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Viernes, 6 de diciembre de 2024

Papa Pío VI

De Enciclopedia Católica

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Papa Pío VI (GIOVANNI ANGELICO BRASCHI): Nació en Cesena el 27 de diciembre de 1717; fue elegido el 15 de febrero de 1775; murió en Valence, Francia, el 29 de agosto de 1799. Pertenecía a una noble pero empobrecida familia, fue educado en el colegio jesuita de Cesena y estudió derecho en Ferrara. Luego de una misión diplomática en Nápoles, fue designado secretario papal y canónigo de San Pedro en 1755. Clemente XIII lo nombró tesorero de la Iglesia Romana en 1766 y Clemente XIV lo creó cardenal en 1775. Luego, se retiró a la Abadía de Subiaco donde fue abad comendatario hasta su elección como Pío VI.

Al principio, España, Portugal y Francia se habían unido para evitar su elección porque se creía que era amigo de los jesuitas; él tenía buena disposición hacia la orden, pero no se atrevía a revocar la bula de su supresión. Aun así, ordenó la liberación de su general, Ricci, prisionero en el Castillo de Sant´ Angelo en Roma, pero el general falleció antes que llegara el decreto de su liberación. A petición de Federico II de Prusia, permitió a los jesuitas conservar sus escuelas en Prusia; mientras que permitió una continuación ininterrumpida de la orden en Rusia.

Pronto luego de su asunción tomó medidas para erradicar la idea galicana sobre la supremacía papal que había sido difundida en Alemania por Honthein (vea FEBRONIANISMO.) José II prohibió que los obispos austriacos austríacos solicitar a Roma facultades de cualquier tipo, y suprimió innumerables monasterios. Pío VI resolvió viajar a Viena; salió de Roma el 27 de febrero de 1782 y llegó a Viena el 22 de marzo. Aunque el emperador lo recibió con respeto, aunque el ministro Kaunitz, descuidó incluso las más ordinarias reglas de etiqueta. El Papa permaneció en Viena hasta el 22 de abril de 1782. Todo lo que consiguió del emperador fue la promesa de que sus reformas eclesiásticas no contendrían ninguna violación de los dogmas católicos ni comprometerían la dignidad del Papa. El emperador acompañó al papa en su regreso hasta el Monasterio de Mariabrunn, y suprimió este monasterio pocas horas después de la partida del Papa.

Apenas el Papa hubo llegado a Roma se vio nuevamente orzado a protestar contra la injustificable confiscación de propiedad eclesiástica por parte del emperador. Pero cuando José II, por su propia autoridad, llenó la vacante en la sede de Milán, Pío protestó solemnemente y fue probablemente en esta ocasión cuando amenazó al emperador con la excomunión. El 23 de diciembre de 1783, el emperador llegó inesperadamente a Roma para devolver la visita papal. Estaba determinado a continuar sus reformas eclesiásticas e hizo saber al diplomático español, Azara, su proyecto de separar totalmente a la Iglesia alemana de Roma. Sin embargo, este último lo disuadió de tomar este paso fatal. Para evitar males mayores, el Papa le otorgó el derecho a nombrar a los obispos en los ducados de Milán y Mantua en un concordato fechado 20 de enero de 1784 (ver Nussi "Conventiones de rebus ecclesiasticis et civilibus inter S. Sedem et civilem potestatem", Maguncia, 1870, 138-9).

El ejemplo de José fue seguido en Toscana por su hermano, el gran duque Leopoldo II y el obispo Scipio Ricci de Pistoia. Aquí las reformas antipapales culminaron en el Sínodo de Pistoia en 1786, donde se sancionaron las doctrinas de Jansenio y Quesnel, y se eliminó la supremacía papal. En su Bula "Auctorem Fidei" (28 agosto 1794) el Papa condenó los actos y en particular 85 proposiciones de ese sínodo. En Alemania, los tres electores eclesiásticos de Maguncia, Tréveris y Colonia y el arzobispo de Salzburgo, intentaron restringir la autoridad papal al convocar un Congreso de Ems.

Las relaciones papales con Portugal se tornaron muy amistosas luego de la asunción de María I en 1777 y se concluyó un concordato satisfactorio en 1778 (Nussi, loc. cit., 138-39). En España, Cerdeña y Venecia, los gobiernos siguieron en gran medida los pasos de José II. Pero las reformas anti eclesiásticas más radicales se llevaron a cabo en las dos Sicilias. Fernando IV les negó el exequatur a todos los breves papales que se obtuvieron sin el permiso real, y reclamó el derecho a nominar a todos los beneficiarios eclesiásticos. Pío VI se negó a aceptar a los obispos nominados por el rey y, como resultado, en 1784 había 30 sedes vacantes solo en el reino de Nápoles, número que subió a 60 en 1798. Además, el rey se negó a reconocer la soberanía papal que había existido por ochocientos años. El Papa hizo repetidas propuestas, pero el rey persistió en nominar para todas las sedes vacantes. En abril de 1791, cuando más de la mitad de las sedes vacantes del Reino de Nápoles estaban vacantes, se logró un compromiso temporal y en ese año se llenaron sesenta y dos sedes vacantes. (Rinieri, loc. cit., infra).

Como respuesta a la petición del clero de los Estados Unidos, la bula de abril 1789 erigió la Arquidiócesis de Baltimore.

Pío VI colocó las finanzas papales sobre una base más firme; drenó las tierras pantanosas cerca de Città della Pieve, Perugia, Espoleto y Trevi; profundizó los puertos de Porto d'Anzio y Terracina; agregó una nueva sacristía a la Basílica de San Pedro; completó el Museo Pio-Clementino y lo enriqueció con costosas piezas de arte; restauró la Vía Appia; y drenó la mayor parte de los Pantanos Pontinos.

Luego de la Revolución Francesa, Pío VI rechazó la "Constitution civile du clergé” del 13 de marzo de 1791, suspendió a los sacerdotes que la aceptaron, proveyó lo mejor que pudo para el clero desterrado y protestó contra la ejecución de Luis XVI. En represalia, Francia anexó los pequeños territorios papales de Aviñón y Venaissin. La cooperación del Papa con los aliados contra la República Francesa y el asesinato del agregado francés Basseville, en Roma, provocado por su propia culpa, llevaron al ataque de Napoleón a los Estados Pontificios. En la tregua de Bolonia (25 junio 1796) Napoleón dictó sus términos: veintiún millones de francos, la liberación de todos los criminales políticos, libre acceso de los barcos franceses a los puertos papales, la ocupación de la Romaña por tropas francesas, etc. En la Paz de Tolentino (19 feb. 1797), Pío VI fue obligado a rendir Aviñón, Venaissin, Ferrara, Bolonia y la Romaña; a pagar 15 millones de francos y a entregar numerosas y costosas obras de arte y manuscritos.

En un intento por revolucionar Roma, el general francés Duphot fue asesinado a tiros, tras lo cual los franceses tomaron Roma (10 feb. 1798) y proclamaron la República Romana el 15 de febrero. Debido a que el Papa se negó a someterse, fue sacado por la fuerza de Roma en la noche del 20 de Febrero y llevado primero a Siena y luego a Florencia. A finales de marzo de 1799, aunque estaba gravemente enfermo, fue llevado de prisa a Parma, Piacenza y Turín, luego a través de los Alpes a Briançon y Grenoble, y finalmente a Valence, donde sucumbió a sus sufrimientos antes que pudiese ser llevado más lejos. Primero fue enterrado en Valence, pero sus restos fueron trasladados a San Pedro en Roma el 17 de febrero de 1802 (Vea NAPOLEÓN I). Su estatua en posición de rodillas, realizada por Canova, fue ubicada en la Basílica de San Pedro ante la cripta del Príncipe de los Apóstoles.


Bibliografía: Bullarii Romani Continuatio, ed. BARBERI (Roma, 1842 sq.), V-X; Collectio Brevium atque Instructionem Pii Papæ VI quæ ad præsentes Gallicanarum ecclesiarum calamitates pertinent (2 vols., Augsburgo, 1796); Acta Pii VI quibus ecclesia catholica calamitatibus in Gallia consultum est (2 vols., Roma, 1871); BOURGOING, Mémoires historiques et philosophiques sur Pie VI et son pontificat (2 vols., París, 1900); GENDRY, Pie VI. Sa vie, son pontificat 1777-99, d'après des archives vaticanes et de nombreux documents inédits (2 vols., París, 1907); WOLF, Gesch. der Kath. Kirche unter der Regierung Pius VI (Zürich, 1793- 1802), 7 vols. (Josefista); BECCATINI, Storia di Pio VI (4 vols., Venecia, 1801-02); FERRARI, Vita Pii VI (Padua, 1802); BERTRAND, Le Pontificat de Pie VI et l'Athéisme Révolutionnaire (2 vols., Bar-le¬Duc, 1879); SAMPSON, Pius VI and the French Revolution in Amer. Cath. Quarterly Review (New York, 1907), 220-40, 413-40, 601-31; Pius VI in Catholic World, XIX (Nueva York, 1874), 755-64; TIEPOLI, Relazioni sul conclave per la elezioni di papa Pio VI (Venecia, 1896); KÖNIG, Pius VI und die Säkularisation, Program (Kalksburg, 1900); SCHLITTER, Pius VI und Joseph II von der Rückkehr des Papstes nach Rom bis zum Abschluss des Konkordats, ibid. II (Vienna, 1894); CORDARA, De profectu Pii VI ad aulam Viennensem ejusque causis et exitu commentarii, ed. BOËRO (Roma, 1855); RINIERI, Della rovina di una Monarchia, Relazioni storiche tra inediti dell' Archivo Vaticano (Turin, 1910); BALDASSARI, Histoire de l'enlèvement et de la captivité de Pie VI (París, 1839), Ger. tr. STECK (Tübingen, 1844); MADELIN, Pie VI et la première coalition in Revue des quest. hist., LXXXI (París, 1903), 1-32.

Fuente: Ott, Michael. "Pope Pius VI." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12, págs. 131-132s. New York: Robert Appleton Company, 1911. 12 Aug. 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/12131a.htm>.

Traducido por Carolina Eyzaguirre A. lmhm