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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Teodoro de Mopsuestia

De Enciclopedia Católica

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Escritor eclesiástico y obispo de Mopsuestia en Cilicia; nació en Antioquía hacia el año 350 (por ello llamado también Teodoro de Antioquía) de padres ricos y poderosos; murió en 428.

Biografía

Según las fuentes sirias, Teodoro era el primo del poco más joven Nestorio (Nestle, op. cit. en bibliografía); Policromio, después obispo de Apamea, era hermano de Teodoro. El inteligente y talentoso joven recibió la educación en literatura clásica normal en su clase, y estudió filosofía y retórica en la escuela del renombrado retórico pagano Libanio. Aquí se relacionó con sus primeros amigos, San Juan Crisóstomo y Máximo, después obispo de Seléucida (quizás como compañeros de clases). Siguiendo el ejemplo de Crisóstomo (Sócrates, "Hist. eccl.", VI.3), Teodoro renunció a su carrera seglar cuando tenía unos dieciocho años, y se dedicó a la vida ascética en la escuela de Diodoro (luego obispo de Tarso) y Carterio, situada cerca de Antioquía. Su juvenil y muy tempestuoso celo se enfrió pronto, y debido principalmente al recuerdo de Hermione, con quien había querido casarse, volvió a la vida secular (Sozomeno, "Hist. eccl.", VIII.2; Hesychius Hieros., "Hist. eccl." en Mansi, "Concil.", IX, 248). La angustia de Crisóstomo por el paso dado por su amigo fue tan grande que le dirigió dos cartas o tratados ("Ad Theodorum lapsum" en P.G., XLVII, 277 ss.) para intentar que volviera a su antigua resolución. Un poco después Teodoro ciertamente volvió a la “divina filosofía” de la vida monástica ascética. Enseguida adquirió un gran conocimiento de las Sagradas Escrituras. Su carácter impetuoso e inquieto le llevó a aplicarse en la composición de obras teológicas con apenas 20 años (a los 18 según Leoncio Bizantino "Adv. Incorrupticolas", VIII, en P.G., LXXXVI, 1364). Su primera obra fue un comentario sobre los Salmos en el que sus tendencias exegéticas extremas en el sentido casi exclusivamente gramático-histórico y sus explicaciones realistas de los textos se manifiestan ya (ver abajo la Hermenéutica de Teodoro).

Entre 383 y 386 fue ordenado sacerdote (quizás junto con Crisóstomo) por su antiguo maestro (ahora obispo) San Flaviano. Pronto manifestó un gran interés por las discusiones teológico-polémicas de su tiempo, escribiendo y predicando contra el origenismo, arrianismo, eunomianismo, apolinarismo, magia, Juliano el Apóstata etc. Su entusiasta y versátil actividad literaria le ganó el nombre de "Polyhistor" (Sozomeno, op. cit., VIII, II). Aparentemente se fue de Antioquía antes de 392 para unirse a su antiguo maestro Diodoro de Tarso, que era obispo de Tarso (Hesychius Hier., op. cit., in Mansi, IX, 248). Probablemente por influencia de Diodoro fue nombrado obispo de Mopsuestia en 392, oficio en el que estuvo 36 años. En el 394 asistió al sínodo de Constantinopla, durante el cual predicó ante el emperador Teodosio el Grande. Durante la confusión respecto a Crisóstomo, Teodoro se mantuvo fiel a su amigo (cf. Chrysostom, "Epp.", CXII, en P.G., LII, 668; traducción latina en Facundo, loc. cit., VII, 7). Más tarde, hacia 421, recibió hospitalariamente a Julián de Eclana y a otros pelagianos y sin duda se dejó influir por sus errores dogmáticos. Sin embargo, aprobó más tarde la condena del pelagianismo en un sínodo en Cilicia (Marius Merc. en P.L., XLVIII, 1044). Murió en el año 428, año en que Nestorio accedió a la sede episcopal de Constantinopla. Durante su vida siempre se le consideró ortodoxo y como un prominente autor eclesiástico, e incluso obispos y teólogos de lugares distantes le consultaban sobre asuntos teológicos.

