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Domingo, 5 de mayo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Candelaria»

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Tambien conocida como Fiesta de la Purificación de la Santísima Virge(Greek Hypapante), Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo, observada el 2 de Febrero según el rito latino.
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Llamada también Fiesta de la Purificación de María (griego, ''Hupapante''), Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo. En el [[rito romano|rito latino]] se observa el día 2 de febrero.
  
De acuerdo a la ley mosaica, una madre que había dado a luz a un niño varón, era considerada impura por siete días. además debía permanacer treinta y tres días "en purificación de su sangre" pero si daba a luz a una niña el tiempo que excluía a la madre del santuario era doble.
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De acuerdo a la [[Legislación de Moisés|ley mosaica]], una madre que había dado a luz a un hijo varón era considerada [[pureza e impureza|impura]] por siete días; además debía permanecer treinta y tres días "en purificación de su sangre"; pero si daba a luz a una niña, se duplicaba el [[tiempo]] que excluía a la madre del [[santuario]].  Al cumplirse el [[tiempo]] de su purificación (cuarenta u ochenta días) la madre debía traer al [[Templo de Jerusalén|Templo]] un cordero para el [[holocausto]] y un pichón de [[paloma]] o una tórtola por el [[pecado]]"; si no era capaz de ofrecer un [[cordero]], podía presentar dos tórtolas o dos pichones; el [[sacerdote]] [[oración|oraba]] por ella y entonces quedaba limpia. ([[Levítico]] 12,2-8).
  
Al cumplirse el tiempo de su purificación (cuarenta u ochenta días) según fuera niño o niña la madre debía traer al templo un cordeo de un año para el holocausto y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado"; si no era capaz de ofrecer un cordero, ella podía presentar dos tortolas o dos pichones; el sacerdote los ofrecía como expiación y entonces ella quedaba limpia. (Levitico 12:2-8)
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Cuarenta días después del nacimiento de [[Jesucristo|Cristo]] [[María]] cumplió con este [[precepto]] de la Ley; ella redimió a su [[primogénito]] en el Templo ([[Números]] 18,15), y fue purificada por la oración del [[Bendito Simeón]], en la presencia de [[Ana]] la [[profecía, profeta y profetisa|profetisa]] ([[Evangelio según San Lucas|Lucas]] 2,22 ss.). Sin [[duda]], la primitiva [[la Iglesia|Iglesia]] de [[Jerusalén]] celebraba este acontecimiento, la primera presentación solemne de Cristo en la casa de [[Dios]].  Lo encontramos testimoniado para la primera mitad del siglo IV por la peregrina de [[Burdeos]], Egeria o Silvia.  El día (14 de febrero) se guardaba [[solemnidad|solemnemente]] con una [[procesiones|procesión]] a la [[basílica|Basílica]] [[Constantino el Grande|Constantiniana]] de la [[Resurrección de Jesucristo|Resurrección]], una [[homilía]] sobre Lucas 2,22 ss., y el [[Sacrificio de la Misa|Santo Sacrificio]]. Pero todavía la [[fiestas eclesiásticas|fiesta]] no tenía nombre propio; se le llamaba simplemente día cuadragésimo después de la [[Epifanía]]. Esta última circunstancia [[prueba]] que la Epifanía en Jerusalén era entonces la Fiesta del [[Navidad|Nacimiento de Cristo]].
  
