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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Fractio Panis

De Enciclopedia Católica

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(fracción del pan)

El nombre dado a un fresco en la llamada Capella Greca en la catacumba de Santa Priscila situada en la Via Salaria Nova. El fresco, el cual con el conjunto de las decoraciones de la capilla, data de la primera mitad del siglo II, es de la máxima importancia teológica y litúrgica. La pintura se encuentra sobre la faz del arco inmediatamente sobre el altar de tumba, sobre el cual más allá de toda duda razonable, se ofrecía el Santo Sacrificio.

Por un accidente providencial este fresco en particular, al haber sido cubierto por una gruesa capa de estalactitas, escapó a la atención de los primeros exploradores de las catacumbas, quienes, por su combinación de exceso de entusiasmo e ignorancia, a menudo hicieron mucho daño irreparable. En el año 1893, Monseñor Joseph Wilpert, el más destacado de un grupo de jóvenes investigadores que consideraban al gran arqueólogo De Rossi como su maestro, llegó a la conclusión de que el techo y los arcos de esta capilla estaban decorados con frescos. Se usaron reactivos químicos para eliminar la costra que cubría la superficie, y por el cuidado paciente de Mons. Wilpert esta delicada operación fue realizada con éxito completo. El fresco más importante así recuperado fue el antedicho sobre la tumba-altar.

La escena representada es una pintura de siete personas en la mesa, seis hombres y una mujer. Parece claro que seis de ellos están reclinados como se recostaban los antiguos en sus comidas. Pero el séptimo personaje, una impresionante figura barbada, se sienta un poco aparte en el extremo de la mesa en una actitud que es muy significativa. Tiene la cabeza echada hacia atrás, tiene una pequeña rebanada o pastel en las manos, y sus brazos extendidos frente a él muestran que lo está partiendo. Sobre la mesa, inmediatamente frente a él, hay una taza con dos asas. Más adelante en la mesa hay dos platos grandes, uno con dos peces, y el otro, cinco panes. En cada extremo de la pintura a cada lado vemos cestas llenas de panes ---cuatro canastas en un extremo, tres en el otro. Muy poca reflexión bastará para probar que el significado de la escena es indisputable. Indiscutiblemente representa ese acto impactante de la Eucaristía, "la fracción del pan" (griego, klasis tou artou ---fractio panis) que parece haber impresionado tanto a los discípulos inmediatos de Nuestro Señor. La frase en sí nos remonta enseguida a los orígenes del cristianismo. No es de extrañar que De Rossi, cuyos últimos años se alegraron por este hallazgo, lo describió como "la perla de los descubrimientos de las catacumbas".

Para señalar brevemente cuán constantemente se repite la frase fractio panis en la literatura cristiana primitiva, podemos observar que no sólo la “bendición y fracción” del pan se menciona en cada uno de los cuatro relatos de la Última Cena, sino también repetidamente en los otros escritos apostólicos. Por ejemplo, en 1 Cor. 10,16, "La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? " Así que de nuevo en Hch. 2,42, "Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones» (Cf. Hch. 2,46). Y particularmente en Hch. 20,7: "El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan”, donde esta práctica se asocia estrechamente con la observancia del domingo. (Cf. también los discípulos de Emaús el día de Pascua, Lc. 24,30.35 y Hch. 27,35).

Prominencia similar se le da a este concepto en otros escritos sub apostólicos, especialmente en el Didajé o "Enseñanza de los Apóstoles" (XIV,I), donde se asocia con la observancia del domingo, así como con la mención explícita del Sacrificio y con la confesión. "Y en el día del Señor vengan juntos y partan el pan y den gracias, después de haber confesado vuestros pecados, para que vuestro sacrificio sea puro." Además, en el cap. XI del mismo antiguo tratado a la Hostia consagrada se le designa claramente con el término klasma, es decir, "pan partido". Nada podría ser más natural que, en la forma más antigua de la liturgia, la fracción del pan debería haber sido considerada como el punto culminante del ritual usado, y debería haber sido para los primeros cristianos lo que la elevación en la Misa es en la actualidad para nosotros. Por otra parte, este significado eucarístico de la pintura se ve corroborado por todos los accesorios. Los panes y los peces sobre la mesa señalan directamente a la multiplicación milagrosa realizada dos veces por Cristo. La asociación de este milagro con la Sagrada Eucaristía es familiar, no sólo en otros monumentos arqueológicos, sino también en la literatura cristiana primitiva. Véase, por ejemplo, Orígenes, "En Matt.", X, 25 (PG, XIII, 902), y San Ambrosio, "De Virgin.", I, 3 (PL, XVI, 219).

No puede ser necesario insistir sobre el significado simbólico del pez y el anagrama ichthys. Tanto la Inscripción de Abercio de final del siglo II y la de Autun un poco más tarde, así como un gran número de alusiones en la literatura cristiana primitiva, hacen que quede claro que este símbolo indicaba a nuestro Salvador Jesucristo (véase por ejemplo Mowat en el "Atti del Congresso Internaz. d'Archeol. Crist.", Roma, 1902, págs. 2-4). Por otra parte, la inscripción de Abercio expresa claramente que este "gran pez" iba a ser el alimento permanente del alma. También podemos observar que la figura femenina entre los invitados representados en el fresco Fractio Panis está cubierta con un velo, lo que no es el caso con las figuras femeninas representadas en esas otras escenas de banquetes halladas en las catacumbas e interpretadas usualmente como un símbolo de las alegrías del cielo.

Como se entenderá fácilmente, el fresco del que hablamos no es totalmente realista o completamente simbólico. El hecho de que el presidente (proestos) de la sinaxis (asamblea) haga la fracción del pan mientras está sentado, probablemente no debe ser entendido en el sentido de que los obispos en la Iglesia en realidad celebraban la liturgia sentados, al igual que la actitud de los invitados no implica que los primeros cristianos se reclinaban en los sofás cuando asistían al Santo Sacrificio. Por otra parte, la acción de la fracción del pan es claramente realista. Otro indicio de la importancia eucarística del fresco que aquí se debate es conferido por el hecho de que en el fresco junto a él, en la misma cámara, se representa el sacrificio de Abraham. En el otro lado hay una representación de Daniel en el foso de los leones, a la que Mons. Wilpert también da una significación eucarística con motivo de la alimentación sobrenatural de Daniel a través de la intervención del profeta Habacuc ( Dan. 14,36).


Bibliografía: En 1895 WILPERT publicó una monografía titulada Fractio Panis, en la que daba un relato completo de este descubrimiento, die alteste Darstellung der eucharistischen Opfers (Freiburz in Br.) Esta fue traducida al francés al siguiente año; contiene una colección de fotograbados muy cuidadosamente ejecutados de los frescos en la Capella Greca, pero la semioscuridad de los tonos en el fresco original hace imposible distinguir claramente los detalles en ninguna copia fotográfica. Por esta razón se debe preferir por mucho la reproducción colorida incluida por Mgr. Wilpert en su última obra, Die Malereien der Katakombem Roms, dos volúmenes en folio (Friburgo, 1903), también publicada en italiano en Roma. El Fractio Panis se muestra en la placa XV, vol. I. Compare también MARUCCI elements d'Archeotogie Chretienne (París, 1899-1902), I, págs. 284-299: LECLERCQ en Dict. d' Archeologie, I, 3159-3162.

Fuente: Thurston, Herbert. "Fractio Panis." The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/06165a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.