Escritos

La más completa lista de las obras de Teodoro es la de Ebedjesu (murió en 1318; vea Assemani, "Bibl. orient.", III, 30-36). Según esto, las siguientes obras existían en una traducción siríaca:

Comentarios Exegéticos

  • 1. Sobre el Antiguo Testamento
    • (a) 3 libros sobre el Génesis (fragmentos griegos en el Nicephoruscatene, Leipzig 1772; siríaco en Sachau, 1-21);
    • (b) 5 libros sobre los Salmos (fragmentos griegos en P.G., LXVI, 648; traducción latina descubierta por Mercati, vea bibliografía; texto griego descubierto por Lietzmann, sin editar, cf. ibid.);
    • (c) sobre los doce profetas menores (existe completo, editado por Angelo Mai en PG LXVI, 124-632);
    • (d) sobre el Primero y Segundo Libro de los Reyes, 1 libro (perdido);
    • (e) 2 libros sobre Job, dedicados a San Cirilo de Alejandría (sólo hay cuatro fragmentos preservados en P.G., loc. cit., 697 ss.);
    • (f) un libro sobre el Eclesiastés, (perdido);
    • (g) 4 libros (perdidos) a los cuatro grandes profetas. Assemani añade "Quæstiones et Responsiones in Sacram Scripturam"; los fragmentos mencionados por el Quinto Concilio Ecuménico (Mansi, IX, 225) sobre el Cantar de los Cantares quizás se hayan tomado de una carta.
  • 2. Sobre el Nuevo Testamento:
    • (a) un libro sobre Mateo (fragmentos en P.G., LXVI, 705 ss.);
    • (b) un libro sobre Lucas (fragmentos, ibid., 716 ss.);
    • (c) un libro sobre Juan (fragmentos, ibid., 728; sirio descubierto y editado por Chabot, Paris, 1897);
    • (d) un libro sobre los Hechos (fragmentos in P.G., LXVI, 785 ss.);
    • (e) sobre todas las Epístolas de San Pablo (fragmentos griegos en P.G., LXVI, 188-968) sobre las Epístolas a los Gálatas, Colosenses, Tesalonicenses, Filemón, edición latina por H. B. Swete, Cambridge, 1880-82).

Opuscula

  • 1. Un libro (perdido) "De sacramentis";
  • 2. un libro, "De fide" ("Liber ad baptizatos", según Facundo, op. cit., LX, 3; fragmentos en Swete, II, 323-27);
  • 3. un libro (perdido) "De sacerdotio";
  • 4. dos libros (perdidos) "De Spiritu Sancto", contra los Macedonios;
  • 5. 15 libros "De Incarnatione" (cf. Facundo, IX, 3; Genadio, 12; escrito en Antioquía alrededor de 382-92 contra el apolinarismo y eunomianismo, fragmentos griegos en P.G., LXVI, 969 ss., y Swete, II, 290-3l2);
  • 6. 2 libros "Contra Eunomium" (un fragmento en Facundo, IX, 3;
  • 7. 2 libros "Contra dicentes: peccatum naturae inesse" 2 libros (cf. Focio, "Bibl.", 177);
  • 8. 2 libros "Contra magicam artem" (cf. Focio, 81);
  • 9. un libro (perdido) "Ad monachos";
  • 10. un libro (perdido) "De obscura locutione";
  • 11. un libro (perdido) "De perfectione operum", 1 libro (perdido);
  • 12. 5 libros "Contra allegoristas" (cf. Facundo, III, 6: "De allegoria et historia");
  • 13. un libro (perdido) "De Assumente et Assumpto";
  • 14. un libro (perdido) "De legislatione", 1 libro (perdido). Muchos fragmentos no identificados quizás estén tomados de libros perdidos. Los quince libros "De mysteriis" u "Opus mysticum", mencionados por Assemani (III, 1, 563), probablemente sean los del "Codex mysticus" citado por Facundo (III, 2). Respecto al "Symbolum fidei" (Facundo, III, 2; Leoncio Bizantino, P.G., LXXXVI, 1367), cf. Fritzsche en P.G., LXVI, 73 ss. Leontius Byzant. ("Advers. Incorr.", XX, en P.G., LXXXVI, 1368) dice, quizás refiriéndose a la llamada Liturgia Nestoriana, que Teodoro también había introducido una nueva liturgia.

Cartas

Se reunieron en un volumen que se ha perdido.

La Doctrina de Teodoro

Hermenéutica y Canon

Respecto al Antiguo Testamento, Teodoro parece haber aceptado la idea de Flavio Josefo de la inspiración y su canon. Rechazó como no canónico el libro de Job, el Cantar de los Cantares, Esdras y los libros deuterocanónicos. Del Nuevo Testamento eliminaba las Epístolas Católicas (excepto I Pedro y I Juan) y el Apocalipsis (cf. Leoncio, loc. cit., III, 13-17, en P.G., LXXXVI, 1365-68). En sus explicaciones de la Sagrada Escritura Teodoro emplea primariamente el método histórico y gramático prevaleciente en la Escuela Antioquena. De los Salmos sólo reconocía el 2, 7, 14 y 110 que contenían referencias proféticas directas al Mesías; consideraba el Cantar de los Cantares como un poema nupcial vulgar.

