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Sábado, 5 de octubre de 2024

Joel

De Enciclopedia Católica

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El hijo de Petuel, y segundo en la lista de los Doce Profetas Menores. No se conoce nada de su vida. El escenario de sus trabajos fue Judá, Reino Israelita del Sur, y probablemente su capital Jerusalén, pues repetidamente se refiere al Templo y al altar. Los frecuentes apóstrofes a los sacerdotes (1,9.13-14; 2,17) también llevan a la inferencia de que Joel mismo era de ascendencia sacerdotal.

Contenido de Joel

Los setenta y siete versículos de este pequeño libro, en el texto Masorético del Antiguo Testamento, están divididos en cuatro, y en la los Setenta y la Vulgata en tres; en la Masora los capítulos segundo y tercero forman un solo capítulo y el segundo en los Setenta y la Vulgata.

El contenido de la profecía de Joel puede ser considerado, tomado en su conjunto, como una presentación en miniatura típica de los principales temas del discurso profético: sombrías advertencias sobre el juicio de Yahveh, dirigidas a despertar al pueblo de su actual letargo moral, y alegres y destellantes noticias sobre la obra de salvación de Yahveh, diseñadas para mantener viva la fe en la venida del Reino de Dios. Estos dos pensamientos fundamentales parecen estar unidos, puesto que los desastres del juicio son un proceso de purificación para preparar al pueblo para la recepción de la salvación, y son en realidad un solo aspecto de la obra de redención de Dios. En la primera división principal del libro de Joel (1,2 - 2,17) las profecías son amenazas del día del juicio; las profecías en la segunda división, que comprenden el resto del libro (2,18 - 3,21) son descripciones consoladores del día de la gracia. La primera sección está dividida en dos discursos sobre el juicio: el capítulo 1,2-20 describe un terrible tormento, una plaga de langostas con la cual ha sido visitada la tierra del profeta; estas pestes han devorado los campos tan completamente que ni siquiera existía material para las ofrendas de carne y bebida. Por esta razón los sacerdotes proferirán lamentaciones y ordenarán un ayuno. El capítulo 2,1-17 repite más enfáticamente el mismo pensamiento: todas las plagas son sólo precursoras de aún más grandes tormentos en el día del Señor, cuando la tierra del profeta se convierta en desierto. Por lo tanto, el pueblo debe volver a Yahveh y los sacerdotes deben rogar al Señor en el lugar santo. Las profecías del segundo libro están también divididas en dos discursos: en 2,18-32 el arrepentimiento de las naciones apacigua al Señor y da la bendición de cosechas abundantes. Igual que en la parte anterior, el fracaso de las cosechas fue un tipo y prefiguración de la calamidad en el día de juicio, de modo que ahora la abundancia sirve como una ilustración de la plenitud de gracia en el reino de la gracia. El Señor derramará su Espíritu Santo sobre toda carne, y todos los que invoquen su nombre se salvarán. En el capítulo 3,1-21 la redención de Israel es, por otro lado, un juicio sobre las naciones paganas: el Señor tomará venganza en los cuatro cuartos de la tierra, sobre los que tiranizaron a su pueblo, sobre los filisteos, los fenicios, edomitas y egipcios porque las naciones están maduras para la cosecha en el valle de Josafat.

Carácter Teológico y Literario de Joel

Examinados en cuanto a conexión lógica, los cuatro discursos de Joel muestran un esquema de pensamiento compacto, cercanamente unido. En cuanto a forma ellos son un modelo bíblico de simetría retórica. La ley del ritmo retórico, la cual como ley de armonía regula la forma de los discursos, también se muestra a sí misma, particularmente en la alternación regular de las descripciones en discurso directo o indirecto, como en las secciones dadas en la primera o tercera persona, y en los apóstrofes en segunda persona singular y plural. Los primeros dos discursos son similares en construcción: 2,1-11 se parece a 1,2-12, y 2,12-17 es como 1-13-20. También en los dos últimos discursos hay una similitud verbal junto con la concordancia en pensamiento; cf. en 3,17 y 2,27, la misma expresión. El lenguaje de Joel está lleno de color, animado retóricamente y rítmico. Los pasajes de 1,13ss. y 2,17 se usan todavía en la Liturgia de la Iglesia en la Cuaresma. Su profecía del derramamiento del Espíritu sobre toda carne (2,28-32) fue luego adoptado como el primer texto bíblico del primer sermón apostólico (Hch. 2,16-21). Los discursos de Joel sobre el día del juicio y de la abundancia de la gracia que Yahveh derramará desde Sión en la plenitud de los tiempos forman uno de las más bellas páginas en la escatología de los profetas. Algunas de sus fogosas descripciones parecen incluso haber sido tomadas prestadas por el escritor del Apocalipsis del Nuevo Testamento (cf. Joel 3,13 y Ap. 4,15).

El enjambre de langostas, que ha recibido tan frecuentemente una interpretación simbólica, no es una descripción apocalíptica; ni tampoco es una descripción del progreso de un ejército hostil bajo la figura de un avance imaginario de langostas. Los pasajes en 2,4-7, “correrán como jinetes… como hombres de guerra escalarán la muralla”, hacen absolutamente cierto que un enjambre de langostas hipotético no era tomado como símbolo de un ejército hostil, sino que, por el contrario, se usa un ejército hostil para tipificar un enjambre de langostas real. En consecuencia, Joel se refiere a un martirio contemporáneo, y en un estilo de profecía retórico pasa de esto a los males del día del juicio.

Fecha de la Profecía de Joel

El problema más difícil en la investigación de Joel es la fecha, y las muchas hipótesis no han llevado a ningún resultado convincente. El primer versículo del libro no conlleva, como hacen otros libros proféticos, una fecha definida, ni los discursos contienen ninguna referencia a los eventos del período, los cuales formarían la base para una cronología del profeta. La historia general no hizo anotaciones de plagas de langostas que eran de ocurrencia frecuente, y es una suposición arbitraria interpretar el enjambre de langostas como la horda escita que, según Herodoto (I, 103 ss.; IV, I) devastaron los países de Asia Occidental desde Mesopotamia a Egipto durante los años 630-620 a.C. El libro de Joel ha sido variamente adscrito a casi todos los siglos de la era profética. Rothstein incluso va tan lejos como para asignar los discursos a varias fechas, un intento que fracasará debido a la conexión cercana entre los cuatro discursos. Los comentadores primitivos, en concordancia con San Jerónimo, situaban la época de composición en el siglo VIII a.C.; por lo tanto, ponían a Joel como contemporáneo de Oseas y Amós. Para justificar esa fecha señalaban que en los doce profetas menores Joel está situado entre Oseas y Amós; además, que entre los enemigos de Judá el libro no menciona a los asirios, quienes fueron anatematizados por cada profeta desde que aparecieron como poder en Asia. Sin embargo, en un libro de tres capítulos no se le puede dar mucho peso a un argumento desde el silencio. Los que concuerdan en situar el libro antes del Exilio con concuerdan en identificar al rey bajo cuyo reinado vivió Joel. La asignación al período del rey Josías es apoyada por el hecho de que Joel toma para su tema el día del Señor, como lo hace su profeta contemporáneo Sofonías. A esto se debe añadir que el anatema contra los egipcios puede ser influenciado por la batalla de Meguiddó (608 a.C.). Comentadores posteriores asignan el libro al período después del Exilio, porque el capítulo 3 asume la dispersión de los judíos entre otras naciones, y porque la escatología de Joel presupone el último período de la teología judía. Sin embargo, es imposible que Joel haya sido un contemporáneo del profeta Malaquías, debido a la manera en que el primero ve a los sacerdotes de su período como líderes perfectos y mediadores por la nación. Ninguna de las hipótesis cronológicas respecto a Joel pueden reclamar tener prueba convincente.


Bibliografía

Vea las introducciones a las Escrituras de CORNELY, VIGOUROUX, GIGOT, DRIVER, CORNILL, y STRACK. Para asuntos especiales: PEARSON, La Profecía de Joel (Leipzig, 1885); SEBÖK, Die syrische Uebersetzung der XII kleinen Propheten (Leipzig, 1887); KESSNER, Das Zeitalter des Propheten Joel (Leipzig, 1888); SIEVERS, Alttest. Miscellen (Leipzig, 1907). Comentarios sobre Joel.--Catholic: SCHOLZ (Würzburg, 1885); KNABENBAUER (París, 1886); VAN HOONACKER (París, 1908); Protestantes: SMITH (Londres, 1897); DRIVER (Cambridge, 1898); ADAMS (Londres, 1902); NOWACK (2da ed., Göttingen, 1903); MARTI (Tübingen, 1904); EISELEN (Nueva York, 1907); ORELLI (3ra ed., Munich, 1908). Más bibliografía en comentarios.

Fuente: Faulhaber, Michael. "Joel." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/08419a.htm>.

Traducido por L H M.