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Miércoles, 30 de octubre de 2024

Pascua Judía

De Enciclopedia Católica

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Judíos de todas las clases y formas de pensar esperan con agrado las fiestas de Pascua con el mismo entusiasmo que los cristianos esperan la Navidad. Para ellos es el gran evento del año. Con la excepción de los sacrificios del Templo, su forma de observarla difiere poco de que prevalecía en la época de Cristo. Las instrucciones para la celebración de la fiesta fueron cuidadosamente establecidas en la Ley (vea caps. 12, 13 ss. de Éxodo), y fueron llevadas a cabo con gran exactitud después del Exilio.

La Preparación

La fiesta de la Pascua comienza el día catorce de Nisán (un mes lunar que más o menos corresponde con la última parte del mes de marzo y la primera parte del mes de abril) y termina el día 21. Los judíos ahora, como en los tiempos antiguos, hacen preparativos elaborados para el festival. Cada casa es sometida a una minuciosa limpieza de primavera.

El sábado anterior al día de Pascua (decimoquinto) se llama "Gran Sábado", porque se supone que el décimo día del mes de Abib (o Nisán) ---cuando los israelitas seleccionaban el cordero pascual, antes de su liberación de Egipto--- cayó en sábado. En este sábado se anuncia solemnemente el día de la semana siguiente en que caerá la Pascua.

Algunos días antes de la fiesta, se purificaban cuidadosa y legalmente de todo contacto con la levadura o pan fermentado todos los utensilios de cocina y otros medios que se utilizarían durante el festival. Luego de este proceso se decía que estaban kosher. En cada casa se guardaban frecuentemente conjuntos especiales de utensilios de cocina y de mesa.

En la noche del trece, después de oscurecer, el jefe de la casa hace la "búsqueda de la levadura" de acuerdo con la forma indicada en la Mishná (Tratado Pesachim, I) que es probablemente la costumbre seguida por los judíos en por lo menos dos mil años. La búsqueda se realiza por medio de una vela de cera encendida. Un pedazo de pan ordinario, o ázimo, se deja en algún lugar visible, por lo general en el alféizar de la ventana. La búsqueda comienza con una oración que hace referencia a la orden de guardar toda la levadura durante la fiesta. Primero se marca el lugar de la antedicha pieza de pan para indicar el comienzo de la búsqueda. Luego se examina minuciosamente toda la casa, y se recogen cuidadosamente todos los fragmentos de levadura en una cuchara o cucharón grande por medio de una brocha o un paquete de plumas. La búsqueda termina con el regreso a la pieza de pan con la que se comenzó, la cual es recogida también con el cucharón. Éste, con su contenido, y la escobilla son entonces envueltos cuidadosamente en un paquete y suspendidos sobre una lámpara para evitar que los ratones dispersen la levadura durante la noche y que requiera una nueva búsqueda. El jefe del hogar entonces proclama en arameo que toda la levadura que hay en su casa, que esté desapercibida, para él no es más que polvo.

Durante la mañana del día siguiente (día 14), toda la levadura que queda es quemada y se hace una declaración similar. Desde este momento hasta la tarde del día 22, cuando la fiesta termina, sólo se permiten ázimos. Se entendía que la hora legal cuando se prohibía el pan fermentado era el mediodía del 14 de Nisán; con el fin de no correr riesgos y de poner un cerco alrededor de la Ley, los rabinos la anticiparon por una o dos horas.

La Fiesta Pascual

En este día, el decimocuarto, el primogénito de cada familia, si tiene más de trece años, ayuna en memoria de la liberación de los primogénitos de los israelitas, cuando el ángel destructor pasó sobre Egipto. En la tarde del día catorce los miembros masculinos de la familia, vestidos con sus mejores ropas, asisten a los servicios especiales en la sinagoga.

A su regreso al hogar encuentran la casa iluminada y la Seder, o mesa pascual, preparada. El jefe de la familia toma su lugar a la cabecera de la mesa, donde está preparado para él un sillón con cojines o almohadas. Una silla similar está también lista para la señora de la casa. Los judíos ashkenazi llaman a la comida Seder, y los judíos sefardíes la llaman hagadá (debido a la historia de la liberación recitada durante la misma). Todos los miembros de la familia judía, incluidos los sirvientes, se sientan alrededor de la mesa.

Frente al jefe de la familia está el plato Seder, que es de tal forma que permite tres ázimos o matzot, cada uno envuelto en una servilleta, para ser colocados en ella uno sobre el otro. Un hueso de canilla de cordero (con una pequeña porción de carne adherida), que ha sido asado en las brasas, junto con un huevo que ha sido asado en las cenizas calientes, se coloca en otro plato por encima de los tres ázimos. La pata de cordero asada representa el cordero pascual, y el huevo asado el chagigah, u ofrendas voluntarias, hechas a diario en el Templo. Hierbas amargas, tales como rábano y perejil, una especie de sopa llamada charoseth, que consiste en varias frutas molidas en un mucílago y mezclada con vinagre y agua salada, se organizan en diferentes vasijas, a veces dispuestas como los candelabros sobre el ázimo. La mesa también está equipada con vino y tazas o vasos para cada persona, y siempre se deja una taza extra para el profeta Elías, a quienes esperan como el precursor del Mesías.

La primera copa:

Cuando todos están sentados alrededor de la mesa se vierte la primera copa de vino para cada uno. El jefe de la casa se levanta y da gracias a Dios por el fruto de la vid y por el gran día que están a punto de celebrar. Luego se sienta y bebe su copa de vino en una postura reclinada, apoyándose en su brazo izquierdo. Los otros beben al mismo tiempo. En la época del Templo el judío más pobre tomaba cuatro copas de vino durante esta placentera comida; y si era demasiado pobre, eran suministradas con fondos públicos. Aunque se prescriben cuatro tazas, la cantidad no se limita a esa cantidad; usualmente se le añade alguna agua al vino. En los primeros días se utilizó el vino tinto; pero debido al temor de alentar las infundadas acusaciones de sangre contra los judíos, este uso se descontinuó. Hoy día se utiliza generalmente vino de uvas sin fermentar o vino palestino.

Las hierbas amargas y el afikoman:

Después de beber la primera copa el dueño se levanta y se lava las manos; los demás permanecen sentados; Edersheim opina que fue en este punto de la cena que Cristo les lavó los pies a los discípulos. Después de lavarse las manos, el jefe de la familia se sienta, toma una pequeña cantidad de hierbas amargas, las remoja en agua salada, y se las come reclinado en su codo izquierdo. Los intérpretes udíos dicen que sólo la primera Pascua se debía comer de pie, y con las circunstancias de la prisa. Durante las Pascuas conmemorativas de la primera, se reclinaban "como un rey [u hombre libre] a su gusto, y no como esclavos" ---probablemente, siguiendo en esto el ejemplo de los romanos independientes con los que entraron en contacto. Después de que el jefe de familia ha comido su porción de hierbas amargas, toma porciones similares, las sumerge en agua salada, y las pasa alrededor para que los demás las coman.

A continuación, toma el azimo del medio, lo parte en dos, y esconde una mitad debajo de una almohada o cojín, para ser distribuida y comida después de la cena. Si esta práctica existía en la época de Cristo, es probable que fuese a partir de esta porción, llamada afikoman, que fue instituida la Eucaristía. Tan pronto como esta parte es puesta a un lado, se remplaza la otra mitad, se descubre el plato de tortas sin levadura, y todos, de pie, agarran el plato y lo levantan solemnemente, cantando lentamente en arameo: "Este es el pan de aflicción que nuestros padres comieron en Egipto. Este año aquí, el próximo en Jerusalén; este año esclavos, el próximo año, libres.”

La segunda copa:

Entonces se remplaza el plato y el hueso de canilla, el huevo asado, etc. se colocan en sus lugares sobre él. Todos se sientan y el hijo menor pregunta por qué es que en esta noche por encima de todas las demás noches comen hierbas amargas, ázimos y en una postura reclinada. Entonces el jefe de la casa cuenta cómo sus padres fueron idólatras cuando Dios escogió a Abraham, cómo fueron esclavos en Egipto, cómo Dios los liberó, etc. Dios es alabado y bendecido por su misericordia maravillosa para con su nación, y esta primera parte de la ceremonia es llevada a un cierre cuando prorrumpen con la recitación de la primera parte del Hallel (Salmos 112 y 114) beben la segunda copa de vino, la cual es elevada triunfalmente y se le llama la hagadá o historia de la liberación.

La comida propiamente dicha:

La ceremonia hasta ahora ha sido sólo introductoria. La comida propiamente dicha comienza ahora. En primer lugar, todos se lavan las manos; entonces el presidente recita una bendición sobre los ázimos, y después de haber sumergido pequeños fragmentos de ellos en agua salada, los come reclinado. Luego distribuye pedazos a los demás. También toma algunas hierbas amargas, las moja en el charoset y se las da a comer a los demás. Luego hace una especie de sándwich poniendo una parte de rábano picante entre dos pedazos de ázimo y lo pasa alrededor, diciendo que es en memoria del Templo y de Hillel, que solía envolver juntas las piezas del cordero pascual, el ázimo, hierbas amargas, y comerlas en cumplimiento de la orden de Éxodo 12,8.

La cena propiamente dicha ya está, y se compone de muchos movimientos de platos amados por los judíos, como sopa, pescado, etc. preparados de formas curiosas desconocidas para los gentiles. Al final de la comida algunos de los niños arrebatan el afikoman que ha sido escondido, y que tiene que ser redimido por los presentes ---una costumbre que probablemente se deriva de una mala traducción del Talmud. Luego lo dividen entre todos los presentes y se lo come. Oesterley y Box creen que esta es una supervivencia de un tiempo anterior cuando parte del cordero pascual se guardaba hasta el y se distribuía, para ser la última cosa ingerida.

La tercera copa:

Cuando se ha comido el afikoman, llenan la tercera copa y dicen la acción de gracias después de las comidas, y se toman la tercera copa en una postura reclinada. Ahora se vierte una copa de vino para el profeta Elías, en un silencio de muerte que se mantiene durante algún tiempo, y se abre la puerta. Entonces se recitan imprecaciones contra los infieles, tomadas de los Salmos y las Lamentaciones. Estas fueron introducidas sólo durante la Edad Media.

La cuarta copa:

Después de esto se llena la cuarta copa y se recitan el gran Hallel (Salmos 115-118) y una oración de alabanza. Antes de beber la cuarta copa, los judíos de algunos países recitan cinco piezas poéticas, y luego beben la cuarta copa. Al final añaden una oración pidiendo a Dios que acepte lo que han hecho. Entre los judíos de Alemania y Polonia esta oración es seguida por canciones populares.

El resto de la semana pascual

La próxima noche se observan las mismas ceremonias. De acuerdo con la Ley el 15 y el 21 se debían guardar como fiestas solemnes y días de descanso. En la actualidad el 15 y el 16, el 21 y el 22 son días de fiesta completos, una costumbre introducida entre los judíos de la Diáspora para asegurarse de que cumplían con los preceptos de la Ley en el día adecuado. Los demás días son medios días de fiesta. En la sinagoga se celebran servicios especiales durante toda la semana de Pascua. Anteriormente la fecha de la Pascua era fijada por la observaciones reales [Schurer, "Historia del Pueblo Judío", (Edimburgo, 1902), I, II, Apend. 3]. Ahora se deduce a partir de cálculos astronómicos.


Bibliografía: OESTERLY Y BOX, Religion and Worship of the synagogue (Londres, 1907); DEMBITZ, Jewish Services in the Synagogue and Home (Filadelfia, 1898); GINSBURG en KITTO, Cyclop. Of Bibl. Lit..; ABRAHAMS in HASTINGS, Dict. Of the Bible, s.v. Passover; SMITH, Bibl. Dict.; ZANGWILL, Dreamers of the Ghetto (Londres): JACOBS, Jewish Year Book (Londres, anual); EDERSHEIM, Life and Times of Jesus the Messiah, II (Londres, 1900), 479.

Fuente: Aherne, Cornelius. "Pasch or Passover." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. 21 Jan. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/11512b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina