Alejandría
De Enciclopedia Católica
Importante puerto de mar de Egipto, sobre la orilla izquierda del Nilo. Fue fundada por Alejandro el Grande para reemplazar al pequeño distrito municipal llamado Racondah o Rakhotis, en 331 a.C. Los ptolomeos, sucesores de Alejandro en el trono de Egipto, pronto la convirtieron en la metrópoli intelectual y comercial del mundo. César, que la visitó en 46 a.C., se la dejó a la reina Cleopatra, pero cuando Octavio entró allí, en el 30 a.C., transformó al reino egipcio en una provincia romana. Alejandría continuó próspera bajo el dominio romano pero declinó un poco bajo el de Constantinopla.
Cuando, después del tratado de octubre de 642, los bizantinos la abandonaron a Amru, los invasores árabes aceleraron su decadencia debido a la impaciencia de los conquistadores por construir un nuevo pueblo, El Cairo, y transferir allí el gobierno de Egipto, en lo sucesivo, una provincia musulmana. La ruina fue grande bajo los árabes, pero fue peor bajo el dominio turco, cuando las victorias de Selim en 1517 subyugaron el valle del Nilo. El 2 de julio de 1798 Napoleón I (Bonaparte) no encontró más que 7,000 habitantes en el pueblo. Desde entonces, gracias a los esfuerzos de Mehemet Ali y a los grandes eventos políticos y comerciales del siglo XIX, la ciudad de Alejandría, ha vuelto a ser, una vez más, el primer puerto del Mediterráneo oriental.
El evangelista San Marcos trajo a Alejandría el cristianismo, el cual fue hecho ilustre por un linaje de sabios doctores como Panteno, Clemente de Alejandría y Orígenes; fue gobernada por una serie de grandes obispos entre los que se debe mencionar a San Atanasio y Cirilo. Bajo Dióscoro, sucesor de Cirilo, apareció el eutiquianismo, en el que la población nativa vio un excelente medio para librarse de los bizantinos. Su celo por esta herejía transformó al pueblo en un campo de batalla donde se vertió sangre más de una vez durante los siglos V, VI y VII. Finalmente la iglesia patriarcal de San Marcos se encontró dividida en dos comunidades: los coptos nativos ceñidos al error, y los griegos extranjeros fieles a la ortodoxia. Después de la conquista árabe, el patriarcado griego permaneció vacante durante muchos años; en tiempos de los emperadores bizantinos y bajo los sultanes otomanos sus titulares fueron obligados a vivir habitualmente en Constantinopla. Por otro lado, el patriarcado copto se transfirió a El Cairo y vio a la mayoría de sus discípulos volverse musulmanes. Hoy, debido a su importancia comercial, Alejandría posee dentro de sus murallas todas las lenguas y razas cristianas: coptos, griegos, latinos, armenios, maronitas, sirios, caldeos y protestantes.
(1) los coptos, una pequeña comunidad, están divididos en monofisitas y católicos; el jefe del primero es el Patriarca de Alejandría y reside en El Cairo; el jefe de los últimos también es Patriarca de Alejandría desde el Papa León XIII que creó este título a favor del Monseñor Macario, el 19 junio de 1899.
(2) Los griegos también forman dos grupos, los llamados ortodoxos y los melquitas. Los ortodoxos, separados de Roma, están dividido en dos facciones que difieren en idioma y origen y viven en enemistad: a un lado, los helenofones, muchos de los cuales son nativos del reino griego; el otro, los arabofones, sujetos a los Quedives o nativos de Siria; todos ellos tienen un patriarca de lengua y raza griega cuya residencia oficial está en el pueblo, cerca de la iglesia de San Sabas. Los melquitas, unidos a Roma, son nativos de Egipto y Siria; están bajo el Patriarca de Alejandría, Antioquía, Jerusalén y todo el Oriente, pero, como el prelado reside en Damasco, son gobernados por un obispo que es vicario del patriarcado.
(3) Los latinos no tienen patriarca. Un patriarcado latino fue creado por los cruzados que tomaron Alejandría en 1202 y en 1367; pero este patriarcado, establecido residencialmente de 1859 a 1866, vino a ser meramente nominal. Ahora bien, existe nada más que un vicariato apostólico; el vicario, un miembro de los Frailes Menores de San Francisco tiene bajo su dirección, especialmente a los europeos de colonias extranjeras.
(4) Los armenios están divididos en gregorianos y católicos; los últimos tienen al Obispo de Alejandría, que reside en El Cairo; los gregorianos están sujetos a un simple vartabet.
(5) Los maronitas cuyo número está aumentando diariamente, desean constituir una diócesis. Mientras tanto son gobernados por sacerdotes designados por el Patriarca del Líbano.
(6) A los católicos sirios de Alejandría y El Cairo, se les concede un chorepiscopi que reside en la última ciudad.
(7) Todavía menos numerosos, los Caldeos Unidos no poseen ninguna organización especial.
(8) Los protestantes están representados en Alejandría por numerosas sectas; la Iglesia Anglicana tiene una comunidad desde mediados del siglo XIX y una escuela; la Iglesia Libre Escocesa tiene una iglesia desde 1867 y una escuela; la Iglesia Evangélica de Alemania, establecida en el pueblo desde 1857, abrió una iglesia en 1866 y una pequeña escuela. Pero éstas son para los residentes extranjeros; la misión de la Iglesia Presbiteriana Unida de los Estados Unidos tiene una iglesia y dos escuelas para los coptos (aproximadamente 100 miembros). Es más, la mayoría de las misiones protestantes que trabajan entre los coptos de Egipto Superior tienen puestos u hospedajes en Alejandría.
Debemos decir lo mismo de cada orden religiosa de los misioneros católicos en Egipto. Algunas de estas órdenes tienen establecimientos escolásticos. Los jesuitas dirigen la universidad de San Francisco Javier. Los Hermanos de las Escuelas Cristianas dirigen una universidad a la que está unida una escuela de artes y oficios. Tienen también clases gratuitas y diferentes colegios en varias partes de la ciudad. La educación de muchachas jóvenes, es dirigida por diferentes congregaciones religiosas, como las Hermanas de Caridad, las Hermanas de la Madre de Dios y las Hermanas de la Liberación.
Fuente: Pargoire, Jules. "Alexandria." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01299d.htm>.
Traducido por José Luis Anastasio. L H M