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Miércoles, 30 de octubre de 2024

San Paulino de Nola

De Enciclopedia Católica

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(Poncio Meropio Anicio Paulino)

Nació en Burdeos alrededor del 354 y murió el 22 de junio de 431. Procedía de una distinguida familia de Aquitania y su educación fue confiada al poeta Ausonio. Llegó a ser gobernador de la provincia de Campania pero pronto se dio cuenta que no podía encontrar en la vida pública la felicidad que buscaba. Desde el 380 al 390 vivió, casi enteramente, en su tierra natal. Se casó con una española, una cristiana llamada Teresa. Le debió su conversión a Teresa, al obispo Delfino de Burdeos, al sucesor de éste, el presbítero Amando, y a San Martín de Tours, que le curó de una enfermedad ocular. Delfino los bautizó a él y a su hermano el mismo día. Cuando Paulino perdió a su único hijo de ocho días de nacido, y cuando fue acusado de asesinar a su hermano, él y su esposa decidieron retirarse del mundo y abrazar la vida monástica. Se fueron a España alrededor del 390.

En la Navidad del 394 ó 395 los habitantes de Barcelona le obligaron a ordenarse, lo cual no fue canónico, ya que él no había recibido previamente los otros órdenes. Puesto que era especialmente devoto de San Félix, el cual había sido enterrado en Nola (Campania), construyó una magnífica avenida que conducía directamente a la iglesia que contenía la tumba del santo y junto a ésta, construyó un hospital. Decidió asentarse allí con Teresa y distribuyó gran parte de sus posesiones entre los pobres. En el 395 se trasladó a Nola donde llevó una vida monacal ascética y rigurosa a la vez que contribuyó generosamente a la Iglesia, al acueducto en Nola y a la construcción de las basílicas en Nola, Fondi, etc. La basílica de Nola contaba con cinco naves y tenía a cada lado cuatro adiciones o capillas (cubicula) y un ábside en forma de trébol. Esta estaba conectada con la antigua capilla mortuoria de San Félix mediante una galería. Esta parte estaba ricamente decorada con mármol, lámparas de plata y lustros, pinturas, imágenes e inscripciones. En el ábside había un mosaico que representaba la Santísima Trinidad y del cual se hallaron algunos restos en 1512.

Alrededor del 409 Paulino fue elegido Obispo de Nola. Durante veinte años desempeñó sus deberes de forma laudable. Sus cartas contienen muchas citas y alusiones bíblicas; él hacía todo en el Espíritu de la Biblia y lo expresaba en el lenguaje bíblico. Genadio menciona los escritos de Paulino en su continuación de “De Viris Illustribus” (XLIX) de San Jerónimo. El panegírico sobre el emperador Teodosio I desgraciadamente se perdió, así como también el “Opus sacramentorum et hymnorum”, la “Epistolae ad Sororem”, el “Liber de Paenitentia”, el “Liber de Laude Generali Omnium Martyrum” y un tratado poético del “De Regibus” de Suetonio, el cual Ausonio menciona. Se han conservado cuarenta y nueve cartas dirigidas a amigos, tales como Sulpicio Severo, San Agustín, Delfino, el obispo Vitricio de Rouen, Desiderio, Amando, Pamaquio, etc. También existen treinta y tres poemas. Después del 395 compuso un himno cada año para la conmemoración de San Félix, en el que principalmente glorificaba la vida, obras y milagros de su santo patrón. Remontándose en el tiempo presentó varios motivos religiosos y poéticos. Las partes épicas son muy vívidas, las líricas llenas de realismo, sencillo entusiasmo y una ardiente apreciación de la naturaleza. De estos catorce poemas y fragmentos, se han conservado trece.

Entre sus obras son notables las epístolas a Ausonio, el himno nupcial a Juliano, que exalta la dignidad y santidad del matrimonio cristiano, y un poema para consolar a los padres de Celso en la muerte de su hijo. A pesar de que el estilo de Paulino posee una gran versatilidad y belleza, no está del todo libre de amaneramientos y de la cultura ornamental de su época. Todos sus escritos emanan encanto, personalidad ideal, liberada de ataduras terrestres en un afán por elevarse. Según San Agustín, él tenía una idea exagerada respecto a la veneración de los santos y reliquias. Su carta XXXII, dirigida a Sulpicio Severo, ha recibido una especial atención porque en ella describe la Basílica de Nola, la cual construyó, y da numerosos relatos sobre su existencia, construcción y propósito de los monumentos cristianos. Gracias a él, también poseemos información concerniente a la Basílica de San Pedro en Roma. Durante su vida Paulino fue considerado un santo. Su cuerpo fue enterrado primero en la Catedral de Nola; después en Benevento, más tarde fue trasladado por Otón III a San Bartolomeo all´Isola en Roma, y finalmente, de conformidad con la regulación del Papa San Pío X del 18 de septiembre de 1908 (Acta Apostolicae Sedis, I, 245 ss.), fue reinstalado a la Catedral de Nola. Su fiesta, que se celebra el 22 de junio, fue elevada a la categoría de doble.


Fuente: Löffler, Klemens. "St. Paulinus, Bishop of Nola." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11585b.htm>.

Traducido por Alicia Fernández Jarrín. L H M