Cuarenta días después del nacimiento de Cristo María cumplió con este precepto de la ley, ella redimió a su primogénito en el templo (Números 18:15), y fue purificada por la oración de Simeon el justo, en la presencia de Anna la profetisa (Lucas 2:22 sqq.). Sin duda este acontecimiento, la primer presentación solemne de Cristo en la casa de Dios, era en los tiempos más tempranos, celebrados por la Iglesia de Jerusalén. Esto queda testimoniado en la primera mitad del cuarto siglo por el peregrino de Burdeos, Egeria o Sylvia.
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Desde Jerusalén esta fiesta del día cuadragésimo se extendió a toda la Iglesia, y más tarde se celebraba el 2 de febrero, ya que en los últimos veinticinco años del siglo IV se introdujo la fiesta [[Roma|romana]] de la Natividad de Cristo (25 de diciembre).  Fue atestiguada en [[Iglesia de Antioquía|Antioquía]] en 526 (Cedrenue); el emperador [[Justiniano I]] la introdujo a todo el [[Impero Bizantino|Imperio Oriental]] (542) en acción de gracias por el cese de la gran pestilencia que había despoblado la ciudad de [[Constantinopla]].  En la [[Iglesia Griega]] fue llamada ''Hypapante tou Kyriou'', el encuentro (''occursus'') del Señor y su Madre con Simeón y Ana. Los [[Armenia|armenios]] la llaman: "La Venida del [[Hijo de Dios]] al Templo" y todavía la observan el 14 de febrero (Tondini di Quaracchi, Calendrier de la Nation Arménienne, 1906, 48); los [[Iglesia de Alejandría|coptos]] la llaman "la presentación del Señor en el Templo" ([[Nikolaus Nilles|Nilles]], Kal. Man., II 571, 643).  Quizás el [[decreto papal|decreto]] de Justiniano también le dio ocasión a la [[Santa Sede|Iglesia Romana]] (¿a [[Papa San Gregorio I Magno|Gregorio I]]?) para  que introdujera esta fiesta, pero aún falta información definida sobre este punto.  
  
El día (el 14 de febrero) fue solemnemente guardado por una procesión a la basílica Constantinian de la Resurrección, una homilía sobre Lucas 2:22 sqq., y el Santo Sacrificio. Pero el banquete entonces no tenía ningún nombre propio; fue simplemente llamado día cuarenta después de la Epifanía. Esta última circunstancia nos muestra que la Epifanía de Jerusalén era entonces la Fiesta del Nacimiento de Cristo.
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La fiesta aparece en el sacramentario gelasiano ([[Tradición y Magisterio Vivo|tradición]] [[manuscritos|manuscrita]] del siglo VII) bajo el nuevo título de Purificación de la Santísima Virgen María, pero no se menciona la procesión.  El [[Papa]] [[Papa San Sergio I |Sergio I]] (687-701) introdujo una [[procesiones|procesión]] para este día. El gregoriano (tradición del siglo VIII) no habla de esta procesión, cuyo dato prueba que la procesión de Sergio era "la estación" ordinaria, no el acto [[liturgia|litúrgico]] de hoy. Ciertamente que el Papa Gelasio no introdujo esta fiesta para suprimir los excesos del “lupercalia” [1] ([[Jacques-Paul Migne|Migne]], Missale Gothicum, 691), y esto se extendió lentamente en Occidente; no se encuentra en "el Leccionario" de Silos (650), ni en el "Calendario" (731-741) de [[Santa Genoveva]] de [[París]]. En Oriente se celebraba como un fiesta del Señor; en Occidente como una fiesta de [[María]]; aunque el [[invitatorio]] (Gaude et lætare, Jerusalén, occurrens Deo tuo), las [[antífona]]s y [[responsorio]]s nos recuerden su concepción original como una fiesta del Señor.  La [[bendición]] de las [[velas]] no entró al uso común antes del siglo XI; esto no tiene nada en común con la procesión del “lupercalia”.  En la Iglesia Latina esta Fiesta (''Purificatio'' B.M.V.) es una doble de segunda clase.  En la [[Edad Media]] tenía una [[octava]] en la [[mayoría]] de las [[diócesis]]; también hoy día las órdenes [[religión|religiosas]] cuyo objeto especial es la [[dulía|veneración]] de la Madre de Dios ([[Orden Carmelita|carmelitas]], [[Orden de los Servitas|servitas]]) y muchas diócesis (Loreto, la provincia de [[Siena]], etc.) celebran la octava.
  
Esta fiesta de los cuarenta días después del nacimiento de Cristo, se extendió desde Jerusalem a toda la Iglesia, y más tarde fue guardada el 2 de febrero, durante los últimos veinticinco años del cuarto siglo en que fue introducida la fiesta romana de la Natividad de Cristo (el 25 de Diciembre). Fue certificada en 526 (Cedrenue); en todo el Imperio del Este fue introducido por el Emperador Justinian I (542) en acción de gracias por el cese de la gran pestilencia que había despoblado la ciudad de Constantinopla.
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==Bendición de las velas y procesión==
  
En la Iglesia griega fue llamado Hypapante tou Kyriou, El encuentro (occursus) del Señor y Su madre con Simeon y Anna. Los armenios lo llaman: "La Venida del Hijo de Dios en el Templo" y todavía la observan el 14 de febrero (Tondini di Quaracchi, Candelaria de la Nación Arméniana en accion de gracias , 1906, 48); los Coptos lo llaman "la presentación del Señor en el Templo" (Nilles, hombre de Kal.., II 571, 643). ¿Quizás el decreto de Justiniano dio la ocasión a la Iglesia romana (a Gregorio I?) para introducir esta fiesta, pero aun se quiere información definida sobre este punto. Esta fiesta aparece en el Gelasianum (la tradición manuscrita del séptimo siglo) bajo el nuevo título de la Purificación de la Santísima Virgen María. La procesión no es mencionada. El Papa Sergio I (687-701) introdujo una procesión para este día. El Gregorianum (la tradición del octavo siglo) no habla de esta procesión, qué de hecho demuestra que la procesión de Sergio era "la estación" ordinaria, no el acto litúrgico de hoy. Esta Fiesta no fue seguramente introducida por el Papa Gelasius para suprimir los excesos del Lupercalia (Migne, Missale Gothicum, 691), y esto se extendió suavemente en el Oeste; no es encontrado en "el Leccionario" de Siloes (650), ni en "el Calendario" (731-741) de Sainte-Genevieve de París. En el Este fue celebrada como un Fiesta del Señor; en el Oeste como un Fiesta de María; aunque los "Invitatorium" (Gaude y l æ tara, Jerusalén, occurrens Deo tuo), las antífonas y responsories nos recuerden su concepción original como una Fiesta del Señor. La bendición de las velas no entra en el uso común antes del undecimo siglo; esto no tiene nada en que ver con la procesion del pupercalia. En la Iglesia latina esta Fiesta (Purificatio B.M.V.) .) es una doble de la segunda clase. En la Edad Media esto tenía una octava en el número más grande de diócesis; también hoy las órdenes religiosas cuyo objeto especial es la veneración de la Madre de Dios (Carmelites, Servites) y muchas diócesis (Loreto, la Provincia de Siena, etc.) celebran la octava.
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De acuerdo al [[misal|Misal]] Romano, después de [[tercia]] el celebrante, vestido con la [[estola]] y [[capa pluvial]] de color púrpura, se para la lado del [[altar]] desde donde se lee la [[epístola]] y [[bendición|bendice]] las velas (las cuales deben ser elaboradas con ceras de abeja) habiendo cantado o recitado las cinco oraciones prescritas, rocía e inciensa las candelas. Luego de haber cantado o recitado las cinco [[oración|oraciones]] prescritas, [[asperges|asperja]] e [[incienso|incensa]] las velas; luego las distribuye al [[clero secular|clero]] y a los [[laicos]] mientras el [[coro (grupo de cantantes)|coro]] canta "El Cantico de Simeón ([[Nunc Dimittis]]). Se repite la [[antífona]] "Lumen ad revelationem gentium et gloriam plebis tuæ Israel" después de cada verso, según la [[costumbre]] medieval de cantar las antífonas. Durante la [[procesiones|procesión]] que ahora sigue, y en la que todos los presentes llevan velas encendidas en sus manos, el coro canta la antífona "Adorna thalamum tuum, Sion", compuesta por [[San Juan Damasceno]], una de los pocas piezas cuyos texto y música la Iglesia Romana ha tomados prestados de los [[Iglesia Griega|griegos]]. Las otras antífonas son de origen romano.  
  
Bendición de las candelas y procesión.
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La procesión solemne representa la entrada de [[Jescuristo|Cristo]], que es la Luz del Mundo, al [[Templo de Jerusalén]].  Forma una parte esencial de los servicios litúrgicos del día, y se debe celebrar en cada [[parroquia]] donde se pueda tener los [[ministro]]s requeridos.  La procesión siempre se celebra el 2 de febrero aun cuando el [[Oficio Divino|Oficio]] y la Misa de la [[fiestas eclesiásticas|fiesta]] fueran transferidas al 3 de febrero. Antes de la reforma de la liturgia latina por [[Papa San Pío V|Pío V]] (1568), en las iglesias del norte y del oeste de los Alpes esta [[ceremonia]] era más [[solemnidad|solemne]].  Después de la quinta oración se cantaba un [[prefacio]].  La antífona “Ave María” precedía al "Adorna".  Mientras que ahora la procesión se celebra dentro de la iglesia, en la Edad Media el clero abandonaba la iglesia y visitaba el cementerio que lo rodeaba.  Una vez que regresaba la procesión, un [[sacerdote]] con la imagen del Niño Dios, la recibía en la puerta y entraban a la iglesia con el clero, quienes cantaban el cántico de Zacarías, el “[[[Benedictus|Benedictus Dominus Deus Israel]]".  En la conclusión, al entrar al [[santuario]], el coro cantaba el [[responsorio]], "Gaude Maria Virgo" o la prosa, "Inviolata" o alguna otra antífona en [[honor]] a la [[María|Santísima Virgen]].
  
De acuerdo al Misal Romano después de la Tercia el celebrante de pie al lado de la epístola con estola y capa de color púrpura bendice las candelas (las cuales deben ser elaboradas con ceras de abeja) habiendo cantado o recitado las cinco oraciones prescritas, rocía e inciensa las candelas. Luego las distribuye al clero y a los laicos mientras el coro canta "El Cantico de Simeón" Nunc Dimitis
 
  
La antífona "anuncio de Lumen revelationem gentium y gloriam plebis tu æ Israel" es repetida después de cada verso, según la costumbre medieval de cantar las antífonas. Durante la procesión que ahora sigue, y en que todos los partícipes llevan velas encendidas en sus manos, el coro canta la antífona "Adorna thalamum tuum, Sion", compuesta por San Juan de Damasco, uno de los pocas piezas de las cuales el texto y la música, han sido tomados prestados por la Iglesia romana de los griegos. Las otras antífonas son de origen romano. La procesión solemne representa la entrada de Cristo, que es la Luz del Mundo, en el Templo de Jerusalén.
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'''NOTAS''':
  
Esto formaba una parte esencial de los servicios litúrgicos del día, y debía ser celebrado en cada parroquia donde los ministros lo requerían. La procesión se celebraba siempre el 2 de febrero aun cuando la oficina y la misa de la Fiesta fueran transferidas hasta el 3 de febrero. Antes de la reforma de la liturgia latina por San Pio V (1568), en las iglesias del Norte y del Oeste de los Alpes esta ceremonia era más solemne. Después de la quinta oración un prefacio era cantado. El "Adorna" era precedido por la antífona "Ave Maria". Mientras la procesión en celebrada dentro de la iglesia, durante la Edad Media el clero abandonaba la iglesia y visitaba el cementerio que lo rodeaba. Una vez que regresaban de la procesión, un sacerdote llevaba la imagen del Niño Dios, la presentaba en la puerta y entraba a la iglesia con el clero, quienes cantaban el cántico de Zacarias, "Benedictus Dominus Deus Israel". Para finalizar entrabab en el santuario, el coro cantaba el responsorio, "Virgo de Gaude Maria" o la prosa, "Inviolata" o alguna otra antífona en honor a la Santísima Virgen.
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[1]  Lupercalia:  Festival de la fertilidad en la antigua Roma que se celebraba el 15 de febrero en honor al dios pastoral Luperco.
  
FREDERICK G. HOLWECK
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'''Fuente''':  Holweck, Frederick. "Candlemas." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. 30 Oct. 2010
Transcrito por Marcia L. Bellafiore
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<http://www.newadvent.org/cathen/03245b.htm>.
Traducido por Margarita Mayorquín
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Traducido por Margarita Mayorquín. rc

Última revisión de 19:47 30 oct 2010

Llamada también Fiesta de la Purificación de María (griego, Hupapante), Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo. En el rito latino se observa el día 2 de febrero.

De acuerdo a la ley mosaica, una madre que había dado a luz a un hijo varón era considerada impura por siete días; además debía permanecer treinta y tres días "en purificación de su sangre"; pero si daba a luz a una niña, se duplicaba el tiempo que excluía a la madre del santuario. Al cumplirse el tiempo de su purificación (cuarenta u ochenta días) la madre debía traer al Templo un cordero para el holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por el pecado"; si no era capaz de ofrecer un cordero, podía presentar dos tórtolas o dos pichones; el sacerdote oraba por ella y entonces quedaba limpia. (Levítico 12,2-8).

Cuarenta días después del nacimiento de Cristo María cumplió con este precepto de la Ley; ella redimió a su primogénito en el Templo (Números 18,15), y fue purificada por la oración del Bendito Simeón, en la presencia de Ana la profetisa (Lucas 2,22 ss.). Sin duda, la primitiva Iglesia de Jerusalén celebraba este acontecimiento, la primera presentación solemne de Cristo en la casa de Dios. Lo encontramos testimoniado para la primera mitad del siglo IV por la peregrina de Burdeos, Egeria o Silvia. El día (14 de febrero) se guardaba solemnemente con una procesión a la Basílica Constantiniana de la Resurrección, una homilía sobre Lucas 2,22 ss., y el Santo Sacrificio. Pero todavía la fiesta no tenía nombre propio; se le llamaba simplemente día cuadragésimo después de la Epifanía. Esta última circunstancia prueba que la Epifanía en Jerusalén era entonces la Fiesta del Nacimiento de Cristo.

Desde Jerusalén esta fiesta del día cuadragésimo se extendió a toda la Iglesia, y más tarde se celebraba el 2 de febrero, ya que en los últimos veinticinco años del siglo IV se introdujo la fiesta romana de la Natividad de Cristo (25 de diciembre). Fue atestiguada en Antioquía en 526 (Cedrenue); el emperador Justiniano I la introdujo a todo el Imperio Oriental (542) en acción de gracias por el cese de la gran pestilencia que había despoblado la ciudad de Constantinopla. En la Iglesia Griega fue llamada Hypapante tou Kyriou, el encuentro (occursus) del Señor y su Madre con Simeón y Ana. Los armenios la llaman: "La Venida del Hijo de Dios al Templo" y todavía la observan el 14 de febrero (Tondini di Quaracchi, Calendrier de la Nation Arménienne, 1906, 48); los coptos la llaman "la presentación del Señor en el Templo" (Nilles, Kal. Man., II 571, 643). Quizás el decreto de Justiniano también le dio ocasión a la Iglesia Romana (¿a Gregorio I?) para que introdujera esta fiesta, pero aún falta información definida sobre este punto.

La fiesta aparece en el sacramentario gelasiano (tradición manuscrita del siglo VII) bajo el nuevo título de Purificación de la Santísima Virgen María, pero no se menciona la procesión. El Papa Sergio I (687-701) introdujo una procesión para este día. El gregoriano (tradición del siglo VIII) no habla de esta procesión, cuyo dato prueba que la procesión de Sergio era "la estación" ordinaria, no el acto litúrgico de hoy. Ciertamente que el Papa Gelasio no introdujo esta fiesta para suprimir los excesos del “lupercalia” [1] (Migne, Missale Gothicum, 691), y esto se extendió lentamente en Occidente; no se encuentra en "el Leccionario" de Silos (650), ni en el "Calendario" (731-741) de Santa Genoveva de París. En Oriente se celebraba como un fiesta del Señor; en Occidente como una fiesta de María; aunque el invitatorio (Gaude et lætare, Jerusalén, occurrens Deo tuo), las antífonas y responsorios nos recuerden su concepción original como una fiesta del Señor. La bendición de las velas no entró al uso común antes del siglo XI; esto no tiene nada en común con la procesión del “lupercalia”. En la Iglesia Latina esta Fiesta (Purificatio B.M.V.) es una doble de segunda clase. En la Edad Media tenía una octava en la mayoría de las diócesis; también hoy día las órdenes religiosas cuyo objeto especial es la veneración de la Madre de Dios (carmelitas, servitas) y muchas diócesis (Loreto, la provincia de Siena, etc.) celebran la octava.

Bendición de las velas y procesión

De acuerdo al Misal Romano, después de tercia el celebrante, vestido con la estola y capa pluvial de color púrpura, se para la lado del altar desde donde se lee la epístola y bendice las velas (las cuales deben ser elaboradas con ceras de abeja) habiendo cantado o recitado las cinco oraciones prescritas, rocía e inciensa las candelas. Luego de haber cantado o recitado las cinco oraciones prescritas, asperja e incensa las velas; luego las distribuye al clero y a los laicos mientras el coro canta "El Cantico de Simeón (Nunc Dimittis). Se repite la antífona "Lumen ad revelationem gentium et gloriam plebis tuæ Israel" después de cada verso, según la costumbre medieval de cantar las antífonas. Durante la procesión que ahora sigue, y en la que todos los presentes llevan velas encendidas en sus manos, el coro canta la antífona "Adorna thalamum tuum, Sion", compuesta por San Juan Damasceno, una de los pocas piezas cuyos texto y música la Iglesia Romana ha tomados prestados de los griegos. Las otras antífonas son de origen romano.

La procesión solemne representa la entrada de Cristo, que es la Luz del Mundo, al Templo de Jerusalén. Forma una parte esencial de los servicios litúrgicos del día, y se debe celebrar en cada parroquia donde se pueda tener los ministros requeridos. La procesión siempre se celebra el 2 de febrero aun cuando el Oficio y la Misa de la fiesta fueran transferidas al 3 de febrero. Antes de la reforma de la liturgia latina por Pío V (1568), en las iglesias del norte y del oeste de los Alpes esta ceremonia era más solemne. Después de la quinta oración se cantaba un prefacio. La antífona “Ave María” precedía al "Adorna". Mientras que ahora la procesión se celebra dentro de la iglesia, en la Edad Media el clero abandonaba la iglesia y visitaba el cementerio que lo rodeaba. Una vez que regresaba la procesión, un sacerdote con la imagen del Niño Dios, la recibía en la puerta y entraban a la iglesia con el clero, quienes cantaban el cántico de Zacarías, el “[[[Benedictus|Benedictus Dominus Deus Israel]]". En la conclusión, al entrar al santuario, el coro cantaba el responsorio, "Gaude Maria Virgo" o la prosa, "Inviolata" o alguna otra antífona en honor a la Santísima Virgen.


NOTAS:

[1] Lupercalia: Festival de la fertilidad en la antigua Roma que se celebraba el 15 de febrero en honor al dios pastoral Luperco.

Fuente: Holweck, Frederick. "Candlemas." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. 30 Oct. 2010 <http://www.newadvent.org/cathen/03245b.htm>.

Traducido por Margarita Mayorquín. rc