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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Daniel O´Connell»

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Daniel O´Connell nació en Carhen, cerca a Cahirciveen, Co. Kerry, Irlanda en 1775; murió en Genoa en 1847. Los O´Connells, fueron una vez muy reconocidos en Kerry pero sufrieron luego muy severamente por motivo de las leyes penales y la familia en Carhen no era rica.  Un tío Mauricio O´Connell de Darrynane, residente en Francia, tuvo a su cargo los gastos de la educación de Daniel y de su hermano Mauricio.
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Daniel O´Connell nació en Carhen, cerca de Cahirciveen, Condado de [[Diócesis de Kerry y Aghadoe | Kerry]], [[Irlanda]] en 1775; murió en [[Génova]] en 1847. Los O´Connells, una vez grandes en Kerry, habían sufrido severamente por el [[derecho penal]], y la [[familia]] en Carhen no era [[uso de las riquezas | rica]].  Un tío, Mauricio O’Connell de Darrynane, residente en [[Francia]], sufragó los gastos de la [[educación]] de Daniel y de su hermano Mauricio.   En 1791 fueron enviados al [[colegios irlandeses en el continente | Colegio Irlandés]] en [[Lieja]], pero al tener Daniel una edad mayor a la prescrita para la admisión, se fueron al [[Colegio de San Omer]] en Francia y después de un año se fueron a [[Douai]].    Daniel demostró industria y habilidad en San Omer, pero en Douai su estadía fue breve, pues, debido a la [[Revolución Francesa]], los dos hermanos O´Connell regresaron a casa (1793).    En 1794 Daniel se convirtió en estudiante de [[ley]]es en el Lincoln Inn y en 1798 fue admitido al ejercicio de la abogacía en Irlanda. 
  
En 1791 fueron enviados al colegio Irlandés en Liége, pero Daniel habiendo sido declarado que tenia una edad superior a la de admisión estuvo en St. Omer´s en Francia y después de un año fue a Douai.  Daniel mostró evidencias de tener una capacidad de diligencia y habilidades en St Omer´s pero su estadía fue breve en Douais debido a la situación que se había creado por motivo de la Revolución Francesa los dos hermanos O´Connells regresaron a casa (en el año 1793).  En 1794 Daniel llegó a ser un estudiante de leyes en el Lincoln Inn y en 1798 se incorporo al colegio de abogados irlandés.
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La era de la legislación penal en Irlanda había cesado y ya se había hecho una grave ruptura en el código penalMediante una serie de medidas correctivas, que culminaron con el Acta de Ayuda Católica de 1793, se colocó a los [[católico]]s en muchos aspectos al nivel de las otras [[secta | denominaciones]], pero continuaron excluidos del parlamento, de la abogacía interior y de los más altos cargos civiles y militares; la retirada de Fitzwilliam (1795) y los eventos que siguieron mostraron que no se harían más concesionesO´Connell no podía comprender por qué los católicos, que pagaban impuestos y mostraban [[obediencia]] a la ley, no podían tomar parte en el gasto de los impuestos y en la elaboración de las leyes.  Él detestaba la [[violencia]] como un instrumento de reforma, respetaba la [[religión]] y los [[derecho]]s de [[propiedad]] y por lo tanto [[odio | odiaba]] la Revolución Francesa como también la Rebelión de 1798.  Aborrecía la unión porque había destruido la nacionalidad separada de Irlanda; y había grabado su [[ira]] al oír el tañido de las [[campanas]] de la [[catedral]] de [[San Patricio]] cuando se aprobó el Acta de Unión, y su resolución de hacer algo para deshacerla.  
  
La era de la legislación penal en Irlanda había cesado y ya se habían hecho modificaciones en los códigos penales.  Debido a una serie de medidas correctivas que culminaron con la ley de ayuda católica de 1793 los católicos fueron colocados con otras denominaciones y se excluyó que pudieran participar en el parlamento y en altos cargos civiles y militares. Tal y como lo dice Fitzwilliam (1795) y los eventos que posteriormente ocurrieron no se muestra que se hayan dado mayores concesiones. O´Connell no podía admitir por que los católicos que pagaban los impuestos y mostraban obediencia ante la ley no podían tener la posibilidad de compartir la situación del gasto de los impuestos y de hacer las leyes.
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El creía que la moderación era el verdadero carácter del patriotismo y que los derechos de Irlanda se podían ganar mediante el debate pacífico, pero no [[creencia | creía]] en la eficacia de la discusión tal como la había realizado el organismo católico.    Dirigentes tales como los lores Trimlestown y Fingal no atraían mucho entusiasmo, y la comisión católica, controlada por tales [[hombre]]s y que se reunían para presentar peticiones y hacer profesiones de lealtad periódicas, simplemente estaban arando en las arenas.   Se debía atraer el apoyo de las masas, se necesitaba organización y vigor,  y los católicos debían demandar la concesión no como un favor sino como como un derecho. O´Connell fue el dirigente de tal movimiento, un hombre fuerte de cuerpo y [[mente]], un gran orador, polemista y abogado, un maestro del sarcasmo y la invectiva; un hombre que podía arrancarle la [[verdad]] a un [[testigo]] renuente, o frenar la insolencia de un juez parcial, o confundir un jurado con su conmovedora apelación.    Era inigualable al dirigirse a una audiencia de correligionarios. La gente sintió [[orgullo]] de tal líder y estaban dispuestos a seguirle a donde él los condujese. 
  
Daniel O´Connell detesto la violencia como un instrumento de la reforma respecto a la religión y a los derechos de la propiedad y por lo tanto manifestó animadversión hacia la Revolución Francesa y hacia la Rebelión de 1798. Aborreció la unión porque había destruido y separado la nacionalidad irlandesa.  Su ira se manifestó con el sonar de las campanas de la catedral de San Patricio cuando fue aprobada la ley de la unión y resolvió hacer algo al respecto. El creyó que la moderación era el verdadero carácter del patriotismo y que los derechos de Irlanda podrían ser ganados por medio de una agitación pacífica pero no tenía tanta fe en la eficacia de la agitación tal y como había sido llevada a cabo por los católicos.
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La primera aparición de O´Connell en una plataforma pública fue en [[Dublín]] (1800), cuando denunció la contemplada Unión y declaró que los católicos no deseaban tal unión y que si tal Unión habría de ser la alternativa a la nueva promulgación de las leyes penales, ellos preferirían las [[derecho penal | leyes penales]].  En años subsiguientes asistió regularmente a las reuniones del comité católico y le infundió más vigor y energía a sus procedimientos, y para 1810 ya se había convertido en el más confiable y poderoso de los líderes católicos.   En 1810 envió una circular desde Dublín invitando a la gente a formar comités locales en correspondencia con el comité central. El gobierno, temeroso de tener que hacer frente a una organización nacional, proscribió tales reuniones de comités locales bajo el Acta de Convención de 1793; pero en muchos casos los magistrados se negaron a llevar a cabo tales proscripciones, y cuando el comité de Dublín se reunió, algunos de sus líderes fueron arrestados y [[persecución | perseguidos]].  O´Connell defendió exitosamente al primero de los acusados, el señor Sheridan.
  
Dirigentes tales como los lores Trimlestown y Fingal no atraían mucho entusiasmo y el comité católico que era controlado por tales personalidades y que se reunía periódicamente para hacer profesiones de lealtad, simplemente estaban arando en el desierto. El apoyo de las masas debía ser obtenido y para ello se necesitaba organización y vigor y los católicos debían demandar concesiones no en términos de favores sino porque las mismas constituían derechos.
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De 1812 a 1817 el gobierno [[Irlanda | irlandés]] fue un poco más que mantener un largo y sostenido duelo entre O´Connell y el nuevo secretario jefe, Sir Robert Peel. Ambos eran capaces y decididos, y entre ambos comenzó una enemistad personal que terminó sólo con sus [[vida]]s.  Peel defendía el privilegio y la ascendencia y atacaba a los líderes [[católico]]s.  O´Connell le replicaba llamándole “Corteza de Naranja”.    O´Connell transformó el Comité Católico en una Junta Católica pero Peel proscribió la junta como había proscrito el Comité; y mientras O´Connell continuaba haciendo campaña, Peel continuaba aprobando actas y poniéndolas en vigor.  Mientras tanto ocurrió un evento notable que hizo que el pueblo amara más a O´Connell. La Corporación Dublín había sido siempre reaccionaria e intolerante, siempre la defensora de la ascendencia [[protestantismo | protestante]].    En 1815 en un discurso público, O´Connell la llamó una “corporación miserable”.  Los concejales y consejeros se enfurecieron y viendo que O´Connell no se disculparía, uno de ellos, D'Esterre le envió un desafío.  D'Esterre era un notable [[duelo | duelista]] y esperaba que si O´Connell intentaba pelear, ese era el final de su carrera. Para la sorpresa de todos O´Connell se enfrentó a DÉsterre y lo [[homicidio | mató]] de un disparo.  Lamentó amargamente el hecho, y hasta el final de sus días nunca perdió la oportunidad de ayudar a la [[familia]] de D’Esterre.  Aun con toda su popularidad, la causa católica no progresaba.  La cuestión del veto estaba siendo debatida, y en consecuencia, había división y debilidad en las filas católicas.  Aunque era un ferviente católico, O’Connell se oponía al veto, y declaró que si bien deseaba tener su [[religión]] desde [[Roma]], debía tener su política desde su hogar.  En 1821 hubo un destello de [[esperanza]] cuando el nuevo Rey Jorge IV visitó Irlanda.  Como príncipe de [[Gales]] había sido amigo de los dirigentes liberales y como tal se esperaba que favoreciera las medidas liberales. Sin embargo, se fue de Irlanda sin decir una palabra a favor de la emancipación.
  
O´Connell fue el dirigente de tal movimiento, un hombre fuerte tanto en cuerpo y en mentalidad un gran orador, capaz de establecer debates y abogado y un maestro del sarcasmo y la inventiva. Un hombre que podía hacer demostraciones sobre las verdades ante personas que estaban reticentes o que podía disminuir la insolencia de un juez o bien que podía influir en los jurados. Era una persona inimitable en cuanto a dirigirse a los correligionarios. La gente sintió orgullo de tal líder y estaban dispuestos a seguirle.
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Al final O´Connell decidió levantar las masas en serio y, conjuntamente con un joven abogado, el señor [[Richard Lalor Sheil | Sheil]], fundó en 1823 la Asociación Católica. El objeto declarado fue ganar la emancipación “por métodos legales y constitucionales”, y a fin de evadir el Acta de Convención, la Asociación no asumió un carácter de delegada o representante.  Era un club en el que sus miembros se reunían semanalmente y pagaban una suscripción anual.  O´Connell trabajó incesantemente para difundir la organización y aunque el progreso fue lento, por fin llegó el éxito; y para 1825 una gran organización se había extendido por todo el territorio ejerciendo los poderes de gobierno.  En cada distrito, generalmente bajo la presidencia del [[clero secular | clero]], había una rama de la asociación, donde se ventilaban las querellas locales y se recibían las suscripciones y se enviaban a la asociación central en [[Dublín]], de donde venía el asesoramiento las dificultades y los oradores para las reuniones locales. En 1825 el gobierno, alarmado por el poder de una organización que representaba una rivalidad seria para el ejecutivo, aprobó una [[ley]] que la suprimía.    No obstante O´Connell experimentado ya en derrotar Actas del Parlamento le cambio el nombre a la Nueva Asociación Católica, y el trabajo de agitación continuó.  Se llegó a tener suscripciones por 500 libras esterlinas a la semana y en 1826 la Asociación se sintió suficientemente fuerte como para lanzar un candidato para [[Diócesis de Waterford y Lismore | Waterford]], el cual tuvo éxito contra toda la influencia territorial de los Beresfords; victorias similares se obtuvieron en Monaghan, Weatmeath y Louth.  En 1828 se realizó la elección Clare cuando el propio O´Connell fue nominado. Se sabía que él como católico no podía tomar el [[juramento]] parlamentario; pero si él, como representante de seis millones,  era expulsado de las puertas del Parlamento por el solo hecho de su credo, el efecto en la opinión pública sería grande.   O´Connell fue electo y cuando se presentó en el parlamento se negó a tomar el juramento que se le ofrecía; la crisis había llegado. Los millones de [[católico]]s, organizados y desafiantes, tendrían la emancipación; los [[hombre]]s de Orange no tendrían concesión; e Irlanda, a fines de 1828, estaba realmente al borde de una [[guerra]] civil. A fin de evitar esta calamidad Peel y Wellington unieron sus fuerzas y en 1829 se aprobó el Acta de Emancipación Católica.  
  
La primera aparición de O´Connell en una plataforma pública fue en Dublín (1800) en esa ocasión el denunció el tratado de la Unión y declaró que los católicos no deseaban tal unión y que si tal situación de unión era una alternativa ante las penas legales ellos preferían las penas legales. En años subsiguientes el asistió regularmente a las reuniones del comité católico y pudo influir con vigor y energía y sus procedimientos y en 1810 llegó a ser un hombre muy confiado y poderoso dentro de los dirigentes católicos.
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De ahí en adelante O´Connell fue el rey no coronado de [[Irlanda]].  Para recompensarle por sus servicios y asegurar estos servicios en el futuro parlamento fue inducido a abandonar la práctica de su profesión y a aceptar el Tributo O´Connell, el cual mediante las suscripciones [[voluntad | voluntarias]] del pueblo le llegó a dar un salario anual de 1.600 libras.  Su primera preocupación fue por la derogación, pero sus llamamientos por la cooperación [[protestantismo | protestante]] no fueron respondidos, de manera que continuó la agitación en las asociaciones que él había formado, y fueron proscritas todas las asociaciones que él formó para promover la cuestión.  A este respecto los whigs, a quienes él había apoyado en 1832, no eran mejores que los torys.  Él los denuncio como “ruines, brutales y sangrientos”; sin embargo, en 1835 estableció una alianza con ellos al aceptar el “Convenio de la Casa de Lichfield”, y los mantuvo en el cargo hasta 1841.   Durante estos años Drummond realizó reformas en el ejecutivo irlandés y medidas que afectaban los [[diezmo]]s, las leyes de los [[pobreza | pobres]] y aprobó reformas municipales.  Pero la derogación se dejó en suspenso hasta que Peel volvió al poder y entonces O´Connell estableció la Asociación de Derogación.  Su progreso fue lento hasta que en 1842 obtuvo el apoyo del periódico La Nación. En un año avanzó a pasos agigantados, y en 1843 O´Connell celebró una serie de reuniones, muchas de las cuales contaron con la asistencia de cientos de miles de [[persona]]s.  
  
En 1810 envió una circular desde Dublín invitando a la gente a que formaran comités locales los cuales tendrían relación con un comité central. El gobierno, temeroso de que se estableciera una organización nacional denunció tales reuniones de comités bajo el acta de convención de 1793. Sin embargo los magistrados en muchos casos rechazaron actuar ante tales proclamaciones no obstante esto cuando el comité de Dublín se reunió algunos de sus líderes fueron arrestados y otros perseguidos. O´Connell exitosamente defendió al primero de los acusados el Sr. Sheridan.
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La última de estas reuniones se celebró en Clontarf en octubre.  Peel proscribió la reunión y persiguió a O´Connell; en 1844 fue convicto y [[prisión | encarcelado]].  En una apelación ante la Cámara de los Lores se revocó la [[sentencia]] del tribunal irlandés y O´Connell fue puesto en libertad. Su salud había sufrido, y en adelante tuvo falta de energía y vigor en sus movimientos, y pasó de la derogación al federalismo y de vuelta a la derogación.  También se peleó con los jóvenes irlandeses.  Luego vino la terrible calamidad de la hambruna. La última aparición de O´Connell en el parlamento fue en 1847 cuando pidió patéticamente que su pueblo fuera salvado de perecer. Para entonces ya estaba gravemente enfermo y los [[historia de la medicina | médicos]] le ordenaron que viviera en un clima más cálido.  Sintió que se estaba muriendo y deseaba morir en [[Roma]], pero no pudo ir más allá de [[Génova]]. De acuerdo con su deseo, su corazón fue llevado a Roma y su cuerpo a Irlanda. Su [[entierro cristiano | funeral]] tuvo una concurrencia de enormes dimensiones y tras su muerte se erigió una espléndida [[escultura | estatua]] a su [[memoria]] en [[Dublín]] y se colocó una torre circular sobre sus restos en Glasnevin.
  
De 1812 a 1817 el Gobierno Irlandés hizo un poco más que mantener un largo y sostenido duelo con O´Connell y el nuevo secretario Sir Robert Peel. Ambos tenían capacidad y determinación y entre ambos se desarrolló una enemistad que terminó con sus vidas.  Peel proclamaba la situación superior del privilegio y ascendencia y atacó a los líderes católicos. O´Connell le llamó “Orange Peel”.  O´Connell transformó el Comité Católico en una Junta Católica pero Peel proclamó que la junta no se transformaba de su condición de Comité y mientras O´Connell continuaba la agitación Peel continuó aprobando actas para establecer un reforzamiento de las leyes.
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O'Connell se casó con su prima Mary O'Connell y tuvieron tres hijas y cuatro hijos; todos estos últimos estuvieron una vez u otra en el Parlamento.  
  
Mientras tanto un evento ocurrió en relación con O´Connell y su vínculo con el pueblo. La corporación Dublín había siempre tenido una  posición reaccionaria y había privilegiado la ascendencia protestante. O´Connell en un discurso publicó en 1815 llego a llamar que era una “Corporación de Mendicantes”. Los consejeros se enfurecieron y viendo que O´Connell no pedía disculpas por esa situación enviaron a uno de sus miembros D'Esterre a fin de que le estableciera un desafío.
 
  
D'Esterre era un notable duelista y se esperaba que si O´Connell intentaba luchar ese era el fin de su carrera. Para la sorpresa de todos O´Connell se enfrentó en duelo a DÉsterre y de un disparo mató a este último. O´Connell amargamente se lamentó de la situación y hasta el final de sus días nunca perdió la oportunidad de poder atender a la familia de DÉsterre. Aun con toda la popularidad de O´Connell la causa católica no estaba dando muestras de avance.
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'''Bibliografía''': FITZPATRICK, O'Connell's Correspondence (Londres, 1888); HOUSTON, O'Connell's Journal (Londres, 1906); DUNLOP, O'Connell (Nueva York, 1900); MCDONAGH, Life of O'Connell (Londres, 1903); O'NEILL DAUNT, Personal Recollections of O'Connell (Londres, 1848); CUSACK, Life and Times of O'Connell (Londres, 1872); CLONCURRY, Personal Recollections (Dublín, 1849); DUFFY, Young Ireland (Londres, 1896); MITCHEL, History of Ireland (Londres, 1869); FITZPATRICK, Dr. Doyle (Dublín, 1880); LECKY, Leaders of Public Opinion (Londres, 1871); NEMOURS GODRE, O'Connell, sa vie, son æuvre (París, 1900); SHAW LEFEVRE, Peel and O'Connell (Londres, 1887); JOHN O'CONNELL. Recollections (Londres, 1849); MADDEN, Ireland and its Rulers (Londres, 1844); COLCHESTER, Diary (Londres 1861); WYSE, History of the Catholic Association (Londres, 1829); D'ALTON, History of Ireland (Londres, 1910).
  
La situación del veto había sido motivo de agitación y también había dividido y provocado debilidad en las filas católicas. O´Connell aunque era un ferviente católico y se opuso al veto y declaró que debía de estarse dispuesto a tener la jerarquía de la religión siguiendo los dictados de Roma pero que la política debía hacerse siguiendo las condiciones locales. En 1821 se percibió una cierta esperanza cuando el nuevo Rey Jorge IV visitó Irlanda. Cuando el monarca era príncipe de Gales había sido amigo de los dirigentes liberales y ya como monarca se esperaba que el favoreciera las medidas liberales. Sin embargo se fue de Irlanda sin decir una palabra a favor del proceso de Emancipación.
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'''Fuente''':  D'Alton, Edward. "Daniel O'Connell." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11200c.htm>.
  
Al final O´Connell determinó que debía levantarse la acción de la gente y conjuntamente con un joven abogadoel Sr. Sheil, fundó en 1823 la Asociación Católica. La declaración fue que el objetivo era ganar la Emancipación por métodos legales y constitucionales y a fin de evadir la Ley de la Convención, la Asociación no asumió un carácter de delegada o representativa.
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Traducido por Giovanni E. Reyes.  rc
 
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Se trataba a manera de un club y sus miembros se reunían semanalmente y pagaban una suscripción anual. O´Connell trabajo incesantemente a fin de expandir la organización y aunque el progreso fue lento se logró cierto éxito. En 1825 se tuvo una gran organización que se había extendido por todo el territorio ejerciendo los poderes de gobierno. En cada distrito, generalmente bajo la presidencia de un clérigo, había una rama de la asociación católica que llegaba a resolver las quejas y demandas locales. Las suscripciones se recibieron y eran enviadas a Dublín a la asociación central la cual daba consejos cuando se presentaban dificultades y también daba conferencistas o presentadores en las reuniones locales. En 1825 el gobierno alarmado por el poder de la organización que representaba una rivalidad seria para el ejecutivo aprobó una Ley que la suprimía. 
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No obstante O´Connell experimentado ya en derrotar leyes del parlamento cambio el nombre al de la Nueva Asociación Católica, y el trabajo se agitación continuó. Se llegaron a tener suscripciones por 500 libras esterlinas a la semana y en 1826 la Asociación se sintió suficientemente fuerte como para lanzar un candidato para Waterford, el cual tuvo éxito contra toda la influencia territorial de los Beresfords, victorias similares se obtuvieron en Monaghan, Weatmeath y Louth.
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En 1828 se realizò la elecciòn Clare donde O´Connell fue nominado. Se reconocía que el siendo católico no podía tomar el juramento en el parlamento pero si eso sucedía él como representante de seis millones de personas podría tener un impacto muy fuerte en la opinión publica. O´Connell fue electo y cuando fue presentado en el parlamento rechazó tomar el juramento que se le ofrecía, esto generó una crisis.
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Los millones de católicos organizados y desafiantes podían haber logrado la emancipación los hombres de Orange no habían dado concepciones e Irlanda a fines de 1828 estaba realmente al borde de una guerra civil. A fin de evitar esta calamidad Peel y Wellington unieron sus fuerzas y en 1829 el acta de ayuda católica fue aprobada.
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Con base en estas condicionantes O´Connell se constituyó prácticamente en un rey no coronado en Irlanda. Para recompensarle por sus servicios y asegurar estos servicios en el futuro parlamento O´Connell fue inducido a que abandonara la práctica de su profesión y que se aceptara en lugar de eso como el tributo O´Connel mediante el cual por medio de suscripciones voluntarias el pueblo le llegó a dar un salario anual de 1.600 libras.Su primera preocupación fue darle tratamiento al “Repeal” pero su planteamiento en pro de la comunidad protestante no fue respondida de manera que continuo la agitación en las asociaciones que el había formado.
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Al respecto los Whigs, a quienes el había apoyado en 1832 no fueron mejores que los Tories. O´Connell los denuncio como “lo fundamental y brutal de una situación sangrienta” Aun con todo ello en 1835 O´Connell estableció una alianza con ellos a fin de aceptar el Lichfield House Compact que lo mantuvo en el cargo hasta 1841. Durante estos años Drummond realizo reformas en el ejecutivo Irlandés y tomó ciertas medidas tales como las  leyes de la pobreza y las reformas municipales las cuales se concretaron en leyes que fueron aprobadas.
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Pero el asunto Repeal fue dejado de lado hasta que Peel retornara al poder esto provocó que O´Connell estableciera la Asociación Repela su proceso fue lento hasta que en 1842 obtuvo el apoyo del periódico Nación. En solamente un año se lograron grandes avances y en 1843 O´Connell realizó una serie de reuniones muchas de las cuales contaron con la asistencia de cientos de miles de personas.
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La última de estas reuniones se celebró en Clontarf en Octubre.  Peel denunció tal reunión y persiguió a O´Connell y en 1844 lo capturo y lo hizo prisionero. En una apelación ante la Cámara de los Lores se estableció por parte de la Corte Irlandesa revertir la determinación y O´Connell fue puesto en libertad. Su salud había sufrido mucho y por  tanto el tenia carencia de energía y vigor en sus movimientos en cambio de la condición de Repeal al federalismo y luego nuevamente al Repeal.
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O´Connell llegó a establecer relaciones fuertes con los líderes jóvenes.  Luego se hizo presente una terrible calamidad de la hambruna. La última aparición de O´Connell en el parlamento fue en 1847 donde el de una manera muy dramática pidió que su pueblo fuera salvado de perecer. Luego estuvo seriamente enfermo y los doctores le ordenaron que debía vivir en un clima más calido a fin de recuperarse.
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O´Connell sintió que estaba muriendo y deseaba morir en Roma pero no pudo ir más allá de Génova. De conformidad con su deseo, su corazón fue llevado a Roma y su cuerpo a Irlanda. Su funeral tuvo una concurrencia de enormes dimensiones y desde su muerte una esplendida estatua fue erigida en su memoria en Dublín y una torre fue colocada sobre sus restos en Glasnevin.
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O´Connell estuvo casado con su prima May O´Connell y tuvieron cuatro hijas y cuatro varones. Todos ellos con el tiempo llegaron a ser miembros del parlamento.
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John O´Connell fue el tercero de los hijos de Daniel O´Connell nació en Dublín el 24 de diciembre de 1810 y murió en Kingstown, Col. Dublín el 24 e mayo de 1858.  Egresado de Youghal (1832), Ahlone (1837) y Kilkenny (1841-47).  Como político no tuvo suficiente tacto y llego a estar en conflicto con el partido Joven Irlandés.
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Como escritor su diccionario Repeal (1845) mostró un trabajo literario y de mucho poder polémico. En 1846 publico una selección de los discursos de su padre con un prefacio a su memoria.
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Sus "Recollections and Experiences during a Parliamentary Career from 1833 to 1848" fueron publicadas en dos volúmenes (1849). Como un Whig, y también como un capitán de la milicia el no tuvo los favores de los constituyentes de Limerick. Se retiro de la política en 1857 y acepto un puesto lucrativo de carácter gubernamental.
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FITZPATRICK, O'Connell's Correspondence (London, 1888); HOUSTON, O'Connell's Journal (London, 1906); DUNLOP, O'Connell (New York, 1900); MCDONAGH, Life of O'Connell (London, 1903); O'NEILL DAUNT, Personal Recollections of O'Connell (London, 1848); CUSACK, Life and Times of O'Connell (London, 1872); CLONCURRY, Personal Recollections (Dublin, 1849); DUFFY, Young Ireland (London, 1896); MITCHEL, History of Ireland (London, 1869); FITZPATRICK, Dr. Doyle (Dublin, 1880); LECKY, Leaders of Public Opinion (London, 1871); NEMOURS GODRE, O'Connell, sa vie, son œuvre (Paris, 1900); SHAW LEFEVRE, Peel and O'Connell (London, 1887); JOHN O'CONNELL. Recollections (London, 1849); MADDEN, Ireland and its Rulers (London, 1844); COLCHESTER, Diary (London, 1861); WYSE, History of the Catholic Association (London, 1829); D'ALTON, History of Ireland (London, 1910).
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E. A. D'ALTON.
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Trascripción de Douglas J. Potter
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Dedicado al  Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen Maria
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Traducido por Giovanni E. Reyes
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Última revisión de 11:05 2 ene 2011

Daniel O´Connell nació en Carhen, cerca de Cahirciveen, Condado de Kerry, Irlanda en 1775; murió en Génova en 1847. Los O´Connells, una vez grandes en Kerry, habían sufrido severamente por el derecho penal, y la familia en Carhen no era rica. Un tío, Mauricio O’Connell de Darrynane, residente en Francia, sufragó los gastos de la educación de Daniel y de su hermano Mauricio. En 1791 fueron enviados al Colegio Irlandés en Lieja, pero al tener Daniel una edad mayor a la prescrita para la admisión, se fueron al Colegio de San Omer en Francia y después de un año se fueron a Douai. Daniel demostró industria y habilidad en San Omer, pero en Douai su estadía fue breve, pues, debido a la Revolución Francesa, los dos hermanos O´Connell regresaron a casa (1793). En 1794 Daniel se convirtió en estudiante de leyes en el Lincoln Inn y en 1798 fue admitido al ejercicio de la abogacía en Irlanda.

La era de la legislación penal en Irlanda había cesado y ya se había hecho una grave ruptura en el código penal. Mediante una serie de medidas correctivas, que culminaron con el Acta de Ayuda Católica de 1793, se colocó a los católicos en muchos aspectos al nivel de las otras denominaciones, pero continuaron excluidos del parlamento, de la abogacía interior y de los más altos cargos civiles y militares; la retirada de Fitzwilliam (1795) y los eventos que siguieron mostraron que no se harían más concesiones. O´Connell no podía comprender por qué los católicos, que pagaban impuestos y mostraban obediencia a la ley, no podían tomar parte en el gasto de los impuestos y en la elaboración de las leyes. Él detestaba la violencia como un instrumento de reforma, respetaba la religión y los derechos de propiedad y por lo tanto odiaba la Revolución Francesa como también la Rebelión de 1798. Aborrecía la unión porque había destruido la nacionalidad separada de Irlanda; y había grabado su ira al oír el tañido de las campanas de la catedral de San Patricio cuando se aprobó el Acta de Unión, y su resolución de hacer algo para deshacerla.

El creía que la moderación era el verdadero carácter del patriotismo y que los derechos de Irlanda se podían ganar mediante el debate pacífico, pero no creía en la eficacia de la discusión tal como la había realizado el organismo católico. Dirigentes tales como los lores Trimlestown y Fingal no atraían mucho entusiasmo, y la comisión católica, controlada por tales hombres y que se reunían para presentar peticiones y hacer profesiones de lealtad periódicas, simplemente estaban arando en las arenas. Se debía atraer el apoyo de las masas, se necesitaba organización y vigor, y los católicos debían demandar la concesión no como un favor sino como como un derecho. O´Connell fue el dirigente de tal movimiento, un hombre fuerte de cuerpo y mente, un gran orador, polemista y abogado, un maestro del sarcasmo y la invectiva; un hombre que podía arrancarle la verdad a un testigo renuente, o frenar la insolencia de un juez parcial, o confundir un jurado con su conmovedora apelación. Era inigualable al dirigirse a una audiencia de correligionarios. La gente sintió orgullo de tal líder y estaban dispuestos a seguirle a donde él los condujese.

La primera aparición de O´Connell en una plataforma pública fue en Dublín (1800), cuando denunció la contemplada Unión y declaró que los católicos no deseaban tal unión y que si tal Unión habría de ser la alternativa a la nueva promulgación de las leyes penales, ellos preferirían las leyes penales. En años subsiguientes asistió regularmente a las reuniones del comité católico y le infundió más vigor y energía a sus procedimientos, y para 1810 ya se había convertido en el más confiable y poderoso de los líderes católicos. En 1810 envió una circular desde Dublín invitando a la gente a formar comités locales en correspondencia con el comité central. El gobierno, temeroso de tener que hacer frente a una organización nacional, proscribió tales reuniones de comités locales bajo el Acta de Convención de 1793; pero en muchos casos los magistrados se negaron a llevar a cabo tales proscripciones, y cuando el comité de Dublín se reunió, algunos de sus líderes fueron arrestados y perseguidos. O´Connell defendió exitosamente al primero de los acusados, el señor Sheridan.

De 1812 a 1817 el gobierno irlandés fue un poco más que mantener un largo y sostenido duelo entre O´Connell y el nuevo secretario jefe, Sir Robert Peel. Ambos eran capaces y decididos, y entre ambos comenzó una enemistad personal que terminó sólo con sus vidas. Peel defendía el privilegio y la ascendencia y atacaba a los líderes católicos. O´Connell le replicaba llamándole “Corteza de Naranja”. O´Connell transformó el Comité Católico en una Junta Católica pero Peel proscribió la junta como había proscrito el Comité; y mientras O´Connell continuaba haciendo campaña, Peel continuaba aprobando actas y poniéndolas en vigor. Mientras tanto ocurrió un evento notable que hizo que el pueblo amara más a O´Connell. La Corporación Dublín había sido siempre reaccionaria e intolerante, siempre la defensora de la ascendencia protestante. En 1815 en un discurso público, O´Connell la llamó una “corporación miserable”. Los concejales y consejeros se enfurecieron y viendo que O´Connell no se disculparía, uno de ellos, D'Esterre le envió un desafío. D'Esterre era un notable duelista y esperaba que si O´Connell intentaba pelear, ese era el final de su carrera. Para la sorpresa de todos O´Connell se enfrentó a DÉsterre y lo mató de un disparo. Lamentó amargamente el hecho, y hasta el final de sus días nunca perdió la oportunidad de ayudar a la familia de D’Esterre. Aun con toda su popularidad, la causa católica no progresaba. La cuestión del veto estaba siendo debatida, y en consecuencia, había división y debilidad en las filas católicas. Aunque era un ferviente católico, O’Connell se oponía al veto, y declaró que si bien deseaba tener su religión desde Roma, debía tener su política desde su hogar. En 1821 hubo un destello de esperanza cuando el nuevo Rey Jorge IV visitó Irlanda. Como príncipe de Gales había sido amigo de los dirigentes liberales y como tal se esperaba que favoreciera las medidas liberales. Sin embargo, se fue de Irlanda sin decir una palabra a favor de la emancipación.

Al final O´Connell decidió levantar las masas en serio y, conjuntamente con un joven abogado, el señor Sheil, fundó en 1823 la Asociación Católica. El objeto declarado fue ganar la emancipación “por métodos legales y constitucionales”, y a fin de evadir el Acta de Convención, la Asociación no asumió un carácter de delegada o representante. Era un club en el que sus miembros se reunían semanalmente y pagaban una suscripción anual. O´Connell trabajó incesantemente para difundir la organización y aunque el progreso fue lento, por fin llegó el éxito; y para 1825 una gran organización se había extendido por todo el territorio ejerciendo los poderes de gobierno. En cada distrito, generalmente bajo la presidencia del clero, había una rama de la asociación, donde se ventilaban las querellas locales y se recibían las suscripciones y se enviaban a la asociación central en Dublín, de donde venía el asesoramiento las dificultades y los oradores para las reuniones locales. En 1825 el gobierno, alarmado por el poder de una organización que representaba una rivalidad seria para el ejecutivo, aprobó una ley que la suprimía. No obstante O´Connell experimentado ya en derrotar Actas del Parlamento le cambio el nombre a la Nueva Asociación Católica, y el trabajo de agitación continuó. Se llegó a tener suscripciones por 500 libras esterlinas a la semana y en 1826 la Asociación se sintió suficientemente fuerte como para lanzar un candidato para Waterford, el cual tuvo éxito contra toda la influencia territorial de los Beresfords; victorias similares se obtuvieron en Monaghan, Weatmeath y Louth. En 1828 se realizó la elección Clare cuando el propio O´Connell fue nominado. Se sabía que él como católico no podía tomar el juramento parlamentario; pero si él, como representante de seis millones, era expulsado de las puertas del Parlamento por el solo hecho de su credo, el efecto en la opinión pública sería grande. O´Connell fue electo y cuando se presentó en el parlamento se negó a tomar el juramento que se le ofrecía; la crisis había llegado. Los millones de católicos, organizados y desafiantes, tendrían la emancipación; los hombres de Orange no tendrían concesión; e Irlanda, a fines de 1828, estaba realmente al borde de una guerra civil. A fin de evitar esta calamidad Peel y Wellington unieron sus fuerzas y en 1829 se aprobó el Acta de Emancipación Católica.

De ahí en adelante O´Connell fue el rey no coronado de Irlanda. Para recompensarle por sus servicios y asegurar estos servicios en el futuro parlamento fue inducido a abandonar la práctica de su profesión y a aceptar el Tributo O´Connell, el cual mediante las suscripciones voluntarias del pueblo le llegó a dar un salario anual de 1.600 libras. Su primera preocupación fue por la derogación, pero sus llamamientos por la cooperación protestante no fueron respondidos, de manera que continuó la agitación en las asociaciones que él había formado, y fueron proscritas todas las asociaciones que él formó para promover la cuestión. A este respecto los whigs, a quienes él había apoyado en 1832, no eran mejores que los torys. Él los denuncio como “ruines, brutales y sangrientos”; sin embargo, en 1835 estableció una alianza con ellos al aceptar el “Convenio de la Casa de Lichfield”, y los mantuvo en el cargo hasta 1841. Durante estos años Drummond realizó reformas en el ejecutivo irlandés y medidas que afectaban los diezmos, las leyes de los pobres y aprobó reformas municipales. Pero la derogación se dejó en suspenso hasta que Peel volvió al poder y entonces O´Connell estableció la Asociación de Derogación. Su progreso fue lento hasta que en 1842 obtuvo el apoyo del periódico La Nación. En un año avanzó a pasos agigantados, y en 1843 O´Connell celebró una serie de reuniones, muchas de las cuales contaron con la asistencia de cientos de miles de personas.

La última de estas reuniones se celebró en Clontarf en octubre. Peel proscribió la reunión y persiguió a O´Connell; en 1844 fue convicto y encarcelado. En una apelación ante la Cámara de los Lores se revocó la sentencia del tribunal irlandés y O´Connell fue puesto en libertad. Su salud había sufrido, y en adelante tuvo falta de energía y vigor en sus movimientos, y pasó de la derogación al federalismo y de vuelta a la derogación. También se peleó con los jóvenes irlandeses. Luego vino la terrible calamidad de la hambruna. La última aparición de O´Connell en el parlamento fue en 1847 cuando pidió patéticamente que su pueblo fuera salvado de perecer. Para entonces ya estaba gravemente enfermo y los médicos le ordenaron que viviera en un clima más cálido. Sintió que se estaba muriendo y deseaba morir en Roma, pero no pudo ir más allá de Génova. De acuerdo con su deseo, su corazón fue llevado a Roma y su cuerpo a Irlanda. Su funeral tuvo una concurrencia de enormes dimensiones y tras su muerte se erigió una espléndida estatua a su memoria en Dublín y se colocó una torre circular sobre sus restos en Glasnevin.

O'Connell se casó con su prima Mary O'Connell y tuvieron tres hijas y cuatro hijos; todos estos últimos estuvieron una vez u otra en el Parlamento.


Bibliografía: FITZPATRICK, O'Connell's Correspondence (Londres, 1888); HOUSTON, O'Connell's Journal (Londres, 1906); DUNLOP, O'Connell (Nueva York, 1900); MCDONAGH, Life of O'Connell (Londres, 1903); O'NEILL DAUNT, Personal Recollections of O'Connell (Londres, 1848); CUSACK, Life and Times of O'Connell (Londres, 1872); CLONCURRY, Personal Recollections (Dublín, 1849); DUFFY, Young Ireland (Londres, 1896); MITCHEL, History of Ireland (Londres, 1869); FITZPATRICK, Dr. Doyle (Dublín, 1880); LECKY, Leaders of Public Opinion (Londres, 1871); NEMOURS GODRE, O'Connell, sa vie, son æuvre (París, 1900); SHAW LEFEVRE, Peel and O'Connell (Londres, 1887); JOHN O'CONNELL. Recollections (Londres, 1849); MADDEN, Ireland and its Rulers (Londres, 1844); COLCHESTER, Diary (Londres 1861); WYSE, History of the Catholic Association (Londres, 1829); D'ALTON, History of Ireland (Londres, 1910).

Fuente: D'Alton, Edward. "Daniel O'Connell." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11200c.htm>.

Traducido por Giovanni E. Reyes. rc