Antropología y Doctrina de la Justificación

La doctrina de Teodoro respecto a la justificación dio pie a muchos malentendidos, aun si rechazamos las acusaciones de Leoncio (loc. cit., 20-37) como exageradas. Según Teodoro el pecado de Adán le sometió a él y a la humanidad a la muerte, porque entonces él era mudable. Pero lo que en el caso de Adán era la consecuencia del pecado, en sus descendientes es la causa, así que como consecuencia de la mutabilidad todos los hombres pecan personalmente de una manera u otra. El objeto de la Redención era transferir a la humanidad de su condición de mutabilidad y mortalidad al estado de inmutabilidad e inmortalidad. Esto sucedió primero en el caso de Cristo, fundamentalmente por la unión con el Logos, sobre todo en su Bautismo y completamente en su Resurrección. En la humanidad este cambio se realiza por la unión con Cristo. La unión comienza en el bautismo, por el que (1) se perdonan todos los pecados (personales), (2) se concede la gracia de Cristo y nos lleva a la inmutabilidad (impecabilidad) e inmortalidad. En el bautismo de los niños solo se da este segundo efecto. No se puede negar que estas ideas tienen un cierto parecido con los pensamientos fundamentales del pelagianismo; sin embargo, es muy difícil determinar si Teodoro influyó en Pelagio y Celestio (según Mario Mercator, a través del sirio Rufino P.L., XLVIII, 110), o si ellos influyeron en Teodoro.

Cristología

La Cristología de Teodoro ejerció una influencia muy directa e importante en la doctrina de su (mediato) discípulo Nestorio. Las polémicas de su tiempo contra el arrianismo y el apolinarismo llevó a los antioquenos (Diodoro de Tarso, Teodoro y Nestorio) a enfatizar enérgicamente la perfecta divinidad y la sin par humanidad de Cristo, y a separar rotundamente las dos naturalezas. Así, en un sermón que predicó en Antioquía (quizás el primero como obispo), Teodoro atacó con vehemencia el término theotokos, muy empleado en la terminología eclesiástica, porque María era estrictamente hablando anthropotokos, y solo indirectamente theotokos. Fue sólo retirando las palabras y corrigiéndose a sí mismo que pudo Teodoro apaciguar la excitación creada por su opinión. (Ver Juan de Antioquía, "Epist. ad Theodosium imper." en Facundo Herm., "Pro defensione trium capp.", X, 2; P.L., LXXXVII, 771). En verdad no se puede negar que la separación antioquena de las naturalezas debe resultar en un impropio debilitamiento de la unión en Cristo. Como Nestorio, Teodoro declara expresamente que quería mantener la unidad de la persona en Cristo; quizás reconocían alguna distinción entre naturaleza y persona, pero no conocían exactamente cual era el factor distintivo, y por consiguiente usaron erróneamente paráfrasis y comparaciones, y hablaron de dos naturalezas de una manera que, tomado estrictamente, presuponían dos personas. Así, según Teodoro, la naturaleza humana de Cristo no sólo era passibilis, sino también tentabilis, puesto que de otra manera su libertad del pecado sería el resultado de su unión física con Dios y no un mérito de su libre voluntad. La unión de las naturalezas humana y divina sucede no kat ousian ni kat energeian, sino kat eudokian (por la voluntad), y de hecho una eudokia hos en houio, que realiza una enosis eis en prosopon. Las dos naturalezas forman una unidad, “como marido y mujer” o “cuerpo y alma”. Por consiguiente, según Teodoro, la communicato idiomatum, hablando fundamentalmente, también es legal.

La Condenación de la Doctrina de Teodoro

Mientras que durante su vida (aparte el episodio en Antioquía) Teodoro fue considerado ortodoxo (cf. Teodoreto, "Historia de la Iglesia, V.39; Juan de Antioquía, en Facundo, II, 2), se levantaron grandes protestas contra él cuando los pelagianos y nestorianos recurrieron a sus escritos. El primero en presentarle como padre del pelagianismo fue Mario Mercator en su obra "Liber subnotationum in verba Juliani, Praef." (cerca de 431; en P.L., XLVIII, 111). Hesiquio de Jerusalén le acusó de nestorianismo en su Historia de la Iglesia (hacia 435). Rábulas de Edesa llegó a pronunciar un anatema contra Teodoro. Actuando bajo la influencia de este último, San Cirilo de Alejandría se expresó en términos muy duros sobre Teodoro, llamándole, junto con Diodoro de Tarso, “patres Nestorii blasphemæe" ("Ep. LXXI ad Theodosium imp.", en P.G.. LXXVII, 34l-44); sin embargo, no quería condenarle pues había muerto en paz con la Iglesia.

Mientras tanto la controversia nestoriana seguía su curso sin que la Iglesia tomara ninguna acción oficial contra Teodoro, a pesar de que sus libros gozaban de más favor entre los nestorianos de Edesa y Nisibis que los del mismo Nestorio. El Concilio de Calcedonia parecía favorecer a Teodoro cuando declaraba ortodoxos a sus discípulos y admiradores, Teodoreto e Ibas de Edesa, aunque éste, en su epístola a Maris se había referido a Teodoro en términos muy elogiosos. La reacción monofisita contra el Concilio de Calcedonia en el siglo VI fue la primera vez que tuvo éxito en condenar con anatema eclesiástico a la persona y escritos de Teodoro a través del asunto de la desgraciada disputa de los Tres Capítulos. Por primera vez Teodoro fue condenado como hereje por el emperador Justiniano en su edicto contra los Tres Capítulos (544).

Bajo la influencia de la presión imperial el Papa Vigilio compuso (553) en Constantinopla un documento en el que se declararon heréticas sesenta proposiciones tomadas de los escritos de Teodoro. Finalmente en el Quinto Sínodo General (553) en el que sin embargo no participó Vigilio, los Tres Capítulos, incluyendo los escritos de Teodoro y su persona, fueron puesto bajo anatema. Fue sólo el 8 de diciembre que Vigilio, roto el exilio, aprobó los decretos del sínodo. Entre los más impetuosos defensores de Teodoro y de los Tres Capítulos, además del Papa Vigilio (hasta 553) estaban el africano Facundo de Hermiana ("Pro defensione trium capitulorum libri XII", in P.L., LXVII, 527 ss.) y los obispos Paulino de Aquilea y Vitalis de Milán.


Bibliografía: La más completa edición de las obras de Teodoro se da en P.G., LXVI, 124 ss.; vea también: SWETE, Theodori Ep. Mopsuesteni in epistolas B Pauli. Versión en latín con fragmentos en griego (2 vols., Cambridge, 1880-52)., SACHAU, Theodori Mopsuesteni fragmenta siriaca, (Leipzig, 1169); y algunos fragmentos en S. Innocenti ep. Maronioe: De his qui unum ex trinitate vel unum Subsistentiam seu personam Dominum nostrum Jesus Christurn dubitant confieri, ed. AMELLI in Spicilegium Casinensi I (1888). 148-54.

TILLEMONT, Memoires, XII (1732), 433 ss.; FRIZSCHE, De Theodori Mopsuesteni vita et scriptis (Halle, 1836; reimpreso en P.G., LXVI. 9 ss.; SWETE in Dict. Christ. Biog., s.v.; SPECHT, Der exeget Standpunkt des Theodor u. Theodoret in Auslegung der messian. Weissagungen (Munich, 1871) KIHN Theodore von M. u. Junilius Africanus als Exegeten (Friburgo 1880); ZAHN, Das Neue Testament Theodors v. M. u. der ursprungl Kanon der Syrer in Neue kirchl. Zeitschr., XI (1900), 788-806; DENNEFELD, Der alttestam, Kanon der Antiochen. Schule (Friburgo 1909). 44-61 (Bibl. Studien, 14, 4); BAETHGEN, Der Psalmenkommentar des Theodor v. M. syrischer Bearbeitung in Zeitschr. fur alttestam. Wissenschaft, V (1885) 53-101; VI (1886) 261-88, VII (1887), 1-60; LIETZMANN, Der Psalmenkommentar Theodors v. M. en Sitzungsberichteder kgl. preussichen Akademie der Wissenschaften (1902), 334-46 MERCATI, Un palimpsesto Ambrosiano dei Salmi Esapli (Turin, 1896); cf. ASCOLI, Il codice erlandese dell' Ambrosiana in Archivio glattologico itatiano, V, VI; VON DOBSCHUTZ in Revista Americana de Teología, II (1898), 353-87; FENDT, Die Christologie des Nesotorius (Kempten, 1910), 9-12; Theodore v. Mopsuesta; NESTLE, Theodor von M. u. Nestorius; Eine Mitteilung aus syrischen Quellen in Theolog. Studien aus Wurttemberg (1881), 210-11.

Fuente: Baur, Chrysostom. "Theodore of Mopsuestia." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/14571b.htm>.

Traducido por Pedro Royo. L H M.