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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «El Padre Nuestro»

De Enciclopedia Católica

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Aunque el término latino oratio dominica es de principios de la era cristiana, la frase "Oración del Señor" no parece haber sido muy familiar en Inglaterra antes de La Reforma. Durante la Edad Media, el "Padre Nuestro" siempre se rezó en Latín, aún por la gente sin educación. Por ello, era conocido comúnmente como el Pater noster. El nombre "Oración del Señor" le es dado no porque Jesucristo utilizara esta oración para sí mismo (ya que al pedir perdón, esto significaría que El tuviera un pecado por el cual pedir perdón), sino más bien porque El enseñó esta oración a sus discípulos.
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Aunque el término latino ''oratio dominica'' es de una [[fechas y datación | fecha]] temprana, la frase "Oración del Señor" no parece haber sido muy familiar en [[Inglaterra]] antes de la [[Reforma Protestante | Reforma]]. Durante la [[Edad Media]] el "Padre Nuestro" siempre se rezaba en latín, incluso por la gente sin [[educación]]. Por ello, era conocido comúnmente como el ''Pater noster''. El nombre "Oración del Señor" que se le ha dado no es porque [[Jesucristo]] mismo utilizara esta [[oración]] (pues el pedir perdón de los [[pecado]]s habría implicado el reconocimiento de culpabilidad), sino más bien porque Él se la enseñó a sus [[discípulo]]s.
  
Se han sugerido muchos puntos de interés debido a la historia y uso del Padrenuestro. Con relación al texto en Inglés que se utiliza hoy por los católicos, podemos notar que se no se deriva del Testamento de Rheims, sino de una versión impuesta sobre Inglaterra durante el reinado de Enrique VIII y empleado en las ediciones de 1549 y 1552 del "Libro de Oraciones Comunes". De este texto antiguo, el texto católico de hoy difiere en dos partes muy pequeñas. La frase "which art" (in heaven) "el cual está en el Cielo", se ha modernizado a "who art" (in heaven) "que estáis"; y la frase "in earth", "en la tierra" ha cambiado a "on earth", "sobre la tierra". La misma versión, que concuerda muy cercanamente con la traducción que aparece en el Nuevo Testamento de Tyndale's, tuvo sin duda su aceptación general debido a una ordenanza de 1541 de acuerdo a la cual "percibiendo su Gracia la gran diversidad actual de traducciones (del Pater nóster etc) ha deseado retirarlas, y en vez de ellas ha ordenado una traducción uniforme para el rezo del Pater noster, Avemaría, Credo, etc para ser establecida, deseando que todos sus súbditos aprendan y usen uno mismo y de forma correcta, ordenando a todos los párrocos, vicarios y curas el leer y enseñar el mismo a sus feligreses". Como resultado, la versión en cuestión se volvió universalmente familiar a la nación y, aunque el Testamento de Rheims, en 1581, y los traductores de la King James, en 1611, propusieron versiones algo distintas de Mateo 6,9-13, la forma anterior fue retenida para los rezos por ambos Protestantes y Católicos por igual.
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La historia y el uso del Padre Nuestro han sugerido muchos puntos de interés. Con relación al texto en inglés que utilizan hoy los [[católico]]s, podemos notar que no se deriva del [[Biblia de Douay | Testamento de Rheims]], sino de una versión impuesta en Inglaterra durante el reinado de [[Enrique VIII]] y usada en las ediciones de 1549 y 1552 del "[[Libro de Oración Común]]".   Nuestro texto católico actual difiere de éste en detalles muy leves:  “el cual estás” ha sido modernizado a “que estás”.   La versión misma, que concuerda muy cercanamente con la traducción que aparece en el [[Nuevo Testamento]] de Tyndale, debió sin [[duda]] su aceptación general a una ordenanza de 1541 según la cual "percibiendo su Gracia la gran diversidad de traducciones (del Pater noster, etc.) ha deseado retirarlas, y en vez de ellas ha ordenado que se establezca una traducción uniforme del ''Pater noster'', [[Avemaría]], [[Credo]], etc., deseando que todos sus amados súbditos aprendan y usen el mismo y de forma correcta, ordenando a todos los [[parroquia | párrocos]], [[vicario]]s y [[cura]]s que lean y enseñen el mismo a sus feligreses". Como resultado, la versión en cuestión se volvió universalmente familiar a la nación y, aunque el Testamento de Rheims, en 1581, y los [[Versión Autorizada | traductores del rey Jacobo]], en 1611, proveyeron algunas variantes distintas de [[Evangelio según San Mateo | Mateo]] 6,9-13, la forma anterior fue retenida para sus oraciones tanto por los [[protestantismo | protestantes]] como por los católicos.
  
En cuanto a la oración misma, la versión de San Lucas 11, 2-4, dada por Cristo en respuesta a la solicitud de sus discípulos, difiere en algunos detalles menores de la forma introducida por San Mateo (6,9-15) en medio del Sermón de la Montaña, pero claramente se ve que no existe razón alguna por la cual estas dos ocasiones deban ser referidas como la misma o la única. Sería un hecho casi inevitable que si Cristo enseñó esta oración a Sus discípulos, tendría que haber repetido la oración más de una vez. Debido a la forma en que el Padre Nuestro está contenido en la "Didajé" de los Apóstoles, es probable que la versión de San Mateo haya sido la que adoptó la Iglesia desde el principio con fines litúrgicos. Nuevamente, aquí no puede atribuírsele gran importancia a las semejanzas encontradas entre las peticiones de la oración del Señor y aquellas peticiones encontradas en oraciones de origen judío que se usaban en tiempos de Cristo. Ciertamente, no hay razón para tratar la fórmula cristiana como un plagio, porque en primer lugar las semejanzas son más bien parciales y, en segundo lugar, no tenemos una evidencia satisfactoria de que las oraciones judías hayan sido realmente anteriores a la forma cristiana.
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En cuanto a la oración misma, la versión en [[Evangelio según San Lucas | Lucas]] 11,2-4, dada por Cristo en respuesta a la solicitud de sus discípulos, difiere en algunos detalles menores de la forma introducida por San Mateo (6,9-15) en medio del Sermón de la Montaña, pero claramente se ve que no existe razón alguna por la cual estas dos ocasiones deban ser consideradas como idénticas.   Sería casi inevitable que si Cristo les enseñó esta oración a sus discípulos, tendría que haberla repetido más de una vez.   Parece probable, a partir de la forma en que aparece el Padre Nuestro en la "[[Didajé]]", que la versión en [[San Mateo]] fue la que adoptó [[la Iglesia]] desde el principio con fines [[liturgia | litúrgicos]]. Nuevamente, no se le puede atribuir gran importancia a las semejanzas encontradas entre las peticiones de la oración del Señor y aquellas encontradas en oraciones de origen [[judaísmo | judío]] que se usaban en [[tiempo]]s de Cristo. Ciertamente, no hay razón para tratar la fórmula [[cristianismo | cristiana]] como un plagio, pues en primer lugar las semejanzas son más bien parciales y, en segundo lugar, no tenemos una evidencia satisfactoria de que las oraciones judías hayan sido realmente de fecha anterior.  
  
Sobre la interpretación de La Oración del Señor, se ha escrito mucho, no obstante el hecho de que es una oración muy simple, natural, espontánea y como tal, ha sido preeminentemente adaptada para el uso popular. En la casi-oficial "Catechismus ad parochos", editada en 1564 en concordancia con los decretos del Concilio de Trento, se entrega un elaborado comentario sobre La Oración del Señor, el cual forma la base de análisis para el Padrenuestro encontrado en todos los catecismos católicos. Ahí se enfatizan muchos puntos que vale la pena hacer notar como, por ejemplo, el hecho de que las palabras "así en la Tierra como en el Cielo" deben aplicarse no sólo para la petición "hágase Tu Voluntad", sino también para las dos peticiones anteriores "santificado sea Tu Nombre" y "venga a nosotros Tu Reino". También el significado de esta última petición es tratado ampliamente. La dificultad mayor en el texto original del Padre Nuestro se relaciona con la interpretación de las palabras artos epiousios, las cuales de acuerdo a la Vulgata en San Lucas traducimos como "el pan nuestro de cada día". San Jerónimo, por una extraña incongruencia, en el Evangelio de San Mateo cambió la palabra preexistente quotidianum por supersubstantialem, pero dejó el término quotidianum en el de San Lucas. La opinión de los estudiosos modernos sobre este punto está suficientemente indicada por el hecho de que la Versión Revisada imprime todavía "de cada día" en el texto, pero sugiere en el margen "nuestro pan para el día venidero", mientras que el Comité Americano desearía añadir "nuestro pan tan necesario".
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Mucho se ha escrito sobre la interpretación de la oración del Señor, a pesar del hecho de que es una oración muy simple, natural y espontánea, y como tal, ha sido preeminentemente adaptada para el uso popular. En el cuasi oficial "Catechismus ad parochos", redactado en 1564 de acuerdo con los [[decreto papal | decretos]] del [[Concilio de Trento]], se provee un comentario elaborado sobre la oración del Señor, el cual forma la base del [[análisis]] del Padrenuestro encontrado en todos los [[catequesis | catecismos]] católicos.   Ahí se enfatizan muchos puntos dignos de mención, como, por ejemplo, el hecho de que debe entenderse que las palabras "en la tierra como en el [[cielo]]" cualifican no sólo la petición "hágase tu [[voluntad]]", sino también las dos anteriores "santificado sea tu [[Yahveh | nombre]]" y "venga a nosotros tu [[Reino de Dios | reino]]".   El significado de esta última petición también es tratado ampliamente.
  
Finalmente puede notarse la opinión generalmente aceptada de que la traducción de la última frase debería ser "libéranos del maligno", un cambio que justifica el uso de la preposición "mas" en vez de la conjunción "y", convirtiendo prácticamente las dos últimas frases en una misma petición. La doxología "porque Tuyo es el Reino" etc., el cual aparece en el textus receptus griego y que ha sido adoptada en las ediciones posteriores del "Libro de Oraciones Comunes", es indudablemente una interpolación. En la liturgia de la Iglesia, el Padre Nuestro ocupa un lugar preeminente. Algunos comentaristas han supuesto erróneamente, partiendo de un pasaje en los escritos de San Gregorio Magno (Ep. IX,12), que él creía que el pan y el vino en la Eucaristía eran consagrados en los tiempos apostólicos por la sola recitación del Padre Nuestro. Pero mientras este no sea probablemente el verdadero significado del pasaje, San Jerónimo afirmó (Adv. Pelag, III, 15) que "nuestro Señor mismo enseñó a Sus discípulos que diariamente en el Sacrificio de Su Cuerpo ellos deberían enfatizar el decir "Padre Nuestro..., etc". San Gregorio otorgó al Padre Nuestro su lugar actual en la Misa Romana inmediatamente después del Canon y antes de la fracción, y era una antigua costumbre que toda la asamblea debía responder con las palabras "Sed libera nos a malo".
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La dificultad más notable en el texto original del Padre Nuestro se relaciona con la interpretación de las palabras ''artos epiousios'', las cuales de acuerdo a la [[Revisión de la Vulgata | Vulgata]] en San Lucas traducimos como "el pan nuestro de cada día”, [[San Jerónimo]], por una extraña inconsistencia, cambió la palabra preexistente ''quotidianum'' por ''supersubstantialem'' en San Mateo, pero dejó el término ''quotidianum'' en San Lucas. La opinión de los estudiosos modernos sobre este punto está suficientemente indicada por el hecho de que la Versión Revisada imprime todavía "de cada día" en el texto, pero sugiere en el margen "nuestro pan para el día venidero", mientras que el Comité Americano deseó añadir "nuestro pan tan necesario".  Finalmente puede notarse la opinión generalmente aceptada de que la traducción de la última frase debería ser "libéranos del [[diablo | maligno]]", un cambio que justifica el uso de la preposición "mas" en vez de la conjunción "y", convirtiendo prácticamente las dos últimas frases en una misma petición. La [[doxología]] "porque tuyo es el reino" etc., el cual aparece en el ''textus receptus'' griego, y que ha sido adoptada en las ediciones posteriores del "Libro de Oración Común”, es indudablemente una interpolación.
  
En las liturgias griegas, un lector recita el Padre Nuestro en voz alta mientras el sacerdote y la gente lo repiten en silencio. Además, en el rito del bautismo, el rezo del Padre Nuestro ha sido desde los primeros tiempos una figura relevante, y en el Oficio Divino es usado repetidamente además de ser recitado tanto al principio como al final. En muchas reglas monásticas, se ordenaba que los hermanos legos, que no sabían latín, en vez del Oficio Divino deberían decir la Oración del Señor un cierto número de veces (a veces más de cien repeticiones) per diem. Para contar estas repeticiones hacían uso de cuentas o perlas unidas por un cordón, y esta herramienta era conocida comúnmente como un "pater-noster", un nombre que retuvo aún cuando semejante unión de perlas era utilizado para contar, no Padre Nuestros, sino Avemarías en el rezo del Salterio de Nuestra Señora, o en otras palabras el rezo del Rosario.
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En la liturgia de la Iglesia, el Padre Nuestro ocupa un lugar preeminente. Algunos comentaristas han supuesto [[error | erróneamente]], partiendo de un pasaje en los escritos de [[Papa San Gregorio I Magno | San Gregorio Magno]] (Ep. IX,12), que él [[creencia | creía]] que en los tiempos [[los Apóstoles | apostólicos]] el [[panes de altar | pan]] y el [[vino de altar | vino]] en la [[Eucaristía]] eran consagrados mediante la sola recitación del Padre Nuestro.  Pero mientras este no sea probablemente el [[verdad]]ero significado del pasaje, San Jerónimo afirmó (Adv. Pelag, III, 15) que "nuestro Señor mismo enseñó a sus [[discípulo]]s que diariamente en el [[Sacrificio de la Misa | sacrificio de su cuerpo]] ellos deberían enfatizar el decir "Padre Nuestro..., etc". San Gregorio le otorgó al Padre Nuestro su lugar actual en la [[Sacrificio de la Misa | Misa]] romana inmediatamente después del [[Canon de la Misa | Canon]] y antes de la fracción, y era una antigua [[costumbre]] que toda la asamblea debía responder con las palabras "Sed libera nos a malo".  En las [[liturgia]]s griegas, un lector recita el Padre Nuestro en voz alta mientras que el [[sacerdote]] y la gente lo repiten en [[silencio]]. Además, en el [[ritos | rito]] del [[bautismo]], el rezo del Padre Nuestro ha sido desde los primeros tiempos un rasgo relevante, y en el [[Oficio Divino]] aparece repetidamente además de ser recitado tanto al principio como al final.
  
HERBERT THURSTON
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En muchas reglas [[monacato | monásticas]], se ordenaba que los [[hermanos legos]], que no sabían latín, en vez del Oficio Divino deberían decir la Oración del Señor un cierto número de veces (a veces más de cien repeticiones) ''per diem''. Para contar estas repeticiones hacían uso de guijas o [[uso de cuentas para las oraciones | cuentas]] unidas por un cordón, y a este artefacto se le conocía comúnmente como un "pater-noster", un nombre que retuvo aun cuando semejante unión de perlas era utilizado para contar, no Padre Nuestros, sino [[Avemaría]]s en el rezo del salterio de [[María | Nuestra Señora]], o en otras palabras, en el rezo del [[el Rosario | Rosario]].
Transcripción de Tomas Hancil
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Traducción: Jesús Alberto Villegas de la Vega
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'''Fuente''': Thurston, Herbert. "The Lord's Prayer." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/09356a.htm>.
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Traducido por Jesús Alberto Villegas de la Vega.  rc

Última revisión de 21:20 22 dic 2010

Aunque el término latino oratio dominica es de una fecha temprana, la frase "Oración del Señor" no parece haber sido muy familiar en Inglaterra antes de la Reforma. Durante la Edad Media el "Padre Nuestro" siempre se rezaba en latín, incluso por la gente sin educación. Por ello, era conocido comúnmente como el Pater noster. El nombre "Oración del Señor" que se le ha dado no es porque Jesucristo mismo utilizara esta oración (pues el pedir perdón de los pecados habría implicado el reconocimiento de culpabilidad), sino más bien porque Él se la enseñó a sus discípulos.

La historia y el uso del Padre Nuestro han sugerido muchos puntos de interés. Con relación al texto en inglés que utilizan hoy los católicos, podemos notar que no se deriva del Testamento de Rheims, sino de una versión impuesta en Inglaterra durante el reinado de Enrique VIII y usada en las ediciones de 1549 y 1552 del "Libro de Oración Común". Nuestro texto católico actual difiere de éste en detalles muy leves: “el cual estás” ha sido modernizado a “que estás”. La versión misma, que concuerda muy cercanamente con la traducción que aparece en el Nuevo Testamento de Tyndale, debió sin duda su aceptación general a una ordenanza de 1541 según la cual "percibiendo su Gracia la gran diversidad de traducciones (del Pater noster, etc.) ha deseado retirarlas, y en vez de ellas ha ordenado que se establezca una traducción uniforme del Pater noster, Avemaría, Credo, etc., deseando que todos sus amados súbditos aprendan y usen el mismo y de forma correcta, ordenando a todos los párrocos, vicarios y curas que lean y enseñen el mismo a sus feligreses". Como resultado, la versión en cuestión se volvió universalmente familiar a la nación y, aunque el Testamento de Rheims, en 1581, y los traductores del rey Jacobo, en 1611, proveyeron algunas variantes distintas de Mateo 6,9-13, la forma anterior fue retenida para sus oraciones tanto por los protestantes como por los católicos.

En cuanto a la oración misma, la versión en Lucas 11,2-4, dada por Cristo en respuesta a la solicitud de sus discípulos, difiere en algunos detalles menores de la forma introducida por San Mateo (6,9-15) en medio del Sermón de la Montaña, pero claramente se ve que no existe razón alguna por la cual estas dos ocasiones deban ser consideradas como idénticas. Sería casi inevitable que si Cristo les enseñó esta oración a sus discípulos, tendría que haberla repetido más de una vez. Parece probable, a partir de la forma en que aparece el Padre Nuestro en la "Didajé", que la versión en San Mateo fue la que adoptó la Iglesia desde el principio con fines litúrgicos. Nuevamente, no se le puede atribuir gran importancia a las semejanzas encontradas entre las peticiones de la oración del Señor y aquellas encontradas en oraciones de origen judío que se usaban en tiempos de Cristo. Ciertamente, no hay razón para tratar la fórmula cristiana como un plagio, pues en primer lugar las semejanzas son más bien parciales y, en segundo lugar, no tenemos una evidencia satisfactoria de que las oraciones judías hayan sido realmente de fecha anterior.

Mucho se ha escrito sobre la interpretación de la oración del Señor, a pesar del hecho de que es una oración muy simple, natural y espontánea, y como tal, ha sido preeminentemente adaptada para el uso popular. En el cuasi oficial "Catechismus ad parochos", redactado en 1564 de acuerdo con los decretos del Concilio de Trento, se provee un comentario elaborado sobre la oración del Señor, el cual forma la base del análisis del Padrenuestro encontrado en todos los catecismos católicos. Ahí se enfatizan muchos puntos dignos de mención, como, por ejemplo, el hecho de que debe entenderse que las palabras "en la tierra como en el cielo" cualifican no sólo la petición "hágase tu voluntad", sino también las dos anteriores "santificado sea tu nombre" y "venga a nosotros tu reino". El significado de esta última petición también es tratado ampliamente.

La dificultad más notable en el texto original del Padre Nuestro se relaciona con la interpretación de las palabras artos epiousios, las cuales de acuerdo a la Vulgata en San Lucas traducimos como "el pan nuestro de cada día”, San Jerónimo, por una extraña inconsistencia, cambió la palabra preexistente quotidianum por supersubstantialem en San Mateo, pero dejó el término quotidianum en San Lucas. La opinión de los estudiosos modernos sobre este punto está suficientemente indicada por el hecho de que la Versión Revisada imprime todavía "de cada día" en el texto, pero sugiere en el margen "nuestro pan para el día venidero", mientras que el Comité Americano deseó añadir "nuestro pan tan necesario". Finalmente puede notarse la opinión generalmente aceptada de que la traducción de la última frase debería ser "libéranos del maligno", un cambio que justifica el uso de la preposición "mas" en vez de la conjunción "y", convirtiendo prácticamente las dos últimas frases en una misma petición. La doxología "porque tuyo es el reino" etc., el cual aparece en el textus receptus griego, y que ha sido adoptada en las ediciones posteriores del "Libro de Oración Común”, es indudablemente una interpolación.

En la liturgia de la Iglesia, el Padre Nuestro ocupa un lugar preeminente. Algunos comentaristas han supuesto erróneamente, partiendo de un pasaje en los escritos de San Gregorio Magno (Ep. IX,12), que él creía que en los tiempos apostólicos el pan y el vino en la Eucaristía eran consagrados mediante la sola recitación del Padre Nuestro. Pero mientras este no sea probablemente el verdadero significado del pasaje, San Jerónimo afirmó (Adv. Pelag, III, 15) que "nuestro Señor mismo enseñó a sus discípulos que diariamente en el sacrificio de su cuerpo ellos deberían enfatizar el decir "Padre Nuestro..., etc". San Gregorio le otorgó al Padre Nuestro su lugar actual en la Misa romana inmediatamente después del Canon y antes de la fracción, y era una antigua costumbre que toda la asamblea debía responder con las palabras "Sed libera nos a malo". En las liturgias griegas, un lector recita el Padre Nuestro en voz alta mientras que el sacerdote y la gente lo repiten en silencio. Además, en el rito del bautismo, el rezo del Padre Nuestro ha sido desde los primeros tiempos un rasgo relevante, y en el Oficio Divino aparece repetidamente además de ser recitado tanto al principio como al final.

En muchas reglas monásticas, se ordenaba que los hermanos legos, que no sabían latín, en vez del Oficio Divino deberían decir la Oración del Señor un cierto número de veces (a veces más de cien repeticiones) per diem. Para contar estas repeticiones hacían uso de guijas o cuentas unidas por un cordón, y a este artefacto se le conocía comúnmente como un "pater-noster", un nombre que retuvo aun cuando semejante unión de perlas era utilizado para contar, no Padre Nuestros, sino Avemarías en el rezo del salterio de Nuestra Señora, o en otras palabras, en el rezo del Rosario.


Fuente: Thurston, Herbert. "The Lord's Prayer." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/09356a.htm>.

Traducido por Jesús Alberto Villegas de la Vega. rc