", cf. aráb. shukh). Entre estos, Abies Cilicia, Kotech y Picea orientalis se encuentran en el Líbano, Amano y hacia el norte.

Absintio: Vea Ajenjo en este mismo artículo y el artículo ajenjo.

Acacia: Vea artículo acacia. Árbol de goma arábiga, Acacia seyal, Del., que abunda en el oasis de la Península del Sinaí y en el tórrido Wadys cerca del Mar Muerto. La madera es ligera, aunque dura y de grano fino, de un fino color anaranjado-marrón que se oscurece con la edad, y tenía fama de incorruptible.

Acacia, madera de: Vea Acacia (arriba) y artículo acacia.

Acanto: Vea Zarza.

Acebuchina: (Rom. 11,17.24), no el acebuche, Elceagnus angustifolia, común en toda Palestina, sino la semilla de la aceituna, en la que se injerta el olivo (Olea europaea).

Aceite, árbol de: Heb. es shemen (Is. 41,19; 1 Rey. 6,23.31-33; Neh. 8,15), el olivo en B.D., el acebuche en VR, y traducida literalmente en V.A.: "árbol del aceite", "olivo" y "pino". Para cumplir los requisitos de los diferentes pasajes donde se menciona es shemen, debe ser un árbol de grasa, productor de aceite o de resina, un emblema de la fertilidad, capaz de proporcionar un bloque de madera del cual se pueda tallar una imagen de diez pies de alto; debe crecer en las montañas cerca de Jerusalén, y tener un denso follaje. El olivo silvestre, el acebuche, Elceagnus angustifolius (del aráb. haleph), Balanites cegyptiaca, Del., (aráb., zaqqum), quedan por tanto excluidos; probablemente se denota algún tipo de pino.

Ajenjo: Vea artículo ajenjo. Heb., la’anah (Apoc. 8,11), planta del género Artemisia, varias especies de la cual (A. monosperma, Del., A. herba-alba, Asso., A. judaica, A. annua, A. arborescens) son comunes en Palestina, notablemente en las mesetas y en los desiertos. La amargura característica de las Artemisias, junto con su habitual lobreguez de hábitat, caracterizan adecuadamente para las mentes calamitosas orientales, la injusticia y los malos resultados del pecado.

Ajo: Allium sativum, Heb. chum (cf. aráb. them) artículo alimenticio favorito en Oriente. La especie más cultivada es el chalote, Allium ascalonicum.

Aladierno: Vea Zarzamora.

Álamo: Heb. libneh (Gén. 30,37; Oseas 4,13), aráb. lubna, styrax orcnnalis, sin duda identificado con el árbol, de la capa interna de cuya corteza se obtiene el estoraque oficinal.

Álamo temblón: Vea Balsamera.

Alcaparra: Heb. abiyyonah (B.D. Ecls. 12,5), el fruto del alcaparro, probablemente Capparis spinosa; herbacea y C. csgyptiaca también se encuentran en Palestina.

Alerce africano: probablementeThuya articulate (tuya articulada), especialmente en Apoc. 18,12. Vea Sándalo.

Algarroba: Griego K‚Ǩpdriov (Lc. 15,16), traducida como "cáscaras" (V.A., B.D.), las vainas gruesas del algarrobo, Ceratonia siliqua, "árbol del pan de San Juan".

Algarrobo: (N. del T.: Definición de la RAE): Árbol siempre verde, de la familia de las Papilionáceas, de ocho a diez metros de altura, con copa de ramas irregulares y tortuosas, hojas lustrosas y coriáceas, flores purpúreas, y cuyo fruto es la algarroba. Originario de Oriente, se cría en las regiones marítimas templadas y florece en otoño y en invierno. Vea Algarroba.

Algodón: Heb. o persa, karpas, Gossypium herbaceum, traducida como "verde". Probablemente el shesh de Egipto y la buq de Siria (Ezq. 27,7.16, "lino fino") eran también algodón.

Algummim: (2 Crón. 2,7) Vea Almugguim.

Alheña: (V.A., Cant. 1,14; DV 4,13; "ciprés"). Del hebreo kopher. El moderno "alcanfor" era desconocido para los antiguos. Plinio identifica el ciprés con el ligustrum de Italia, pero la planta no es otra que el árbol de alheña (Lawsonia alba), a la que los orientales son tan aficionados. Sus espigas rojas de dulce aroma (DV, Cant. 1,13; "racimos") producen el aceite de alheña; de sus hojas en polvo se obtiene la pasta de color rojizo-naranja con la que las mujeres orientales se pintan las uñas de las manos y los pies y se tiñen el cabello . Ascalón y Engadí eran particularmente famosos por su alheña.

Almáciga: Aliteración del griego axIvoc, o-xfaet, Aram. pistheqa-pesaq (Dan. 13,54), el lent isk, Pistacia lentiscus, común en Oriente, que exuda una resina olorosa muy utilizada para sazonar comidas dulces, vino, etc. Vea bálsamo.

Almendro: Heb. luz (Gen. 30,37; hazel" en V.A. es un error de traducción; cf. aráb. lauz), al parecer una antigua palabra más tarde reemplazada por shaqed (Gén. 43,11; Núm. 17,23; Ecls. 12,5); que alude a la floración temprana del árbol. Las almendras son consideradas (Gén. 43,11) uno de los mejores frutos en Oriente, y el árbol, Amygdalus communis, se ha cultivado siempre allí. Varias variedades, A. orientalis, Ait., o A. argentea, A. lycioides, Spach, A. spartioides, Spach; crecen en forma silvestre en los distritos como el Líbano, Carmelo, Moab.

Almugguim: (1 Rey. 10,11-12, "tomillos", "abetos"), escrito "algummim" en 2 Crón. 2,7; 9,10-11). Sin duda, se denota el mismo árbol, pues el nombre doble se debe a una mera transposición accidental de letras; si se puede confiar en la analogía lingüística, almugguim es correcto (cf. Tamil, valguka). Se dice que el árbol de sándalo es un producto exótico valioso importado a Palestina por Jiram y las flotas de Salomón (1 Ry. 10,11; 2 Crón. 2,7; 9,10), apta para carpintería fina y la fabricación de instrumentos musicales (1 Ry. 10,12; 2 Crón. 9,11). Josefo (Ant., VIII, VII, 1) dice que era algo así como la madera de la higuera, aunque más blanca y más brillante. De acuerdo a los estudiosos modernos y a ciertos rabinos, lo que quiere decir es el sándalo rojo, Pterocarpus santalina, aunque algunos de los usos que se le dan parecen requerir un material más grueso. La identificación propuesta por la Vulgata (Véase Alerce africano) es mucho más satisfactoria.

Áloe: (Prov. 7,17; Cant. 4,14; Juan 19,39; A.V., Sal. 45(44),9) se cuenta entre "los principales perfumes". En V.A., Núm. 24,6 ("lináloe"; B.D., "tabernáculos" es una traducción errónea), denota claramente un árbol. No se alude al áloe oficinal, Liliacea; el áloe de la Biblia es el producto de un árbol del género Aquilaria, quizás A. agallocha, Roxb., nativa del norte de la India; en cierta etapa de decadencia, la madera desarrolla una fragancia bien conocida por los antiguos (Dioscórides, I, 21), y de ella se obtenía un perfume raro.

Amapola: vea Amapola silvestre (hierba venenosa).

Amapola silvestre (hierba venenosa): Traduce dos palabras hebreas: (1) mererah, que significa bilis, (2) rosh, una planta amarga asociada con el ajenjo, y que crece "en los surcos del campo" (Os. 10,4; DV "amargura"), identificado con la cicuta (V.A., Os. 10,4) Conium maculatum, no crece en los campos; coloquíntida, Citrullus colocynthis, no se encuentra en tierra arada; y cizaña, Lolium temulentum, no amarga. Probablemente se denota la amapola, Papaver rheas, o P. somniferum, aráb. ras elhishhash.

Amomo: (Apoc. 18,13, ni en el Nuevo Testamento griego, Vulg., V.A., ni B.D., sino que se halla en ediciones críticas, tales como Griesbach, Lachmann, Tischendorf, Nestle), un perfume muy conocido en la antigüedad (Dioscor., I, 14; Theophr., "Hist. plant.", IX, 7; "De odor.", 32, etc.). La variedad asiria fue particularmente apreciada (Virg., Eclog., IV, 25; Josefo, "Ant"., XX, II, 3; Martial., "Epigr.", VII, 77; Ovid., "Heroid." X) d, 166, etc.), y, probablemente se obtenía de la Cissus vitigenea, una planta trepadora nativa de la India pero que se encontraba también en Armenia, Media y el Ponto (Plinio, "Nat. hist.", XII, 13).

Anea: (Job 8,11). Vea Junco.

Aneto: (Mt. 23,23), no el anís, Pimpinella anisum, sino más bien denota el aneto, Anethum graveolens, shabath del Talmud, shibith de los árabes. El eneldo siempre ha sido muy cultivado en Palestina; sus semillas, hojas y tallos estaban sujetos al diezmo, según el rabino Eliezer (Maasaroth, I, 1, cf. Mt. 23,23), cuya opinión, sin embargo, otros consideraban exagerada (Schwab, "Talmud de Jerus.", III, 182).

Añublo: Heb. yeraqon, aparece tres veces en BD y con ella se menciona shiddaphon, diversamente traducido (2 Crón. 6,28: "añublo"; Amós 4,9: "viento ardiente"; Ageo 2,17 "viento de limpieza"). En Deut. 28,22, y los 1 Rey. 8,37, yeraqon se traduce como "añublo" (VA "moho"), y shiddaphon, "aire corrompido". Evidentemente los traductores no tenía idea definida de la naturaleza y la diferencia de estas dos plagas. Yeraqon, o el moho, es causada por hongos parásitos como Puccinia graminis y P. straminis, los cuales chupan el grano, en el que se desarrollan a causa de la humedad excesiva. Shiddaphon, o añublo, se manifiesta, en períodos de sequía excesiva, y es causada por hongos del género Ustilago, que, cuando está totalmente desarrollado, con la ayuda del viento khamsin, "añubla" el grano.

Arbusto: Heb. na acug (BD, Is. 7,19; 55,13), un tipo particular de arbusto, probablemente algún azufaifo, ya sea Zizyphus vulgaris, Lam., o Z. spina-christi, Willd.

Aspálato: (Eclo. 24,15; griego, 10) B.D., 20; B.D. "bálsamo aromático") los escritores antiguos lo mencionan con bastante frecuencia (Teognis Hipócrates, Teofrastes, Plutarco, Plinio, etc.) como una planta espinosa que da un costoso perfume. Es imposible identificarla con certeza, pero la mayoría de los estudiosos creen que es Convolvulus scoparius, también llamada Lignum rhodium (madera con aroma a rosas).

Astrágalo: Un género de plantas papilionáceas de la tribu Lotea, varias especies de la cual producen la goma tragacanto (Heb. nek'oth, aráb., Neka'at) probablemente denotado en Gén. 37,25; 43,11 (DV "especias" ; "estoraque"). En 2 Ry. 20,13 y en Is. 39,2, Heb. nekothoth ha sido confundido con el plural de nek'oth y mal traducido, en consecuencia "especias aromáticas"; V.A.y V.R.dan, en el margen, "especias"; AV "cosas preciosas" es correcta. La goma que se menciona en Génesis se obtenía probablemente de las especies encontradas en Palestina, A. gummifer, A. rousseaunus, A. kurdicus, A. stromatodes.

Avellano: Ver Almendro.

Azafrán: Heb. karkom (Cant. 4,14), cf. aráb. kurkum, una planta aromática, Crocus sativus, se cultiva en Oriente y en Europa para condimentar los alimentos, el pan, etc.

B

Balsamera: (1 Crón. 14,14-15) Vea Morera.

Bálsamo: Vea el artículo bálsamo. Traducción habitual del Heb. gori (Gén. 37,25; 43,11; Jer. 8,22; 46,11; 51,8), excepto en Ez. 27,17 (Heb. pannag) y Eclo. 24,20a (griego aspalathos; vea Aspálato); 24,20b (griego smurna). Se describe el gori como procedente de Galaad (Jer. 8,22; 46,11) y con propiedades medicinales (Jer. 51,8). Se obtiene del Balsamodendron opobalsamum, Kunth, que todavía existe en las regiones tropicales del este de África y Arabia y produce el “bálsamo de La Meca”; y Amyris gileadensis, una variedad del anterior, que daba el más extravagantemente preciado "bálsamo de Judea", y que ya no existe. Se cultivaba extensamente alrededor del Lago de Tiberíades, en el Valle del Jordán, y en las orillas del Mar Muerto (Talm. Babyl. Shabbath, 26ª; Josefo, "Ant.", IX, I, 2; San Jerónimo, Qua st. en Gén. 14,7; Plinio, "Nat. Hist.", XII,25, etc.) La palabra cori se aplica también a la goma del almácigo, o lentisco (Pistacia lentiscus, cf. Aráb. daru), y del Balanites cegyptiaca, Del., que fue llamado erróneamente “bálsamo de Galaad”. No se conoce con certeza el significado de pannag, mencionada en Ez. 27,17; los comentaristas modernos están de acuerdo con la V.R. (glosa marginal) que es "una especie de confitura".

Bálsamo aromático Vea Aspálato.

Bedelio: (Gen. 2,12; Núm. 11,7), ya sea una piedra preciosa o la goma aromática de Amyris agallochum, un arbol resinoso pequeño del norte de la India que se encuentra también, según Plinio, en Arabia, Media y Babilonia.

Berenjena: Heb. khedeq (Prov. 26,9: D. V. "espino"; Miq. 7,4: "zarzal"), Aráb. khadaq, Solanum coagulans, Forskal, del mismo género que nuestra berenjena, la cual se halla cerca de Jericó. Solanum cordatum, Forskal, puede también denotarse.

Boj: (Is. 41,19; 60,13; en B.D., Ezeq. 27,6, en lugar de "marfil y cabañas", debería decir: "marfil incrustado en boj”), probablemente el hebreo the’ashshur. El boj no crece en Palestina, y de hecho la Biblia en ninguna parte insinúa esto, pero menciona el árbol de boj del Líbano, Buxus longifolia, Boiss., y el importado de las islas del Mediterráneo.

Bosque: Traduce cinco palabras hebreas: (1) Ya'ar, bosque propiamente dicho, (2) horesh, "colina arbolada", (3) cebak, un grupo de árboles; (4) ‘abhim, matorral; (5) pardeg, huerto. Entre los numerosos bosques mencionados en la Biblia están: bosque de Efraín, que, en el período cananeo, se extendía desde Betel a Betsán; el que estaba entre Betel y el Jordán (2 Rey. 2,24); bosque de Hareth, en las laderas occidentales de las colinas de Judea; Bosque de Aialon, al oeste de Bet Jorón; Bosques de Quiriat Yearim; el bosque donde Joatam construyó castillos y torres (2 Crón. 27,4) en las montañas de Judá; el que está al borde del desierto de Judea, cerca de Zif (1 Sam. 23,15); Bosque del Sur (Ezeq 20,46-47); y los de Basán (Is. 2,13) y Efraín (2 Sam. 18,6). El Líbano, el Carmelo, y el Hermón también estaban cubiertos de frondosos bosques.

Bosquecillo: Traducción de dos palabras hebreas: (1) asherah, un poste sagrado o piedra elevada en un recinto del templo, cuyas "arboledas" no nos conciernen aquí; (2) eshel, probablemente el tamarisco (cf. Aráb. athl), pero se traduce como "bosques" en Gén. 21,33, y en otros es traducido como "madera", como en 1 Sam. 22,6; 31,13.

Brezo: Heb. ’ar' ar aro er (V.A., Jer. 17,6; 48,6; B.D. "tamarisco", "brezo"), un arbusto verde con flores rojas o rosadas, y nativo del Cabo de Buena Esperanza. La única especie en Palestina es la Erica verticillata, Forskal. La E. multifiora es abundante en la región mediterránea.

C

Cadillos: Así la B.D., Oseas 9,6; 10,8, al traducir de la Vulg. lappa, “cadillo” (lampazo), por el Heb. khoakh y qosh. Khoakh se repite en Prov. 26,9; Cant. 2,2 (B.D. "espinas"); 2 Ry. 14,9; 2 Crón. 25,18; Job 31,40 (BD "cardo "); "espina" es el significado ordinario de qosh. Si bardana es el equivalente de khoakh, entonces lo que denota es Lappa major, D.C., que crece en el Líbano, puesto que la Lappa minor, D.C., se desconoce en Palestina; sin embargo, los muchos tipos de cardos comunes en Oriente se adaptan mejor a la descripción. Sin embargo, por el parecido del arábigo khaukh con el hebreo khoakh, se podría denotar algunas especies de espino negro o endrino Prunus ursina, y otros, Aráb. khaukh al-dib.

Calabaza silvestre: Vea Coloquíntida

Calabacera: Heb. qiqayou (Jonás 4,6-10; B.D. "hiedra"), la calabaza vinatera, Cucurbita lagenaria, utilizada frecuentemente para ocultar las cabinas o como una pantalla a lo largo de los enrejados.

Cálamo: Heb. qaneh (Éx. 30,23; Ez. 27,19; Cant. 4,14, e Is. 18,24; B.D., "caña aromática"; Jer. 6,20: "cálamo aromático"), una caña fragante que exhala un perfume que entra en la composición de las especias quemadas en los sacrificios (Is. 43,24; Jer. 6, 20) y del aceite de la unción (Ex., 30,23.25). El qaneh es, según algunos, Andropogon schoenanthus, que se utilizaba en Egipto para hacer el kyphi o perfume sagrado, según otros, Acorus aromaticus.

Cálamo aromático: (Jer. 6,20). Ver Cálamo.

Cambronera: Vea Zarzamora

Canfor: Nombre en desuso de la alheña. Vea Alheña.

Caña: Palabra general que traduce varios nombres hebreos de plantas: agmon, gome, ’tlph (Vea Junco) y qaneh (Vea Cálamo).

Caña aromática: (Cant. 4,14; Is. 18,24). Ver cálamo.

Caña de papel: Heb. aroth (V.A., Is. 19,7), preferiblemente traducida como "el canal del río" (B.D.), pues la alusión parece ser a los prados a orillas del Nilo.

Caña dulce: Ver caña.

Cardos: Numerosas plantas espinosas, son una de las características especiales de la flora de Tierra Santa; de ahí que son designadas por varias palabras en hebreo, inconsistentemente traducidas en las versiones, donde parece que a menudo se utilizaron conjeturas, aunque el significado general es certero: (1) barganim, vea Zarzas; (2) dardar, Aráb. shaukat ed-dardar, posiblemente Centaureas, cardo estrellado y centauras, (3) khedeq, vea Berenjena; (4) khoakh (Vea Cadillos) , una planta que crece en medio de las ruinas (Isaías 24,13), en barbechos (Oseas 9,6), con lirios (Cant. 2,2), y en campos donde es perjudicial para el maíz (Job 31,40), cuyas características se ajustan todas muy bien a los diversos tipos de cardos (Carduus pycnocephalus, C. argentatus, Circium lanceolatum, C. arvense, Attractilis comosa, Carthamus oxyacantha, Scolymus maculatus), más abundante en Palestina, (5) sirim, los varios cardos estrellados, o quizás la pimpinela espinosa, abundante en ruinas; (6) sirpad, a partir de la traducción griega, probablemente el helenio, Inula viscosa, común en las colinas de la Tierra Santa; (7) qimmeshonim, vea Ortigas; ( 8) shayith y (9) shamir, vea Zarzas.

Carrizal: Heb. ‘akhu (B.D., Job 8,11; Gén. 41,2.18; "lugares pantanosos", V.A., "prado") probablemente designa todo tipo de plantas verdes que viven en los pantanos (cf. egip. akhah), en particular la chufa (Cyperus esculentus). Vea Espadaña.

Cáscaras: Vea Algarroba.

Casia: Heb. qiddah (Éx. 30,24; Ezeq. 27,19; Vea Estacte). Egip. qad, la corteza aromática de Cinnamomum cassia, Bl., de la India, un ingrediente del aceite de la unción (Ex. 30,24), y el egipcio Kyphi. En Sal. 45(44),9 (VA, 45,8), quec ah, el equivalente arameo de giddah, es posiblemente una explicación de ’ahaloth. No hay referencia bíblica a la casia de la que se obtiene el sen medicinal.

Castaño: Vea Plátano oriental.

Castañuela: Heb. "suph" (B.D. Éx. 2,3), el nombre genérico para Anea. Ver Junco.

Cebada: (Heb. se’orah, "peludo", en alusión a la longitud de las aristas) fue cultivada a través de Oriente como forraje para los caballos y asnos (1 Reyes 4,28), también como un alimento básico entre los pobres, los trabajadores, y el pueblo en general en situaciones de emergencia. El grano era o tostado (Lev. 2,14; 2 Ry. 4,43) o molido, amasado y cocido en hornos como pan o torta. Al ser la cebada el grano más común, se consideraba una cosa sin valor, de ahí la fuerza despectiva de Ezeq. 13,19; Jueces 7,13, y Oseas 3,2. Hordeum ithaburense, Boiss., crece silvestre en muchos distritos de Palestina; el cultivo ha desarrollado la cebada de dos (H. distichum), cuatro (H. tetrastichum) y seis filas (H. hexastichum). La cosecha comienza en abril en el Ghor, y continúa más tarde en lugares más altos; una gavilla de la nueva cosecha se ofreció en ofrenda en el “Sabbath de la Pascua".

Cebolla: Heb. begalim (Núm. 11,5), Allium cepa, se cultiva universalmente y forma un importante y favorito artículo de la dieta en Oriente.

Cedro: Término que se aplica indiscriminadamente a Cedrus libani, C. bermudensis, Juniperus virginiana y Cupressus thyoides, al igual que el hebreo ’erez, se usó para designar tres árboles diferentes: (1) La madera de cedro empleada en ciertas ceremonias de purificación (Lev. 14,4.6, 49-52, Núm., 19, 6) fue Juniperus phcenicea, o J. oxycedrus, que los paganos quemaban durante los sacrificios y en piras funerarias (Horn., "Odyss.", V, 60; Ovidio., "Fast"., II, 558), y Plinio llama "pequeño cedro" (Nat. Hist., XIII, I, 30). (2) El árbol que crece "a la orilla de las aguas" (Núm. 24,6) aparenta ser, según Ez. 31,7, el Cedrus libani, que generalmente crece en laderas secas. (3) En la mayoría de los otros pasajes de las Sagradas Escrituras se quiere decir Cedrus libani, Barr, el cual, "príncipe de los árboles" por su altura (Is. 2,13; Ezeq. 31,3.8; Am. 2,9), simbolizaba apropiadamente a los poderosos imperios de Oriente (Ezeq. 31,3-18, etc.). De su tronco se hacían mástiles de buques (Ezeq. 27,5), pilares, vigas y tablas para los templos y palacios (1 Rey. 6,9; 7,2); y su madera dura, de textura fina y compacta, que era capaz de recibir un gran pulido, fue un material adecuado para adornos tallados (1 Rey. 6,18) e imágenes (Is. 44,14-15). Los bosques de cedros eran un paraíso de fragancia aromática, debido a la exudación de resina olorosa por todos los poros de la corteza (Cant. 4,11; Oseas 14,7); eran "la gloria del Líbano" (Is. 35,2; 60,13), así como una fuente de riqueza para sus poseedores (1 Rey. 5,6 ss.; 1 Crón. 22,4) y un objeto de la envidia para los poderosos monarcas de Nínive (Is. 37,24; Inscripciones de varios reyes asirios).

Centaura: Vea Cardos.

Centeno: Heb. kussemeth (V.A., Ex. 9,32; Is. 28,25) como el arábigo kirsanah, que sugiere una planta leguminosa, Vicia ervilia, los Setenta la traduce como "espelta"; el centeno es desconocido en tierras bíblicas y crece sólo en climas más fríos, por lo tanto, es una traducción equivocada.

Cicuta: Heb. rosh (V.A., Oseas, 10,4; Amós 6,12; DV "amargura"; 13, "ajenjo"), una planta umbelífera de la que se deriva el alcaloide venenoso conia. Conium maculatum y Aethusa cynapium se encuentran en Siria. La cicuta de agua se encuentra únicamente en las zonas más frías. Ver Amapola silvestre.

Cilantro, semillas de: (Éxodo 16,31; Núm. 11,7), el fruto de Coriandrum sativum, aliado al anís y la alcaravea.

Cinamomo: Heb. qinnamon (Éxodo 30,23; Prov. 7,17; Cant. 4,14; Eclo. 24,15; Apoc. 18,13), la aromática corteza interior del Cinnamomum zeylanicum, Nees, un ingrediente del aceite de unción y de la Kyphi.

Ciprés: En B.D, Cant. 1,17 (B.D., 16) una pobre traducción del hebreo ‘eg shemen (Vea Árbol de aceite); en otros lugares el hebreo berosh se traduce "abeto"; se desconoce la palabra original de Eclo. 24,13. Entre las identificaciones propuestas para la palabra beroth están Pinus halepensis, Miel. y Cupressus sempervirens, siendo esta última más probable.

Cizaña: V.A., Job 31,40, por el Heb. be'osha: B.D. "espinas". Las traducciones marginales de V.A. y V.R. "hierba hedionda", "malas hierbas destructoras" son mucho más correctas. B.D., Mat. 13,24-30, traduce el griego i'ii'b,’La como cizaña. Los dos nombres utilizados en el texto original señalan a plantas de caracteres totalmente diferentes: (1) Según la etimología, be'osha debe referirse a una planta de olor desagradable; además el estramonio (Datura stramonium) y el tomatillo del diablo (hierba mora) (Solanum nigrum), en Palestina hay varios aros fétidos, beleños y mandrágoras; de ahí que be'osha parece ser un término general aplicable a todas las plantas nocivas y destructoras. En las Biblias en inglés, Is. 5,2.4, la forma plural se traduce por "uvas silvestres", una traducción débil en vista de la terrible sentencia pronunciada contra el viñedo en el contexto; be'ushim puede significar frutos hediondos, como be'osha significa malas hierbas hediondas. (2) rei -dcvKa, del arameo zonin, representa el Lolium temulentum, o cizaña, la única hierba con una semilla venenosa, "totalmente como el trigo hasta que aparezca la espiga". Por lo tanto, la traducción de ambas versiones es inexacta.

Coloquíntida: Citrullus colocynthis, Schr., Cucumis c., probablemente la “calabaza silvestre” de 2 Ry. 4,38-40, común en toda la Tierra Santa. En 1 Ry. 6,18; 7,24, leemos acerca de las tallas de todo el interior del Templo y el mar de bronce, que probablemente representaban las hojas ornamentales, los tallos, zarcillos y frutos de la coloquíntida.

Cólquico: Vea Flor del campo.

Comino: Heb. kammon, árabe, kammun, la semilla de Cuminum cyminum (Is. 28,25.27; Mat. 23,23).

D - G

H - L

M - O

P - R

S - Z

Bibliografía: BALFOUR, Las Plantas de la Biblia (Londres, 1885); BONAVIA, La Flora de los Monumentos Asirios y sus Resultados (Westminster, 1894); DUNS, Ciencia Natural Bíblica, siendo la explicación de todas las referencias en la Biblia a la geología, botánica, etc. (Londres, 1863-5);GROSER, Los Árboles y Plantas Mencionados en la Biblia (Londres, 1895); HOOKER Y TRISTRAM, Plantas de la Biblia, con las principales alusiones recogidas y explicadas en Ayudas al Estudiante de la Santa Biblia (Londres); KNIGHT, Plantas y Animales de la Biblia (Londres, 1889); POST, Flora de Siria, Palestine y Sinai, desde el Tauro al Ras Muhammad, y desde el Mar Mediterráneo hasta el desierto de Siria (Beirut, 1896); SMITH, Las Plantas en la Biblia, su historia, y una revisión de las opiniones de varios escritores respecto a su identificación (Londres, 1878); TRISTRAM, Historia Natural de la Biblia (Londres, 1889); IDEM, La Fauna y Flora de Palestina (Londres, 1884); ZELLER, Flores Silvestres de la Tierra Santa (Londres, 1876); BOISSIER, Flora Orientalis (Bale y Geneva, 1867-88); CELSIUS, Hierobotanicon, sive de plantis Sacræ Scripturæ dissertationes breves (Upsala, 1745- 7); FORSKAL, Flora Ægyptico- Arabica (Copenhagen, 1776); HILLER, Hierophyticon, sive Commentarius in loca Scripturæ Sacræ quæ plantarum faciunt mentionem (Tréveris, 1725); LEMNIUS, Similitudinum ac parabolarum, quæ in Bibliis ex herbis desumuntur, dilucida explicatio (Frankfort, 1626); LINNE, Flora Palestinæ (Upsala, 1756); URSINUS, Arboretum biblicum (Nuremberg, 1699); IDEM, Arboreti biblici continuatio (Nuremberg, 1699); CULTRERA, Botanique biblique (Génova, 1861); FILLION, Atlas d'histoire naturelle de la Bible (París, 1884); GANDOGER, Plantes de Judée in Bulletin de la Societé botanique de France, XXXIII, XXXV, XXXVI (Paris); IDEM, artículos sobre varias plantas en VIGOUROUX, Dictionnaire de la Bible (Paris, 1895—); HAMILTON, La botanique de la Bible (Nice, 1871); LEVESQUE, artículos sobre varias plantas en VIG., Dicc. Bibl.; LORET, La flore pharaonique, d'après les documents hiéroglyphiques et les spécimens découverts dans les tombes (París, 1892); FONCK, Strifzüge durch die Biblische Flora (Freiburg, 1900); KINZLER, Biblische Naturgesch. (Calw y Stuttgart, 1884); LÖW, Aramäische Pflanzennamen (Leipzig, 1881); ORDMANN, Vermischte Sammlungen aus der Naturkunde zur Erklärung der Heiligen Schrift (Leipzig, 1786-95); ROSENMÜLLER, Handbuch der Biblischlen Altertumskunde, IV, 1; Biblische Naturgesch. (Leipzig, 1830); WOENIG, Die Pflanzen im alten Ægypten (Leipzig, 1886); CULTRERA, Flora Biblica, ovvero spiegazione della plante menzionate nella Sacra Scrittura (Palermo, 1861).

Fuente: Souvay, Charles. "Plants in the Bible." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/12149a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.