Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Jueves, 21 de noviembre de 2024

Etienne Bonnot de Condillac

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

Etienne Bonnot de Condillac fue un filósofo francés; nació en Grenoble el 30 de septiembre de 1715; murió cerca de Beaugency (Loiret) el 3 de agosto de 1780. Fue hermano del abad de Mably y él mismo fue abad de Mureaux. Gracias a los recursos de su beneficio, pudo seguir sus inclinaciones naturales y dedicarse por completo al estudio, para cuyo propósito se retiró a la soledad. Alrededor de 1755 fue escogido preceptor del Duque de Parma, nieto de Luis XV, para quien escribió su "Cours d'études". Una vez finalizada la educación del príncipe, Condillac fue electo en 1768 para suceder al abad d´Olivet como miembro de la Academia Francesa. Estuvo presente en las sesiones una sola vez —el día de su recepción— y luego se retiró a su hacienda de Flux cerca de Beaugency, donde pasó el resto de sus días.

Desde un punto de vista intelectual, la vida de Condillac puede dividirse en dos períodos. Durante el primero simplemente desarrolló las teorías de Locke. Publicó en 1746 su "Essai sur l' origine des connaissances humaines" el cual es un resumen del "Ensayo Respecto al Entendimiento Humano” de Locke, y en 1749 su "Traité des systemes" en el cual ataca las ideas innatas y los sistemas abstractos de Descartes, Malebranche, Leibniz, Espinosa y Boursier.

El último período, dedicado a obras más originales, comienza con el "Traité des sensations" en 1754, cuya idea central es renovar el entendimiento humano mediante un análisis fundamental de los primeros datos de la experiencia mental en la vida consciente del hombre. En 1755 publicó su "Traité des animaux", una secuela a el "Traité des sensations"; y luego su "Cours d'études" que incluye "Grammaire", "L'Art d'écrire", "L'Art de raisonner", "L'Art de penser", "L'histoire générale des hommes et des empires", editados en 13 vols., Parma, 1769-1773. Este fue colocado en el Índice en 1836. En 1776 apareció su libro sobre "Le commerce et le gouvernement considérés relativement l'un à l'autre" en el cual expone sus principios del derecho a la propiedad y su teoría de la economía. En 1780, pocos meses antes de su muerte, publicó su "Logique", un tratado elemental compuesto a petición del concilio de instrucción pública de Polonia. Su "Langue des calculs" fue publicado inconcluso solo después de su muerte en la primera edición completa de sus obras (23 vols., París, 1798).

Condillac comienza con el empirismo de Locke, pero piensa que Locke no profundizó lo suficiente en el problema del origen del conocimiento humano. Según Locke, nuestro conocimiento tiene una doble fuente, sensación y reflexión; según Condillac, no solo todas nuestras ideas, sino que todas nuestras operaciones mentales y nuestras facultades surgen de la sensación como su fuente última; todas son en realidad diferentes etapas o formas en el desarrollo de la sensación (sensations transformées). Ilustra su teoría mediante la hipótesis de una estatua, que, inerte al principio, se supone que adquiera los sentidos uno por uno, desde el más elemental, el olfato, hasta el más perfecto, el tacto. Con este último sentido y su impresión de resistencia, la estatua que previamente había sido solo olor, sabor, color, etc., ahora adquiere la distinción entre el yo y el no-yo. Cuando tiene todos los sentidos, tiene también la plenitud de la vida mental.

A partir de la sensación considerada como representativa surgen todas las facultades del entendimiento. La atención no es más que una sensación exclusiva. Cuando el objeto está presente, la impresión se llama sensación real; la impresión que queda después de la desaparición del objeto se llama memoria. La comparación no es más que una doble atención; no podemos comparar dos objetos o percibir dos sensaciones sin señalar que son similares o diferentes; percibir similitudes o diferencias es juzgar; razonar es sacar un juicio de otro juicio en el cual estaba contenido. Además, toda sensación es esencialmente afectiva, es decir, dolorosa o placentera; bajo este aspecto es la fuente de todas nuestras facultades activas. La necesidad es el dolor que resulta de la privación de un objeto cuya presencia es requerida por la naturaleza o el hábito; necesitamos dirigir todas nuestras energías hacia este objeto; esta misma dirección es lo que llamamos deseo; el deseo como hábito dominante es pasión; la voluntad no es más que un deseo absoluto, un deseo que se hace más enérgico y más permanente a través de la esperanza.

Lo que llamamos substancia es simplemente la colección de sensaciones. Lo que llamamos el ego es simplemente la colección de nuestras sensaciones. ¿Hay algo detrás de estas sensaciones que las apoya? No lo sabemos. Expresamos y resumimos nuestras sensaciones por medio de palabras; le damos el mismo nombre a todos los objetos individuales que consideramos similares; este nombre es lo que llamamos una idea general. A través de ideas generales o nombres ponemos orden a nuestro conocimiento; y este es precisamente el propósito del razonamiento y es lo que constituye la ciencia. El buen razonamiento, por lo tanto, consiste esencialmente en hablar bien. En última instancia, la obra del pensamiento humano es pasar desde el contenido confuso y complejo de las sensaciones primitivas a conceptos claros y simples; dl método esencial y único se basa en el principio de identidad, y el método analítico perfecto es el método matemático. Razonar es calcular; lo que llamamos progreso en ideas es solo progreso en expresión. Una ciencia es solo un lenguaje bien construido, une langue bien faite, es decir, simple, con signos precisamente determinados según las leyes de la analogía. La forma primitiva del lenguaje es el lenguaje de la acción que es innato en nosotros, sintético y confuso. Bajo la presión de la necesidad de comunicación entre los hombres, estas acciones son interpretadas como signos, descompuestos, analizados y el lenguaje hablado toma el lugar del lenguaje de la acción.

La teoría de la educación de Condillac se basa en la idea de que el niño en su desarrollo debe repetir las varias etapas a través de las cuales la ha pasado la raza, una idea que aún sobrevive con ciertas modificaciones. Otro de sus principios, más ampliamente aceptado al presente, es que el proceso educativo debe ser moldeado de acuerdo al desarrollo natural. También insiste en la necesidad de establecer una conexión entre los diversos elementos de conocimiento y el adiestramiento del juicio en lugar de recargar la memoria. El estudio de la historia ocupa un amplio lugar en su sistema, y la religión es de suma importancia. Él insiste en que el príncipe, para quien escribió el "Course d´études” debe ser instruido más a fondo en asuntos de religión que los súbditos a los que ha de gobernar más tarde. Por otra parte, Condillac ha sido justamente criticado por su intento de convertir al niño en un lógico y psicólogo, incluso en un metafísico, antes de que haya dominado los elementos de la gramática —una equivocación que obviamente se debe a su error en relación con el origen de las ideas. El sistema de Condillac termina, por lo tanto, en empirismo sensualista, nominalismo y agnosticismo.

Si las obras de Condillac evidencian una cierta precisión de pensamiento y vigor de razonamiento, claramente revelan la falta de observación y el sentido de la realidad. La mayor parte del tiempo está cegado por la tendencia a reducir todos los procesos de pensamiento a un solo método, todas las ideas y principios a una sola fuente. Esta tendencia se ejemplifica bien en su hipótesis de la estatua. Él supone que es mera pasividad; y por esta misma suposición, en lugar de en un hombre la convierte en una máquina, como dice Cousin, un cadáver sensible. Intenta reducir todo a una mera sensación o impresión, y en realidad cada paso en lo que él llama una transformación es dado bajo la influencia de una actividad y un principio que domina e interpreta esta sensación, pero que Condillac confunde con ella. Es la operación de esta actividad y principio esencialmente distinto a la sensación, lo que le permite hablar de atención, comparación, juicio y personalidad. Se ha hecho un intento de demostrar que Condillac fue el precursor, en psicología, ética y sociología, de la escuela de inglesa representada por Mill, Bain y Spencer (Dewaule, Condillac et la psychologie anglaise contemporaine, París, 1892); pero esta opinión parece pasar por alto la influencia de Locke sobre sus sucesores en Inglaterra y la tendencia tradicional del pensamiento filosófico inglés (cf. Picavet en Revue philosophique, XXXIX, p. 215).


Bibliografía: (Euvres complétes (París, 1798, 1803, 1821); Laromiguiere, Paradoxes de Condillac ou réflexions sur la langue des calculs (París, 1805); Idem, Lecons de philosophie (París, 1815-l.S); (Cousin, Hist. de la philosophic modern (París, 1827); Robert; Les théories logiques dc Condillac (París, 1869); Réthoré, Condillac ou l´empiricisme et le rationalisme (París, 1864); Mill, A System of Logic (Londres, 1872), II, II; Lewes, Biog. History of Phil. (Londres, 1871), II.

Fuente: Sauvage, George. "Etienne Bonnot de Condillac." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4, pp. 210-211. New York: Robert Appleton Company, 1908. 27 Jun. 2019 <http://www.newadvent.org/cathen/04210b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina