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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Elquesaítas

De Enciclopedia Católica

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Los elquesaítas (o elcesaítas) fueron una secta de ebionitas gnósticos, cuya religión era una mezcla salvaje de supersticiones paganas y doctrinas cristianas con el judaísmo. Hipólito (Philosophumena, IX, 13-17) nos dice que bajo Calixto (217-222) un individuo astuto llamado Alcibíades, nativo de Apamea en Siria, llegó a Roma, y trajo un libro que dijo que había sido recibido de Partia por un hombre justo llamado Elchasai (Elchasaí; pero Epifanio tiene Elksaí y Elkessaîoi; Metodio, Elkesaîos y Orígenes, Elkesaïtaí). El contenido del libro había sido revelado por un ángel de noventa y seis millas de altura, dieciséis millas de ancho y veinticuatro de hombro a hombro, cuyas huellas tenían catorce millas de largo y cuatro millas de ancho por dos millas de profundidad. Este era el Hijo de Dios, y estaba acompañado por su hermana, el Espíritu Santo, de las mismas dimensiones.

Alcibíades anunció que se había proclamado una nueva remisión de pecados en el tercer año de Trajano (100 d.C.), y describió un bautismo que debería impartir este perdón incluso a los pecadores más empedernidos. Harnack le hace decir "fue proclamado" en lugar de "ha sido proclamado" (como si eúaggelisthênai y no eúeggelísthai), y así infiere que se habla de un año especial de remisión como pasado de una vez por todas —que Alcibíades no tenía ninguna razón para inventar esto, de modo que Hilgenfeld tenía razón al sostener que Elchasai realmente vivió bajo Trajano, como supuso Epifanio. Si dejamos de lado este error de Harnack (y también su extraña conjetura anterior de que la remisión en el tercer año de Trajano significó que los dos primeros libros del Pastor de Hermas se publicaron en ese año), vemos que la remisión ofrecida es por el nuevo bautismo.

Hipólito representa esta doctrina como una mejora inventada por Alcibíades sobre la laxa enseñanza de su enemigo Calixto. Quizás no espera que nos tomemos esto en serio —lo más probable es que sea irónico— pero parece considerar a Alcibíades como el autor del libro. Orígenes, que escribió poco después (c. 246-9), dice que la herejía era bastante nueva; parece haberse reunido con Alcibíades, aunque no da su nombre. No hay ninguna razón por la que debamos disentir de estos testigos contemporáneos, y debemos colocar la primera aparición del libro de Elchasai aproximadamente en el año 220. Un siglo y medio después, San Epifanio lo encontró en uso entre los sampseanos, descendientes de los primeros elquesaítas, y también entre los osenos, y muchas de las otras comunidades ebionitas. En-hedim, un escritor árabe, c. 987, encontró una secta de sabeanos en el desierto que contaba con El-Chasaiach como su fundador (Chwolsohn, Die Ssabier, 1856, I, 112; II, 543, citado por Salmon).

Según Hipólito, Alcibíades tomó prestadas sus enseñanzas de varias herejías. Enseñó la circuncisión, que Cristo era un hombre como los demás, que había nacido muchas veces en la tierra de una virgen, que se dedicó a la astrología, la magia y los encantamientos. Por todos los pecados de impureza, incluso contra la naturaleza, ordenaba un segundo bautismo "en el nombre del Dios grande y altísimo y en el nombre de su Hijo el gran Rey", con un conjuro de los siete testigos escrito en el libro, el cielo, el agua, los espíritus santos, los ángeles de la oración, el aceite, la sal y la tierra. El que fuese mordido por un perro rabioso debía correr al agua más cercana y saltar con toda la ropa puesta, utilizando la fórmula anterior y prometiendo a los siete testigos que se abstendría de pecar. El mismo tratamiento —cuarenta días consecutivos de bautismo en agua fría— se recomendaba para la tuberculosis y para los poseídos. Otros ebionitas en la época de Epifanio practicaban este tratamiento.

Ese santo nos dice que en el libro se hacía mención del hermano de Elchasai, Iexai, y que el heresiarca era un judío de la época de Trajano. Dos de sus descendientes, dos hermanas, Marto y Martana, vivieron hasta los días de Epifanio. Que eran veneradas como diosas y que el polvo de sus pies y su saliva se utilizaban para curar enfermedades. Esto sugiere que Elchasai no era un personaje ficticio. Presumiblemente, era un líder primitivo de una comunidad ebionita, a quien Alcibíades atribuyó su propio libro. Además, sabemos por Epifanio que el libro condenaba la virginidad y la continencia y hacía obligatorio el matrimonio. Permitía la adoración de ídolos para escapar de la persecución, siempre que el acto fuera meramente externo, desautorizado en el corazón. La oración no debía hacerse hacia Oriente, sino siempre hacia Jerusalén. Sin embargo, condenaban todo sacrificio, pues negaban que hubiese sido ofrecido por los patriarcas o bajo la Ley. Rechazaban tanto a los Profetas como a los Apóstoles y, por supuesto, a San Pablo y todos sus escritos. Ha sido usual encontrar la doctrina elquesaíta en las "Homilías" y "Reconocimientos" clementinos, especialmente en las primeras. Sobre la falta de fundamento de esto, vea CLEMENTINAS.


Bibliografía: HIPÓLITO, Philosophumena, IX, 13-17; X, 29; ORÍGENES en EUSEBIO, Church History VI.38; METODIO, Conviv., VIII, 10; EPIFANIO, Her., XIX y LIII, también XXX, 3, 17, 18. TEODORETO simplemente usó a EPIFANIO. Vea HILGENFELD, N. T., extra canonem receptum (Leipzig, 1881), fasc. III; cf. también ID., Judentum und Christentum (Leipzig, 1886) y los diversos escritores sobre las Pseudo-Clementinas, esp. UHLHORN. Un buen artículo de SALMON está en Dict. Christ. Biog., s.v. Elkesai; más recientes son HARNACK, Gesch. der altchr. Lit., I, 207; II, I, 267; II, II, 16; BARDENHEWER, Gesch. der altkirchl. Lit., I, 350; IDEM, SHAHAN tr., Patrología (Friburgo im Br., 1908), 81.

Fuente: Chapman, John. "Elcesaites." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5, pág. 372. New York: Robert Appleton Company, 1909. 8 nov. 2020 <http://www.newadvent.org/cathen/05372a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina