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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «San Martín de Tours»

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[[Archivo:San martin tours.jpg|300px|thumb|left|]]Obispo; nacido en Sabaria (hoy Steinmanger en Alemania, o Szombathely en Hungria), Pannonia (Hungria), alrededor del 316; falleció en Candes, Touraine, mas probablemente en 397. En sus años tempranos, cuando su padre, un tribuno militar, fue transferido a Pavia en Italia, Martín lo acompaño hacia aquel sitio, y cuando alcanzo la adolescencia, de acuerdo con las leyes de reclutamiento, se enrolo en la armada Romana. [[Archivo:San martin de toursG.jpg|300px|thumb|left|]]Tocado por la gracia a temprana edad, fue de los primeros atraídos hacia el Cristianismo, cual ha sido a favor en los campos desde la conversión del Emperador Constantino. Su regimiento fue rápidamente enviado a Amiens en Galia, y esta ciudad se transformo en la escena de la celebrada leyenda del manto. En las puertas de la ciudad, un día muy frío, Martín encontró a un pordiosero con escalofríos y medio desnudo. [[Archivo:Escultura-de-san-martin-de-tours-400x300.jpg
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[[Archivo:San martin tours.jpg|300px|thumb|left|]] '''San Martín de Tours''':  [[obispo]]; nació en Sabaria (hoy [[Diócesis de Steinamanger |Steinamanger]] en [[Alemania]], o Szombathely en [[Hungría]]), Panonia (Hungría), alrededor de 316; murió en Candes, Touraine, probablemente en el 397.   En sus años tempranos, cuando su [[padres |padre]], un tribuno militar, fue transferido a [[Pavía]] en [[Italia]], Martín lo acompaño hasta allí, y cuando llegó a la adolescencia, de acuerdo con las [[ley]]es de reclutamiento, se alistó en el ejército [[Roma |romano]]Tocado por la [[gracia]] a temprana edad, desde el principio se sintió atraído hacia el [[cristianismo]], lo cual era favorecido en el servicio militar desde la [[conversión]] del emperador [[Constantino el Grande |Constantino]].   Su regimiento pronto fue enviado a [[Amiens]] en [[la Galia Cristiana |la Galia]], y esta ciudad se convirtió en la escena de la famosa [[Leyendas de los Santos |leyenda]] del manto. Un día muy frío Martín se encontró a las puertas de la ciudad a un pordiosero tembloroso y semidesnudo. Movido por la compasión, dividió su manto en dos partes y le dio una de ellas al [[Pobreza y Pauperismo |pobre]] [[hombre]].   La parte con la que se quedó fue luego la famosa [[reliquias |reliquia]] preservada en el [[Oratorio (Lugar de Oración) |oratorio]] de los reyes [[los Francos |francos]] bajo el nombre de “Manto de San Martín”. [[Archivo:San martin de toursG.jpg|300px|thumb|left|]]
|300px|thumb|left|]]Movido por la compasión, el dividió su manto en dos partes y le dio una de ellas al pobre hombre. La parte que le quedo a el se transformo en la famosa reliquia preservada en el oratorio de los reyes Franskish bajo el nombre de “Manto de San Martín”. Martín, quien era aun solo un catecúmeno, recibió prontamente el bautismo, y fue poco después liberado del servicio militar en Worms en el Rhin. Tan pronto como el estuvo libre, se movió rápidamente hacia Poitiers para enrolarse entre los discípulos de San Hilario, el sabio y piadoso obispo cuya reputación como teólogo fue traspasando las fronteras de la Galia. Deseando, además, ver a sus padres nuevamente, retorno a Lombardia a través de los Alpes. Los habitantes de la región, contagiados con el Arianismo, fueron agriamente hostiles hacia el Catolicismo, por lo que Martín, que no ocultaba su fe, fue muy mal tratado por la orden del Obispo Auxentius de Milán, el líder del secta cismatica en Italia. Martin estuvo deseoso de retornar a la Galia, pero, aprendiendo que los Arianistas que atormentaban el país, además y aun tenían éxito en exilar a Hilario al Oriente, decidió el buscar abrigo en la isla de Gallinaria (ahora isla de Albenga) en el medio del mar Tirreno.
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Martín, quien era aún solo un [[catecúmeno]], recibió prontamente el [[bautismo]], y poco después finalmente fue liberado del servicio militar en Worms en el Rin. Tan pronto estuvo libre, se apresuró a [[Poitiers]] para hacerse [[discípulo]] de [[San Hilario de Poitiers |San Hilario]], el sabio y [[Virtud de Religión |piadoso]] [[obispo]] cuya [[Reputación (como Propiedad) |reputación]] como [[Teología Dogmática |teólogo]] ya estaba pasando más allá de las fronteras de [[la Galia Cristiana |la Galia]].   Sin embargo, dado que deseaba volver a ver a sus [[padres]], regresó a [[Lombardía]] a través de los Alpes. Los habitantes de la región, infestados de [[arrianismo]], eran agriamente hostiles hacia el [[católico |catolicismo]], por lo que Martín, que no ocultaba su [[fe]], fue muy maltratado por orden del obispo [[Aujencio de Milán]], el líder de la [[secta]] [[herejía |herética]] en [[Italia]].   Martin estaba deseoso de regresar a la Galia, pero, al enterarse de que los arrianos perturbaban ese país también y que habían logrado exiliar a Hilario a Oriente, decidió buscar abrigo en la Isla Gallinaria (ahora Isola d´Albega) en medio del Mar Tirreno.
  
Tan pronto como Martín aprendió que el decreto imperial autorizo a Hilario a retornar a Galia, el se movió rápidamente al lado de su elegido maestro en Poitiers en 361, y obtuvo permiso para estar a alguna distancia, en una región desértica (ahora llamada Liguge), donde el adopto una solitaria vida en Gallinaria. Su ejemplo fue rápidamente seguido, y un gran numero de monjes se congregaron a su alrededor. De ese modo fue formada en Thebaid Galicas una legitima laura, desde la cual luego se desarrollo la celebrada Abadía Benedictina de Liguge. Martín permaneció cerca de diez años en esta soledad pero frecuentemente la dejo para orar el Evangelio en las regiones centrales y orientales de la Galia, donde los habitantes rurales se hundían en la oscuridad de la idolatría y daban muestras de todo tipo de supersticiones. La memoria de estas jornadas apostólicas sobreviven hasta nuestros días en las numerosas leyendas locales de las cuales Martín es el héroe y la cual indica groseramente las rutas que el siguió. Cuando San Lidorio, segundo obispo de Tours, murió en 371 o 372, el clero de esta ciudad deseo reemplazarlo por la famosa ermita de Liguge. Pero, como Martín permaneció sordo a las plegarias de los diputados quienes traen su mensaje, fue necesario recurrir a una estratagema para vencer su resistencia. Un cierto, Rusticius, un rico ciudadano de Tours, vino y le suplico que fuera a ver a su esposa, quien estaba en las ultimas, para prepararla para su muerte. Sin sospechar, Martín lo siguió con prisa, pero fuertemente cuando entro a la ciudad, sin importar la oposición de unos pocos dignatarios eclesiásticos, la aclamación popular lo forzó a ser el Obispo de la Iglesia de Tours,. Consagrado el 4 de Julio, Martín logro el cumplimiento de los derechos de su nuevo ministerio, con toda la energía y la actividad de la cual el había siempre dado muchas pruebas. El no cambio además su modo de vida, escapándose de las distracciones de las grandes ciudades; se acomodo en una pequeña célula a corta distancia de Tours, mas allá del Loire. Algunas otras ermitas, se unieron a el allí, y así fue gradualmente formando un nuevo monasterio, el cual sobrepaso aquel de Liguge, como lo indica su nombre, Marmoutier(Majus Monasterium), el cual se ha mantenido hasta nuestro días. De ese modo con un incansable celo Martín sumo la gran simplicidad, y esto explica como su administración pastoral admirablemente tuvo éxito en cimentar la Cristiandad a través de Touraine. Ni fue esta una rara ocurrencia para que el deje su diócesis cuando el pensó que su aparición en algún distante punto de su localidad, podría provocar algún bien.
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[[Archivo:Escultura-de-san-martin-de-tours-400x300.jpg|300px|thumb|left|]]Tan pronto como Martín supo que un [[decreto]] imperial había autorizado a [[San Hilario de Poitiers |Hilario]] a regresar a [[la Galia Cristiana |la Galia]], se apresuró al lado de su elegido maestro en [[Poitiers]] (361), y obtuvo permiso de él para abrazar, a cierta distancia de allí en una región [[desierto |desierta]] (ahora llamada [[Ligugé]]), la vida solitaria que había adoptado en Gallinaria.   Pronto se siguió su ejemplo y un gran número de [[monje]]s se congregaron a su alrededor.   Así se formó una verdadera [[laura |''laura'']] en esta [[Tebaida]] gala, a partir de la cual luego se desarrolló la famosa [[abadía |Abadía]] [[orden Benedictina |Benedictina]] de Ligugé.     Martín permaneció cerca de diez años en esta soledad, pero la dejaba a menudo para predicar el [[Evangelios |Evangelio]] en las regiones centrales y orientales de la Galia, donde los habitantes rurales todavía estaban sumidos en la oscuridad de la [[idolatría]] y abandonados a todo tipo de [[superstición |supersticiones]] groseras.   La memoria de estas jornadas apostólicas sobrevive hasta nuestros días en las numerosas [[Leyendas de los Santos |leyendas]] locales de las cuales Martín es el héroe y las cuales indican aproximadamente las rutas que él siguió.
  
El fue aun varias veces a Trier, donde los emperadores habían establecido su residencia, para defender el interés de la Iglesia o para pedir perdón por algunas personas condenadas. Su rol en la materia de los Prisicillianistas y los Ithacians fue especialmente remarcable. Contra Prisicillian, los herejes españoles y sus partisanos, quienes han sido justamente condenadas por el Consejo de Zaragoza, furiosos cargos fueron traídos ante el emperador Maximus por algunos obispos ortodoxos de España, liderados por el Obispo Ithacius. Martín se apresuro a ir a Trier, no verdaderamente para defender a las doctrinas de los Agnósticos y Maniqueos de Prisicillian, sino para remover de la jurisdicción secular del emperador. Maximus el primero que accedió a su advocación, pero, cuando Martín emprendio el viaje, siendo flexible a las solicitudes de Ithacius y ordenado por Priscillians y sus seguidores que sean decapitados. Profundamente acongojado Martín rehusó comunicarse con Ithacius. Además cuando el vino otra vez a Trier poco después para pedir perdón por los dos rebeldes, Narres y Leucadius, Maximus podía solo prometer a ellos una condición que podría hacer la paz con Ithaeius. Para salvar las vidas de sus clientes, el consintió la reconciliación, pero luego se reprocho a si mismo agriamente por sus actos de debilidad.
 
  
Luego de la ultima visita a Roma, Martín fue a Candes, uno de los centros religiosos creados por el en su diócesis, cuando el fue atacado por la dolencia que termino con su vida. Ordenando a si mismo ser llevado al prebisterio de la Iglesia, el murió en 400(de acuerdo a algunas autoridades, mas probablemente en 397) a la edad de alrededor de 81 años, evidenciando hasta el ultimo espíritu ejemplar de humildad y mortificación el cual el ha sido mostrado. La Iglesia de Francia siempre considero a Martín uno de sus mayores santos, y los hagiógrafos han grabado un gran numero de milagros asociados a su intercesión mientras el estaba viviendo y luego de su muerte. Su culto fue muy popular a través de la Edad Media, en una multitud de iglesias y capillas fueron dedicadas a el, y un gran numero de lugares han sido llamados con su nombre. Su cuerpo, llevado a Tours, fue encerrado en un sarcófago de piedra, encima de la cual sus sucesores, San Britius y San Perpetuo, construyeron la primera y simple capilla, y por ultimo una basílica(470). San Eufronio, Obispo de Autun y amigo de San Perpetuo, le envió una escultura en tabla de mármol para cubrir su tumba. Una gran basílica fue construida en 1014 la cual se quemo por completo en 1230 y fue reconstruida rápidamente en una gran escala. Este santuario fue el centro de grandes peregrinajes nacionales hasta 1562, el año fatal cuando los protestantes saquearon este de techo a piso, destruyendo la sepultura y las reliquias del maravilloso gran trabajador, el objeto de su odio. La desesperanzada iglesia colegiada fue restaurada por sus nuevos canónigos, pero un nuevo y mas terrible infortunio la esperaba. El martillo revolucionario de 1793 fue el sujeto de esta ultima devastación. Fue enteramente demolida con la excepción de dos torres las cuales están aun de pie y, su reconstrucción podría ser imposible, la municipalidad ateística dio pie a dos calles abiertas en el sitio.
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Cuando murió San Lidorio, segundo [[obispo]] de [[Tours]], en 371 o 372, el [[Clero Secular |clero]] de esa ciudad deseó reemplazarlo por el famoso [[ermitaño]] de [[Ligugé]].  Pero, como Martín permaneció sordo a las súplicas de los diputados que le llevaron el mensaje, fue [[necesidad |necesario]] recurrir a una estratagema para vencer su resistencia. Un cierto Rusticio, un [[Uso de la Riqueza |rico]] ciudadano de Tours, fue y le suplico que fuera a ver a su esposa agonizante para que la preparase para su muerte.   Sin ninguna sospecha, Martín lo siguió apresuradamente, pero apenas hubo entrado a la ciudad, a pesar de la oposición de algunos [[Dignatario Eclesiástico |dignatarios eclesiásticos]], la [[aclamación]] popular lo obligó a convertirse en obispo de [[la Iglesia]] de Tours.  [[consagración |Consagrado]] el 4 de julio, Martín aportó al cumplimiento de los [[deber]]es de su nuevo ministerio  toda la energía y la actividad de las que ya había dado tantas [[prueba]]s. Sin embargo, no cambió su modo de vida; huyendo de las distracciones de la gran ciudad, se estableció en una pequeña celda a corta distancia de [[Tours]], más allá del Loira. Otros [[ermitaño]]s se le unieron allí, y así gradualmente formaron un nuevo [[monasterio]], el cual sobrepasó al de Ligugé, como lo indica su nombre, Marmoutier (''Majus Monasterium''), el cual se ha mantenido hasta nuestros días.  [[Archivo:St martin deco.JPG|300px|thumb|left|]]
  
En Diciembre, 1860, hábilmente ejecutaron excavaciones localizadas en el sitio de la tumba de San Martín, de la cual algunos fragmentos fueron descubiertos. Estas preciadas piezas permanecen en el presente protegidas en una basílica construida por Monseñor Meignan, Arzobispo de Tours, el cual es desafortunadamente de muy pequeña dimensión y recuerda solo débilmente el antiguo y magnifico claustro de San Martín. El 11 de Noviembre cada año la fiesta de San Martín es solemnemente celebrada en su iglesia en presencia de un gran numero de fieles a Tours y otras ciudades o villas de la diócesis.  
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Así, a un [[celo]] incansable Martín añadió la mayor simplicidad, y es esto lo que explica como su administración pastoral logró tan admirablemente esparcir el [[cristianismo]] a través de Touraine. Ni era una rara ocurrencia que dejase su [[diócesis]] cuando pensaba que su comparecencia en alguna localidad distante podría producir algún [[bien]].  Incluso fue varias veces a [[Tréveris]], donde los emperadores habían establecido su residencia, para defender los intereses de [[la Iglesia]] o para pedir perdón para alguna [[persona]] condenada.[[Archivo:San-Martino-di-Tours-2.jpg|300px|thumb|left|]]   
  
LÉON CLUGNET
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Su papel en el asunto de los [[priscilianismo |priscilianos]] e “itacianos” fue especialmente notable.  Algunos [[obispo]]s [[ortodoxia |ortodoxos]] de [[España]], liderados por el obispo Itacio, presentaron cargos airados ante el emperador Máximo contra Prisciliano, el [[herejía |heresiarca]] español y sus partidarios, quienes habían sido justamente condenados por el Concilio de Zaragoza.  Martín se apresuró a [[Tréveris]], no realmente para defender las doctrinas [[gnosticismo |gnósticas]] y [[maniqueísmo |maniqueas]] de Prisciliano, sino para removerlo de la [[Autoridad Civil |jurisdicción]] secular del emperador.  Al principio, Máximo accedió a su súplica, pero cuando Martin se hubo marchado, cedió a las solicitudes de Itacio y ordenó que decapitaran a Prisciliano y a sus seguidores.  Profundamente acongojado, Martín rehusó comunicarse con Itacio; sin embargo, cuando regresó a Tréveris un poco después pidió el perdón para dos rebeldes, Narses y Leocadio, a lo cual Máximo accedió con la condición de que Martín hiciese las paces con Itacio.  Para salvar las vidas de sus clientes, accedió a la reconciliación, pero luego se reprochó a sí mismo amargamente por este acto de debilidad. 
Transcripto por Miguel C. Tinkler
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En honor de la Societas Sancti Martini Episcopi Turonensis de la Universidad Emory
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Luego de una última visita a [[Roma]], Martín se fue a Candes, uno de los centros [[religión |religiosos]] creados por él en su [[diócesis]], cuando fue atacado por la enfermedad que terminó con su vida.   Ordenó ser llevado al [[presbiterio]] de la [[Edificaciones Eclesiásticas |iglesia]], donde murió en el año 400 (de acuerdo a algunas autoridades, más probablemente en 397) a la edad de alrededor de 81 años, evidenciando hasta el final ese [[espíritu]] ejemplar de [[humildad]] y [[mortificación]] que siempre había mostrado.  La Iglesia de Francia siempre ha considerado a Martín como uno de sus mayores [[Comunión de los Santos |santos]], y los [[hagiografía |hagiógrafos]] han registrado un gran número de [[milagro]]s debidos a su [[intercesión]] durante su vida y luego de su muerte.  Su culto fue muy popular a través de la [[Edad Media]], se le [[dedicación |dedicaron]] una multitud de iglesias y [[capilla]]s y un gran número de lugares han sido llamados con su nombre. Su cuerpo, llevado a [[Tours]], fue guardado en un sarcófago de piedra, encima del cual sus sucesores, San Bricio y [[San Perpetuo]], construyeron primero una simple capilla, y después una [[basílica]] (470).  San Eufronio, [[obispo]] de [[Autun]] y amigo de San Perpetuo, mandó a cubrir la tumba con una losa de mármol esculpida.  [[Archivo:StMartin-May05-DS4537sAR800.jpg|300px|thumb|left|]]
Traducido por Juan Ramon Cifre.
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En 1014 se construyó una basílica más grande, la cual fue quemada en 1230 para ser reconstruida pronto a una mayor escala.  Este santuario fue el centro de grandes [[peregrinaciones]] nacionales hasta 1562, el año fatal cuando los [[protestantismo |protestantes]] la saquearon de arriba abajo, destruyeron el [[tumba |sepulcro]] y las [[reliquias]] del gran hacedor de [[milagro]]s, el objeto de su [[odio]].  La desafortunada [[colegiado |colegiata]] fue restaurada por sus [[canónigo]]s, pero le esperaba una nueva y más terrible desgracia. El martillo [[Revolución Francesa |revolucionario]] de 1793 la sometería a una última devastación.  Fue totalmente demolida con la excepción de dos torres las cuales están aún de pie, y para que su reconstrucción fuese imposible, la municipalidad [[ateísmo |atea]] mandó a construir dos calles en su lugar.    En diciembre de 1860 unas excavaciones hábilmente ejecutadas localizaron el lugar de la [[tumba]] de San Martín, de la cual se descubrieron algunos fragmentos.  Estos preciosos restos están ahora protegidos en una [[basílica]] construida por [[Monseñor]] [[Guillaume-René Meignan |Meignan]], [[arzobispo]] de [[Tours]], la cual es desafortunadamente de muy pequeñas dimensiones y recuerda solo débilmente el antiguo y magnífico [[claustro]] de San Martín.  En esta iglesia el 11 de noviembre de cada año se celebra [[solemnidad |solemnemente]] la [[Fiestas Eclesiásticas |fiesta]] de San Martín en presencia de un gran número de [[fieles]] de Tours y otras ciudades y pueblos de la [[diócesis]].
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'''Fuente''':  Clugnet, Léon. "St. Martin of Tours." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9, págs. 732-733. New York: Robert Appleton Company, 1910. 13 dic. 2019  <http://www.newadvent.org/cathen/09732b.htm>.
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Traducido por Juan Ramón Cifre. lmhm

Última revisión de 23:23 13 dic 2019

San martin tours.jpg
San Martín de Tours: obispo; nació en Sabaria (hoy Steinamanger en Alemania, o Szombathely en Hungría), Panonia (Hungría), alrededor de 316; murió en Candes, Touraine, probablemente en el 397. En sus años tempranos, cuando su padre, un tribuno militar, fue transferido a Pavía en Italia, Martín lo acompaño hasta allí, y cuando llegó a la adolescencia, de acuerdo con las leyes de reclutamiento, se alistó en el ejército romano. Tocado por la gracia a temprana edad, desde el principio se sintió atraído hacia el cristianismo, lo cual era favorecido en el servicio militar desde la conversión del emperador Constantino. Su regimiento pronto fue enviado a Amiens en la Galia, y esta ciudad se convirtió en la escena de la famosa leyenda del manto. Un día muy frío Martín se encontró a las puertas de la ciudad a un pordiosero tembloroso y semidesnudo. Movido por la compasión, dividió su manto en dos partes y le dio una de ellas al pobre hombre. La parte con la que se quedó fue luego la famosa reliquia preservada en el oratorio de los reyes francos bajo el nombre de “Manto de San Martín”.
San martin de toursG.jpg

Martín, quien era aún solo un catecúmeno, recibió prontamente el bautismo, y poco después finalmente fue liberado del servicio militar en Worms en el Rin. Tan pronto estuvo libre, se apresuró a Poitiers para hacerse discípulo de San Hilario, el sabio y piadoso obispo cuya reputación como teólogo ya estaba pasando más allá de las fronteras de la Galia. Sin embargo, dado que deseaba volver a ver a sus padres, regresó a Lombardía a través de los Alpes. Los habitantes de la región, infestados de arrianismo, eran agriamente hostiles hacia el catolicismo, por lo que Martín, que no ocultaba su fe, fue muy maltratado por orden del obispo Aujencio de Milán, el líder de la secta herética en Italia. Martin estaba deseoso de regresar a la Galia, pero, al enterarse de que los arrianos perturbaban ese país también y que habían logrado exiliar a Hilario a Oriente, decidió buscar abrigo en la Isla Gallinaria (ahora Isola d´Albega) en medio del Mar Tirreno.

Escultura-de-san-martin-de-tours-400x300.jpg
Tan pronto como Martín supo que un decreto imperial había autorizado a Hilario a regresar a la Galia, se apresuró al lado de su elegido maestro en Poitiers (361), y obtuvo permiso de él para abrazar, a cierta distancia de allí en una región desierta (ahora llamada Ligugé), la vida solitaria que había adoptado en Gallinaria. Pronto se siguió su ejemplo y un gran número de monjes se congregaron a su alrededor. Así se formó una verdadera laura en esta Tebaida gala, a partir de la cual luego se desarrolló la famosa Abadía Benedictina de Ligugé. Martín permaneció cerca de diez años en esta soledad, pero la dejaba a menudo para predicar el Evangelio en las regiones centrales y orientales de la Galia, donde los habitantes rurales todavía estaban sumidos en la oscuridad de la idolatría y abandonados a todo tipo de supersticiones groseras. La memoria de estas jornadas apostólicas sobrevive hasta nuestros días en las numerosas leyendas locales de las cuales Martín es el héroe y las cuales indican aproximadamente las rutas que él siguió.


Cuando murió San Lidorio, segundo obispo de Tours, en 371 o 372, el clero de esa ciudad deseó reemplazarlo por el famoso ermitaño de Ligugé. Pero, como Martín permaneció sordo a las súplicas de los diputados que le llevaron el mensaje, fue necesario recurrir a una estratagema para vencer su resistencia. Un cierto Rusticio, un rico ciudadano de Tours, fue y le suplico que fuera a ver a su esposa agonizante para que la preparase para su muerte. Sin ninguna sospecha, Martín lo siguió apresuradamente, pero apenas hubo entrado a la ciudad, a pesar de la oposición de algunos dignatarios eclesiásticos, la aclamación popular lo obligó a convertirse en obispo de la Iglesia de Tours. Consagrado el 4 de julio, Martín aportó al cumplimiento de los deberes de su nuevo ministerio toda la energía y la actividad de las que ya había dado tantas pruebas. Sin embargo, no cambió su modo de vida; huyendo de las distracciones de la gran ciudad, se estableció en una pequeña celda a corta distancia de Tours, más allá del Loira. Otros ermitaños se le unieron allí, y así gradualmente formaron un nuevo monasterio, el cual sobrepasó al de Ligugé, como lo indica su nombre, Marmoutier (Majus Monasterium), el cual se ha mantenido hasta nuestros días.
St martin deco.JPG
Así, a un celo incansable Martín añadió la mayor simplicidad, y es esto lo que explica como su administración pastoral logró tan admirablemente esparcir el cristianismo a través de Touraine. Ni era una rara ocurrencia que dejase su diócesis cuando pensaba que su comparecencia en alguna localidad distante podría producir algún bien. Incluso fue varias veces a Tréveris, donde los emperadores habían establecido su residencia, para defender los intereses de la Iglesia o para pedir perdón para alguna persona condenada.
San-Martino-di-Tours-2.jpg

Su papel en el asunto de los priscilianos e “itacianos” fue especialmente notable. Algunos obispos ortodoxos de España, liderados por el obispo Itacio, presentaron cargos airados ante el emperador Máximo contra Prisciliano, el heresiarca español y sus partidarios, quienes habían sido justamente condenados por el Concilio de Zaragoza. Martín se apresuró a Tréveris, no realmente para defender las doctrinas gnósticas y maniqueas de Prisciliano, sino para removerlo de la jurisdicción secular del emperador. Al principio, Máximo accedió a su súplica, pero cuando Martin se hubo marchado, cedió a las solicitudes de Itacio y ordenó que decapitaran a Prisciliano y a sus seguidores. Profundamente acongojado, Martín rehusó comunicarse con Itacio; sin embargo, cuando regresó a Tréveris un poco después pidió el perdón para dos rebeldes, Narses y Leocadio, a lo cual Máximo accedió con la condición de que Martín hiciese las paces con Itacio. Para salvar las vidas de sus clientes, accedió a la reconciliación, pero luego se reprochó a sí mismo amargamente por este acto de debilidad.

Luego de una última visita a Roma, Martín se fue a Candes, uno de los centros religiosos creados por él en su diócesis, cuando fue atacado por la enfermedad que terminó con su vida. Ordenó ser llevado al presbiterio de la iglesia, donde murió en el año 400 (de acuerdo a algunas autoridades, más probablemente en 397) a la edad de alrededor de 81 años, evidenciando hasta el final ese espíritu ejemplar de humildad y mortificación que siempre había mostrado. La Iglesia de Francia siempre ha considerado a Martín como uno de sus mayores santos, y los hagiógrafos han registrado un gran número de milagros debidos a su intercesión durante su vida y luego de su muerte. Su culto fue muy popular a través de la Edad Media, se le dedicaron una multitud de iglesias y capillas y un gran número de lugares han sido llamados con su nombre. Su cuerpo, llevado a Tours, fue guardado en un sarcófago de piedra, encima del cual sus sucesores, San Bricio y San Perpetuo, construyeron primero una simple capilla, y después una basílica (470). San Eufronio, obispo de Autun y amigo de San Perpetuo, mandó a cubrir la tumba con una losa de mármol esculpida.
StMartin-May05-DS4537sAR800.jpg
800px-Tombeau de Saint-Martin de Tours.jpg
SanMartinTours480x400.gif


En 1014 se construyó una basílica más grande, la cual fue quemada en 1230 para ser reconstruida pronto a una mayor escala. Este santuario fue el centro de grandes peregrinaciones nacionales hasta 1562, el año fatal cuando los protestantes la saquearon de arriba abajo, destruyeron el sepulcro y las reliquias del gran hacedor de milagros, el objeto de su odio. La desafortunada colegiata fue restaurada por sus canónigos, pero le esperaba una nueva y más terrible desgracia. El martillo revolucionario de 1793 la sometería a una última devastación. Fue totalmente demolida con la excepción de dos torres las cuales están aún de pie, y para que su reconstrucción fuese imposible, la municipalidad atea mandó a construir dos calles en su lugar. En diciembre de 1860 unas excavaciones hábilmente ejecutadas localizaron el lugar de la tumba de San Martín, de la cual se descubrieron algunos fragmentos. Estos preciosos restos están ahora protegidos en una basílica construida por Monseñor Meignan, arzobispo de Tours, la cual es desafortunadamente de muy pequeñas dimensiones y recuerda solo débilmente el antiguo y magnífico claustro de San Martín. En esta iglesia el 11 de noviembre de cada año se celebra solemnemente la fiesta de San Martín en presencia de un gran número de fieles de Tours y otras ciudades y pueblos de la diócesis.


Fuente: Clugnet, Léon. "St. Martin of Tours." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9, págs. 732-733. New York: Robert Appleton Company, 1910. 13 dic. 2019 <http://www.newadvent.org/cathen/09732b.htm>.

Traducido por Juan Ramón Cifre. lmhm