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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Miércoles de Ceniza»

De Enciclopedia Católica

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El Miércoles después del Domingo quincuagésimo, que es el primer día del ayuno cuaresmal. El nombre dies cinerum (día de cenizas) que muestra el Misal Romano aparece en las tempranas copias del Sacramentario Gregoriano y probablemente data de por lo menos el siglo ocho. En este día todos los fieles de acuerdo a la costumbre antigua están exhortados a acercarse al altar antes del comienzo de la misa, y allí el sacerdote, sumergiendo su dedo pulgar en cenizas previamente bendecidas, marcará en la frente -o en el caso de los clérigos encima del lugar de la tonsura- de cada uno la cruz, diciendo las palabras: "Recuerda hombre que del polvo venimos y al polvo retornaremos." Las cenizas usadas en esta ceremonia están hechas quemando los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. En la bendición de las cenizas se usan cuatro plegarias, todas antiguas. Las cenizas son rociadas con agua bendita y ahumadas con incienso. El propio celebrante, sea obispo o cardenal, recibe, ya sea parado o sentado, las cenizas de algún otro sacerdote, generalmente del de mayor dignidad de los presentes. En los primeros años una procesión penitencial frecuentemente seguía el rito de la distribución de las cenizas, pero esto no está actualmente prescrito.
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El miércoles después del [[domingo]] de [[quincuagésima]], que es el primer día del [[ayuno]] de [[Cuaresma]].  
  
No cabe duda que la costumbre de distribuir las cenizas a todos los fieles surgió de una imitación devota de la práctica observada en el caso de los penitentes públicos. Pero esta práctica devota, la recepción de un sacramental que está lleno de simbolismo de penitencia (cf. El cor contritum quasi cinis del "Dies Irae") data incluso de antes de lo que fue supuesto previamente. Es mencionado como indicación general para clérigos y fieles en el Sínodo de Beneventum, 1901 (Mansi, XX, 739), pero cerca de cien años antes que esto el homilista Anglo-Sajón Ælfric asume que se aplica a toda clase de hombre. "Leemos", el dice, en ambos libros en la Antigua Ley y en la Nueva que los hombres que se arrepintieron de sus pecados derramaron sobre ellos mismos cenizas y vistieron sus cuerpos con percal. Ahora déjanos hacer este poco al comienzo de nuestra Cuaresma que rociemos cenizas sobre nuestras cabezas como símbolo de que debemos arrepentirnos de nuestros pecados durante el ayuno cuaresmal.
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El nombre ''dies cinerum'' (día de [[cenizas]]) que lleva en el [[Misal]] [[Roma]]no aparece en las primeras copias existentes del Sacramentario Gregoriano y probablemente [[fechas y datación|data]] de por lo menos el siglo VIII.  En este día, según la [[costumbre]] antigua, se exhorta a todos los [[fieles]] a acercarse al [[altar]] antes del comienzo de la [[Sacrificio de la Misa|Misa]], y allí el [[sacerdote]] sumerge su dedo pulgar en cenizas previamente [[bendición|bendecidas]] y marca en la frente---o en el caso de los [[clérigo]]s, encima del lugar de la [[tonsura]]---de cada uno la [[Señal de la Cruz]], y dice las palabras: "Recuerda, [[hombre]], que del polvo vienes y al polvo volverás”.  (N. del T.:  Actualmente se dice también “[[conversión|Conviértete]] y [[creencia|cree]] en el [[Evangelios|Evangelio]].”).  Las cenizas usadas en esta [[ceremonia]] se hacen quemando los restos de las palmas bendecidas el [[Domingo de Ramos]] del año anterior, las cuales se rocían con [[agua bendita]] y luego sahumadas con [[incienso]].  En la bendición de las cenizas se usan cuatro antiguas [[oración|plegarias]]. El propio celebrante, sea [[obispo]] o [[cardenal]], recibe, ya sea de pie o sentado, las cenizas de algún otro sacerdote, generalmente del de mayor dignidad entre los presentes.  En épocas antiguas el [[ritos|rito]] de la distribución de las cenizas era seguido por una [[procesiones|procesión]] penitencial, pero esto no está prescrito actualmente.
  
Y luego fortalece esta recomendación por el terrible ejemplo de un hombre que se negó a ir a misa por las cenizas el Miércoles de Ceniza y quien a los pocos días murió accidentalmente en una cacería de jabalí (Ælfric, Vidas de Santos, ed. Skeat, I, 262-266). Es posible que la noción de penitencia que fue sugerida por el rito del Miércoles de Ceniza fuera reforzada por la exclusión figurativa de los sagrados misterios simbolizado por el velo cuaresmal colgado frente al santuario. Pero en esta y la práctica del comienzo del ayuno el Miércoles de Ceniza ver CUARESMA.
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No cabe [[duda]] que la costumbre de distribuir las cenizas a todos los fieles surgió de una imitación [[devociones populares|devota]] de la práctica observada en el caso de los penitentes públicos. Pero esta práctica devota, la recepción de un [[sacramentales|sacramental]] que está lleno de simbolismo de [[penitencia]] (cf. el ''cor contritum quasi cinis '' del "[[Dies Irae]]"), es de una fecha anterior a la supuesta previamente.  Se menciona como de observancia general tanto para clérigos como para fieles en el [[Sínodo]] de [[Beneventum]], 1901 ([[Gian Domenico Mansi|Mansi]], XX, 739), pero cerca de cien años antes que esto el [[homilética|homilista]] [[Iglesia Anglosajona|anglosajón]] [[Ælfric, abad de Eynsham|Ælfric]] asume que se aplica a toda clase de personas. Él dice:
  
HERBERT THURSTON
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:”Leemos en ambos libros en la [[Antiguo Testamento|Antigua Ley]] y en la [[Nuevo Testamento|Nueva]] que los hombres que se arrepentían de sus [[pecado]]s se cubrían así mismos con cenizas y vestían sus cuerpos con [[cilicio]].  Ahora hagamos este poco al comienzo de nuestra [[Cuaresma]], que rociemos cenizas sobre nuestras cabezas para denotar que debemos arrepentirnos de nuestros pecados durante el ayuno cuaresmal.”
Transcrito por Joseph P. Thomas
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Traducido por Armando Llaza Corrales
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Y luego fortalece esta recomendación con el terrible ejemplo de un hombre que se negó a ir a Misa el Miércoles de Ceniza por las cenizas y quien a los pocos días murió accidentalmente en una cacería de jabalí (Ælfric, Vidas de Santos, ed. Skeat, I, 262-266).  Es posible que la noción de penitencia que fue sugerida por el [[ritos|rito]] del Miércoles de Ceniza fuera reforzada por la exclusión figurativa de los [[Sacramentos|sagrados misterios]] simbolizada por el colgamiento del velo cuaresmal frente al [[santuario]].  Pero para ésta y la práctica del comienzo del ayuno el Miércoles de Ceniza vea [[Cuaresma]].
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'''Fuente''':  Thurston, Herbert. "Ash Wednesday." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907.
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Traducido por Armando Llaza Corrales.  L H M.

Revisión de 19:14 14 feb 2010

El miércoles después del domingo de quincuagésima, que es el primer día del ayuno de Cuaresma.

El nombre dies cinerum (día de cenizas) que lleva en el Misal Romano aparece en las primeras copias existentes del Sacramentario Gregoriano y probablemente data de por lo menos el siglo VIII. En este día, según la costumbre antigua, se exhorta a todos los fieles a acercarse al altar antes del comienzo de la Misa, y allí el sacerdote sumerge su dedo pulgar en cenizas previamente bendecidas y marca en la frente---o en el caso de los clérigos, encima del lugar de la tonsura---de cada uno la Señal de la Cruz, y dice las palabras: "Recuerda, hombre, que del polvo vienes y al polvo volverás”. (N. del T.: Actualmente se dice también “Conviértete y cree en el Evangelio.”). Las cenizas usadas en esta ceremonia se hacen quemando los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior, las cuales se rocían con agua bendita y luego sahumadas con incienso. En la bendición de las cenizas se usan cuatro antiguas plegarias. El propio celebrante, sea obispo o cardenal, recibe, ya sea de pie o sentado, las cenizas de algún otro sacerdote, generalmente del de mayor dignidad entre los presentes. En épocas antiguas el rito de la distribución de las cenizas era seguido por una procesión penitencial, pero esto no está prescrito actualmente.

No cabe duda que la costumbre de distribuir las cenizas a todos los fieles surgió de una imitación devota de la práctica observada en el caso de los penitentes públicos. Pero esta práctica devota, la recepción de un sacramental que está lleno de simbolismo de penitencia (cf. el cor contritum quasi cinis del "Dies Irae"), es de una fecha anterior a la supuesta previamente. Se menciona como de observancia general tanto para clérigos como para fieles en el Sínodo de Beneventum, 1901 (Mansi, XX, 739), pero cerca de cien años antes que esto el homilista anglosajón Ælfric asume que se aplica a toda clase de personas. Él dice:

”Leemos en ambos libros en la Antigua Ley y en la Nueva que los hombres que se arrepentían de sus pecados se cubrían así mismos con cenizas y vestían sus cuerpos con cilicio. Ahora hagamos este poco al comienzo de nuestra Cuaresma, que rociemos cenizas sobre nuestras cabezas para denotar que debemos arrepentirnos de nuestros pecados durante el ayuno cuaresmal.”

Y luego fortalece esta recomendación con el terrible ejemplo de un hombre que se negó a ir a Misa el Miércoles de Ceniza por las cenizas y quien a los pocos días murió accidentalmente en una cacería de jabalí (Ælfric, Vidas de Santos, ed. Skeat, I, 262-266). Es posible que la noción de penitencia que fue sugerida por el rito del Miércoles de Ceniza fuera reforzada por la exclusión figurativa de los sagrados misterios simbolizada por el colgamiento del velo cuaresmal frente al santuario. Pero para ésta y la práctica del comienzo del ayuno el Miércoles de Ceniza vea Cuaresma.


Fuente: Thurston, Herbert. "Ash Wednesday." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01775b.htm>.

Traducido por Armando Llaza Corrales. L H M.