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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Pontificales

De Enciclopedia Católica

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Pontifical es el nombre colectivo dado, en aras de la conveniencia, a las insignias del orden episcopal que por derecho son usadas solo por los obispos. En su sentido más amplio, puede entenderse que el término incluye todas las prendas de vestir propias de los obispos, incluso las pertenecientes a su vestimenta civil o coral, por ejemplo la cappa magna o el sombrero de teja con su cordón y forro verde. Pero de manera más estricta y precisa, los rubricistas limitan los pontificales a los ornamentos que lleva un prelado al celebrar pontificalmente.

En su Constitución “Decet Romanos” (4 julio 1823) el Pío VII enumera los pontificales comunes a todos, los cuales son ocho: cáligas, sandalias, guantes, dalmática, tunicela, anillo, cruz pectoral y mitra. Cuando los abades, protonotarios apostólicos y en algunos casos canónigos, reciben por indulto de la Santa Sede el privilegio de celebrar cum pontificalibus, se refieren a estos ocho ornamentos. El uso de ellos está normalmente restringido: para los abades a su propio monasterio o lugares dentro de su jurisdicción, para los canónigos a su propia iglesia y para los protonotarios a aquellos lugares para los que el ordinario dé su consentimiento. Además, aunque los obispos y cardenales pueden usar la mayoría de estos ornamentos en todas las funciones eclesiásticas solemnes, aquellos que las disfrutan por indulto papal solo pueden ejercer este privilegio en la celebración de la Misa.

Varias otras restricciones distinguen la Misa Pontificial de tales prelados inferiores de la de obispos o cardenales. A los primeros no se les permite bendecir a la gente cuando pasa por la iglesia; no tienen derecho a un séptimo cirio en el altar; se visten en la sacristía y no en el presbiterio; no usan el faldistorio, ni la bugia, ni el gremial, ni el báculo, ni el canon, y no son ayudados por ningún sacerdote auxiliar; no dicen "Pax vobis" y solo se lavan las manos una vez, es decir, en el ofertorio. La legislación sobre este tema se encuentra en la antedicha constitución de Pío VII, complementada por el "Apostolic Sedis Officium" de Pío IX (26 agosto 1872) y el Motu Proprio de Pío X, "Inter multiplices" ( 21 feb. 1905).

Respecto a los ornamentos que acabamos de mencionar y otros tales pontificales o cuasi pontificales como el mantelete, la muceta, el racional, el roquete etc., casi todos se encontrarán tratados por separado en su orden alfabético. Las cáligas son grandes medias de seda que se colocan sobre las medias y polainas ordinarias y se atan con una cinta. El gremial es simplemente un delantal de seda o lino que se extiende sobre el regazo de un obispo cuando está sentado o usando los santos óleos. El “Canon” es un libro litúrgico que contiene nada más que el Canon de la Misa, que se usa en lugar de las tarjetas de altar cuando un obispo pontifica. También se pueden mencionar el palio y la cruz arzobispal, pero normalmente forman la insignia especial de un arzobispo.

Es de una época antigua la práctica de conceder el uso de algunos de los pontificales a prelados de rango inferior. En el año 970 se registra (Jaffé,”Regesta” 374) una concesión de dalmática y sandalias al abad de Metz. En el siglo XI, el Papa León IX les concedió el uso de la mitra a los canónigos de Besançon y de Bamberg (Jaffé, 4249 y 4293). La más antigua concesión de la mitra al gobernante de una casa monástica es la que se hizo al abad Egelsino de San Agustín, Canterbury, en 1063. En una fecha algo posterior, las concesiones de insignias pontificales a los superiores monásticos y otros prelados son de ocurrencia constante en la ''Regesta'' Papal. Obtener tales distinciones se convirtió en un punto de rivalidad entre todas las grandes abadías, tanto más que tales concesiones no siempre se hacían en la misma forma o con la misma amplitud, mientras que los indultos posteriores a menudo extendían los términos de las concesiones anteriores.

Como se señaló anteriormente, mientras que la concesión de la mitra al abad de San Agustín, Canterbury es uno de los primeros casos registrados, el uso de la tunicela y la dalmática en la Misa mayor solo fue otorgada a esa misma abadía por Gregorio IX en 1238. (Bliss, "Papal Registers", I, 170). En 1251 Inocencio IV le concedió al prior de Coventry y a su sucesor el uso exclusivo del anillo, el cual se puede usar en todo momento y en todos los lugares excepto en la celebración de la Misa (ibid., 268). Al prior de Winchester, en cambio, sólo tres años después, el mismo Papa, Inocencio IV, otorgó una concesión mucho más amplia en virtud de la cual podía usar mitra, anillo, tunicela, dalmática, guantes y sandalias, podía bendecir cálices, manteles de altar, etc., podía conferir la primera tonsura así como las órdenes menores de portero y lector, y otorgar la bendición episcopal en la Misa Mayor y en la mesa (ibid., 395).

Debe notarse que aquí no se incluye el báculo, pero fue incluido en una concesión al abad de Selby por Alejandro IV en 1256 (ibid.., 331). En muchos de estos indultos se imponía la restricción de que los ornamentos pontificales no se usarían en presencia del obispo de la diócesis, pero incluso aquí hubo distinciones. Por ejemplo, Urbano V, en 1365, permitió al prior de Worcester llevar la mitra sencilla y el anillo en presencia del obispo, y en su ausencia podía llevar la mitra preciosa, el anillo y las vestimentas episcopales, y dar su bendición solemne (Bliss, IV, 48.). A menudo especificaba que tales pontificales podrían ser usados en parlamentos y concilios "siempre que los prelados inferiores a los obispos usasen su mitra". Una de las series de concesiones más extraordinarias, a las que recientemente se ha llamado la atención en English Historical Review (enero 1911, p. 124), donde se imprimen los documentos, otorga primero al abad de St. Osyth el derecho a utilizar mitra y otros pontificales (Bliss, V, 334); y luego da poder para conferir no solo las órdenes menores y subdiaconales, sino también el diaconado y el sacerdocio. Esta concesión, otorgada por Bonifacio IX (1397) durante el gran Cisma, fue cancelada por el mismo Papa seis años después a pedido del obispo de Londres.


Bibliografía: BRAUN, Liturgische Gewandung (Friburgo, 1907); BARBIER DE MONTAULT, Le Costume et les Usages Ecclésiastiques, 2 vols. (París, 1897-1901); ROHAULT DE FLEURY, La Messe (París, 1884).

Fuente: Thurston, Herbert. "Pontificalia." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12, págs. 231-232. New York: Robert Appleton Company, 1911. 9 sept. 2020 <http://www.newadvent.org/cathen/12231b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina