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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Urim y Tummim

De Enciclopedia Católica

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Suerte sagrada por la cual los antiguos hebreos solían buscar las manifestaciones de la voluntad divina. Se reconocían otros dos canales de comunicación divina, a saber, los sueños y las manifestaciones proféticas, como sabemos por numerosos pasajes del Antiguo Testamento. Las tres formas se mencionan juntas en 1 Sam. 28,6. "Consultó Saúl a Yahveh, pero Yahveh no le respondió ni por sueños, ni por los sacerdotes (Hebreo, Urim, LXX delois), ni por los profetas." No existe duda que en este caso la traducción de “sacerdotes” de la Biblia de Douay está equivocada, basada en la variante equivocada “sacerdotes” de la Vulgata Latina. El significado etimológico de las palabras, por lo menos como están indicadas en la puntuación Masorética es suficientemente sencillo. Urim se deriva de la palabra hebrea para “luz”, o “dar luz”, y Tummin para “totalidad”, “perfección” o “inocencia”. En vista a estas derivaciones algunos estudiosos suponen que la suerte sagrada puede haber tenido un doble propósito en las ordalías judiciales, a saber: Urim servía para traer a la luz la culpabilidad del acusado, y Tummin para establecer su inocencia. Sea como fuere, las relativamente escasas menciones de Urim y Tummin en el Antiguo Testamento dejan la naturaleza y uso de la suerte como un tema de conjetura más o menos plausible, ni se obtiene mucha luz de las antiguas versiones en las cuales el término está sujeto a variantes inciertas y divergentes. Tampoco se aclara el concepto de las antiguas versiones en las que el término está sujeto a usos confusos y divergentes.

En el capítulo 28 del Éxodo (“P”) donde se dan instrucciones minuciosas respecto a las vestiduras sacerdotales, y en particular respecto al “racional” (probablemente “bolsillo” o “pectoral”) leemos (v. 30): “En el pectoral del juicio pondrás el Urim y el Tummim, que estarán sobre el corazón de Aarón cuando se presente ante Yahveh. Así llevará Aarón constantemente sobre su corazón, delante de Yahveh, el oráculo de los hijos de Israel.” Por esto parece que por lo menos cerca de la culminación del Exilio, el Urim y el Tummin se consideraban como algo distinto del efod del sumo sacerdote y las gemas con las que estaba adornado. También muestra que se les consideraba como objetos materiales lo suficientemente pequeños para ser insertados dentro del “racional” o “bolsillo”, cuyo propósito principal parece haber sido recibirlos. En Levítico 8,7-8 leemos: “Puso (Moisés) sobre Aarón la túnica y se la ciñó con la faja; lo vistió con el manto y poniéndole encima el efod, se lo ciñó atándoselo con la cinta del efod. Luego, le impuso el pectoral en el que depositó el Urim y el Tummim.” Nuevamente en Números 27,21: “Que se presente al sacerdote Eleazar y que éste consulte acerca de él, según el rito del Urim, delante de Yahveh.” Estos pasajes añaden poco al conocimiento de la naturaleza y uso del oráculo, excepto quizás la importancia que tenía como medio de comunicación divina en el período posterior al Exilio.

Algunos de los pasajes más antiguos del Antiguo Testamento son más instructivos. Entre éstos se puede mencionar 1 Sam. 14,41-42. Luego de la batalla con los filisteos, durante la cual Jonatán violó involuntariamente el irreflexivo juramento de su padre, Saúl, al probar un poco de miel silvestre, Saúl consultó al Señor, pero no recibió respuesta. Deseando averiguar la causa del enojo divino, Saúl congrega a la gente para que se descubra al culpable y así se dirige al Señor: “«Yahveh Dios de Israel, ¿por qué no respondes hoy a tu siervo? Si el pecado es mío o de mi hijo Jonatán, Yahveh Dios de Israel, da urim; si el pecado es de tu pueblo Israel, da tummim.» Fueron señalados Saúl y Jonatán, quedando libre el pueblo. Saúl dijo: «Sortead entre mi hijo Jonatán y yo»; fue señalado Jonatán.” Esta traducción de la Vulgata es confirmada por el texto griego revisado de Luciano (vea ed. Lagarde) y por el evidentemene corrupto “thamim” masorético al final del verso 41.

Por este y otros varios pasajes, de los cuales sería muy extenso discutir aquí, (v.g. Deut. 33,8; Hebreos, 1 Sam. 14,36; 23,6-12 etc.) sabemos que el Urim y el Tummim eran una especie de oráculo sagrado manipulado por el sacerdote al consultar la voluntad divina, y que se usaban a veces como una especie de ordalía divina para descubrir la culpabilidad o inocencia de personas sospechosas. Siendo dos las posibles respuestas, sólo se formulaba una pregunta a la vez (vea 1 Samuel, 14,41-42; ibid 23, 6-12). Muchos estudiosos sostienen que en la mayoría de pasajes donde se usa la expresión “consulta a Yahveh” o sus equivalentes, se recurre al Urim y al Tummim (vea Jueces 1,1-2; ibid 20,27-28; 1 Sam. 10,19-22; 2 Sam. 2,1, etc.). Las especulaciones de escritores judíos posteriores, incluyendo a Filo Judeo y a Flavio Josefo, no nos enseñan nada de valor en cuanto el Urim y el Tummim. Son muchas veces fantasiosos y extravagantes, tanto en este como en otros temas (vea “Enciclopedia Judía”, s.v.). El único caso en el Nuevo Testamento de algo que se parezca al uso de la suerte sagrada como medio para descubrir la voluntad divina aparece en Hechos 1,24-26, en relación con la elección de San Matías.


Bibliografía: GIGOT, "Outlines of Jewish Hist." (Nueva York, 1903); 87, 316; MUSS-ARNOLT, "The Urim and Thummim, a Suggestion as to their original Nature and Significance" in "American Journal of Semitic Literature, XVI (Chicago, 1900), 218 seq.

Fuente: Driscoll, James F. "Urim and Thummim." The Catholic Encyclopedia. Vol. 15. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/15224a.htm>.

Traducido por Armando Llaza Corrales. lhm