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Domingo, 22 de diciembre de 2024

Pedro Cantor

De Enciclopedia Católica

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Teólogo; nació probablemente en Gisberoi cerca de Beauvais, Francia, murió en la Abadía de Puente Largo, el 22 de septiembre de 1197. Fue miembro de la familia Hosdenc. Siendo joven aún se fue a Reims, que posiblemente puede haber sido su lugar de nacimiento, y fue educado en la escuela catedral. Fue profesor durante muchos años, canónigo de la catedral, y parece que pudo haber tenido el oficio de cantor o sochantre.

Hacia 1170 encontramos a Pedro como canónigo y profesor de teología de la escuela catedral en París, donde en 1180 fue investido de nuevo con el oficio de cantor, pues su predecesor aparece por última vez en los documentos en 1180, mientras que se hace la primera mención de Pedro en 1184. Esto fue lo que causó que lo designaran Pedro Cantor, Cantor Parisiense, o simplemente Cantor; y su nombre se halla en muchos estatutos. Al mismo tiempo sus capacidades lo llevaron a que a menudo los Papas lo escogieran como juez, por ejemplo en Troys en 1188, y también en 1196 y 1197 en Compiégne para el caso del divorcio real con Ingeberge. En 1191 el pueblo y el clero de Tournai lo escogieron como su obispo, pero su elección fue anulada por el obispo Guillaume de Campaña de Reims. Se dice que a la muerte de Maurice de Sully (1196) fue elegido obispo de París, pero rechazó la dignidad.

En 1196 Pedro fue electo deán del capítulo de la catedral de Reims. En su viaje de París a Reims, visitó a los cistercienses en la Abadía de Pont Long, a donde lo llevaron enfermo y murió, y fue enterrado, probablemente, usando el hábito de la orden. En el menologio cisterciense se le honra como uno de ellos (19 de mayo).

Dejó comentarios de glosas sobre todos los libros del Antiguo Testamento, excepto Judit, Ester, Tobías y Levítico; las mejores son aquellas sobre los Salmos. Del mismo modo también escribió glosas sobre todo del Nuevo Testamento, siguiendo la armonía de los cuatro Evangelios las cuales, bajo el nombre de Amonio, o Taciano, fueron muy usadas durante la Edad Media. Sus comentarios sobre los Evangelios y sobre el Apocalipsis son quizás los más dignos de alabanza; aquel sobre San Pablo puede ser descrito como una glosa interlineal; en ella las discusiones eruditas se introducen a menudo a propósito de ciertos temas según son sugeridos por el texto. Este estilo de escribir comentarios no era de ningún modo nuevo para la época en que vivió, y se desarrolló cada vez más en ese período.

Ninguna de estas obras fue impresa, ni incluso una introducción o tratado sobre la Biblia que él escribió en veinte páginas en folio variamente titulado: "De tropis theologicis", "De contrarietate scripturæ", o "De tropis loquendi"; en él establece las reglas para la solución de contradicciones que parecen existir entre diferentes pasajes de la Biblia. Se puede encontrar rastros de él en los comentarios de Pedro y anotaciones sobre la Biblia; las reglas de Ticonio se encuentran a veces siguiendo el "De Tropis" de Pedro.

Hay otras dos obras inéditas, es decir, la "Summa de sacramentis et anima consiliis", que, aunque larga es, no obstante, preciosa por su variada información sobre las instituciones y costumbres religiosas de la época; desarrolla en detalle el lado moral de la cuestión, especialmente cuando escribe sobre el Sacramento de la Penitencia. Él omite deliberadamente cuestiones ya discutidas por Pedro Lombardo, pues como él mismo dice, es su intención completarlas. El "Distinctiones" o "Summa quae dicitur Abel" es un diccionario teológico en orden alfabético, cuya primera palabra es "Abel", y en él se encuentra un breve resumen de las ideas, doctrinas y teorías de la época; con éste como título, escribió un valioso documento que aún se encuentra en muchos manuscritos (París, Roma, Brujas, etc.) Pitra ha publicado parte de los mismos ("Spicilegium Solesmense", III, I, 308; "Analecta Sacra", II, 6-154, 585 a 628).

El "Verbum Abbreviatum", su única obra que se imprimió por completo, con el "Contra Monarchos proprietarios” que en Migne forma la materia del capítulo CLIII y escrito antes de 1187, no es un curso de ética o de ascetismo, sino un libro dirigido principalmente al clero y más en particular, a los monjes, en donde exhorta a la práctica de la virtud; sus fuentes son la Biblia, los escritos de los Padres y los autores profanos. Lo que dice sobre los modales, las costumbres, etc., es muy instructivo para la época en que escribió. Como en la "Summa de Sacramentis", aquí se encuentran teorías eruditas lado a lado con señalamientos prácticos sobre la vida diaria desde un punto de vista religioso (1ra. ed., Mons, 1639; Migne, P.L., CCV 23). A Pedro se le atribuyen también algunos sermones, pero sólo se conocen aquellos que aparecen en forma de capítulos separados del "Verbum abbreviatum”.


Bibliografía: Hist. littér. de la France, XV; HAUREAU, Notices et extraits de quelques manuscrits, I, 76, 224, etc.; II, 14, etc.; V, 4-7, etc.; SCHMID-GUTJAHR, Petrus Cantor (Graz, 1899); DENIFLE-CHATE-LAIN, Chartularium Universitatis Parisiensis, I, 13, 46; Bibliothéque de l'Ecole des Chartes (1840), 398.

Fuente: Ghellinck, Joseph de. "Peter Cantor." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11762a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina. rc