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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Santiago el Mayor

De Enciclopedia Católica

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Introducción

(Hebreo, Yakob; Setenta Iakob; N.T.Griego, Iakobos; un nombre favorito entre los judíos de la diáspora)

El hijo de Zebedeo y Salomé (Cf. Mt. 27,56; Mc. 15,40; 16,1). Zanh afirma que Salomé era la hija de un sacerdote. A Santiago se le llama "el Mayor" para distinguirlo del Apóstol Santiago "el Menor," quien probablemente era más bajo de estatura. No sabemos nada de la juventud de Santiago. Era hermano de Juan, el discípulo amado, y probablemente el mayor de los dos.

Parece que sus padres eran personas acomodadas como aparenta por los siguientes hechos:

  • Zebedeo era un pescador del Mar de Tiberíades, que probablemente vivía en o cerca de Betsaida (Jn. 1,44), tal vez en Cafarnaún; y disponía de algunos remeros u obreros como sus ayudantes usuales (Mc. 1,20).
  • Salomé era una de las piadosas mujeres que en adelante siguieron a Cristo y "le servían con sus bienes" (cf. Mt. 27,55 ss; Mc. 15,40; 16,1; Lc. 8,2 ss.; 23,55 - 24,1).
  • El sumo sacerdote conocía personalmente a San Juan (Jn. 18,16); y debió haber tenido los medios para cubrir las necesidades de la Madre de Jesús (Jn. 19,27).

Es probable que, de acuerdo a Hechos 4,13, que Juan (y por consiguiente su hermano Santiago) no hayan recibido la formación técnica de las escuelas rabínicas; en este sentido eran iletrados sin ninguna posición oficial entre los judíos. Pero, de acuerdo al rango social de sus padres, deben haber sido hombres de educación ordinaria, en las condiciones sociales de la vida judía. Tuvieron oportunidad frecuente de estar en contacto con la vida y lenguaje griegos, que para entonces estaban ampliamente difundidos a lo largo de las riberas del Mar de Galilea.

Relación de Santiago con Jesús

Algunos autores, al comparar Juan 19,25 con Mateo 28,56 y Marcos 15,40, identifican, y quizás correctamente, a María la madre de Santiago el Menor y de José en Marcos y Mateo con "María de Cleofás" en Juan. Como el nombre de María Magdalena aparece en las tres listas, ellos identifican adicionalmente a Salomé en Marcos con "la madre de los hijos de Zebedeo" en Mateo; finalmente ellos identifican a Salomé con "la hermana de su madre" en Juan. Ellos suponen , para esta última identificación, que las cuatro mujeres son nombradas en Juan 19,25; el "Peshito" siríaco da la variante: "Su madre y la hermana de su madre, y María de Cleofás y María Magdalena.” Si esta suposición es correcta, Salomé era hermana de la Santísima Virgen María, y Santiago el Mayor y Juan eran primos hermanos del Señor; esto podría explicar el discipulado de los dos hermanos, la petición de Salomé y su propio reclamo para la primera posición en su Reino, y su encargo personal de la Santísima Virgen a su propio sobrino. Pero es dudoso si el griego admite esta construcción sin la adición u omisión de “kai” (y). Por lo tanto la relación de Santiago con Jesús permanece dudosa.

Su vida y Apostolado

El origen galileo de Santiago explica en cierto grado el temperamento enérgico y el carácter vehemente que les ganaron a él y a San Juan el nombre de Boanerges, "hijos del trueno" (Mc. 3,17) ; la estirpe galilea era religiosa, fuerte, laboriosa, valiente, y la mas fuerte defensora de la nación judía.

Cuando San Juan el Bautista proclamó el reino del Mesías, San Juan se volvió discípulo (Juan 1,35); él fue conducido al "Cordero de Dios" y posteriormente condujo a su hermano Santiago al Mesías; el obvio significado de Juan 1,41 es que San Andrés encuentra a su hermano (San Pedro) primero y que luego San Juan (que no se nombra a si mismo, de acuerdo con su habitual y característica reserva y silencio acerca de sí mismo) encuentra a su hermano (Santiago). El llamado a Santiago para el discipulado del Mesías se informa en una narración idéntica o paralela en Mateo 4,18-22; Marcos 1,19 sq.; y Lucas 5,1-11. Los dos hijos de Zebedeo, así como Simón (Pedro) y su hermano Andrés, con quienes ellos estaban asociados, (Lc. 5,10), fueron llamados por el Señor en el Mar de Gallea, donde los cuatro junto con Zebedeo y sus empleados estaban ocupados en su oficio ordinario de pescadores. Los hijos de Zebedeo "al punto, dejando las redes y a su padre, le siguieron" (Mt. 4,22), y se convirtieron en "pescadores de hombres". Santiago fue luego llamado al apostolado (Mt. 10,1-4; Mc. 3,13-19; Lc. 6,12-16; Hch. 1.13). En las cuatro listas los nombres de Pedro y Andrés, Santiago y Juan, forman el primer grupo, un grupo selecto y prominente grupo (cf. Mc. 13,3); especialmente Pedro, Santiago y Juan. Solamente estos tres Apóstoles fueron admitidos a presenciar el milagro de resucitar de la muerte a la hija de Jairo (Mc. 5,37; Lc. 8,51), a la Transfiguración (Mc. 9,1; Mt. 17,1; Lc. 9,28)), y a la Agonía en Getsemaní (Mt. 26,37; Mc. 14,33). El hecho de que el nombre de Santiago aparece siempre (excepto en Lc. 8,51; 9,28; Hch. 1,13---texto en griego) antes que el de su hermano parece implicar que Santiago era el mayor de los dos. Es digno señalar que Santiago jamás es mencionado en el Evangelio de San Juan; este autor observa una humilde reserva no sólo en relación a sí mismo, sino también con los miembros de su familia.

Varios incidentes dispersos a través de los Sinópticos sugieren que Santiago y Juan tenían ese carácter particular que indicaba el nombre "Boanerges", hijos del trueno, dado a ellos por el Señor (Mc. 3,17); ellos eran impetuosos y apasionados en su celo y de temperamento severo. Los dos hermanos mostraron su fiero temperamento en contra de "cierto hombre que expulsaba demonios" en el Santísimo Nombre de Jesús; Juan, contestó diciendo: "Nosotros (probablemente incluye a Santiago) le prohibimos, porque el no andaba con nosotros" (Lc. 9,49). Cuando los samaritanos se rehusaron a recibir a Cristo, Santiago y Juan dijeron: " Señor, quieres que mandemos que llueva fuego del cielo y los devore?” (Lc. 9,54; cf. 9,49).

Su Martirio

Durante la última jornada a Jerusalén, su madre Salomé acudió al Señor y le dijo: “Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino" (Mt. 10,21). Y los dos hermanos, ignorantes todavía de la naturaleza espiritual del Reino Mesiánico, se unieron a su madre en esta ávida ambición (Mc. 10,37). Y a la afirmación de que ellos estarían dispuestos a beber del cáliz que Él bebiera, y a ser bautizados con el bautismo de sus sufrimientos, Jesús les aseguró que ellos compartirían sus sufrimientos (Mc. 10,38-39).

Santiago se ganó la corona del martirio catorce años después de esta profecía, 44 d.C.. Herodes Agripa I, hijo de Aristóbulo y nieto de Herodes el Grande, reinaba en ese tiempo como "rey" sobre un dominio mayor que el de su abuelo. Su gran propósito era complacer a los judíos en todas formas, y mostraba gran aprecio por la Ley Mosaica y por las costumbres judías. De acuerdo con esta política, durante la celebración de la Pascua de 44 d.C., perpetró crueldades hacia la Iglesia, cuyo rápido crecimiento enfurecía a los judíos. El carácter apasionado de Santiago y su liderazgo entre las comunidades judeo cristianas probablemente condujo a Agripa a escogerlo como la primera víctima. "Degolló a Santiago, el hermano de Juan, con la espada.” (Hch. 12,1-2). De acuerdo a una tradición, la cual, como sabemos por Eusebio (Hist. Ecl. II.9.2-3), fue recibida por Clemente de Alejandría (en el séptimo libro de su obra perdida "Hipotiposis"), el acusador que condujo al Apóstol al juicio, conmovido por su confesión, se convirtió al cristianismo, y fueron decapitados juntos. Como Clemente testifica expresamente que el relato le fue dado "por aquellos que estaban frente a él," esta tradición tiene mejores fundamentos que muchas otras tradiciones y leyendas relativas a las obras apostólicas y muerte de Santiago, relatadas en latín.

Santiago en España

Reclama una más seria consideración la tradición que asegura que Santiago el Mayor predicó el Evangelio en España, y que su cuerpo fue trasladado a Compostela. De acuerdo con esta tradición Santiago el Mayor, habiendo predicado el cristianismo en España, regresó a Judea y fue ejecutado por orden de Herodes; su cuerpo fue milagrosamente trasladado a Iria Flavia en el noroeste de España, y posteriormente a Compostela, cuya ciudad, especialmente durante la Edad Media, se convirtió en uno de los más famosos sitios de peregrinaciones en el mundo. El voto de realizar un peregrinaje a Compostela para honrar el sepulcro de Santiago es todavía reservado al Papa, que por su derecho propio u ordinario puede dispensar de él. En el siglo XII se fundó la Orden de Santiago de Compostela.

Han surgido varias dificultades en relación a la prédica del Evangelio en España por Santiago el Mayor:

  • Santiago sufrió martirio en 44 d.C. (Hch. 12,2), y, de acuerdo a la tradición de la Iglesia primitiva, él no había dejado aún Jerusalén en ese tiempo (cf. Clemente de Alejandría, "Strom.", VI, San Apolonio, citado por Eusebio, " Hist. Ecl. "VI.18).
  • San Pablo en su Epístola a los Romanos (58 d.C.) expresó la intención de visitar España (Rom. 15,24) justo después de mencionar (Rom. 15,20) que el no iba a "edificar sobre el fundamento de otro."
  • El argumento “ex silentio”: aunque en el año 700 estaba en boga la tradición de que Santiago fundó una sede apostólica en España, tal tradición no se menciona en los escritos genuinos de los primeros escritores ni en los primeros concilios; la primera mención certera la encontramos en el siglo IX, por Notker, un monje de San Gall (Martirologio, 25 de julio), Walafrido Strabo (Poema de XII Apóstoles), y otros.
  • La tradición no fue aceptada unánimemente luego, mientras que numerosos estudiosos la rechazan. Los Bolandistas, sin embargo, la defendieron (véase Acta Sanctorum, 6 y 7 de julio, donde se mencionan otras fuentes).

La autenticidad de la reliquia sagrada de Compostela ha sido cuestionada y todavía es puesta en duda. Aún si Santiago el Mayor no hubiera predicado la religión cristiana en España, su cuerpo podría haber sido llevado a Compostela, y ya esta era la opinión de Notker. De acuerdo a otra tradición, las reliquias del Apóstol se conservan en la iglesia de San Saturnino en Tolosa, (Francia), pero es probable que tales reliquias sagradas hayan sido repartidas entre las dos iglesias. Un fuerte argumento en favor de la autenticidad de las sagradas reliquias de Compostela lo constituye la Bula del Papa León XIII, "Omnipotens Deus," del 1 de noviembre de 1884.


Fuente: Camerlynck, Achille. "St. James the Greater." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/08279b.htm>.

Traducido por Edmundo B Durell. L H M.