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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Pampsiquismo

De Enciclopedia Católica

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Pampsiquismo, o pansiquismo, (griego pan, todo; psyche, alma) es una teoría filosófica que afirma que todo en el universo, el mundo inorgánico así como el orgánico, tiene algún grado de consciencia. Está estrechamente relacionada con la teoría del hilozoísmo, que enseña que toda materia está dotada de vida. Como sinónimo de hilozoísmo debe considerarse la palabra “pambiotismo” que fue acuñada por Paul Carus para distinguir su teoría del panpsiquismo de Häckel ("Monist", 1892-93, III, 234-57). No hay una distinción clara entre panpsiquismo e hilozoísmo porque los antiguos hilozoístas no solo consideraban vivos a los espíritus del universo material y del mundo vegetal, sino también más o menos conscientes.

El Renacimiento fue testigo de un renacimiento del antiguo hilozoísmo. Los filósofos italianos de la naturaleza y los alquimistas especulaban sobre los espíritus que estaban presentes en todas las cosas y los "sentimientos" y "esfuerzos" de los "principios" de la naturaleza. El monismo de Leibniz es evidentemente pampsiquista. Todas las cosas están formadas por mónadas. Cada mónada es consciente y refleja intelectualmente en sí misma el universo entero. Una mónada se diferencia de otra sólo en la claridad con que se expresa esta representación mental.

Aparte de estos primeros movimientos, existe la escuela moderna del pampsiquismo, durante cuyo desarrollo se acuñó la palabra misma. Comenzó con Fechner (1801-87) y recibió un nuevo impulso de la filosofía darwiniana en Inglaterra y la especulación metafísica en Estados Unidos. El pampsiquismo de Fechner y de los escritores alemanes posteriores está más estrechamente relacionado con el resurgimiento del hilozoísmo en el Renacimiento. Tanto Fechner como Lotze tienen mucho en común con las especulaciones místicas de Paracelso y van Helmont. Para Fechner todo está animado; la tierra es verdaderamente nuestra madre, y además una madre viviente.

El pampsiquismo de Lotze (1817-1881) surge como una especulación soñadora, más que como una conclusión fríamente razonada. "¿Acaso la mitad de la creación, la que comprendemos bajo el nombre del mundo material, no tiene ninguna función salvo la de servir a la otra mitad, el reino de la mente, y no estamos justificados al desear encontrar el brillo del sentido en eso también de dónde siempre lo derivamos?" (Microcosmos, I, Lb. III, cap. IV, p. 353). Al hacer al átomo no extendido, Lotze pensó que había eliminado la última objeción a su pampsiquismo. De un tipo similar es el pampsiquismo de Paulsen, y no muy lejanas están las especulaciones de Häckel sobre los placeres y dolores de los elementos. Con G. Heymans, el pampsiquismo aparece como una conclusión razonada de una consideración metafísica de la relación entre cuerpo y mente.

En Inglaterra el pampsiquismo fue defendido por William Kingdon Clifford ya en enero de 1878 (Mind, III, 57-67). Llegó a la teoría como un corolario de la doctrina de la evolución. La consciencia existe en el hombre; el hombre se desarrolla a partir de materia inorgánica; por tanto, la materia inorgánica contiene los elementos de la consciencia. Esta conclusión se extendió luego a la afirmación de que "el universo consiste enteramente en materia mental". Al igual que sus precursores en esta concepción, Clifford mencionó a Kant y a Häckel —y especialmente a Wundt— de quienes escribió: "la primera declaración de la doctrina en su verdadera conexión que yo conozco es de Wundt" (Lectures and Essays, II, 73).

En Estados Unidos, ya en 1885, el Dr. Morton Prince defendió la teoría del pampsiquismo, aunque no bajo ese nombre. Consideró su teoría como una reivindicación del materialismo, argumentando que si la materia es psíquica en su naturaleza y la mente se ha de interpretar como la resultante de estas fuerzas mentales de la naturaleza, tal interpretación debe ser materialista; pues "mientras algo sea el resultante de las fuerzas de la naturaleza, pertenece al materialismo" (The Nature of Mind, 152). Su pampsiquismo fue en realidad una conversión ilegítima de la proposición: "todos los procesos conscientes son cambios físicos" a "todos los cambios físicos son procesos conscientes". Esta inferencia fue complementada por indicios del argumento evolutivo de Clifford. Mientras que el pampsiquismo de Clifford y Prince era más o menos empírico, el del Prof. C.A. Strong es más marcadamente metafísico; se ocupa del problema de la interacción entre cuerpo y mente. El profesor Strong propone resolverlo eliminando la distinción esencial entre cuerpo y alma, al sostener que la materia en sí misma es de naturaleza psíquica más que física. Su obra "Why the mind has a body” (Nueva York, 1903) provocó una animada discusión de esta teoría.

El primer artículo de la décimo octava pregunta de la primera parte de la "Summa Theologica" de Santo Tomás se titula: "¿Está vivo todo en la naturaleza?" Es una discusión de la teoría del hilozoísmo y nos dice también la posición del gran escolástico sobre la cuestión del pampsiquismo. Santo Tomás decide que la prueba de la vida debe buscarse en la posesión de aquellas características que son propias de los seres más evidentemente vivos. Él incluye estas características bajo lo que él llama el poder del movimiento espontáneo. Con esto no se refiere a la mera capacidad de moverse de un lugar a otro, sino a cualquier tendencia espontánea hacia cualquier tipo de cambio (quoecumque se agunt ad motum vel operationem aliquam). Como ejemplos de tal movimiento menciona la tendencia de una cosa de un estado menos perfecto a uno más perfecto (crecimiento) y las sensaciones y comprensión que constituyen la actividad de los animales que ya han adquirido su pleno desarrollo. Entonces la pregunta se convierte en una de hecho. ¿Hay cosas en la naturaleza que no manifiestan el poder del movimiento espontáneo, es decir, el crecimiento o la actividad de la vida sensorial e intelectual? Sí. Hay cosas que no tienen actividad espontánea propia y no se mueven excepto por un impulso externo, y estas cosas están muertas o sin vida. Podemos ver en ellas analogías con los seres vivos, pero nunca se puede decir que viven, a menos que estemos hablando poéticamente y a modo de metáfora. Santo Tomás, por tanto, rechaza el hilozoísmo y el pampsiquismo.

Los únicos argumentos serios a favor del pampsiquismo son: el evolutivo propuesto por Clifford y el razonamiento metafísico del Prof. Strong. Pero hasta que no haya evidencia que demuestre que los elementos químicos manifiestan algún tipo de proceso mental, no tenemos derecho a decir que lo hacen, sin importar cuánto ayudaría a cualquier teoría de la evolución, o qué tan fácil podría hacer nuestra explicación metafísica de la relación entre cuerpo y mente.


Bibliografía: S. TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, I, Q. XIII, a. 1; BAWDEN, The Meaning of the Psychical in Philos, Review, XIII (1904), 298-319; CARO, Panpsychism and Panbiotism in The Monist, III (1892-93), 234-57; CLIFFORD, Lectures and Essays, II; Body and Mind in Fortnightly Review (Dic., 1874); IDEM, On the Nature of Things-in-Themselves in Mind (enero 1878); FECHNER, Zend Avesta (3ra ed., 2 vols., Leipzig, 1906); FLOURNOY, Sur le panpsychisme in Archives de psychologie, IV (1904-05), 129-44; HÄCKEL, The Riddle of the Universe (Londres, 1900); Our Monism in The Monist, II (1891-92), 481-86; HEYMANS, Zur Parallelismus-frage in Zeitschrift für Psychologie, XVII (1898), 62-105; LOTZE, Microcosmus, tr. HAMILTON AND JONES, I (Edimburgo, 1881), Lb. III, IV; PAULSEN, Introduction to Philosophy, tr. THILLY (Nueva York, 1895), lb. I, I, § 5, 87-111; PRINCE, The Nature of Mind and the Human Automatism (Filadelfia, 1885); The Identification of Mind and Matter in Philos, Review, XIII (1904), 444-51; STRONG, Why the Mind Has a Body (Nueva York, 1903); IDEM, Quelques considérations sur le panpsychisme in Arch. de psychol., IV (1904-5), 145-54.

Fuente: Moore, Thomas. "Panpsychism." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11, pág. 446. New York: Robert Appleton Company, 1911. 3 nov. 2020 <http://www.newadvent.org/cathen/11446a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina