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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Confíteor

De Enciclopedia Católica

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El confíteor (llamado así por la primera palabra, confiteor, Yo confieso) es una confesión general de los pecados, la cual se usa en el rito romano al comienzo de la Misa y en varias otras ocasiones como preparación para la recepción de alguna gracia.

Historia del confiteor

Se le escucha por primera vez como la preparación para el confesión sacramental y como parte de la preparación para la Misa. Ambas liturgias orientales comienzan con una confesión del pecado hecha por el celebrante (para el rito antioqueno vea Brightman, Eastern Liturgies, p. 31, y para el rito alejandrino, ibid., 116). Los primeros sacramentarios y ordos romanos no nos dicen nada acerca de esta preparación, todos ellos describen la Misa como comenzando con el introito. El confíteor de alguna forma fue probablemente desde fecha temprana una de las oraciones privadas que decía el celebrante en la sacristía antes de comenzar la Misa. Pero el “Sexto Ordo Romano” (Mabillon, Museum Italicum, II, 70-76), escrito aparentemente en el siglo X u XI, nos dice que al principio de la Misa el pontífice “se inclina y ora a Dios por el perdón de sus pecados” (ibid., p.71).

Ya para el siglo XI la preparación se hacía en el altar. En la “Regla Canónica” de San Crodegango de Metz (m. 743) las preguntas que le hace el sacerdote al penitente antes de la confesión contienen una forma que sugiere nuestro confíteor: “Primero que nada, póstrate humildemente ante Dios… y ora a la Bendita Virgen María con los santos Apóstoles y mártires y confesores para que oren por ti ante el Señor (Crod. Met., “Reg. Canon.”, cap. XXXII, en P.L., LXXXIX, 1072). Así también Egberto de York (m. 766) da una forma corta que es el germen de nuestra oración actual: “Díle a Él a quien deseas confesar tus pecados: por mi culpa he pecado excesivamente de pensamiento, palabra y obra.” En respuesta el confesor dice casi exactamente nuestro “Misereatur” (Bona, "Rerum liturg.", Bk. II, II, v).

Pero es en el Micrólogo (Bernoldo de Constanza, m. 1100) que encontramos citado por primera vez el confíteor como parte de la introducción de la Misa. La forma aquí es: "Confiteor Deo omnipotenti, istis Sanctis et omnibus Sanctis et tibi frater, quia peccavi in cogitatione, in lucutione, in opere, in pollutione mentis et corporis. Ideo precor te, ora pro me." Le siguen el “Misereatur” y el “Indulgentiam”, el primero algo diferente, pero el último exactamente como lo tenemos hoy día (De eccl. observ., XXIII, en P.L., CLI, 992). En el Ordo Romano XIV” (por el cardenal James Cajetan en el siglo XIV, Mabillon, op. cit., II, 246-443) encontramos nuestro confíteor exactamente, pero con una ligera modificación: "Quia peccavi nimis cogitatione, delectatione, consensu, verbo et opere" (ib., p. 329). El Tercer Concilio de Rávena (1314, Hardouin, Coll. Conc., VII, 1389) ordena en sus rúbricas XV que se use nuestro confíteor, palabra por palabra, a través de la provincia.

La forma, y especialmente la lista de los santos invocados, varía considerablemente en la Edad Media. El cardenal Giovanni Bona (Rerum liturg. libri duo, II, 5-7) cita un número de tales formas. En muchos misales es más corta que la nuestra: "Confiteor Deo, beatae Mariæ, omnibus sanctis et vobis" (así el Misal de Sarum, ed. Dickinson Burntisland, 1861- 1883). En el misal del Papa Pablo III (1534-1549) dice: "Confiteor Deo omnipotenti, B. Mariæ semper Virgini, B. Petro et omnibus Sanctis et vobis Fratres, quia peccavi, meâ culpâ: precor vos orare pro me" (Bona, loc. cit.). Desde la edición de Pío V (1566-1572) nuestra forma actual es la única que debe usarse en todo el rito romano, excepto en los Oficios de los cartujos, los carmelitas y los dominicos, cuyos misales todavía se permiten, pues se ha prueba probado que existen por más de 200 años. Estas tres formas son bastante cortas, y contienen sólo una "meâ culpâ"; los dominicos invocan, además de a la Santísima Virgen, a Santo Domingo. Además, algunas otras órdenes tienen el privilegio de añadir el nombre de su fundador después del de San Pablo (los franciscanos, por ejemplo), y en algunos usos locales se inserta el nombre del patrón local en el mismo lugar. Fuera de eso, el confíteor debe decirse siempre exactamente como está en el Misal Romano. (S.R.C.,13 feb. de 1666, Papa Benedicto XIV, De SS. Missae Sacr., II, III, 11,12).

Uso del confíteor

La oración se dice a veces como una forma doble de confesión mutua, primero por el celebrante al pueblo y luego por el pueblo a él, y a veces sólo una vez, como una forma sencilla. Como forma doble se usa:

  • como parte de las oraciones introductorias de la Misa dicha antes de que el sacerdote suba al altar, después del Salmo “Judica me” (Ritus celebrandi, III, 7-9);
  • en la recitación pública del Oficio Divino como parte de las preces en prima (de modo que se omite en dobles y en octavas), y siempre al comienzo de las completas (Rubr. Gen. Brev., XV, 2, y XVIII, 1).

Como una forma simple aparece:

  • durante la Misa, una segunda vez, si alguien recibe la Sagrada Comunión además del celebrante;
  • cuando se da la Comunión fuera de la Misa (Rituale Rom., Tit. I, ch. II, 1);
  • antes de la administración de la extremaunción (cuando se puede decir en latín o en la lengua vulgar ---Rit. Rom., Tit. V, cap. II, 6);
  • antes de la bendición apostólica se le da a una persona agonizante (ibid., Tit. V, cap. VI, 6);
  • el Ritual además ordena que los penitentes deben comenzar su confesión diciendo el confíteor ya sea en latín o en su propio idioma, o por lo menos comenzar con estas palabras: "Confiteor Deo omnipotenti et tibi pater" (Tit. III, cap. I, 14);
  • por último, el Caeremoniale Episcoporum ordena que cuando un obispo canta la Misa mayor el diácono debe cantar el confíteor después del sermón; entonces el predicador lee la indulgencia dada por el obispo, y el obispo añade una forma modificada del misereatur (en el que de nuevo invoca a los santos nombrados en el confíteor), el “indulgentiam” y finalmente su bendición. Esta es la ceremonia normal para la publicación de indulgencias (Caer. Episc., I, cap. XXII, 4; II, cap. XXXIX, 1-4).

Rito del confíteor

La forma de las palabras es muy bien conocida para necesitar la cita. Cuando se utiliza como una forma doble, el celebrante hace su primera confesión, utilizando las palabras vobis fratres y vos fratres, los servidores o los ministros dicen el misereatur en singular (tui, peccatis tuis), y luego hacen su confesión dirigida al sacerdote (tibi pater, te pater). Él dice el misereatur en plural (Misereatur Vestri, etc), y finalmente, hace la Señal de la Cruz, añade la breve oración Indulgentiam. Tanto el “misereatur” como el “indulgentiam” son respondidas con un "Amén".

Cuando se utiliza como una forma simple se omite la confesión del sacerdote, el diácono, o un servidor, dice el confíteor (tibi pater, etc), el celebrante responde con el “misereatur” y el “indulgentiam”. Una persona que dice la oración sola (por ejemplo, en la recitación privada del Oficio Divino) dice el confíteor dejando de lado las cláusulas tibi pater o vobis fratres, etc., en total, y cambia la respuesta a Misereatur nostri y peccatis nostris. Antes de la Comunión en la Misa mayor y antes de la promulgación de indulgencias el diácono canta el confíteor con el tono que figura en el "Caeremoniale Episcoporum" (11, cap. XXXIX, 1). El misereatur y el indulgentiam nunca se cantan.


Bibliografía

"Roman Missal, Breviary, Ritual Cæremoniale Episcoporum," loc. cit.; MABILLON, "Museum Italicum" (París, 1689) loc. cit.: BONA, "Rerum Liturgicarum Libri Duo" (Roma, 1671). Bk. II ch. II, págs. 288-292; BENEDICT XIV, "De SS. Missæ Sacrificio", Bk. II, ch. III, 4-11; GIHR, "Das heilige Messopfer "(Friburgo im Br., 1897), II §34, págs. 326-334, tr. "The Holy Sacrifice of the Mass" (San Luis, 1902).

Fuente: Fortescue, Adrian. "Confiteor." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04222a.htm>.

Traducido por Sara Campis Cordero.