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Jueves, 5 de diciembre de 2024

Damasco

De Enciclopedia Católica

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Damasco, en Siria, es una de las más antiguas ciudades del mundo. Según Flavio Josefo fue fundada por Us, nieto de Shem. La Biblia la menciona en los tiempos de Abraham (Gén. XIV, 15; 15,2); también figura en las piedras de Karnak, entre las ciudades sirias conquistadas por el Faraón Tutmesis III.

Reino de Damasco Damasco realizó una alianza con Soba contra David, fue conquistada y obligada a recibir una guarnición militar judía (2 Reyes, VIII; I Paral., XVIII, 5), pero bajo el reinado de Salomón se convirtió en la capital de un reino independiente, que estableció a Razon o Rasin (3 Reyes, XI, 24). Desde esta época Damasco entró frecuentemente en guerra con los reyes de Israel, y se apoyó en los reyes de Judá, que buscaban con su ayuda debilitar a sus rivales de Samaria. El más famoso de estos enemigos de Israel fue Hazael, que había ascendido al trono de Damasco con la ayuda de Elías y Eliseo (III Reyes, XIX, 17; IV Reyes, VIII, 28; x, 32; XIII 3). Sus sucesores fueron menos afortunados. Jeroboam II, Rey de Samaria, conquistó Damasco (IV Reyes, XIV, 28). Cuando no estaban trabados en conflictos entre ellos, los reyes de Damasco y Samaria se aliaban con los príncipes vecinos contra los poderosos reyes de Asiria, por lo cual Damasco, que generalmente encabezaba esas confederaciones, aparece mencionada frecuentemente en las inscripciones cuneiformes. En el año 734 A.C. Damasco y Samaria casi arruinaron a Jerusalén. Pero Acaz, Rey de Judá, pidió la ayuda del Rey Asirio Tiglath-Pileser III (Theglathphalasar), quien venció a los aliados, capturó a Damasco después de un sitio de dos años, y puso fin al Reinado de Siria (IV Reyes, XVI, 9-12).

La Ciudad Griega Desde entonces Damasco parece haber perdido su autonomía. Jeremías (XLIX, 27) la amenaza con nuevas admoniciones, una prueba de que había superado su decadencia; sin embargo, aparece sólo ocasionalmente en la historia de los Judíos, Griegos y Romanos. Después de la batalla de Issus (333 A.C.) la ciudad, que guardaba a las esposas y a los tesoros de Darío, fue entregada a Parmenion. Pronto se convirtió, en contacto con Antíoco, en la ciudad más importante de Siria. Del año 112 al 85 A.C. fue la capital del reino Greco-Romano, pero cayó sucesivamente en el poder de Aretas III, Rey de Petra, de Tigranes, Rey de Armenia, y finalmente del general romano Metelo. En el 64 A.C. Pompeyo recibió allí a los embajadores y los regalos que le enviaban los reyes vecinos; al año siguiente Siria se convirtió en provincia romana. Herodes el Grande construyó un teatro y un gimnasio en Damasco, aunque la ciudad estaba fuera de su dominio. Su población, aunque Siria de raza y lengua, recibió una profunda influencia de la cultura greco-romana, y realizó rápidos progresos en el comercio y la industria. Entonces, como ahora, Damasco era el principal emporio comercial de los árabes nómades. En la época de San Pablo había en Damasco cerca de 50.000 judíos. La mayoría de las mujeres de las altas clases sociales habían abrazado este credo. Fue en camino a Damasco, cerca de ella, que Saulo, el severo perseguidor de los cristianos, reconoció y adoró a aquel Jesús que tanto había odiado. Saulo fue llevado a Damasco, se alojó en casa de Judá en la Vía Recta (hoy Souk el-Taouil), fue bautizado por Ananías (de quien se piensa que fue el primer Obispo de Damasco), predicó a Cristo, y fue obligado a escapar en la noche hacia Arabia (Hechos 9, 3 ss., 16, 6 ss., 12 ssl, Gálatas 1, 17; 2 Corintios, 11, 32). La ciudad pertenecía entonces a Aretas, Rey de los Árabes. En la época de Nerón los paganos asesinaron a traición a 10.000 judíos en el gimnasio de Herodes. Después de la destrucción por Trajano del Reino Nabateano de Petra, Damasco se convirtió en una ciudad romana. En la época de Arcadius el gran templo del dios local, Rimón, fue transformado en la magnífica iglesia de San Juan Bautista. En el año 610, la ciudad fue usada por Chosroes como cuartel general durante la larga guerra que comenzó contra Heraclio.

La Sede de Damasco Damasco era entonces la metrópolis de Pheenicia Secunda, o Libanensis, que contaba con once sedes sufragantes, dependía del Patriarca de Antioquía y ocupaba el sexto lugar en la jerarquía. Lequien (Oriens christ., II, 833) conocía (del siglo I al XVI) los nombres únicamente de catorce obispos griegos, entre los cuales se contaba San Pedro, que sufrió martirio en manos de los árabes en el siglo VIII. También se conocen numerosos obispos jacobitas. Entre los muchos hombres ilustres nacidos en Damasco, debemos mencionar a:

Nicolás, escritor griego en la época de Augusto. Damascius, un filósofo pagano del siglo VI. Juan Moschus, el autor del encantador "Pratum spirituale", San Sofronio, Patriarca de Jerusalén (634-638), San Andrés, Metropolitano de Creta, orador e himnógrafo, y al celebrado teólogo griego, San Juan Damasceno.

A principios del año 635 Damasco fue conquistada por los árabes en la época de Khalid y Abou Obeidah. A los cristianos se les permitió el culto público en diversas iglesias, también el ala occidental de la iglesia de San Juan, siendo reservada el ala oriental a los musulmanes. Fue sólo al comienzo del siglo VIII que Abd el-Melek obtuvo de los cristianos el uso de todo el edificio, en retribución de lo cual les autorizó cuatro iglesias. Desde el año 660 al 753, en la época de los califas Omaídas, Damasco fue la capital del imperio Árabe, en esa fecha Abu Abbas llevó la sede del gobierno a Bagdad. En los siglos siguientes, entre revueltas y revoluciones, Damasco cayó en manos de los Tolónidas de Egipto, después en las de los Ikshiditas, y las de los Fatimitas. En los años 1075-1076 fue tomada por el Seljuk Turco Aziz. En 1126 los cruzados, comandados por Balduino de Jerusalén, venció al Príncipe Toehtekin cerca y al sur de la ciudad, pero fueron obligados a retroceder. Tampoco fueron los príncipes aliados, Conrado III de Alemania, Luis VII de Francia, y Balduino III de Jerusalén, más exitosos en su sitio de Damasco (1148), debido a la traición de los barones de Siria. Nour-de-Din, Sultán de Aleppo, conquistó Damasco en 1158. En 1177 Saladino repulsó un nuevo ataque del ejército cristiano.

Damasco se transformó entonces en el centro comercial, industrial y científico de Siria; tenía una escuela de medicina y un observatorio en Djebel Kasioun. En la época de los sucesores de Saladino, tuvo que sostener diversos sitios; en 1260 abrió sus puertas a los Mongoles de Houlagou. Luego cayó en manos de Kotouz, Príncipe de los Mamelucos de Egipto, cuyo sucesor, Bibars, reconstruyó la ciudadela. En el año 1300 fue despojada y parcialmente incendiada por los Tártaros comandados por Ghazzen Khan. En 1399 Timur-Leng mató a casi todos los habitantes, excepto los fabricantes de espadas. A éstos los llevó a Samarkand y a Khorassan donde continuaron fabricando las hermosas cuchillas damascenas, cuyo secreto se perdió hace largo tiempo en Damasco. En el año 1516 Selim I conquistó Siria de los Mamelucos, y Damasco perteneció al Imperio Otomano en el siglo XII. Debe mencionarse la ocupación egipcia de Ibrahim Pasha (1832-1840), y la temible matanza de los cristianos (Julio, 1860) que causó la huida de muchos miles y culminó en la ocupación de Siria por un ejército francés.

La Ciudad Turca Damasco (en árabe Dimisk es-Sham, o simplemente es-Sham), el ojo o la perla del Este para los árabes, es actualmente la capital de Siria. La ciudad está a una altura de 2267 pies sobre el nivel del mar y disfruta de un clima muy agradable, debido al Barada, que la recorre, y a sus numerosas vertientes y manantiales. Está rodeada por los bosques y jardines de Ghouta, que se extienden cerca de diez millas al sur y al este, donde hay veintinueve poblados, cuyos habitantes se dedican al cultivo de fruta (naranjas, limones, etc., especialmente ciruelas y albaricoques). Dentro de la ciudad están las tumbas de Noured-Din, Saladin, y Bibars, 850 manantiales, 64 baños, 25 mercados, una bolsa de valores para el comercio local, una ciudadela parcialmente en ruinas, 248 mezquitas, etc. La mezquita de los Ommayads (antiguamente la iglesia de San Juan) se quemó en 1893, en cuya ocasión se perdieron numerosos manuscritos y trabajos artísticos.

Condiciones Religiosas Damasco es una sede episcopal arquidiocesana titular de la Iglesia Latina, y en la "Revista Benedictina" de 1907 (82-85) se mencionan tres obispos del siglo XVI. También es una sede metropolitana de los Griegos melquitas católicos (y no católicos), y para los católicos sirios, y finalmente sede episcopal de los maronitas. Desde el siglo XVI los patriarcas griegos no católicos de Antioquía han vivido en Damasco. El Patriarca Católico Griego de Antioquía, así como el patriarca católico sirio, también reside en Damasco y gobierna su diócesis a través de un obispo titular. Los Lazaristas, que reemplazaron a los Jesuitas en la época de su supresión, tienen allí un colegio; en 1872, los jesuitas comenzaron a ocupar la prestigiosa casa de San Juan Damasceno. Los Franciscanos tienen la parroquia de la iglesia latina y un colegio de varones. Otras órdenes religiosas con actividad en Damasco incluyen a las Hermanas de la Caridad y las hermanas nativas de Mariamet.

S. VAILHE Transcrito por Tomas Hancil Traducido por Amparo Cabal