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Miércoles, 27 de noviembre de 2024

El Te Deum

De Enciclopedia Católica

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El Himno

EN LATÍN EN ESPAÑOL
Te Deum laudamus: A ti, oh Dios, te alabamos,
te Dominum confitemur. a ti, Señor, te reconocemos.
Te aeternum Patrem A ti, eterno Padre,
omnis terra veneratur. te venera toda la creación.
Tibi omnes Angeli; Los ángeles todos,
tibi caeli et universae Potestates; los cielos y todas las potestades te honran.
Tibi Cherubim et Seraphim Los querubines y serafines
incessabili voce proclamant: te cantan sin cesar:
Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dominus Santo, Santo, Santo es el Señor,
Deus Sabaoth. Dios del Universo.
Pleni sunt caeli et terra Los cielos y la tierra están llenos
maiestatis gloriae tuae. de la majestad de tu gloria.
Te gloriosus Apostolorum chorus, A ti te ensalza el glorioso coro de los Apóstoles,
Te Prophetarum laudabilis numerus, la multitud admirable de los profetas,
Te Martyrum candidatus laudat exercitus. el blanco ejército de los mártires.
Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra, te proclama:
Patrem inmmensae maiestatis: Padre de inmensa majestad,
Venerandum tuum verum et unicum Filium; Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Sanctum quoque Paraclitum Spiritum. Espíritu Santo, Defensor.
Tu Rex gloriae, Christe. Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tu Patris sempiternus es Filius. Tú eres el Hijo único del Padre.
Tu ad liberandum suscepturus hominem, Tú para liberar al hombre, aceptaste la condición humana
non horruisti Virginis uterum. sin desdeñar el seno de la Virgen
Tu, devicto mortis aculeo, tú, rotas las cadenas de la muerte,
aperuisti credentibus regna caelorum. abriste a los creyentes el Reino del Cielo.
Tu ad dexteram Dei sedes, in gloria Patris. Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre.
Index crederis esse venturus. Creemos que un día has de venir como juez.
Te ergo quaesumus, tuis famulis subveni: Te rogamos, pues que vengas en ayuda de tus siervos,
quos pretioso sanguine redemisti. a quienes redimiste con tu preciosa Sangre.
Aeterna fac cum sanctis tuis in gloria numerari. Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos
V. Salvum fac populum tuum, Domine V. Salva a tu pueblo, Señor,
et benedic hereditati tuae. y bendice tu heredad.
R. Et rege eos, et extolle illos usque in aeternum. R. Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
V. Per singulos dies benedicimus te. V. Día tras día te bendecimos
R. Et laudamus nomen tuum in saeculum, R. y alabamos tu nombre para siempre,
et in saeculum saeculi. por eternidad de eternidades.
V. Dignare, Domine, die isto V. Dígnate, Señor en este día
sine peccato nos custodire. guardarnos del pecado.
R. Miserere nostri, Domine, miserere nostri. R. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
V. Fiat misericordia tua, Domine, V. Que tu misericordia, Señor,
super nos, quem ad modum speravimus in te. venga sobre nosotros, como lo esperamos de Ti.
R. In te, Domine, speravi: En ti, Señor, confié
non confundar in aeternum. no me veré defraudado para siempre.

Título

“Te Deum” es el título abreviado dado normalmente tanto al texto latino original como a las traducciones de un himno en prosa rítmica, cuyas palabras de apertura, Te Deum Laudamus, formaron su primer título conocido (a saber, en la Regla para Monjes de San Cesáreo, escrito probablemente cuando él era abad de Lérins, antes de 502 d.C.). Este título más largo se usa en las "Reglas para Vírgenes" compuestas por San Cesáreo mientras era arzobispo de Arles, y por su segundo sucesor en la misma sede, San Aureliano, también en la Regla de San Benito y generalmente en literatura más temprana. Al himno también se lellama a veces "Hymnus Ambrosianus", el "Himno Ambrosiano"; y en el Breviario Romano se titula todavía, al final de maitines para el domingo, "Hymnus SS. Ambrosio y Agustina." Es interesante notar que el título se ha cambiado a "Hymnus Ambrosianus" en el "Psalterium" del nuevo Breviario Romano de Pío X. Este salterio fue impreso en 1912, pero se hizo obligatorio desde el 1 de enero de 1913. El Te Deum se encuentra en la primera parte del "Psalterium Ordinarium", etc. La tradición de que fue espontáneamente compuesto y cantado alternadamente por estos santos en la noche del bautismo de San Agustín (387 d.C.) puede remontarse a fines del siglo VIII. A mediados del siglo IX Hincmar de Reims (ut a majoribus nostris audivimus) lo menciona en su segunda obra, "De praedestinatione" (P.L., CXXV, 290), y aparece en una forma elaborada en una crónica milanesa atribuida a Dacio, obispo de Milán (m. alrededor de 552), pero que realmente data sólo del siglo XI (así Jean Mabillon, Muratori, Merati, etc.). Los estudiosos ahora rechazan generalmente esta tradición.

(a) Naturalmente debe de haber tenido, desde tiempos remotos, un lugar prominente en Milán; pero de los primeros manuscritos del Te Deum que se refieren a la tradición en sus títulos, ninguno tiene alguna conexión con Milán, mientras que el texto del "Breviario Catedralicio de Milán" (siglo XI) no tiene ningún título.

Autoría

(b) La tradición que atribuye la autoría a los dos santos no es única. Otra tradición está representada por el comentario del Abad de Fleury (985 d.C.) en sus "Quaestiones grammaticales" (P.L., CXXXIX, 532, #19) acerca de la substitución errónea de "suscepisti" por "suscepturus" en el verso "Tu ad liberandum suscepturus hominem", etc., en lo que él llama "Dei palinodia quam composuit Hilarius Pictaviensis episcopus". Puede agregarse que un manuscrito del himno del siglo VIII o IX, ahora en Munich, se lo adscribe a San Hilario de Arles.

(c) Pero este himno no puede adscribirse prudentemente ni a Hilario ni a San Ambrosio porque, aunque los dos compusieron himnos, el Te Deum está en prosa rítmica, y no en los metros clásicos de los himnos conocidos escritos por ellos. Mientras, desde el siglo IX hasta ahora, no hay ningún siglo y ninguna zona de Europa Occidental que no haya sido testigo de la atribución tradicional, el primer manuscrito, el "Bangor Antiphonary" (siglo VII) da como título meramente "Ymnum in die dominica", mientras que otros manuscritos más tempranos no hacen ninguna referencia a la autoría, ya sea dejándolo sin título o contentándose con los generales como "Laudatio Dei" (manuscrito del siglo VIII), "Laus angelica" (siglo XII), "Hymnus matutinales"..."Hymnus die dominico", "Hymnum dominicale", etc., Otros manuscritos le atribuyen el himno variamente a San Niceto, Viceto (obviamente un desliz de la pluma por Niceto), Nicecio, Nicetes, Neceta (pensándose que todos estos son idénticos a Niceta o Nicetas, obispo de Remesiana), a San Hilario de Arles, San Abundio, San Sisebuto, San Ambrosio o San Agustín.

(d) La importancia de la ocasión a la que la leyenda asigna la composición del himno (el bautismo de San Agustín) y la apariencia comparativamente tardía de la atribución a los dos santos son argumentos adicionales contra la tradición. Merati piensa que la leyenda puede haberse basado en las palabras de un sermón espurio, dado como número 92 en una edición de las obras de San Ambrosio (París, 1549), "De Augustini Baptismo": "In quo una vobiscum cum divino instinctu Hymnum cantavimus de Christi fide". Puede añadirse que los mauristas omitieron el Te Deum en su edición de San Ambrosio; Batiffol ("Hist. Du Brev. Romain", París, 1893, pág., 98; tr. autorizada y corregida, Londres, 1898, p.110) escribe": nadie piensa ahora en atribuir este centón (N. del T.: centón: obra literaria, en verso o prosa, compuesta enteramente, o en la mayor parte, de sentencias y expresiones ajenas) a San Ambrosio o a San Agustín"; que el Padre Burton, en su "Vida de San Agustín, Un Estudio Histórico" (Dublín, 3ra. ed., 1897) ni siquiera menciona la leyenda sobre la doble autoriía y el bautismo de San Agustín; y, finalmente, que Portalie (ver Vida de San Agustín de Hipona) señala: "Es infundada la tradición que sostiene que el Te Deum fue cantado en esa ocasión por el obispo y el neófito alternativamente."

Los estudiosos no aceptaron los otros nombres citados arriba y la cuestión de la autoría ha quedado abierta. En 1894 Dom Morin le concedió a Nicetas de Remesiana el honor de la autoría. Zahn, Kattenbusch, Kirsch (en Alemania); Frere, Burn (en Inglaterra), mientras que el obispo anglicano de Salisbury considera la conjetura de Morin "muy plausible"; y Batiffol en Francia han adoptado su sugerencia. Las razones para esta opinión son:

  • (1) Diez manuscritos (los más tempranos del siglo X), principalmente de origen irlandés, nombran a Nicetas (sin embargo, con ortografías e identificaciones variables); e Irlanda, tan remota del continente de Europa, pudo guardar fácilmente hasta el siglo X una tradición del V.
  • (2) La fecha probable de composición del himno corresponde con la de la actividad literaria de Nicetas.
  • (3) San Paulino de Nola alaba (Carmina, XVII, XXVII) los dones poéticos y musicales de su amigo Nicetas
  • (4) Genadio habla del estilo claro y simple de su prosa, y Casiodoro encomia su concisión. Estas apreciaciones críticas se consideran aplicables al estilo del Te Deum que depende principalmente para su efecto en la nobleza del tema y la simplicidad y franqueza de la expresión.
  • (5) La autoría de los tratados "De psalmodiae bono" y "De vigiliis servorum Dei" fue adjudicaba antes a San Nicecio de Tréveris, pero ahora se atribuye con la mayor probabilidad a Nicetas de Remesina. Su “evidencia interna prueba que Nicetas sintió la necesidad de un himno tal como el Te Deum, y por así decirlo, vivió en la misma esfera de pensamiento religioso” (Burn, CII), mientras que pasajes paralelos de sus escritos (dados por Burn, CIII-CIV), aunque no ofrecen una cita directa, exhiben similitud de pensamiento y dicción.

La paternidad literaria de San Nicecio es cuestionada por algunos estudiosos (Cagin, P., Wagner, Agaesse, Koestlin, Blume). Entre los pasajes citados para indicar un origen mucho más temprano quizás el más notable es el "De mortalitate" (XXVI) de San Cipriano de Cartago, escrito durante la plaga en 252: "Illic apostolorum gloriosus chorus; illic prophetarum exsultantium numerus; illic martyrum innumerabilis populus ob certaminis et passionis gloriam coronatus; triumphantes virgines, quae concupiscentiam carnis et corporis continentiae robore subegerunt; remunerati misericordes." Hay una similitud obvia entre esto y los versos del Te Deum: "Te gloriosus apostolorum chorus; te prophetarum laudabilis numerus; te martyrum candidatus laudat exercitus [versos 7-9] Aeterna fac cum sanctis tuis gloria munerari [verso 21]". Quizás el "remunerati" de San Cipriano y los "munerari" de los más antiguos textos del Te Deum son una mera coincidencia; pero el resto de los pasajes similares no puede ser un accidente. ¿Cuál fué el más temprano---el Te Deum o el texto de San Cipriano? Se disputa que, por muy conocidos y altamente estimados los trabajos del santo, hay poco en este pasaje en particular para impactar la imaginación de un escritor de himnos, mientras que sería una cosa muy natural para un escritor de prosa tomar prestadas algunas expresiones de un himno tan generalmente cantado como puede haber sido el Te Deum. Es más, si el himno se tomó prestado de San Cipriano ¿por qué no incluye el "virgines" en lugar de detenerse con "martyrum"? El argumento adicional para un origen muy temprano de por lo menos los primeros diez versos del himno se encuentra en las comparaciones entre éstos y los textos y melodía de los Prólogos, en la estructura del “Gloria in excelsis”, en el carácter rítmico y melódico del Te Deum, en las traducciones griegas.

Este argumento arqueológico no puede declararse inteligiblemente en unas pocas palabras, pero pueden mencionarse algunas de sus bases: (a) Si el Te Deum se hubiera compuesto en los últimos años del siglo IV, sería una única excepción de la himnología de ese tiempo que estaba toda formada por estrofas regulares y la métrica introducida y popularizada por San Ambrosio. (b) Del punto de vista de melodía, el himno tiene tres divisiones: versos 1-13, 14-20 y 21 hasta el final. La primera melodía (1-13) es aparentemente más vieja que las otras. (c) Desde el punto de vista del ritmo, hay también tres divisiones: los versos 14-21 exhiben perfecta coincidencia con las leyes del "cursus", o cierres rítmicos, que datan del siglo IV, mientras que los versos 1-10 tienen sólo cinco (4, 6 y 8-10) versos cerrados con el cursus rítmico, y se supone que estos cinco son un resultado accidental; los versos 22 al final pertenecen a una categoría totalmente diferente, habiendo sido tomados principalmente de los Salmos [28(27),9; 145(144),2; 123(122),3; 33(32),22; 31(30),2]. Se ha argumentado que, juzgando por la melodía y el ritmo, los primeros diez versos forman un himno completo (habiendo sido añadidos los versos 11-13 posteriormente como una doxología) a Dios Padre, mientras los versos 14-21 forman un himno (añadido en el siglo IV) a Cristo. Como se señaló anteriormente, los primeros diez versos ofrecen (vv. 7-9) el paralelismo con las palabras de San Cipriano, y son, por las varias razones citadas, supuestamente anteriores al año 252. La especulación le atribuye su autoría al Papa San Aniceto (m. alrededor de 168 d.C.).

Pueden notarse aquí tres puntos textuales. "Unigenitum" en el v. 12 es considerado el texto original ("unicum" lo ha suplantado quizás a través de la influencia del Credo de los Apóstoles en que "unigenitum" era raro). En el v. 21, casi todos los manuscritos muestran "munerari" (gloria munerari) en lugar del "numerari" presente (in gloria numerari) que Blume ha encontrado en manuscritos del siglo doce y que quizás se originó en las palabras del Canon de la Misa:"in electorum tuorum jubeas grege numerari." Verso 16,"Tu ad liberandum suscepturus hominem", etc., ofrece muchas oportunidades para la discusión crítica. La mayoría de los viejos manuscritos, favorecen "suscepisti" (con"liberandum", a veces seguido por "mundum"-Tu ad liberandum mundum suscepisti hominem): pero "suscepturus", sostenido por Abbo de Fleury, Hincar, y otros, y citado en una carta de Cyprian de Tolueno (aproximadamente en 530), probablemente era la palabra original. El verso no se presta fácilmente a la traducción. Una traducción del siglo decimoquinto dice: "Cuando pones la humanidad sobre Tus hombros por la liberación de hombres". Con similar exactitud, un Sarum "Primer" de 1504 dice: "Tú (cuando Tus hombros toman nuestra naturaleza para liberar al hombre) dydest not abhorre a virgynes wombe". El último"Primer" de Henry VIII (1546) probablemente fue el primero en introducir la ambigua interpretación: Cuando tomaste sobre ti liberar al hombre." El (Baltimore)"Manual de Oraciones" no es más exacto:"Has tomado en Ti liberar al hombre, sin rechazar el útero de la Virgen." El"Misal Romano Adaptado al Uso de los Laicos" (Nueva York, 1901) es laboriosamente exacto:"Tú, cuando te encargaste del liberar al hombre, no temiste el útero de la Virgen". El "Misal para Uso de los Laicos" (Londres, nueva ed. 1903, cxxxiv) da una nueva versión en rima: "Vosotros, para redimir al hombre perdido de la sentencia oscura del infierno, no aborrezcáis el útero de la humilde Virgen.

Esto no se aleja de la versión de Dryden: "Vosotros para salvar al mundo amenazando por la sentencia, os protegéis dentro del útero de una Virgen." El orden general (titulus XXXI) del Breviario romano dirige la recitación del Te Deum al final de Maitines: (a) en todas las fiestas a lo largo del año, tanto de nueve como de tres lecturas, y a lo largo de sus octavas. Se dice en el día de la octava de la fiesta de los Santos Inocentes, pero no en la propia fiesta a menos que caiga en domingo; (b) en todos los domingos de Pascua (inclusive) a Adviento (exclusive) y de Navidad (inclusive) a Septuagesima (exclusive); (c) en todos los días de feria durante Eastertide (a saber desde el domingo anterior al día de la Ascensión) excepto el lunes de Súplicas. Debido a una mayor explicitud, las normas agregan que no se dice en los domingos de Adviento, o desde Septuagesima al Domingo de Ramos inclusive, o en días de feria fuera de Eastertide. Se dice inmediatamente después de la última lectura, y por consiguiente reemplaza al tercero o noveno responsorio según el caso; pero en días en que no se dice, su lugar está ocupado por el responsorio. El Te Deum es seguido inmediatamente por Laudes, excepto en el Día de Navidad (cuando es seguido por la Oración, y ésta es la Misa). En general, puede decirse que el Te Deum sigue las mismas reglas que el Gloria in excelsis en la Misa.

Además de su uso en el Oficio Divino, el Te Deum se canta de vez en cuando en la acción de gracias a Dios por alguna bendición especial (por ejemplo la elección de un papa, la consagración de un obispo, la canonización de un santo, la profesión de un religioso, la publicación de un tratado de paz, una coronación real, etc.), y entonces normalmente después de la Misa o el Oficio Divino, o como una ceremonia religiosa separada. Cuando es cantado inmediatamente antes o después de la Misa, el celebrante que entona el himno puede llevar las vestiduras en el color del día, a menos que éstas deban ser negras. Por otra parte, mientras las normas no prescriben ningún color especial, el violeta está prohibido en las procesiones de acción de gracias (pro gratiarum actione), el verde es impropio para tales ocasiones solemnes, en el rojo (aunque permisible) no se debería pensar, a menos en tales fiestas como Pentecostés, por ejemplo, que lo requieren. Por consiguiente, blanco u oro, que es considerado su equivalente, es el color más conveniente. El coro y la congregación cantan el himno estando de pie, incluso cuando el Santo Sacramento es expuesto, pero se arrodilla luego durante el verso "Te ergo quaesumus…" . Al final se agrega el versículo "Benedicamus Patrem" etc. seguido por la sola oración "Deus cujus misericordiae."

Hay prácticamente sólo una melodía del canto-llano para el himno, variando mucho, sin embargo, en diferentes manuscritos. La melodía oficial y característica se da ahora en el Vatican Gradual (1908) en el Apéndice (pro gratiarum actione) en dos formas, el tonus solemnis (en que cada verso empieza con entonado o preparando las notas) y juxta morem romanum (en que el verso comienza ex abrupto). Pothier nota una gran afinidad entre las melodías del Te Deum laudamus, Te dominum confitemur y las del Prefacio, Per Omnia… Sursum Corda. Él también señala (Melodías gregorianas, 239) un cambio de la salmodia en la melodía del Te Deum, fortalecido por la introducción de una forma de antífona distinta en las palabras "Aeterna fac", etc., repitiéndose tres veces la melodía de la antífona. Mientras la melodía del canto se ha usado como un canto fermo para las Misas polifónicas, las formas polifónicas son poco comparables con muchos himnos de menos importancia. Palestrina, Jacob Haendl, y Felice Anerio han tratado así la vieja melodía. Los compositores italianos del siglo decimoséptimo, compusieron para varios coros con órgano y orquesta. Los manuscritos de Cherubini están perdidos. Berlioz consideró el final de sus propios arreglo (para dos coros, orquesta, y órgano) "indudablemente su trabajo más fino". A veces a los versos alternados, sólo se les pone música, para que otro coro o la congregación puedan cantar los otros versos en el canto-llano (como en el Miserere, q. v.). El texto latino se ha traducido al inglés y se le han dado muchas formas. El "Utrecht" de Handel y el "Dettingen" Te Deums son famosos. Un rasgo interesante de este último, es que pide prestada la inspiración para diez de sus números de un Te Deum compuesto por el Minorite Francesco Urio, hábil compositor milanés del siglo decimoséptimo-decimoctavo. Quizás la más satisfactoria de las recientes composiciones del Te Deum para su uso en la Iglesia es la de Edgar Tinel, escrita para celebrar el setenta y cinco aniversario de la independencia belga (1830-1905). Está compuesto para un coro mixto de seis voces, orquesta, y órgano.

Hay aproximadamente veinticinco traducciones métricas en inglés, incluso la versión sonora de Dryden,"A Tí, Dios Soberano, nuestra agradecida alabanza" y la del Rev. Clarence A. Walworth, normalmente usado en los himnarios católicos americanos, "Dios Santo, nosotros alabamos Tu Nombre", pero escrito antes de su conversión, como aparecía con fecha de 1853 en el "Himnario Evangélico". Hay también seis versiones libres en inglés basadas en Lutero, en alemán. Hay muchas versiones alemanas de las que "Grosser Gott, wir loben dich" normalmente se usa en las iglesias católicas. Probablemente la más reciente traducción católica se encuentra en la nueva edición (Londres, 1903) de Rovost Husenbeth's "Devocionario para Uso de los Laicos", "Nosotros te alabamos, Dios: nosotros te glorificamos, Señor".

H.T. HENRY Traducido por Beatriz N. Prestamo

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