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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Elohim

De Enciclopedia Católica

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Introducción

Vea también Dios.

(Septuaginta theos; Vulgata Deus).

Elohim es el nombre común para Dios. Es una forma en plural, pero "El uso del lenguaje no provee apoyo a la suposición de que tenemos en la forma plural Elohim, aplicada al Dios de Israel, los restos de un politeísmo primitivo, o cuando menos una combinación con los seres espirituales más elevados" (Kautzsch). Los lingüistas lo llaman el plural de majestad o rango, o de abstracción, o de magnitud (Gesenio, Grammatik, 27ma ed., nn. 124 g, 132 h). El plural etíope amlak se ha convertido en un nombre propio para Dios. Hoffmann ha señalado un plural análogo elim en las inscripciones fenicias (Ueber einige phon. Inschr., 1889, p. 17 sqq.) y Barton ha demostrado que en las tabletas de El-Amarna el plural de ilani reemplaza el modo singular más de cuarenta veces (Trabajos de la Sociedad Oriental Americana, 21-23 abril 1892, pp. CXCVI-CXCIX).

Etimología

Elohim ha sido explicado como una forma plural de Eloah o como un plural derivado de El. Quienes se adhieren a la primera explicación no están de acuerdo con la derivación de Eloah. En hebreo no hay una raíz como alah; pero el arabista Fleischer, Franz Delitzsch y otros recurren al aliha del árabe, que significa "ser llenado de pavor", "buscar refugio ansiosamente", así que ilah (eloah) significaría en primer lugar "pavor", y luego ser el objeto del pavor. Parece que apoyan esta opinión los versículos en Gen. 31,42.53, donde Dios es llamado "el Terror de Isaac", e Isaías 8,13 y salmo 76(75),11. Pero el hecho de que aliha probablemente no es una raíz verbal independiente sino sólo un denominativo de ilah, que originalmente significa "poseído de Dios" (cf. enthousiazein, daimonan) hace más que precaria la explicación. No tiene más probabilidades la pretensión de Ewald, Dillmann, y otros de que la raíz verbal alah significa "ser poderoso" y debe ser considerada como una forma alternativa de la raíz alah; que, por ende, Eloah resulta de alah como El surge de alah. Baethgen (Beitrage, 297) ha señalado que de las cincuenta y siete incidencias de Eloah cuarenta y una pertenecen al Libro de Job, y las otras a textos tardíos o pasajes poéticos. Por tanto está de acuerdo con Buhl en sostener que la forma singular Eloah surgió sólo después que la forma plural Elohim había estado en uso por largo tiempo; en este caso, se dio un singular para un plural preexistente. Pero aún admitiendo que Elohim sea una forma anterior, hasta ahora su etimología no ha sido satisfactoriamente explicada. Los escritores judíos primitivos y los escritores eclesiásticos recientes coinciden con muchos estudiosos modernos en derivar Elohim de El, pero hay una gran diferencia de opinión en cuanto al método de derivación. Nestle (Theol. Stud. aus Würt., 1882, pp. 243 sqq.) supone que el plural surgió de la inserción de una h artificial, como en hebreo amahoth (doncellas) de amah. Buhl (Gesenius Hebraisches Handworterbuch, 12a. ed., 1895, pp. 41 sq.) considera Elohim como una especie de forma argumentativa de El; pero a pesar del desacuerdo respecto al método de derivación, estos escritores se aúnan suponiendo que en el hebreo primitivo el singular de la palabra que significaba Dios era El, y su forma plural Elohim; y que sólo en tiempos más recientes se acuñó la forma singular de Eloah, dando así a Elohim un correspondiente gramaticalmente correcto. Sin embargo Lagrange sostiene que Elohim y Eloah son derivados colateral e independientemente de El.

El Uso de la Palabra

Los hebreos tenían tres nombres comunes para Dios, El, Elohim y Eloah; además tenían el nombre propio Yahveh. Nestle es una autoridad para la aseveración que Yahweh ocurre aproximadamente seis mil veces en el Antiguo Testamento, mientras que todos los nombres comunes de Dios en conjunto no ocurren ni la mitad de las veces. El nombre Elohim aparece 2570 veces; Eloah, 57 veces [41 en Job; 4 en los Salmos; 4 en Daniel; 2 en Habacuc; 2 en el Cántico de Moisés (Deut. 32); 1 en Proverbios, 1 en Isaías; 1 en Crónicas; 1 en Nehemías]; El, 226 veces (Elim, 9 veces). Lagrange (Etudes sur les religions sémitiques, Paris, 1905, p. 71) infiere de Gén. 46,3 (el más poderoso Dios de tu padre), Éxodo 6,3 (con el nombre de Dios Todopoderoso) y del hecho que El reemplaza a Yah en nombres propios, la conclusión de que El era al principio un nombre propio y personal de Dios. Su gran edad puede demostrarse de su aparición general entre todas las razas semitas, y esto a su vez puede ser ilustrado por su presencia en los nombres propios que se encuentran en Gén. 4,18; 25,13; 36,43. Elohim no se encuentra entre todas las razas semitas; solo los arameos parecen haber tenido una forma análoga. Se ha sugerido que el nombre Elohim debe haberse formado después que los descendientes de Shem se hubieron separado en diferentes naciones.

Significado de la Palabra

Si Elohim se considera como derivado de El, su significado original sería "el fuerte" de acuerdo a la derivación que hace Wellhausen de El a partir de ul (Skizzen, III, 169); o "el más importante", de acuerdo a la derivación de Nöldeke para El a partir de ul o il, "estar al frente" (Sitzungsberichte der berlinischen Akademie der Wissenschaften, 1880, pp. 760 ss.; 1882, pp. 1175 ss.), o "el poderoso", de acuerdo a la derivación que hace Dillmann de El a partir de alah o alay, "ser poderoso" (En Génesis 1,1); o finalmente "Aquel que uno anhela", "El que es la meta de toda aspiración y esfuerzo humanos", "a quien uno recurre en la aflicción o cuando necesita guía", "al que uno se acoge estrechamente", coincidentibus interea bono et fine, de acuerdo a la derivación de El a partir de la preposición "el", por la que abogan La Place (cf. Lagarde, Uebersicht, etc., p. 167), Lagarde (op. cit., pp. 159 sqq.), Lagrange (Religions semitiques, pp. 79 sqq.) y otros. Una discusión de los argumentos que militan a favor y en contra de las derivaciones anteriores nos llevaría demasiado lejos.

Si recurrimos al uso de la palabra Elohim en el estudio de su significado, encontramos que en su sentido propio denota el verdadero Dios o falsos dioses, y que metafóricamente se aplica a jueces, ángeles y reyes; e incluso acompaña a otros nombres dándoles un significado superlativo. La presencia del artículo, la construcción en singular de la palabra y su contexto muestran con suficiente claridad si debe ser tomada en su sentido propio o en su sentido metafórico, y cual es su significado preciso en cada caso. Kautzsch (Enciclopedia Bíblica, III, 3324, n. 2) intenta eliminar el sentido metafórico de Elohim. En lugar de significar "jueces" él sugiere la traducción "Dios", como testigo de una demanda legal, como proveedor de decisiones sobre puntos de la ley, o como dispensador de oráculos; por el significado "ángeles" él interpreta "los dioses de los paganos", que en tiempos posteriores al Exilio, cayeron a una categoría menor. Pero esta interpretación no está apoyada por pruebas sólidas.

Según Renan (Histoire du peuple d'Israel, I, p. 30) los semitas creían que el mundo estaba rodeado, penetrado y gobernado por el Elohim, incontables seres activos, análogos a los espíritus de los salvajes, vivos, pero de alguna manera inseparables uno del otro, sin distinguirse ni aún por sus nombres propios como los dioses de los arios, por lo que podían ser considerados una totalidad confusa. Marti (Geschichte der israelitischen Religion, p. 26) también encuentra también en Elohim un rastro del polidemonismo semítico original; él sostiene que la palabra significaba la suma de los seres divinos que habitaban cualquier lugar dado. Baethgen (op. cit., p. 287), F.C. Baur (Symbolik und Mythologie, I, 304), y Hellmuth-Zimmermann (Elohim, Berlin, 1900) hacen a Elohim una expresión de poder, grandeza y totalidad. Lagrange (op. cit., p. 78) presiona contra estas opiniones ya que hasta las razas semitas necesitan unidades distintas antes de tener una suma, y partes distintas antes de arribar a una totalidad. Además el nombre El es anterior a Elohim (op. cit., p. 77 sq.) y El es a la vez un nombre común así como un nombre propio de Dios. Originalmente era, o un nombre propio que se volvió un nombre común, o era un nombre común que se volvió nombre propio. En cualquier caso, El, y por ende también su forma derivada Elohim, debe haber denotado el único y verdadero Dios. Esta inferencia se aclara después de una pequeña reflexión. Si El era al principio el nombre propio de un falso dios, no podía volverse el nombre común de un falso dios, no podía volverse el nombre común de una deidad no más que Júpiter o Juno; y si era al principio era el nombre común para deidad, podía volverse el nombre propio sólo de aquel dios que combinara en él todos los atributos de deidad, quien era el único y verdadero Dios. Esto no quiere decir que todas las razas semitas tuvieran desde un principio un concepto claro de la unidad de Dios y sus atributos divinos, aunque todos tenían originalmente el nombre divino El.


Bibliografía: VIGOUROUX en Dicc. de la Biblia, s.v.; KNABENBAUER, Lexicon Biblicum (Paris, 1907), II, 63; KAUTZSCH en Encyclopaedia Biblica (Nueva York, 1902), III, 3323 sq.; LAGRANGE, Etudes sur les religions semitiques (Paris, 1905), 19, 71, 77 sqq.

Fuente: Maas, Anthony. "Elohim." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/05393a.htm>.

Traducido por Javier L. Ochoa Medina. L H M