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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Napoleón I

De Enciclopedia Católica

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SU VIDA

Napoleón I (Bonaparte) fue emperador de los franceses, segundo hijo de Carlos María Bonaparte y Maria Lætitia Ramolino; nació en Ajaccio, en Córcega, el 15 de agosto de 1769; murió en la Isla de Santa Helena el 5 de mayo de 1821. Pasó su infancia en Córcega; a finales del año 1778 ingresó en al colegio de Autun; en 1779 a la escuela militar de Brienne y en 1783 a la escuela militar de París.

En 1785, cuando estaba en la guarnición de Valence, como teniente, ocupaba su tiempo libre en investigaciones sobre la historia de Córcega y leyó a muchos de los filósofos de su tiempo, en particular a Rousseau. Estos estudios lo dejaron apegado a una especie de deísmo, un admirador de la personalidad de Cristo, un extraño a todas las prácticas religiosas y que respiraba un desafío contra el "sacerdotalismo" y la "teocracia". Su actitud bajo la Revolución fue la de un ciudadano devoto de las nuevas ideas, en testimonio de lo cual tenemos su carta de amonestación, escrita en 1790, a Battafuoco, diputado de la nobleza corsa, a quien los "patriotas" consideraban un traidor, y también una obra publicada por Bonaparte en 1793, "Le Souperde Beaucaire", en la que se pone del lado de la Montaña en la Convención contra las tendencias federalistas de los girondinos.

Su genio militar se reveló en diciembre de 1793, cuando tenía veinticuatro años, en su reconquista de Toulon de manos de los ingleses. Fue nombrado general de brigada de artillería el 20 de diciembre, y en 1794 contribuyó a las victorias de Masséna en Italia. Las sospechas políticas suscitadas por su amistad con el joven Robespierre después del noveno termidor del año III (27 de julio de 1794), las intrigas que lo llevaron a ser retirado de la frontera italiana y enviado a comandar una brigada contra los vendeanos en el oeste, y la mala salud, que utilizó como pretexto para rechazar este puesto y permanecer en París, casi le ponen fin a su carrera. Contempló dejar Francia para tomar el mando de la artillería del sultán; pero en 1795, cuando la Convención se vio amenazada, Bonaparte fue seleccionado para el deber de arrojar metralla sobre sus enemigos desde la plataforma de la iglesia de San Roque (13 Vendémiaire, Año IV). Mostró gran moderación en su hora de victoria y logró ganarse a la vez la gratitud de la Convención y la estima de sus enemigos.

CAMPAÑAS

Campaña en Italia

El 8 de marzo de 1798 contrajo matrimonio civil con la viuda de Alexandre de Beauharnais, Marie Joséphine Rose Tascher de la Pagerie, nacida en Martinica, en 1763, de una familia perteneciente a la vecindad de Blois. En el mismo mes, Napoleón partió hacia Italia, donde el Directorio, impulsado por Carnot, lo había designado comandante en jefe contra la Primera Coalición. La victoria de Montenotte, sobre los austriacos comandados por Beaulieu, y las de Millesimo, Dego, Ceva y Mondovì, sobre las tropas piamontesas de Colle, obligó a Víctor Amadeo, rey de Cerdeña, a concluir el armisticio de Cherasco (28 abril 1796). Deseando efectuar una unión en el Danubio con el ejército del Rin, Bonaparte dedicó el mes de mayo siguiente a conducir a Beaulieu a través del norte de Italia, y logró empujarlo de regreso al Tirol. El 7 de mayo el Directorio le ordenó dejar la mitad de sus tropas en Lombardía, bajo el mando de Kellermann, y marchar con la otra mitad contra Livorno, Roma y Nápoles. No dispuesto a compartir la gloria con Kellermann, Bonaparte respondió presentando su renuncia, y no se insistió en la orden.

En una proclama a sus soldados (20 mayo 1796) declaró su intención de llevarlos a las orillas del Tíber para castigar a quienes habían "afilado los puñales de la guerra civil en Francia" y "asesinado vilmente" a Basseville, el ministro francés, para "restablecer el Capitolio, colocar allí en honor las estatuas de héroes que se habían hecho famosos", y "despertar al pueblo romano entumecido por muchos siglos de servidumbre". En junio entró en la Romaña, apareció en Bolonia y Ferrara y tomó prisioneros a varios prelados. La corte de Roma exigió un armisticio, y Bonaparte lo concedió, ya que no estaba ansioso por esta guerra contra la Santa Sede. La Paz de Bolonia (23 junio 1796) obligó a la Santa Sede a ceder Bolonia y Ferrara a la ocupación francesa, a pagar veintiún millones de francos, a entregar 100 cuadros, 500 manuscritos y los bustos de Junio y Marco Bruto. El Directorio consideró estos términos demasiado fáciles, y cuando un prelado fue enviado a París para negociar el tratado, se le dijo que como condición indispensable para la paz, Pío VI debía revocar los breves relativos a la constitución civil del clero y a la Inquisición. El Papa se negó y las negociaciones se interrumpieron; volvieron a fracasar en Florencia, donde se había intentado renovarlas.

Durante estas conversaciones preliminares entre París y Roma, Bonaparte repelió los repetidos esfuerzos del austríaco Wurmser por reconquistar Lombardía. Entre el 1 y el 5 de agosto, Wurmser fue derrotado dos veces en Lonato y nuevamente en Castiglione; entre el 8 y el 15 de septiembre, las batallas de Roveredo, Primolano, Bassano y San Giorgio obligaron a Wurmser a refugiarse en Mantua, y el 16 de octubre Bonaparte creó la República de Cispadan a expensas del Ducado de Módena y de las Legaciones, que eran territorio pontificio. Luego, el 24 de octubre, invitó a Cacault, el ministro francés en Roma, a reabrir las negociaciones con Pío VI "para atrapar al viejo zorro"; pero el 28 de octubre escribió al mismo Cacault: "Puedes asegurarle al Papa que siempre me he opuesto al tratado que le ha ofrecido el Directorio, y sobre todo a la forma de negociarlo. Tengo más ambición de ser llamado el preservador que el destructor de la Santa Sede. Si son sensatos en Roma, aprovecharemos para dar paz a esa hermosa parte del mundo y calmar los temores conscientes de mucha gente". Mientras tanto, la llegada a Venecia de las tropas austríacas, bajo el mando de Alvinzi, hizo que el cardenal Busca, secretario de estado del Papa, acelerara la conclusión de una alianza entre la Santa Sede y la corte de Viena, de lo cual se enteró Napoleón a través de cartas interceptadas. Sus victorias en Arcoli (17 nov. 1796) y Rivoli (14 enero 1797) y la capitulación de Mantua (2 feb. 1797), pusieron todo el norte de Italia en sus manos, y en la primavera de 1797 los Estados Pontificios estuvieron a su merced.

El Directorio le envió feroces instrucciones. "La religión romana", escribieron, "siempre será el enemigo irreconciliable de la República, primero por su esencia, y luego, porque sus servidores y ministros nunca perdonarán los golpes que la República ha dirigido a la fortuna y el prestigio de algunos y los prejuicios y hábitos de los demás. El Directorio le pide que haga todo lo que estime posible, sin reavivar la antorcha del fanatismo, para destruir el gobierno pontificio, ya sea poniendo a Roma bajo algún otro poder o —lo que sería aún mejor— "estableciendo alguna forma de autogobierno que haría odioso el yugo de los sacerdotes". Pero en el mismo momento en que Bonaparte recibió estas instrucciones supo, por su correspondencia privada, que se estaba iniciando un despertar católico en Francia. Clarke le escribió: "Hemos vuelto a ser católicos romanos en Francia", y le explicó que en poco tiempo la ayuda del Papa podría ser necesaria para hacer que los sacerdotes de Francia aceptasen el estado de cosas resultante de la Revolución.

Consideraciones como éstas debieron de impresionar a un estadista como Bonaparte, quien, además, para esa época dijo a los párrocos de Milán: "Una sociedad sin religión es como un barco sin brújula; sin religión no hay buena moral”. Y en febrero de 1797, cuando entró a los Estados Pontificios con sus tropas, prohibió cualquier insulto a la religión y mostró bondad a los sacerdotes y a los monjes, incluso a los eclesiásticos franceses que se habían refugiado en territorio pontificio, y a quienes podía mandar a fusilar como emigrados. Se contentó con recaudar muchísimas contribuciones y con poner las manos en el tesoro de la Santa Casa de Loreto. Los primeros avances de Pío VI hacia su "querido hijo el general Bonaparte" se encontraron con la declaración de Bonaparte de que estaba dispuesto a tratar. "Estoy tratando con esta chusma de sacerdotes [cette prêtraille], y por esta vez San Pedro salvará nuevamente el Capitolio", escribió a Joubert el 17 de febrero de 1797.

La Paz de Tolentino se negoció el 19 de febrero; la Santa Sede entregó las Legaciones de Bolonia, Ferrara y Rávena, y reconoció la anexión a Francia de Aviñón y el Comtat Venaissin. Pero Bonaparte se había cuidado de no infringir el poder espiritual y no había exigido a Pío VI la retirada de aquellos Breves ofensivos para el Directorio. Tan pronto como se firmó el tratado, escribió a Pío VI para expresarle "su perfecta estima y veneración". Por otro lado, sintiendo que el Directorio estaría disgustado, le escribió: "Mi opinión es que Roma, una vez privada de Bolonia, Ferrara, la Romaña y los treinta millones que le estamos quitando, ya no podrá existir. La vieja máquina se hará pedazos por sí sola". Y propuso que el Directorio debía tomar las medidas necesarias con el Papa con respecto a la situación religiosa en Francia.

Luego, con una rapidez jadeante volvió a los Alpes y, asistido por Joubert, Masséna y Bernadotte, infligió al Archiduque Carlos una serie de derrotas que obligaron a Austria a firmar los preliminares de Leoben (18 abril 1797). En mayo transformó Génova en la República de Liguria; en octubre impuso al archiduque el Tratado de Campo Formio, por el cual Francia obtuvo Bélgica, el país del Rin con Maguncia y las Islas Jónicas, mientras que Venecia quedó sujeta a Austria. El Directorio le halló defectos a esta última estipulación; pero Bonaparte ya había llegado al punto en que podía actuar con independencia y poco le importaba lo que pudieran pensar los políticos de París. Lo mismo sucedió con su política religiosa: ahora comenzó a pensar en invocar la ayuda del Papa para restaurar la paz en Francia. Una nota que dirigió a la Corte de Roma (3 agosto 1797) fue concebida en estos términos: "El Papa tal vez considerará digno de su sabiduría, de la más santa de las religiones, ejecutar una bula u ordenanza que ordene a los sacerdotes predicar la obediencia al Gobierno, y a hacer todo lo que esté a su alcance para fortalecer la constitución establecida. Después del primer paso, sería útil saber qué otros se podrían tomar para reconciliar a los sacerdotes constitucionales con los no constitucionales".

Mientras Bonaparte se expresaba así, los Consejos de los Quinientos y los Ancianos aprobaban una ley para revocar, amnistiar y restaurar sus derechos civiles y políticos a los sacerdotes que se habían negado a prestar juramento de la Constitución Civil del Clero. Pero los directores Barrès, Rewbell y Lareveillère Lépeaux, considerando que este acto ponía en peligro la República, contrataron al general Augereau, lugarteniente de Bonaparte, para llevar a cabo el golpe de Estado del 18 Fructidor contra los Consejos (4 sept. 1797), y Francia fue una vez más presa de una política jacobina y anticatólica. Estos hechos hicieron eco inmediatamente en Roma, donde José Bonaparte, hermano del general y embajador del Directorio, fue invitado por este último a favorecer al Partido Revolucionario. Surgieron disturbios: el general Duphot fue asesinado en la casa de José Bonaparte (28 dic. 1797), y el Directorio exigió satisfacción a la Santa Sede. El general Bonaparte acababa de regresar a París, donde aparentemente se limitó a sus funciones como miembro del Instituto (Sección Científica). No deseaba en modo alguno encabezar la expedición contra Roma, que proyectaba el Directorio, y se contentó con dar a Berthier, quien la mandaba, ciertas instrucciones a distancia. Para esta expedición para la entrada de Berthier en Roma y la proclamación de la República Romana (10-15 feb. 1798), y para el cautiverio de Pío VI, quien fue llevado prisionero a Valence, vea PAPA PÍO VI.

Campaña en Egipto

BONAPARTE, PRIMER CONSUL

NAPOLEÓN EMPERADOR

Coronación

Grandes Victorias; Ocupación de Roma; Encarcelamiento de Pío VII (1805-1809)

Discusión con el Cautivo Pío VII; Segundo Matrimonio; Concilios Eclesiásticos de 1809 y 1811

Concilio de 1811

Últimas Guerras; Concordato de Fontainebleau

Liberación del Papa; Fin del Imperio

BIBLIOGRAFÍA

Principales Fuentes: Correspondencia de Napoléon premier (1858 ss.); Lecestre, Lettres inédites de Napoléon I (París, 1897); Oxx Euvres de Napoléon Bonaparte (París, 1822); Mémoires dictés a Sainte Hélène, ed. Lacroix (París, 1904); Las Casas, Mémorial de Sainte Hélène (Londres, 1853); Memoirs of Chateaubriand y Talleyrand.

Obras Generales: Thiers, The Consulate and the Empire under Napoleon (tr. Londres, 1893); Allison, History of Europe from the commencement of the French Revolution to the restoration of the Bourbons (Edimburgo, 1849 1858); Rose, The Revolutionary and Napoleonic Era (Cambridge, 1907); Hazlitt, Life of Napoleon Bonaparte (Londres, 1894); Watson, Napoleon, a Sketch of his Life (Nueva York, 1902); Sloane, Life of Napoleon Bonaparte (Nueva York, 1896); Taine, Modern Régime, tr. Durand (Londres, 1904); Levy, Napoléon intime (París, 1893; reprinted, Edimburgo, 1910); Masson, Napoléon dans sa jeunesse (París, 1907); Idem, Napoléon et sa famille (París, 1897 1907); Idem, Napoléon et son fils (París, 1904); Idem, Napoléon inconnu (París, 1895); Idem, Josephine empress and queen, tr. Hoey (Londres, 1899). En Francia Frédéric fue uno de los principales estudiosos de la historia napoleónica. Sus numerosas obras son indispensables para el conocimiento del Imperio.

Estudios Especiales.

  • Sus sentimientos religiosos. Bourgine, Première communion et fin chrétienne de Napoléon (Tours, 1897); Fischer, Napoleon I, dessen Lebens und Charaktersbild mit besonderer Rücksicht auf seine Stelling zur christlichen Religion (Leipzig, 1904).
  • Su juventud: Chuquet, La jeunesse de Napoléon (París, 1897 98); Browning, Boyhood and Youth of Napoleon, 1760 1793 (Londres, 1906).
  • La llegada de Napoelón: Vandal, Avènement de Bonaparte (París, 1902 1907).
  • Relaciones con Inglaterra. Coquelle, Napoleon and England (1808 1813), tr. Knox (Londres, 1904); Levy, Napoléon et la paix (París, 1902); Wheeler and Broadley, Napoleon and the Invasion of England, the story of the Great Terror (Londres, 1908); Alger, Napoleon's British visitors and captives (Westminster, 1904); Grand Carteret, Napoléon en images, estampes anglaises (París, 1895); Ashton, English Caricature and Satire on Napoleon I (Londres, 1884).
  • Relaciones con España: DeGrandmaison, L'Espagne sous Napoléon (París, 1908).
  • El Divorcio: Welschinger, Le divorce de Napoléon (París, 1889); Rineri, Napoleone e Pio VII (1804 1813); (Turin, 1906).
  • Relaciones con Rusia: Vandal, Napoléon et Alexandre I (París, 1891 1894); De Ségur, Histoire de Napoléon et de la Grande Armée pendant l'année 1812, in the Nelson collection (Edimburgo, 1910).
  • El Final: Wolseley, Decline and Fall of Napoleon (Londres, 1895); Rosebery, Napoleon, the Last Phase (Londres, 1900); Browning, Fall of Napoleon (Londres, 1907); Houssaye, 1814 (París, 1888); Idem, 1815 (París, 1893 99); Idem, Waterloo, tr. Mann (Londres, 1900); Seaton, Napoleon's captivity in relation to Sir Hudson Lowe (Londres, 1903).

Política Italiana y Religiosa: De Barral, Fragments relatifs à l'histoire ecclésiastique du 19ième siècle (París, 1814); DePradt, Les quatre concordats (París, 1818); Ricard, Correspondance diplomatique et papiers inédits du cardinal Maury (París, 1891). Words of Erudition. Bouvier, Bonaparte en Italie: 1796 (París, 1899); Driault, Napoléon en Italie (París, 1906); D'Haussonville, L'église romaine et le premier empire (París, 1868); Welschinger, Le pape et l'empereur 1804 1815 (París, 1905); Rinieri, Napoleone e Pio VII, 1804 1813 (Turin, 1906); Madelin, La Rome de Napoléon: la domination française à Rome de 1809 à 1814 (París, 1906); Chotard, Le pape Pie VII à Savone (París, 1887); Destram, La déportation des pretres sous Napoléon I in Rev. Hist., XI (1879); De Lanzac de Laborie, París sous Napoleon: la religion (París, 1907); Lyonnet, Histoire de Mgr d'Aviau (París, 1847); Meric, Histoire de M. Emery (París, 1895); de Grandmaison, Napoléon et les Cardinaux noirs (1895); Caussette, Vie du Card. d'Astros (París, 1853); Guillaume, Vie épiscopale de Mgr d'Osmond (París, 1862); Marmottan, L'institution canonique et Napoléon I: l'archevêque d'Osmond à Florence in Revue Historique, LXXXVI (1904); vea también la bibliografía en el artículo Concordato de 1801; Articles, the Organic; Pius VI; Pius VII. Para una más completa bibliografía del tema, consulte Kirchheisen, Bibliographie de l'époque de Napoléon I (París, 1908); Davois, Bibliographie Napoléonienne française jusqu'en 1908; I (París, 1909); Rivista Napoleonica (1901 ss.).


Fuente: Goyau, Georges. "Napoleon I (Bonaparte)." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10, págs. 687-699. Nueva York: Robert Appleton Company, 1911. 31 julio 2021 <http://www.newadvent.org/cathen/10687a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina