Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Martes, 3 de diciembre de 2024

Congregación de Cluny

De Enciclopedia Católica

Revisión de 23:21 6 nov 2016 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones)

(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar

La Congregación de Cluny (Cluni, Clugni o Clugny) fue la primera reforma, que se convirtió prácticamente en una orden distinta dentro de la familia benedictina. Se originó en Cluny, una ciudad en Saone-et-Loire, a quince millas al noroeste de Mâcon (Francia), donde en el año 910 Guillermo el Piadoso, duque de Aquitania, fundó una abadía a la que dotó de todo su dominio. Colocó al frente a San Berno, entonces |abad de Gigny, bajo cuya guía se inauguró una forma de vida benedictina nueva y más estricta. Las reformas introducidas en Cluny se remontan de alguna manera a la influencia de San Benito de Aniane, el cual había expuesto sus nuevas ideas en la primera gran reunión de abades de la orden que tuvo lugar en Aquisgrán (Aix-la-Chapelle) en 817, y su desarrollo en Cluny llevó a muchas desviaciones de la anterior, la principal de las cuales fue una forma de gobierno altamente centralizada, extraña a la tradición benedictina. La reforma se propagó rápidamente más allá de los límites de la abadía de Cluny, en parte por la fundación de nuevas casas y en parte por la incorporación de las ya existentes, y como todas ellas permanecían dependientes de la casa madre, la Congregación de Cluny comenzó a existir casi automáticamente.

Bajo los sucesores de San Berno alcanzó una extensa influencia y en el siglo XII estaba a la cabeza de una orden que tenía alrededor de 314 monasterios, que se extendían por Francia, Italia, el Imperio, Lorena, Inglaterra, Escocia y Polonia. Según la "Bibliotheca Cluniacensis" (París, 1614) 825 casas debían fidelidad al abad de Cluny en el siglo XV. Algunos escritores han dado el número de 2000, pero hay poca duda de que esta es una exageración. Quizá incluya todos esos monasterios que aunque no unidos a la congregación, adoptaron parcial o totalmente las constituciones cluniacenses, tales como Fleury, Hirschau Farfa y muchos otros sometidos a su influencia.

Durante los primeros 250 años de su existencia Cluny fue gobernada por una serie de notables abades, hombres que dejaron su huella sobre la historia de Europa occidental y que se ocupaban primordialmente de todas las grandes cuestiones políticas de su época. Entre ellos estaban los santos Odón, Mayolo, Odilón y Hugo y Pedro el Venerable. Bajo éste, el noveno abad, que gobernó desde 1122 a 1156, Cluny llegó al cenit de su influencia y prosperidad, tiempo en que era segundo sólo después de Roma como centro principal del mundo cristiano. Llegó a ser un centro de enseñanza y una escuela de adiestramiento para Papas, cuatro de los cuales Gregorio VII (Hildebrando), Urbano II, Pascual II y Urbano V, salieron de sus claustros para regir la Iglesia Universal. En el momento de la disolución, había 35 casas cluniacenses en Inglaterra y tres en Escocia. La primera fundación fue la del priorato de San Pancracio en Lewes (1077), cuyo prior solía ser el vicario general del abad de Cluny para Inglaterra y Escocia. Otras importantes casas estaban en Castleacre, Montacute, Northampton y Bermondsey.

Después del siglo XII, el poder de Cluny declinó algo y en el siglo XVI sufrió mucho en las guerras religiosas y civiles de Francia y sus consecuencias. La introducción de los abades comendatarios, el primero de los cuales fue nombrado en 1528, fue hasta cierto punto responsable del declive. Entre los prelados titulares más importantes estuvieron los cardenales Richelieu y Mazarino que intentaron restaurarla a su primitiva grandeza, aunque su esfuerzo no tuvo mucho éxito. Claude de Vert, prior de San Pedro, Abbeville (m. 1708) fue otro potencial reformador de la congregación, inspirado sin duda por el ejemplo de los mauristas.

La abadía-iglesia de Cluny estaba hecha a una escala proporcionada a la grandeza de la congregación y fue considerada como una de las maravilla de la Edad Media. De no menos de 555 pies (169 mts.) de largo, era la iglesia más grande de la cristiandad hasta la erección de la de San Pedro en Roma. Tenía cinco naves, un nártex, o anteiglesia, y varias torres. Comenzada por San Hugo, el sexto abad, en 1089, fue terminada y consagrada por el Papa Inocencio II en 1131-32, y el nártex se le añadió en 1220. Junto con los edificios conventuales cubría un área de veinticinco acres. En 1790, al ser suprimida, fue comprada por la ciudad y casi totalmente destruida. En el presente sólo quedan una torre y parte de un transepto, mientras que una carretera atraviesa el lugar de la nave. La comunidad de la abadía, que contaba con 300 miembros en el siglo XIII, se fue reduciendo hasta 100 en el siglo XVII, y cuando fue suprimida junto con todas las demás casas religiosas de Francia, sólo 40 monjes.

El espíritu y organización de la congregación se separaba claramente de la tradición benedictina, aunque sus monjes siguieran siendo considerados miembros de la familia benedictina. Antes de su creación cada monasterio había sido independiente y autónomo, aunque la observancia de la misma regla en todos ellos constituía un lazo de unión; pero cuando Cluny comenzó a producir vástagos y a atraer otras casas bajo su influencia, cada casa, en vez de formar una familia separada, era retenida en dependencia absoluta de la abadía central. Los superiores de tales casas, que eran normalmente prioratos, estaban sometidos a la abadía de Cluny y eran nombrados por ella, no elegidos por sus propias comunidades, como es la costumbre benedictina normal. Cada profesión, aún en el monasterio más alejado de la congregación, requería su sanción y cada monje tenía que pasar varios años en Cluny. Tal sistema cortaba de raíz el viejo ideal familiar y dio como resultado una especie de jerarquía feudal que consistía en un gran monasterio central y un número de dependientes distribuidos por muchas tierras.

El abad de Cluny o su representante hacía visitas anuales a las casas dependientes y tenía como asistente en el gobierno de tan vasta organización a un coadjutor con el título de Gran Prior de Cluny. Después del siglo XII el estado monárquico del abad fue restringido de alguna manera mediante la celebración de capítulos generales, pero es evidente que tenía un poder muy real sobre toda la congregación mientras mantuviera en sus propias manos el nombramiento de todos los priores dependientes. (Para las fuentes de información respecto a la regla, gobierno y observancia conventual de la congregación, vea la bibliografía al final de este artículo). Respecto al Oficio Divino, los monjes de Cluny se ajustaban a la costumbre existente, introducida en los monasterios de Francia por San Benito de Aniane, de añadir numerosos ejercicios devocionales, en forma de salmos (psalmi familiares, speciales, prostrati y pro tribulatione) y oficios votivos (Nuestra Señora, Difuntos, Todos los Santos, etc.) a las horas canónicas diarias prescritas por la Regla Benedictina.

La biblioteca de Cluny fue durante muchos años una de las más ricas y más importantes de Francia y almacenaba un vasto número de manuscritos valiosos. Cuando la abadía fue saqueada por los hugonotes en 1562, muchos de estos inapreciables tesoros se destruyeron o se dispersaron. De los que quedaron en Cluny, algunos fueron quemados por la turba revolucionaria en la época de la supresión de 1790 y otros almacenados en el ayuntamiento de Cluny. Éstos y otros que pasaron a manos privadas han sido recuperados gradualmente por el gobierno francés y están ahora en la Biblioteca Nacional de París. En el Museo Británico de Londres hay también alrededor de sesenta estatutos que pertenecieron a Cluny. El “Hotel de Cluny” en París, que data de 1334, fue anteriormente la casa de los abades. En 1833 se convirtió en un museo público, pero no tiene nada relacionado con la abadía, aparte del nombre.


Bibliografía: Para la regla, constituciones, etc. vea BERNARDO DE CLUNY, Ordo Cluniacensis en HERRGOTT, Vetus Disciplina Monastica (París, 1794); y UDALRICO DE CLUNY, Consuetudines Cluniacensis en P.L., CXLIX (París, 1882). Para la historia de la congregación, etc., DUCKET, Charters and Records of Cluni (Lewes, 1890); MAITLAND, Dark Ages (Londres, 1845); MABILLON, Annales O. S. B. (París, 1703-39), III-V; SAINTE-MARTHE, Gallia Christiana (París, 1728), IV, 1117; HELYOT, Hist. des ordres religieux (París, 1792), V; MIGNE, Dict. des abbayes (París, 1856); LAVISSE, Hist. de France (París, 1901), II, 2; LORAIN, Hist. de l'abbaye de Cluny (París, 1845); CHAMPLY, Hist. de Cluny (Macon, 1866); HEIMBUCHER, Die Orden und Kongregationen der katholischen Kirche (Paderborn, 1896), I; HERZOG Y HAUCK, Realencyklopadie (Leipzig, 1898), III; SACKUR, Die Cluniacenser (Halle a. S., 1892-94).

Fuente: Alston, George Cyprian. "Congregation of Cluny." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4, pp. 73-74. New York: Robert Appleton Company, 1908. 6 Nov. 2016 <http://www.newadvent.org/cathen/04073a.htm>.

Traducido por Pedro Royo