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Miércoles, 30 de octubre de 2024

Santuario

De Enciclopedia Católica

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(N. de la T.: En la actualidad en el idioma español, a esta parte de la iglesia se le llama presbiterio, y no santuario. Vea el artículo presbiterio.)

El término santuario denota el espacio en la iglesia para el altar mayor y el clero. Se le designa variamente ábside o concha (a partir de la cúpula hemisférica en forma de concha), y especialmente desde la Edad Media se le ha llamado “coro”, por el grupo de cantantes que se colocan allí. Otros nombres son presbyterium, concessus chori, tribuna o tribunal; griego, hagion, hasyton, sanctum, sanctuarium.

Desde el punto de vista arquitectónico el santuario ha sufrido múltiples alteraciones. En la antigüedad cristiana se limitaba al ábside, en cuya pared se colocaban los bancos de piedra para el clero a la manera de un anfiteatro, mientras que en el medio se levantaba la silla del obispo (cátedra). Sin embargo, sería erróneo creer que este antiguo santuario cristiano tuvo siempre una formación semicircular, ya que las investigaciones recientes (especialmente en Oriente) han puesto de manifiesto formas muy diversas. Ya se ha descubierto más de una docena de diferentes formas. En Siria, el desarrollo semicircular sobresale muy poco o nada en absoluto a partir de la pared exterior, mientras que junto a él se encuentran dos habitaciones que sirven respectivamente para las ofrendas (prothesis) y para el clero (diaconicum). A menudo el santuario estaba formado por tres ábsides interconectados (Dreiconchensystem); también aparecía la terminación totalmente recta. Una diferencia importante entre las iglesias romanas y las orientales consistió en el hecho de que en el caso de estas últimas la pared del santuario era interrumpida por una ventana a través de la cual entraba libremente la luz del sol, mientras que el ábside romano sin ventanas estaba envuelto en una misteriosa oscuridad.

A medida que en todos los casos el total de miembros del alto y bajo clero ya no cabían en el nicho semicircular, a menudo se encerró con barandas una parte de la nave media y se añadió al santuario, como se puede ver hoy en San Clemente en Roma. Fuera de Roma, esta necesidad de ampliar el santuario fue satisfecha de otra manera, con la introducción entre el pasillo longitudinal (o cruz) y el ábside de un compartimento o cuadrado, por lo tanto la basílica recibía la forma de una cruz (en lugar de la forma de T romana). Esta innovación fue de gran trascendencia, ya que el santuario no podía desarrollarse libremente. Este desarrollo procedió desde el principio hasta el fin de la Edad Media en lo que puede ser declarada como una moda casi sin sentido. El momento en que se introdujo esta innovación ha sido durante mucho tiempo objeto de una disputa literaria violenta, ya que está íntimamente relacionado con el desarrollo de la disposición cruciforme de las iglesias. Algunos investigadores sostienen que esta forma se encuentra primero en el monasterio de Fulda bajo el mandato del abad Bangulf hacia el año 800; según otros, ocurrió antes de la época de Carlomagno en los monasterios franceses de Jumieges y Rebais. Strzygowski ha sostenido que ambos puntos de vista son incorrectos, y que el santuario extendido, o en otras palabras, la iglesia cruciforme, ya era común en la primera época cristiana en Asia Menor, y que fue trasplantada desde allí hacia el oeste por los monjes de San Basilio ya en el siglo IV o V.

Una segunda alteración muy importante, que se produjo durante el Renacimiento carolingio, consistió en la introducción o mejor dicho, el trasplante de Oriente a Occidente del "santuario doble". Por ello se entiende la construcción de un segundo santuario o el coro al oeste frente al del este; este arreglo se encontraba aún en los tiempos antiguos en casos aislados, pero su introducción en el caso de las iglesias más grandes poco a poco se volvió universal en Occidente. Se han propuesto varias teorías respecto a las razones de esta innovación. Sin embargo, se debe reconocer que las razones no eran iguales en todas partes. Eran tres en particular: la duplicación de los santos titulares, la construcción de un lugar para los restos de un santo, y la necesidad de un coro para monjas o de invierno. Además, Strzygowski también ha mantenido la influencia ejercida por el cambio de "orientación", que es la erección del altar en el extremo oriental de la iglesia, que en Oriente originalmente se encontraba al oeste. La segunda razón parece haber dado con más frecuencia incentivos a la construcción del segundo coro. Así, en 819 el abad Ansger construyó un coro occidental con una cripta para recibir los restos de San Bonifacio; en Mittelzell (Reichenau), este coro fue construido para las reliquias de San Marcos; en Eichstatt (1060) para los restos de San Wilibaldo. El coro occidental con una galería fue especialmente adecuado para los conventos de monjas, ya que desde él las monjas podían participar del servicio divino sin ser observadas; por esta razón la iglesia construida en Essen (Prusia) en el año 874 recibió un coro al oeste en 947.

El aumento del clero, junto con el esfuerzo (en la época románica) por criptas lo más grande posible, condujo al repetido aumento del santuario, que, sin embargo, ejerció una influencia muy perjudicial en la disposición arquitectónica del espacio. El santuario se extendió sobre todo hacia el oeste, por lo tanto en el pasillo longitudinal, pero a veces también en el crucero. Ejemplos de esta extensión excesivamente grande son suministrados por las catedrales de Paderborn y Espira Las paredes de este santuario, que se había convertido así en un recinto formal, a menudo estaban decoradas con relieves bíblicos; aquí, de hecho, se conservan algunos relieves románicos muy importantes, como en el Georgentor en Bamberg y en la Iglesia de San Miguel en Hildesheim. Pero incluso en la época románica se inició la guerra contra este santuario elevado, librada principalmente por los monjes de Hirsan (Alemania), entonces muy influyentes, y los cistercienses. Los primeros como los opositores de las criptas, restauraron el santuario a la misma altura que la nave o lo hicieron sólo unos pocos pasos más altos; también terminaron el santuario en una línea recta y le dieron sólo un ábside pequeño y redondo. Más importante fue el cambio realizado por los cistercienses, que, a fin de que tantos sacerdotes pudiesen celebrar la Misa al mismo tiempo, convirtieron la parte oriental en una serie de capillas en una línea recta a ambos lados del santuario. Esta alteración se inició en la casa madre de Cisteaux, y se extendió con los monjes a todas partes, incluso a Oriente.

Estas alteraciones allanaron el camino para la tercera gran transformación del santuario: esta fue lograda por la arquitectura gótica, que, como consecuencia de la mejorada bóveda, se le hizo más fácil realizar las naves laterales en torno al coro, como ya lo habían hecho los arquitectos románicos en casos individuales. De hecho, ello no alteró esencialmente el santuario, pero ahora era accesible por todos los lados, y los fieles podían llegar a las inmediaciones del altar mayor. Cuando no estaba separado por un muro, ofrecía una visión completamente libre del santuario. En su mayor parte, sin embargo, se retuvo la terminación del santuario con las paredes, mientras que en frente estaba erigida la pantalla, que en el período gótico disfrutó de su boga especial. Este arreglo del santuario se encuentra generalmente en las grandes catedrales que siguen los modelos franceses, y por lo tanto puede ser designado como el "tipo catedral", aunque también aparece en las más grandes parroquias e iglesias de monasterio. Con frecuencia el santuario tiene una extensión excepcional; este es especialmente el caso en Inglaterra, e influyó en la disposición arquitectónica del espacio si el santuario estaba cerrado con paredes. Su efecto fue muy desfavorable en el coro de los canónigos (llamado el Trascoro) en las catedrales de España, el cual fue transferido al centro de la nave como una construcción separada y fue cortado por altos muros con entradas enrejadas. Este recinto era magníficamente decorado con ornamentos arquitectónicos y otros, pero destruyó totalmente la vista de la gloriosa arquitectura. Lado a lado de este "tipo catedral” se mantuvo el antiguo tipo simple, en el que el santuario no era accesible por todos los lados; este se encontraba sobre todo en las iglesias parroquiales y en las iglesias de las órdenes mendicantes. Cuando la iglesia tenía tres naves, los coros de las naves laterales estaban junto al coro principal. Este tipo de santuario siguió siendo el más popular, especialmente en Alemania e Italia.

El Renacimiento, en gran medida, restauró el santuario a su forma original. En el esfuerzo por aumentar la nave central en la medida de lo posible, la arquitectura del Renacimiento en muchos casos descuidó las naves laterales o las limitó a pasillos más estrechos. El acceso libre al santuario desde todos los lados, por lo tanto, perdió su justificación. El santuario recibió necesariamente una gran amplitud, pero perdió su profundidad anterior. En su preferencia por los espacios amplios y luminosos, el Renacimiento también abandonó el método de separar el santuario del resto de la iglesia por medio de una pantalla; en un período posterior, esta última fue reemplazada por el banco bajo para la Comunión. Así, una persona que entrara a la iglesia por la puerta principal tenía una vista libre del santuario, que, especialmente en Italia, estaba gloriosamente decorado con incrustaciones de mármol. Según la luz del sol, que entraba sin control a través de la cúpula que cubre la intersección, iluminaba el edificio, el efecto era totalmente diferente al despertado por los santuarios románicos y góticos.

En la iglesia medieval el santuario estaba cerrado a la congregación y era tan inaccesible como el Lugar Santísimo en el Templo del Antiguo Testamento; el santuario de la iglesia renacentista destaca ante nosotros en un resplandor de luz como el Monte Tabor, pero sin cegar nuestra mirada. Creemos que estamos más cerca de la Deidad, nuestros corazones están llenos de sentimientos alegres, para que podamos exclamar con el Apóstol Pedro: "Es bueno para nosotros estar aquí". En la iglesia medieval, por el contrario, estamos penetrados de un temor misterioso e igual que Moisés nos vemos instados a quitarnos los zapatos, porque este es un lugar sagrado.


Bibliografía: STRZYGOWSKI, Kleinasien. Ein Neuland der Kunstgeschichte (Leipzig, 1903); HASAK, Die romanische u. gotische Baukunst der Kirchenbau (Stuttgart 1902).

Fuente: Kleinschmidt, Beda. "Sanctuary." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. 22 Nov. 2011 <http://www.newadvent.org/cathen/13431a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.