Reginald Pole
De Enciclopedia Católica
Reginald Pole: Cardenal; nació en Stourton Castle, Staffordshire, Inglaterra, en marzo de 1500; murió en Lambeth Palace el 17 de noviembre de 1558; era el tercer hijo de Sir Richard Pole, Caballero de la Jarretera y de Margaret, hija de George, Duque de Clarence, hermano de Eduardo IV. Desde el comienzo de su reinado, Enrique VIII lo reconoció como un pariente muy cercano, le mostró un favor especial y en 1513 nombró condesa de Salisbury a su madre viuda, un acto de reparación tardía por la proscripción y ejecución bajo Enrique VII del único hermano de ella, Eduardo, conde de Warwick. También la nombró tutora de la princesa María en 1516 y podemos asumir que la intimidad de Pole con María Tudor, a la que después serviría con tanta devoción, comenzó antes de marcharse él de Inglaterra.
Reginald recibió su educación elemental en la cartuja en Sheen, donde pasó cinco años. Luego a la edad de doce o trece se fue a Oxford y se graduó poco después de cumplir los quince. Parece que estaba destinado para la Iglesia, una elección a la que asintió de buen grado y, aunque no había recibido las órdenes y apenas era un muchacho, recibió muchos beneficios, entre otros una prebenda que conllevaba el título de deán de la colegiata de Wimborne (15 feb. 1518).
A lo largo de toda su carrera Pole tuvo una fuerte inclinación por los estudios. Por su propia voluntad y con la ayuda pecuniaria de Enrique VIII salió en febrero de 1521 hacia Padua, en aquel momento un gran centro del saber, y entre el conjunto de intelectuales del lugar pronto el pariente del rey de Inglaterra se convirtió en un gran favorito. Hombres como Lungolius (de Longueil) que murió poco después y le dejó a Pole su biblioteca, o Leonicos, que le enseñó griego; Bembo el humanista, y más tarde el cardenal Contarini, también un día destinado a adornar el Sacro Colegio y el erudito inglés Lupset, todos buscaban su amistad, mientras que más tarde y en otras circunstancias se ganó la amistad y gran estima de Erasmo y de Moro.
Todos estos hombres no solo eran instruidos sino hombres de ideas liberales, y el solo hecho de elegir a tales amigos bastaría para probar que Pole no era el fanático que a veces se le ha representado. Pole permaneció en Italia hasta 1527. Después de una visita a Roma en 1526 y ya de vuelta continuó sus estudios, y residía en el recinto de los cartujos en Sheen. Incluso para esta fecha no había recibido siquiera las órdenes menores, pero sin embargo fue elegido deán de Exeter (12 agosto 1527).
Poco después de esto, el gran asunto del divorcio del rey llegó a un punto crítico, y Pole, para evitar tener que tomar partido en una complicación en que la conciencia, la amistad y la gratitud hacia su pariente real estaban indisolublemente entrelazadas, obtuvo permiso para continuar sus estudios en París. Pero ni así logró escapar de la embarazosa situación pues el rey le pidió su ayuda para conseguir de la universidad una opinión favorable al divorcio. Cuando el joven estudiante alegó inexperiencia, enviaron a Fox a ayudarlo. La situación era delicada y Pole probablemente hizo poco para adelantar una causa tan desagradable para sus propios sentimientos (la presión efectiva, como sabemos, la aplicó Francisco I), pero Pole se llevó el crédito por haber manejado el asunto y se le agradecieron sus esfuerzos (vea Calendar, IV, 6252, 6483, 6505).
Sin embargo, Enrique le solicitó a su pariente que volviera a Inglaterra, y cuando a Wolsey le sobrevino la muerte poco después de su desgracia, Pole fue invitado a sucederle como arzobispo de York o a aceptar la Sede de Winchester. Que esto fuese simplemente un soborno para conseguir su apoyo no era tan claro entonces como nos parece a nosotros a la luz de los acontecimientos posteriores. Pole dudó y pidió un mes para tomar una decisión. Por fin obtuvo una entrevista con el rey y parece que expresó sus sentimientos sobre la cuestión del divorcio con tanta valentía que Enrique en su furia puso su mano sobre su daga. Para explicar su posición envió después un memorial sobre el tema que, incluso según el hostil testimonio de Cranmer, era un documento magistral (Strype, "Cranmer", Ap. 1), redactado con moderación y tacto. “El rey”, alegó Pole —esto era a principios de 1531— “está parado incluso al borde del agua y aún puede salvar todo su honor, pero si da un solo paso adelante, todo su honor se ahoga”.
El curso de la historia posterior justificó plenamente la predicción de Pole, y de hecho, por un momento parece que el rey vaciló, pero los malos consejos lo instaron a avanzar por el camino de la destrucción. Pero como Pole no había hecho pública su oposición, Enrique fue lo suficientemente magnánimo en este momento y le dio permiso (enero 1532) para retirarse al Continente, y continuó como antes pagando su asignación con el tesoro real. Eventualmente Pole reanudó su pacífica vida en Padua y renovó o estableció amistad con los lideres del mundo de las letras; hombres como Sadoleto (entonces obispo de Carpentras), Contarini y Ludovico Priuli. Los dos o tres años que siguieron fueron probablemente los más felices que iba a conocer.
Mientras tanto los acontecimientos avanzaban con rapidez en Inglaterra. En 1534 el rey había cortado los últimos lazos que unían a Inglaterra con Roma. La situación era desesperada y muchos pensaban que Pole podía ayudar. La princesa María y su primo Carlos V le hicieron acercamientos en junio de 1535 y tras algunas objeciones, accedió a intentar mediar. Por otra parte, parece que Enrique seguía aferrado a la idea de ganar su apoyo para el divorcio y, por medio del capellán de Pole, Starkey, que estaba en Inglaterra a fines de 1534, el rey le presionó para que escribiera sobre la legalidad jure divino del matrimonio con la viuda de un hermano fallecido y también sobre la divina institución de la supremacía papal.
Pole consintió a regañadientes y su respuesta, después de una larga demora, finalmente tomó la forma de un tratado, "Pro ecclesiasticæ; Unitatis defensione". Este era un documento muy firme en el lenguaje y en los argumentos, y no podemos dudar de que los sucesos en Inglaterra, especialmente la tragedia de la ejecución de Fisher, de Moro y de sus amigos los cartujos habían convencido a Pole de que era su deber ante Dios hablar claramente, sin importar cuál fuese el costo para él y su familia. Sin embargo, el libro no se hizo público hasta una fecha posterior.
Primero se le envío privadamente al rey (27 mayo 1536); Enrique le echó un vistazo y envió de inmediato al mensajero que lo había traído de regreso a Pole, exigiendo su presencia en Inglaterra para explicar ciertas dificultades de lo que había escrito. Pole, sin embargo, aunque usando un leguaje educado y respetuoso con el rey y pidiendo perdón a su madre en otra carta por lo que debía hacer, decidió desobedecer la citación. En esta coyuntura el Papa Paulo III lo llamó a Roma, cuya invitación, al ser aceptada, sería claramente ante los ojos de todos ponerse del lado del Papa y contra el rey, su benefactor. Pole recibía cartas de Inglaterra de su madre y parientes en Inglaterra en las que lo instaban con halagos o lo amenazaban, y durante algún tiempo parece que dudó sobre cuál era su deber. Pero sus consejeros, hombres como Ghiberti, obispo de Verona, Caraffa, el fundador de los teatinos, luego Paulo IV, le aconsejaron que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Así pues, aceptó la invitación papal y hacia mediados de noviembre de 1536, Pole, que aún no había recibido orden alguna, se encontró alojado en el Vaticano.
El encargo de Paulo III hacía referencia a la comisión que había reunido bajo la presidencia de Contarini para organizar los planes para la reforma de la Iglesia. El papa quería que Pole formara parte de esa comisión y poco después anunció su intención de hacerle cardenal. Pole se resistió sincera y enérgicamente, pensando quizás que su conducta en Inglaterra le seria echada en cara. Pero de nada le sirvieron sus objeciones. El 22 de diciembre de 1536, después de recibir la tonsura, fue creado cardenal junto con Sadolet, Caraffa y otros nueve. A mediados de febrero la comisión habría terminado sus sesiones (Pastor, "Geschichte der Päpste", V, 118), y Pole fue enviado q una misión al norte, el 18 de febrero, con el título de legado, pues se esperaba que el levantamiento llamado “peregrinaje de gracia” creara una oportunidad favorable para intervenir en Inglaterra. Pero la rivalidad entre Carlos V y Francisco I quitó a la misión de Pole cualquier esperanza de éxito. Se encontró con rechazos tanto de franceses como de Españoles y tuvo que refugiarse con excardenal obispo de Lieja. Llamado de nuevo a Roma, estuvo presente en la primavera de 1538 en la reunión entre Carlos V y Francisco I en Niza.
Mientras tanto los hermanos de Pole habían sido arrestados y había razones para creer que su propia vida corría peligro en territorio de Venecia por los asesinos a sueldo de Enrique (cf. Pastor, op. cit., V, 685). Entonces, Pole con la autorización papal se puso a organizar una Liga contra Enrique. Se reunió con Carlos V en Toledo en febrero de 1539, pero se le excluyó educadamente del territorio francés, y después de conocer las tristes noticias del martirio de su madre, fue reclamado en Roma, donde fue nombrado legado para gobernar desde Viterbo el distrito conocido como el “Patrimonio de S. Pedro”, que gobernó conspicua y suavemente. Cuando detuvieron a dos ingleses que confesaron haber sido enviados para asesinarle, se conformó con condenarles durante un breve tiempo a galeras, en vez de hacer que los ejecutaran.
En 1542 Pole era uno de los tres legados nombrados para presidir el Concilio de Trento. Debido a los muchos retrasos, los Padres conciliaron no se reunieron hasta diciembre de 1545, mientras tanto el cardenal inglés empleó el tiempo en escribir el tratado "De Concilio". En la segunda sesión del 7 de enero de 1546, Pole redactó la impresionante "Admonitio Legatorum ad Patres Concilii" (ver Ehses, "Conc. Trid.", IV, 548- 53). Se vio obligado a dejar Trento el 28 de junio por razones de salud, la enfermedad era real, no fingida como algunos han dicho por la divergencia de sus puntos de vista y los de la mayoría en la cuestión de la justificación (Pastor, op. cit., V, 578, nota 3). Antes de la Dieta de Ratisbona Pole había compartido ciertas opiniones con Contarini en este asunto, que después fueron reprobadas por el Concilio (ibid., V, 335-37). Pero en ese momento (1541) el concilio no había hablado aún y Pole se sometió toda su vida a la autoridad dogmática de forma absoluta y entera. Es posible que una idea exagerada de esos errores produjeran más tarde en Caraffa una sospecha que le llevó violentamente a sospechar que Pole y de Morone habían incurrido en herejía.
Al morir Enrique VIII, Pole hizo persistentes esfuerzos , con la autorización papal , par que el Protector Sommerset y el Consejo Privado trataran con la Santa Sede, pero aunque estos intentos fueron recibidos con educación no les hicieron mucho caso. Paulo III murió el 10 de noviembre de 1549 y en el cónclave que siguió el cardenal inglés partía como candidato favorito. Si hubiera querido presentarse ente los cardenales en una de las ocasiones, cuando tenía dos tercios de los votos, hubiera sido elegido por aclamación. Después fue cambiando la mayoría y se avino a un compromiso que dio como resultado la elección del cardenal Del Monte (Julio III). Sobre los votos que dieron a Pole, ver "The Tablet", 28 Aug., 1909, pp. 340-341.
La muerte de Eduardo VI el 6 de julio de 1553, devolvió una vez más a Pole a la vida activa. Aunque el cardenal estaba ausente de Roma, Julio III le nombró inmediatamente legado en Inglaterra y Pole escribió a al reina pidiendo consejo sobre la forma de proceder. Tanto los consejeros de Mary en Inglaterra como el emperador Carlos V, que estaba intentando que su hijo Felipe casara con la nueva reina, consideraron que el tiempo no estaba aún maduro para un legado papal. Julio, para que so legado no quedara desacreditado, le confió la tarea de intentar que Carlos V y Enrique II de Francia establecieran relaciones amistosas. Todo esto costó al cardenal muchos disgustos aunque fue cortésmente recibido en París. Carlos V sin embargo trató de detener a Pole en el continente hasta el matrimonio de Felipe y María se hubiera celebrado. (ver María TUDOR).
De hecho Pole no pudo llegar a Dover hasta el 20 de noviembre de 1554 y después de haber admitido que los que ocupaban las propiedades de la iglesia no serían obligados a devolver las tierras que habían alienado. Al llegar a Londres, el 30 de noviembre, se le dio una gran recepción. Pole, que aún ni era sacerdote, absolvió a las dos cámaras del parlamente del la culpa de cisma. Debido a su ascendencia real y su amistad con la reina, ejerció una considerable influencia sobre los asuntos de estado y recibió el encargo especial de Felipe de vigilar el reino durante su ausencia. Pero por otra parte tampoco parece que Pole tuviera prisa en aceptar nuevas responsabilidades y cuando el arzobispo Cranmer fue privado de su cargo, no mostró interés excesivo en sucederle como arzobispo.
Convocó un sínodo, como legado, en noviembre de 1555, que pasó muchos decretos útiles para la reforma eclesiástica, necesarias por las revueltas circunstancias después de 20 años de separación de la autoridad romana. El 20 de marzo de 15557 fue ordenado sacerdote y dos días después consagrado arzobispo, mientras recibía solemnemente el pallium, en la fiesta de la Anunciación, en la Iglesia de St. Mary -le-Bow, donde pronunció un discurso que se conserva.
Parece que Pole tuvo poco que ver con las persecuciones que han arrojado tantas sombras sobre el reinado de Mary (Dixon, "Hist. of the Ch. of Eng.", IV, 572). “Tres herejes condenados de la diócesis de Bonner fueron perdonados cuando apelaron a él. El simplemente ordenaba la pena y daba la absolución “(ibid., 582).
Pero el cardenal estaba algo enfermo y en sus últimos días, así como los de su señora la reina, fueron tristes por loas numerosas desavenencias con Roma, debido sobre todo al impetuoso temperamento y amargo sentimiento anti-español de Paulo IV, un napolitano, que quería echar a los españoles de Nápoles. La guerra entre el papa y Felipe estalló en Italia. El papa se alió con Francia y Felipe trató de implicar a Inglaterra en la contienda, por lo que Paulo retiró sus legados de los dominios españoles y canceló la legación de Pole.
Aunque la tensión por estos asuntos podía remediarse con concesiones por parte del papa, que le fueron arrancadas por las victorias de las armas de Felipe, los nubarrones no desaparecieron del todo, agravadas por la perversa convicción papal de que Pole era doctrinalmente inseguro. El cardenal contrajo una enfermedad mortal y murió unas pocas horas después de morir la reina Mary.
A lo largo de su vida, la conducta moral de Pole fue irreprochable y su piedad sincera, mientras sus hábitos ascéticos eran la admiración de todos. “Rara vez, escribe el Dr. James Gairdner, y nadie más competente para pronunciarse, “vida alguna ha estado animada por un propósito tan determinado”. Comparado con la mayoría de sus contemporáneos Pole era patentemente amable, tanto en sus opiniones como en su lenguaje. Tenía el don de inspirar cálidas amistades y era el más generoso y caritativo en la administración de sus ingresos.
Bibliografía: Una vida de Pole fue escrita por su secretario BECCATELLI. Se puede hallar impresa en la gran colección de QUIRINI, Epistola Reginaldi Poli et aliorum ad se (5 vols., Brescia, 1744-57); sobre estos materiales se encontró la History of the Life of Reginald Pole por PHILIPPS (Oxford, 1764), que todavía conserva su valor. Una biografía más moderna es la de "MARTIN HAILE" (Miss Mary Hallé), The Life of Reginald Pole (Londres, 1910); compare también ZIMMERMANN, Caridnal Pole (Friburgo, 1893); ANTONY, The Angelical Cardinal (Londres, 1909); LEE, Reginald Pole (Londres, 1888); un admirable relato de Pole por GAIRDNER aparece en Dict. Nat. Biog.; por otro lado la Life of Pole en Archbishops of Canterbury de HOOK (Londres, 1860-84) está desfigurada por ánimos anti-católicos notables. Hay información complementaria útil en Monumenta Concilii Tridentini, vols. I y IV (Friburgo, 1901-04), y en PASTOR, Geschichte der Päpste (Friburgo, 1908-10), IV, V. Vea también "The Tablet", 28 agosto 1909, p. 340. La edición de las cartas publicadas por QUIRINI está lejos de ser completa y muchas todavía permanecen en manuscritos.
Fuente: Thurston, Herbert. "Reginald Pole." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12, págs. 201-204. New York: Robert Appleton Company, 1911. 28 oct. 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/12201b.htm>.
Traducido por Pedro Royo. lmhm