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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Diluvio

De Enciclopedia Católica

Revisión de 23:59 6 mar 2010 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones) (Relato Bíblico del Diluvio)

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Diluvio es el nombre de una catástrofe completamente descrita en Génesis 6,1 - 9,19, y a la que se alude en los siguientes pasajes de la Sagrada Escritura: Sab. 10,4; 14,6-7; Eclo. 16,8; 44,17-19; Isaías 54,9; Mt. 24,37-39; Lc. 17,26-27; Heb. 11,7; 1 Pedro 3,20-21; 2 Ped. 2,5. En el presente artículo consideraremos el tema bajo los siguientes títulos:

Relato Bíblico del Diluvio

El Libro del Génesis da la siguiente breve reseña del Diluvio: Dios ve la maldad de los hombres, y determina destruirlos con excepción de Noé y su familia (6,1-8). Le revela su decreto a Noé y le indica cómo puede salvarse a sí mismo y la semilla de toda vida animal por medio de un arca que debe construir de acuerdo a ciertas dimensiones (6,9-22). Siete días antes del Diluvio, Dios manda al patriarca a entrar al arca (7,1-5). Noé completa su entrada al arca el mismo día que comienza el Diluvio; la lluvia cae durante cuarenta días y noches; todos los seres vivos fuera del arca son destruidos; las aguas prevalecen sobre la tierra ciento cincuenta días (7,6-24). Las aguas disminuyen, la tierra se seca; Noé comprueba su condición por medio de un cuervo y una paloma enviados fuera del arca (8,1-14). Noé obedece la orden divina de salir del arca, construye un altar, ofrece un sacrificio, hace un pacto con Dios y comienza a ser un labrador (9,1-27).

Tan simple como este relato parece ser, los críticos bíblicos sostienen que es un mosaico compuesto de dos historias del Diluvio, que difieren en la autoría y en su contenido. Le atribuyen una al escritor yahvista, usualmente designado por la letra J; y el otro, al escritor sacerdotal post-exílico, generalmente conocido como P. Según Kautzsch, las secciones 6,1-8; 7,1-5.7-10.12.16b-17.22-23; 8,2b-3a.6-12.13b.20-22; 9,18-27, pertenecen a J, mientras que le asignan a P 6,9-22; 7,6.11.13-16a.18-21; 7,24 - 8,2a; 8,3b-5.13a.14-19; 9,1-17. Esta división del texto se basa en los siguientes motivos:

  • 1. J utiliza el nombre divino Yahveh, mientras que P emplea Elohim;
  • 2. J y P narran la misma serie de eventos,
  • 3. J y P se diferencian en el idioma;
  • 4. J y P no están de acuerdo en sus declaraciones.

El carácter compuesto de la historia del Diluvio no entra en conflicto con la autoría de Moisés. El estudiante de la Biblia más conservador admitirá que Moisés no fue un testigo ocular del Diluvio. Prescindiendo de la revelación divina, debe haber obtenido su información sobre el evento ya sea de la tradición o de documentos escritos. Si la crítica bíblica ha tenido éxito en la restauración de las principales fuentes utilizadas por Moisés en su historia del Diluvio, ha hecho el servicio más insigne a la exégesis bíblica. Afortunadamente, estamos en posición de poder controlar el valor de las conclusiones críticas por medio del relato babilónico o acadio del Diluvio. Sin detenernos sobre su forma según aparece en los fragmentos de Beroso, que son de fecha relativamente reciente, encontramos que la versión que figura en una inscripción cuneiforme en tablillas conservadas en el Museo Británico, y descifradas por primera vez por George Smith en 1872, contiene una combinación de los elementos de P y J del relato del Diluvio. Los expertos dicen que esta versión se remonta al menos a cerca de 3,000 a.C. Es cierto, por lo tanto, que los llamados documentos P y J reconstruidos por los críticos se combinaron mucho antes de que el texto bíblico se pusiera por escrito. Este hecho es confirmado por una historia del Diluvio que figura en el fragmento recién descubierto por Scheil, que no puede ser de fecha muy posterior a 2,140 a.C. Los críticos ya no pueden negar la existencia de una tradición del Diluvio similar a la historia contenida en el Libro del Génesis, anterior a nuestro relato bíblico. A fin de defender su división del texto inspirado en los llamados documentos J y P, sostienen que la historia acadia se copió parcialmente en los documentos J y P, y que el “redactor” bíblico reunió estos dos relatos parciales en uno solo. Esta serie de suposiciones, sin embargo, es a lo mejor un torpe intento de explicar un hecho que está en el camino de su teoría. Pero estamos dispuestos a admitir la división crítica del relato del Diluvio, a pesar de su desacuerdo con los resultados de los descubrimientos más recientes, si los argumentos críticos son realmente convincentes.

(1) Se nos dice que J usa el nombre divino Yahveh, mientas que P utiliza Elohim. Pero se deben tener en mente las siguientes consideraciones: Primero, estamos apenas suficientemente seguros del uso de los nombres divinos en los textos inspirados primitivos para construir un argumento sólido sobre su ocurrencia en la forma actual del texto. En segundo lugar, en la forma actual del texto Elohim aparece dos veces en el documento yahvista, 6,2, y 7,9. En tercer lugar, seis pasajes en la sección 7,16 - 8,20 se asignan al escritor yahvista, aunque el nombre de Yahveh no aparece ni una sola vez. En cuarto lugar, la variación de los nombres divinos en la historia del Diluvio puede explicarse satisfactoriamente sin recurrir a la acción violenta de dividir el texto entre dos escritores distintos.

(2) Se alega que J y P informan los mismos hechos. Si examinamos los dos documentos según reconstruidos por los críticos, a la luz de este argumento, encontramos que son fragmentarios y que no contienen dos series de eventos. J pasa de la determinación de Dios de destruir el mundo (6,1-8) al mandato divino a Noé para que entre al arca sin decirle dónde encontrar o cómo conseguir un arca (7,1-5). Noé construye un altar y ofrece holocaustos sin salir del arca (8,20). P no nos informa de la verdadera naturaleza de la corrupción de toda carne (6,9-12); él sabe de la orden de Dios para salvar a los animales, pero no sabe nada de la orden de Dios sobre Noé y su familia (6,17-22; 7,13); incluso once meses después del inicio del Diluvio y dos meses después de la aparición de las cimas de las montañas, él no conoce de ningún intento por parte de Noé para determinar la condición de la tierra (8,13 ss.); finalmente, no da ningún motivo ético para la bendición divina otorgada a Noé (9,1 ss.). Los críticos están conscientes de estas lagunas en los dos documentos, y los explican con la suposición de que el "redactor", que tenía ante sí las historias originales del Diluvio,, no insertó su texto completo en el relato bíblico. Pero si el "redactor" omitió ciertas partes de los documentos originales a fin de evitar repeticiones, ¿por qué no omitió las repeticiones descubiertas por los críticos? ¿O vamos a suponer que presenta algunas repeticiones, mientras que cuidadosamente evitó las demás? ¿No es más probable que él consideró las repeticiones alegadas por los críticos como meros recursos retóricos, como transiciones resumidas, por ejemplo, (6,9-12), o gradaciones (7,17-20; 7,21-23), o amplificaciones (7,7.13-16a)?

(3) Se dice que J y P difieren en el lenguaje; pero siendo la división crítica lo que es, sería extraño si los documentos no difirieran en lenguaje. Las secciones que contienen material cronológico, sistemático y científico son atribuidas a P, el resto se deja a J. ¿No es sorprendente que J no describe las medidas del arca, viendo que los críticos no le dan ningún arca que describir? ¿O es notable que P carece del estilo poético que se halla en la descripción del cuervo y la paloma en J, ya que no se le asigna ninguna sección, que admita tal tratamiento? El cuidado con que sólo se asigna a J y P respectivamente temas establecidos y expresiones determinadas está bien ilustrado por el hecho de que a pesar de su minuciosa disección de la historia del Diluvio, la crítica debe eliminar del documento J parte de 6,7; 7,3.7.17.22.23; 9,18.22.23.26, y 7,8.9 completo; y del documento P parte de 6,17, 7,6; 9,4, a fin de no permitir inconsistencias en sus fuentes.

(4) Por último, se dice que J y P no concuerdan respecto a los animales que se llevarían en el arca, en cuanto a la duración del Diluvio y en cuanto al comportamiento de Dios hacia el hombre después del diluvio. En 6,19, de hecho, P registra el mandato de Dios, "de toda carne meterías en el arca una pareja"; pero ¿es incompatible con esto, si 120 años después, cuando Noé está a punto de entrar al arca, J relata una especificación divina más exacta, "de todos los animales puros tomarás para ti siete parejas… y de todos los animales que no son puros, una pareja” (7,2-3)? No se puede decir que el cumplimiento muestra que al arca se llevaron sólo dos de cada especie, tanto 7,9 como 7,15-16 leen “sendas parejas de cada especie", de modo que expresan las parejas aptas para la generación, más que cualquier número absoluto. La discrepancia en cuanto a la cronología entre J y P es más artificial que real; no hay incoherencia en la cronología del relato bíblico del Diluvio, por lo que la discrepancia entre los documentos, si alguna, es de fabricación crítica. Además, una simple lectura del documento J, tomado por separado, muestra que su cronología no es satisfactoria. Por último, si en 9,15 P sabe de una alianza divina que, de acuerdo a J, es el resultado de la auto-reflexión de Yahveh en consecuencia del sacrificio del patriarca (8,21-22), los dos documentos son más bien complementarios que contradictorios, J proporciona la motivación ética de la acción de Dios tal como es descrita por P.

Historicidad

Universalidad del Diluvio

Asuntos Colaterales

Bibliografía: Se puede hallar bibliografías completas en VON HUMMELAUER, Commentarius in Genesim (París, 1895); MANGENOT en Vig., Dict. de la Bible (Paris 1899) II; CORNELY, Introductio (2da ed. París, 1887), II, Pt. I, 161; HAGEN, Lexicum Biblicum (París, 1907), II; DE RÉGNON, Le déluge biblique et les races antédiluviennes; SCHÖPFER, Geschichte d. A. T. (3ra. ed. Brixen, 1902); WOODS, Dict. of the Bible (Nueva York, 1900), II; LÜKEN, Die Traditionen des Menschengeschlechts (Münster, 1869); ANDREE, Die Flutsagen ethnographisch betrachtet (Brunswick, 1891); VON SCHWARZ, Sintfluth und Völkerwanderungen (Stuttgart. 1894); PRESTWICH, On Certain Phenomena Belonging to the Close of the Last Geological Period (Nueva York, 1895); SÜSS, Das Antlitz der Erde (Prague, 1883); MILLER, Testimony of the Rocks, 1858; KAULEN in Kirchenlexikon; REUSCH, Bibel und Natur (4ta. ed., Bonn, 1876); The Tablet (Londres, 1884), flles.

Fuente: Maas, Anthony. "Deluge." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04702a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina