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Miércoles, 30 de octubre de 2024

Bula Unigénito

De Enciclopedia Católica

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Célebre Constitución Apostólica del Papa Clemente XI, la cual condenaba ciento una proposiciones de Pasquier Quesnel. En 1671 Quesnel había publicado un libro titulado "Resumen de la moral del Evangelio". Contenía los cuatro Evangelios en francés, con breves notas explicativas del texto, que a la misma vez servían como ayudas para la meditación. La obra fue aprobada por el Obispo Vialart de Châlons. Una versión ampliada, la cual contenía un texto comentado en francés del Nuevo Testamento, apareció en tres pequeños volúmenes en 1678, y una edición posterior en cuatro volúmenes apareció bajo el título "El Nuevo Testamento en francés acompañado de reflexiones morales en cada verso, para permitir una lectura más útil y la meditación mejor asistida" (Paris, 1693-94). Esta última edición fue altamente recomendada por Louis-Antoine de Noailles, quien había sucedido a Vialart como obispo de Châlons. Mientras que la primera edición de la obra contenía unos cuantos errores jansenistas, su tendencia jansenista se volvió más aparente en la segunda edición, y en su forma completa, tal como apareció en 1693, la misma estaba impregnada prácticamente con todos los errores del jansenismo. Varios obispos prohibieron su lectura en sus diócesis, y Clemente XI la condenó en su Breve, "Universi Dominici Gregis", fechado el 13 de julio de 1708. Sin embargo, el Breve papal no fue aceptado en Francia porque su léxico y su forma de publicación no armonizaban con las "Libertades Galicanas". Noailles, que se había convertido en arzobispo de París y cardenal, era muy orgulloso para retirar la aprobación que él inadvertidamente otorgó al libro mientras era Obispo de Châlons, permitiendo al jansenismo levantar de nuevo su cabeza. Para poner fin a esta situación varios obispos, y especialmente Luis XIV, pidieron al Papa emitir una Bula en lugar del Breve que el gobierno francés no aceptaba. La Bula debía evitar cualquier expresión contraria a las "Libertades Galicanas" y además ser sometida al gobierno francés previa publicación. Para evitar escándalo adicional, el Papa cedió a estas humillantes condiciones, y en febrero de 1712 designó una congregación especial de cardenales y teólogos (v. teología) para eliminar de la obra de Quesnel aquellas propuestas merecedoras de censura eclesiástica. El más influyente miembro de esta congregación era el Cardenal Fabroni.

Le tomó a la congregación dieciocho meses realizar su tarea, cuyo resultado fue la publicación de la famosa Bula "Unigenitus Dei Filius" en Roma, el 8 de septiembre de 1713. La Bula comienza con la advertencia de Cristo contra los falsos (v. falsedad) profetas, especialmente aquellas que "secretamente esparcen doctrinas perversas bajo la cubierta de la piedad (v. virtud de la religión) e introducen sectas ruinosas bajo la imagen de santidad"; luego procedía a la condena de las ciento una proposiciones que son tomadas literalmente de la última edición de la obra de Quesnel. Las proposiciones son condenadas respectivamente como "falsas, capciosas, malsonantes, ofensivas a los oídos piadosos, escandalosas, perniciosas, precipitadas, injuriosas a la Iglesia y sus prácticas, contumaces para la Iglesia y Estado, sediciosas, impías, blasfemas, sospechosas y son indicio de herejía, favorecedoras de los heréticos, herejías y cisma, erróneas, rayando en la herejía, frecuentemente condenadas, heréticas, y reviven varias herejías, especialmente aquellas contenidas en las famosas proposiciones de Jansenio". Las primeras cuarenta y tres proposiciones repiten los errores de Baio y Jansenio acerca de la gracia y predestinación, tales como: la gracia obra con la omnipotencia y es irresistible; sin la gracia el hombre sólo puede cometer pecado; Cristo murió solamente por los elegidos. Las veintiocho proposiciones sucesivas (44-71) relativas a la fe, esperanza y caridad: todo amor que no es sobrenatural proviene del mal; sin amor sobrenatural no puede haber esperanza en Dios, ni obediencia a Su ley, ni buenas obras, ni oración, ni mérito, ni religión; la oración del pecador y sus buenas obras realizadas sin temor al castigo solo son nuevos pecados. Las últimas treinta proposiciones (72-101) tratan sobre la Iglesia, su disciplina, y los sacramentos: La Iglesia solo comprende a los justos y los elegidos; la lectura de la Biblia es obligatoria para todos; la absolución sacramental sólo debe ser pospuesta hasta después de la satisfacción; los pastores principales pueden ejercer el poder de excomunión de la Iglesia solo con el consentimiento, al menos presumido, del cuerpo completo de la Iglesia; la excomunión injusta (v. injusticia) no excluye al excomulgado de la unión con la Iglesia. Además de condenar estas ciento una proposiciones, la Bula establece que encuentra fallas en muchas otras declaraciones en el libro de Quesnel, sin embargo, sin especificarlas y, en particular, con la traducción del Nuevo Testamento, que, como dicta la Bula, ha sido censurablemente alterado (damnabiliter vitiatum) y es en muchas formas similar a la previamente condenada versión francesa de Monseñor Vialart.

Luis XIV recibió la Bula en Fontainebleau el 24 de septiembre de 1713, y envió una copia al Cardenal Noailles, quien, probablemente antes de recibirla, había revocado el 28 de septiembre su aprobación de las "Reflexiones Morales" otorgada en 1695. El rey también ordenó que la asamblea del clero francés se reuniera en París el 16 de octubre, Noailles designó un comité presidido por el Cardenal Rohan de Estrasburgo para decidir acerca de la forma más adecuada de aceptar la Bula. Noailles, que tomó parte en unas cuantas sesiones del comité, intentó prevenir que el comité aceptase la Bula incondicionalmente, y cuando sus esfuerzos fueron infructuosos, se habría retirado de la asamblea si el rey no le hubiese ordenado quedarse. El informe del comité abogaba a favor de una aceptación incondicional de la Bula, y en la sesión de la asamblea el 22 de enero de 1714, el informe fue aceptado por una votación de cuarenta contra nueve. Por orden del rey, la Bula fue registrada por el Parlamento el 15 de febrero y por la Sorbona el 5 de marzo. Una instrucción pastoral de Noailles, prohibiendo a sus sacerdotes, bajo pena de suspensión, aceptar la Bula sin su autorización, fue condenada por Roma. De los obispos ausentes a la asamblea, siete se unieron a la oposición, mientras que los setenta y dos restantes aceptaron la Bula incondicionalmente. La oposición, con la excepción del Obispo De la Brue de Mirepoix, también condenó el libro de Quesnel. Como pretexto de su no aceptación de la Bula, mencionaron que era oscura. Ostensiblemente pospusieron su aceptación solo hasta que el Papa explicara su oscuridad por declaraciones especiales. Era evidente que el Papa no podía ceder a estas demandas sin poner en peligro la autoridad de la Santa Sede.

Esa fue la intención de Clemente XI de convocar a Noailles ante la Curia Romana y, de ser necesario, despojarlo de la púrpura. Pero el rey y sus consejeros, viendo en esta forma de proceder una transgresión a las "Libertades Galicanas", propusieron la convocación de un concilio nacional que debería juzgar y pasar sentencia sobre Noailles y su facción. El Papa no disfrutaba la idea de convocar un concilio nacional que podría innecesariamente prolongar la disputa y arriesgar la autoridad papal. Sin embargo, redactó dos Breves, uno demandando que Noailles aceptara la Bula incondicionalmente dentro de quince días, bajo pena de perder la púrpura e incurrir en castigo canónico, el otro apuntando paternalmente sobre la gravedad de la ofensa del cardenal y exhortándole de ir mano a mano con la Sede Apostólica en oponerse a los enemigos de la Iglesia. Ambos Breves fueron puestos en la mano del rey, con la solicitud de entregar el menos severo en caso de que hubiese una bien fundada esperanza de la pronta sumisión del cardenal, pero que entregara en cambio el más severo de si él persistía en su obstinación. Por una parte Noailles no brindó esperanza de sumisión, mientras que, por la otra, el Breve más severo fue rechazado por el rey como subversivo de las "Libertades Galicanas”. Luis XIV, por lo tanto, volvió a presionar a favor de convocar un concilio nacional pero murió (1 de septiembre de 1715) antes de poderse realizar. Fue sucedido como regente por el Duque Felipe de Orleans, el cual favorecía a los opositores de la Bula. La Sorbona aprobó una resolución el 4 de enero de 1716 anulando su previo registro de la Bula, y veintidós sorbornistas que protestaron fueron removidos de la facultad el 5 de febrero. Las Universidades de Nantes y Reims ahora también rechazaron la Bula, la primera el 2 de enero, la última el 26 de junio. En consecuencia Clemente XI le retiró a la Sorbona todos los privilegios papales que poseía y la privó del poder de conferir grados académicos el 18 de noviembre. Él había enviado dos Breves a Francia el 1 de mayo. Uno, dirigido al rector, reprobándole severamente por favorecer los opositores de la Bula; el otro, dirigido a la oposición, amenazando con despojar al Noailles del purpurado, y de proceder canónicamente contra todos los que no aceptaran la Bula dentro de un plazo de dos meses. Estos Breves no fueron aceptados por el regente porque su texto no había sido previamente presentado a sus ministros. Pero envió a Roma a Chevalier, el Vicario-General jansenista de Meaux, a quien el Papa, sin embargo, no admitió a su presencia, cuando se supo que su único propósito consistía en forzar a Clemente XI a admitir que la Bula era oscura y requería de una explicación. En un consistorio celebrado el 27 de junio de 1716, el Papa pronunció una apasionada alocución, de tres horas de duración, en la cual informaba a los cardenales sobre el tratamiento que había recibido la Bula en Francia, y expresaba su propósito de despojar a Noailles del cardenalato. El próximo noviembre envió dos nuevos Breves a Francia, uno al regente, cuya cooperación solicitaba para suprimir la oposición a la Bula; el otro dirigido a los aceptantes, a quienes advertía en contra de las intrigas de los recalcitrantes, y les solicitaba que exhortaran a sus errados hermanos a dejar la resistencia.

El 1 de marzo de 1717, cuatro obispos (Soanen de Senez, Colbert de Montpellier, Delangle de Boulogne, y De La Broue de Mirepoix) redactaron una apelación de la Bula a favor de un concilio general, fundando así el partido conocido de ahí en adelante como los "apelantes". A ellos se unieron las facultades de la Sorbona el 5 de marzo, la de Reims el 8 de marzo y la de Nantes el 10 de marzo; asimismo por los obispos de Verdún el 22 de marzo, de Pamiers el 12 de abril, de Châlons, Condom, Agen, y St. Malo el 21 de abril, de Auxerre el 14 de mayo, y más de un año después por el Obispo de Laon, también por los Obispos de Bayonne y Angoulême. A pesar de una carta personal del Papa, fechada el 25 de marzo, y una carta conjunta de los cardenales de Roma implorando urgentemente a Noailles su sumisión, él en cambio redactó una apelación el 3 de abril, "de un papa manifiestamente equivocado, y de la Constitución Unigénito, en virtud de los decretos de los Concilios de Constanza y Basilea, para el Papa mejor informado y para un concilio general que se reúna sin restricciones y en un lugar seguro". Él sin embargo, no publicó su apelación de inmediato, sino que la depositó en los archivos de la officialité de París. El 6 de mayo escribió una larga carta al Papa, en la cual procuraba justificar su posición y la de sus seguidores. Su apelación a la Bula fue publicada pocos meses después. A los apelantes pronto se le unieron muchos sacerdotes y religiosos, especialmente de las diócesis de París y Reims. Para inflar el número de apelantes, se aceptó los nombres de laicos e incluso de mujeres. Se dice que el número de apelantes alcanzó de 1,800 a 2,000, lastimosamente pequeño, si consideramos que cerca de 1,500,000 libras ($300,000 US) fueron gastados por ellos en sobornos.

El 8 de marzo de 1718 apareció un decreto de la Inquisición, aprobado por Clemente XI, condenando la apelación de los cuatro obispos como cismática y herética, y a la de Noailles como cismática y aproximada a la herejía. Dado que ellos no retiraron su apelación en un plazo razonable, el papa emitió la Bula "Pastoralis officii" el 28 de agosto de 1718, excomulgando a todos aquellos que se negaron a aceptar la Bula Unigénito. Pero todavía ellos apelaron de esta segunda Bula. Noailles finalmente hizo una ambigua sumisión el 13 de marzo de 1720, firmando una explicación de la Bula "Unigénito", redactada por orden del secretario de estado francés, Abbe Dubois, y, posteriormente, aprobada por noventa y cinco obispos. Después de mucha presión por parte del rey y de los obispos, él hizo pública esta ambigua aceptación del Bula en su instrucción pastoral del 18 de noviembre de 1720. Pero esto no satisfizo a Clemente XI, quien requería una aceptación incondicional. Después de la muerte de Clemente XI, el 19 de marzo de 1721, los apelantes continuaron con su obstinación durante los pontificados de Inocencio XIII (1721-24) y Benedicto XIII (1724-30). Noailles, el alma de la oposición, finalmente realizó una sincera e incondicional sumisión el 11 de octubre de 1728, muriendo poco después (2 de mayo de 1729). La Sede Apostólica, en acción concertada con el nuevo Arzobispo Vintimille de París y el gobierno francés, lograron la gradual sumisión de la mayoría de los apelantes. (v. Jansenio y Jansenismo: Los Convulsionados, Declinación y Fin del Jansenismo)

Fuente: SCHILL, La Constitución Unigénito (Friburgo im Br., 1876); LAFITEAU, Historia de la Constitución Unigénito (Avignons, 1737); CROUSAZ-CRETET, La Iglesia y el Estado en el sigloXVIII (Paris, 1893); LE ROY, El galicanismo en el siglo XVIII, Francia y Roma de 1700 a 1715 (Paris, 1892); THUILLER, La segunda fase del jansenismo (Paris, 1901); SECHE, Los últimos jansenistas (Paris, 1891); DURAND, El jansenismo en el siglo XVIII y Joachim Colbert, obispo de Montpellier (Toulouse, 1907); GILARDONE, La Bula Unigénito y el fin del jansenismo en Champagne (Vitry, 1892); BAUER, Quesnel und die Bulle Unigenitus in Stimmen aus Maria-Laach, VI (Freiburg im Br., 1874), 147-64; IDEM, Der Kardinal Noailles und die Appellanten, ibid., VII, 167-87, 492-518; BARTHELEMY, EL cardenal Noailles (Paris, 1888); DUBOIS, Collecta nova actorum publ. constit. Clem. Unigenitus (Leyden, 1725); PFAFF, Acta publius constitutionis Unigenitus (Tubingen, 1728); Procesos verbales de las asambleas del clero de Francia (Paris, 1774); Clementis XI pontificis maximi opera omnia, ed. CARDINAL ALBANI (Frankfort, 1729). Los títulos del inmenso número de panfletos jansenistas que fueron dirigidos contra la Bula Unigénito se encuentran en el Diccionario de Libros jansenistas (Antwerp, 1752).

Ott, Michael. "Unigenitus." The Catholic Encyclopedia. Vol. 15. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/15128a.htm>

Transcrito por Michael T. Barrett. Traducido por Edmundo B Durell. Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina. JMGK