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Martes, 3 de diciembre de 2024

Libros de las Crónicas

De Enciclopedia Católica

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Título

(Paraleipomenon; Libri Paralipomenon).

Dos libros de la Biblia que contienen un resumen de historia sagrada desde Adán hasta el final del Cautiverio. El título Paralipómenos, libros “de las cosas pasadas”, el cual, desde Los Setenta, pasó a la Biblia en latín y de ahí a la Vulgata, se toma comúnmente con el significado de que suplementan la narrativa de los Libros de los Reyes (conocidos también como 1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de Reyes); pero esta explicación es apenas sustentada por el contenido de los libros, y no explica el presente participio. La opinión de San Jerónimo, quien considera Paralipómeno como equivalente a “epítome del Antiguo Testamento”, es probablemente la correcta. El título podría en consecuencia denotar que en estos libros se pasan por alto muchas cosas. El título en hebreo es Dibhere Hayyamim, “los hechos de los días” o “anales”. En la Biblia protestante, hebrea impresa y en muchas Biblias católicas se llaman “Libros de las Crónicas”.

Unidad y Lugares en el Canon

Los dos libros son en realidad una obra, y son tratados como uno en los manuscritos hebreos y en el resumen masorético adjunto al segundo libro. La división se hizo por primera en los Setenta en aras de la conveniencia, y de allí se adoptó a las Biblias latinas. El texto hebreo se dividió por primera vez en la edición de Bomberg de la Biblia rabínica (Venecia, 1516-7). Además, hay una probabilidad de que Crónicas originalmente formara parte de un trabajo mayor que incluía los dos libros de Esdras (Esdras-Nehemías). Porque no sólo hay similitud en la dicción y el estilo, en el espíritu y el método, sino que Esdras comienza donde termina 2 Crónicas, donde se repite y completa el decreto de Ciro.

Cabe destacar, sin embargo, que estos hechos pueden explicarse por simple comunidad de la autoría. En los Setenta y la Vulgata, así como en las Biblias protestantes, los Libros de las Crónicas se colocan inmediatamente después de los Libros de los Reyes. En la edición impresa de la Biblia hebrea aparecen al final de la tercera división, o Kethubhim.

Contenido

La primera parte de 1 Crónicas (1 - 9), la cual es una especie de introducción al resto de la obra, contiene una serie de listas genealógicas y estadísticas, intercaladas con breves notas históricas. Se compone de: (1) la genealogía de los patriarcas desde Adán hasta Jacob (1), (2) la genealogía de las doce tribus (2 - 8) vivienda; (3) una lista de las familias de Judá, Benjamín, y Leví residentes en Jerusalén después del exilio, con la genealogía de la familia de Saúl repetida (9). La segunda parte de 1 Crónicas contiene la historia del reinado de David precedida por el relato de la muerte de Saúl (10 - 29). El segundo Libro de Crónicas comprende el reinado de Salomón (1 - 9), y los reinados de los reyes de Judá (10 - 36,21). x-XXXVI, 21). Se añade como conclusión parte del decreto de Ciro permitiendo a los judíos regresar y reconstruir el Templo (36,22-34).

La parte histórica de Crónicas cubre así el mismo período que los últimos tres Libros de los Reyes. Por lo tanto, naturalmente, gran parte de la materia es la misma en ambos; a menudo, de hecho, los dos relatos no sólo concuerdan en los hechos que relatan, sino que los describen casi en las mismas palabras. Los libros de Crónicas también de están de acuerdo con los Libros de los Reyes en el plan y organización general. Pero lado a lado con estos acuerdos hay muchas diferencias. Los libros de las Crónicas narran algunos acontecimientos más brevemente, o los presentan de una manera diferente, y se omite otros por completo (por ejemplo, el adulterio de David, la violación de Tamar, el asesinato de Amnón, y la rebelión de Absalón), mientras que se detienen más en los datos sobre el Templo, su culto y sus ministros, proveyendo mucha información sobre estos temas que no se encuentra en los otros libros. Por otra parte, ignoran el Reino del Norte, excepto cuando la historia de Judá requiere una mención de él.

Objeto

Al comparar Crónicas con los Libros de los Reyes nos vemos obligados a concluir que la finalidad del autor no fue complementar las omisiones de estos últimos libros. Los objetos de su interés son el Templo y su culto, y que se propone en primer lugar para escribir la historia religiosa de Judá con el Templo como su centro, y, tan íntimamente relacionado con él, la historia de la casa de David. Esto aparece claramente cuando se considera lo que él menciona y lo que omite. De Saúl narra sólo su muerte como una introducción al reinado de David. En la historia del reinado de David da un informe completo del traslado del Arca al monte de Sión, de los preparativos para la construcción del Templo, y de las familias levitas y sus oficinas; cuenta brevemente u omite del todo las guerras y los otros eventos del reinado. El reinado de Salomón se reduce casi al relato de la construcción y dedicación del Templo. Después de la división del reino, apenas se menciona a las tribus apóstatas, mientras que narra con detalles los reinados de los reyes piadosos, Asá, Josafat, Joás, Ezequías y Josías, quienes produjeron un resurgimiento de la religión y mostraron gran celo por el Templo y su culto. Una vez más, las adiciones a la narración de los Libros de los Reyes en la mayoría de los casos se refieren al Templo, su culto y sus ministros; ni tampoco es insignificante el decreto de Ciro que permite reconstruir el Templo.

El mismo propósito puede observarse en la sección de genealogía, donde se les da especial importancia a las tribus de Judá y Leví y se continúa su genealogía más allá del exilio. Sin embargo, el autor escribe su historia con un objeto práctico a la vista. Desea instar a la gente a una fiel y estricta adherencia al culto de Dios en el Templo restaurado, y para inculcarles que sólo así merecerá la comunidad las bendiciones y la protección de Dios. Por lo tanto pone ante ellos el ejemplo del pasado, especialmente de los reyes piadosos que se distinguieron por su celo en la construcción del Templo o en la promoción del esplendor de su culto. Por lo tanto, también, toma cada oportunidad para demostrar que los reyes, y con ellos la gente, prosperaron o fueron liberados de grandes calamidades debido a su apego a la adoración de Dios, o experimentaron el infortunio por su infidelidad. La frecuente mención de los levitas y de sus oficios estaba probablemente destinado a inducirlos a valorar su vocación y a llevar a cabo fielmente sus deberes.

Autor y Fecha de Composición

Los libros de Crónicas fueron, sin duda, escrito después de la Restauración, puesto que la genealogía de la casa de David se lleva más allá de Zorobabel (1 Crón. 3,19-24), y se cita el propio decreto de Ciro permitiendo el regreso. Por otra parte, el valor de las cantidades recolectadas por David para la construcción del Templo se expresa en dracmas (1 Crón. 29,7, Heb.), que no se usaban en Palestina hasta que el tiempo de la dominación persa. Las peculiaridades del estilo y la dicción también apuntan a un tiempo posterior al Cautiverio. Los escritores más antiguos generalmente le atribuían la autoría a Esdras. La mayoría de las estudiosos modernos no católicos le atribuyen la obra a un escritor desconocido y sitúan su fecha entre los años 300 y 250 a.C. Las principales razones para esta fecha tardía son que los descendientes de Zorobabel se asignan a la sexta generación (en Los Setenta y la Vulgata a la undécima ), y que en Nehemías (II Esdras) (12,10.11.22) la lista de los sumos sacerdotes se extiende a Yaddúa, que, según Flavio Josefo, ocupó el pontificado en la época de Alejandro Magno. Estas listas, sin embargo, muestran signos de haber sido puestas al día por una mano posterior y no pueden, por lo tanto, ser consideradas como decisivas. Por otra parte, no sería probable que un escritor que viva en los tiempos griegos expresara el valor de la moneda antigua en dracmas. Por otra parte, una obra escrita para el fin antes mencionado, estaría más en lugar en el tiempo inmediatamente después de la restauración, mientras que la posición y el carácter de Esdras lo señalarían como su autor. Por lo tanto, la mayoría de los autores católicos todavía se adhieren a la autoría de Esdras, y sitúan el tiempo de composición a finales del siglo V o a comienzos del siglo IV a.C.

Valor Histórico

La confiabilidad de los Libros de las Crónicas como una obra histórica ha sido duramente atacado por tales críticos como de Wette, Wellhausen, etc. Se acusa al autor de exageración, de tergiversar los hechos, e incluso de apelar a documentos imaginarios. Este severo juicio ha sido considerablemente mitigado por escritores más recientes de la misma escuela, que, pese a reconocer los errores, absuelven al autor de la falsificación intencional. Las objeciones presentadas contra libros no se pueden examinar aquí en detalle; serán suficientes sólo algunas observaciones generales en la reivindicación de su veracidad. En primer lugar, los libros han sufrido a manos de los copistas; son especialmente numerosos los errores textuales en nombres y números, que luego originalmente fueron indicados sólo con letras. Exageraciones, como el asesinato de 7000 aurigas (1 Crón. 19,18) frente 700 en 2 Samuel 10,18 y los ejércitos increíblemente numerosos mencionados en 2 Crón. 13,3, son claramente imputables a esta causa. En segundo lugar, si se comparan las secciones comunes a Crónicas y Reyes, se encuentra que existe entre ellos una concordancia sustancial. Si el autor, entonces, reproduce sus fuentes con exactitud substancial en los casos en que sus declaraciones pueden ser controladas mediante la comparación con las de otro escritor que ha utilizado los mismos documentos, no hay razón para sospechar que actuó en forma diferente en el caso de otras fuentes. Su costumbre de referir sus lectores a los documentos de los que ha sacado su información no debería dejar duda sobre el tema. En tercer lugar, la omisión de los hechos que van contra la honra de los reyes piadosos (por ejemplo, el adulterio de David) se debe al objeto que el autor tiene a la vista, y no prueba más en contra de su veracidad que la omisión de la historia de las tribus del norte. Él no intentaba escribir una historia completa de los reyes de Judá, sino una historia con el fin de la edificación. Por lo tanto, al hablar de los reyes a quien propone como modelos, naturalmente omite detalles que no son edificantes. Esta presentación, mientras que de un solo lado, no es más falsa que un panegírico en el que se pasan por alto las debilidades de los sujetos. La imagen es correcta en lo que va, sólo que no es completa.


Fuente: Bechtel, Florentine. "The Books of Paralipomenon (Chronicles)." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11472a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina