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Sábado, 4 de mayo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Presencia de Dios»

De Enciclopedia Católica

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Ponernos en la presencia de [[Dios]], o vivir en presencia de Dios, tal como lo expresan los autores espirituales, significa llegar a estar realmente conscientes de Dios como presente, o al menos  vivir como si realmente estuviésemos conscientes de ello.  Es un [[Actos Humanos |acto]] sencillo que consiste en la impresión del Ser invisible con el que tenemos una relación inmediata y conversación familiar, cuya [[bien |bondad]] hacia nosotros está asegurada, y que nos ama con un [[amor]] [[eternidad |eterno]]; que ejerce una [[Divina Providencia |providencia]] particular entre nosotros, que está presente en todas partes y "quién", en palabras del [[cardenal]] [[John Henry Newman |Newman]], "es el que lee  y cambia los corazones, siempre accesible y abierto a la penetración" (Gramática del Asentimiento, 112). El niño simple así como el [[contemplación |contemplativo]] avanzado pueden así representar a Dios como presente en la [[mente]], y vivir en la [[conciencia]] de su presencia. Los [[ángeles]] y los bienaventurados son los únicos que pueden [[Visión Beatífica |contemplar el rostro de Dios]].
 
Ponernos en la presencia de [[Dios]], o vivir en presencia de Dios, tal como lo expresan los autores espirituales, significa llegar a estar realmente conscientes de Dios como presente, o al menos  vivir como si realmente estuviésemos conscientes de ello.  Es un [[Actos Humanos |acto]] sencillo que consiste en la impresión del Ser invisible con el que tenemos una relación inmediata y conversación familiar, cuya [[bien |bondad]] hacia nosotros está asegurada, y que nos ama con un [[amor]] [[eternidad |eterno]]; que ejerce una [[Divina Providencia |providencia]] particular entre nosotros, que está presente en todas partes y "quién", en palabras del [[cardenal]] [[John Henry Newman |Newman]], "es el que lee  y cambia los corazones, siempre accesible y abierto a la penetración" (Gramática del Asentimiento, 112). El niño simple así como el [[contemplación |contemplativo]] avanzado pueden así representar a Dios como presente en la [[mente]], y vivir en la [[conciencia]] de su presencia. Los [[ángeles]] y los bienaventurados son los únicos que pueden [[Visión Beatífica |contemplar el rostro de Dios]].
  
El siervo de [[Dios]] o el [[alma]] devota puede ser consciente de su presencia en otro sentido, es decir, por el ejercicio de la [[razón]] dirigida por la [[fe]. Él ve a Dios en la tierra, en el mar, en el aire y en todas las cosas; en el [[cielo]] donde Él manifiesta su [[gloria]], en el [[infierno]] donde lleva a cabo la [[Aspecto Moral de la Ley Divina |ley]] de su [[justicia]]. Él piensa en él como presente en todas las cosas dentro y fuera de nosotros, y especialmente como inhabitando secretamente en su alma más profunda, oculto a todos nuestros sentidos, sin embargo, hablando, por así decirlo, a la [[conciencia]] con una voz que está en nosotros, pero no de nosotros; la voz de Aquel que está con nosotros aunque sobre nosotros.
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El siervo de [[Dios]] o el [[alma]] devota puede ser consciente de su presencia en otro sentido, es decir, por el ejercicio de la [[razón]] dirigida por la [[fe]]. Él ve a Dios en la tierra, en el mar, en el aire y en todas las cosas; en el [[cielo]] donde Él manifiesta su [[gloria]], en el [[infierno]] donde lleva a cabo la [[Aspecto Moral de la Ley Divina |ley]] de su [[justicia]]. Él piensa en él como presente en todas las cosas dentro y fuera de nosotros, y especialmente como inhabitando secretamente en su alma más profunda, oculto a todos nuestros sentidos, sin embargo, hablando, por así decirlo, a la [[conciencia]] con una voz que está en nosotros, pero no de nosotros; la voz de Aquel que está con nosotros aunque sobre nosotros.
  
 
==Devocional==
 
==Devocional==

Última revisión de 08:26 6 ago 2016

Doctrinal

Toda devoción sólida y las prácticas devocionales deben basarse en las verdades de la fe, y estas verdades deben ser tenidas en cuenta cuando se trata de la presencia de Dios desde un punto de vista ascético y devocional. En primer lugar, es de fe que por su esencia Dios está presente en todas partes y en todas las cosas debido a su inmensidad. (Credo de San Atanasio; Concilio de Letrán, c "Firmiter"; Concilio Vaticano I, Ses. III,C. 1). También es de fe que Dios está de una manera especial real y substancialmente presente en las almas de los justos. Esta inhabitación de Dios en las almas de los justos es atribuida al Espíritu Santo por lo que los teólogos llaman apropiación, pero en realidad es común a las Tres Personas Divinas.

Ascético

Ponernos en la presencia de Dios, o vivir en presencia de Dios, tal como lo expresan los autores espirituales, significa llegar a estar realmente conscientes de Dios como presente, o al menos vivir como si realmente estuviésemos conscientes de ello. Es un acto sencillo que consiste en la impresión del Ser invisible con el que tenemos una relación inmediata y conversación familiar, cuya bondad hacia nosotros está asegurada, y que nos ama con un amor eterno; que ejerce una providencia particular entre nosotros, que está presente en todas partes y "quién", en palabras del cardenal Newman, "es el que lee y cambia los corazones, siempre accesible y abierto a la penetración" (Gramática del Asentimiento, 112). El niño simple así como el contemplativo avanzado pueden así representar a Dios como presente en la mente, y vivir en la conciencia de su presencia. Los ángeles y los bienaventurados son los únicos que pueden contemplar el rostro de Dios.

El siervo de Dios o el alma devota puede ser consciente de su presencia en otro sentido, es decir, por el ejercicio de la razón dirigida por la fe. Él ve a Dios en la tierra, en el mar, en el aire y en todas las cosas; en el cielo donde Él manifiesta su gloria, en el infierno donde lleva a cabo la ley de su justicia. Él piensa en él como presente en todas las cosas dentro y fuera de nosotros, y especialmente como inhabitando secretamente en su alma más profunda, oculto a todos nuestros sentidos, sin embargo, hablando, por así decirlo, a la conciencia con una voz que está en nosotros, pero no de nosotros; la voz de Aquel que está con nosotros aunque sobre nosotros.

Devocional

Por lo tanto, uno debe practicar la devoción de vivir en la presencia de Dios:

  • por una fe viva en esa presencia divina, que Dios está cerca de nosotros y dentro de nosotros, como dice Elías: “vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo.” (1 Rey. 17,1; cf. 2 Rey. 3,14).
  • cuando la mente se distrae puede ser traída nuevamente al recuerdo de la presencia de Dios mediante la simple reflexión: “El Señor está aquí”; “El Señor me ve”;
  • cuando está ocupado en conversación o negocio mediante la inhalación de vez en cuando alguna aspiración secreta o afecto por Dios y luego mantener la mente recogida;
  • en el abandono de espíritu, al mantener a Dios en mente más fielmente, sabiendo que nada puede interponerse entre él y el alma, sólo el pecado mortal, a través del cual cesa su operación especial por la gracia en el alma. Se puede decir que los hombres se acercan a Dios a medida que se vuelven más como él en su bondad, y se retiran de Él cuando se vuelven diferentes a Él por la maldad.

Como preparación inmediata para la oración mental, es apropiado y necesario "ponernos en la presencia de Dios". Esto se debe hacer mediante un acto de fe en la presencia divina, a lo cual debe seguir:

Estos actos pueden realizarse en el interior del alma.


Bibliografía: BLOSIUS, Institutio Spiritualis, versión en inglés por WILBERFORCE (Londres, 1900); DEVINE, A Manual of Mystical Theology (Londres, 1903); SAN FRANCISCO DE SALES, Tratado del Amor de Dios; TYRRELL, Hard Sayings (Londres, 1898); LESSIUS, De perfectionibus divinis: de Immensitate Dei; VALLGONERA, Mystica Theologia Divi Thomae (Turín, 1890).

Fuente: Devine, Arthur. "Presence of God." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911. 6 Aug. 2016 <http://www.newadvent.org/cathen/12396a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina