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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «San Juan Bautista de Rossi»

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Distinguido arqueólogo cristiano, mejor conocido por su trabajo en relación con las catacumbas romanas, nacido en Roma el 23 de febrero de 1822; murió en Castel Gandolfo en el lago Albano el 20 de septiembre de 1894. De Rossi, el fundador de la moderna ciencia conocida cono Arqueología Cristiana, era muy hábil en la arqueología secular, maestro en epigrafía, una autoridad en la topografía romana antigua y medieval, un excelente historiador y un escritor muy productivo y variado. Además de su conocimiento profesional de la arqueología, de Rossi tenía un conocimiento profundo de las leyes, la filología y la teología. Era el hijo del Comendador Camilo Luigi de Rossi y Mariana Marquesa Bruti, su esposa, quien tenía dos hijos, Juan y Miguel Esteban. Dos días después de su nacimiento, Juan fue bautizado en la iglesia de la parroquia de Santa María sopra Minerva y, de acuerdo a la costumbre romana, fue confirmado cuando aún era muy joven por el Cardenal Franzoni, Prefecto de la Propaganda. Hasta 1838 de Rossi asistió al departamento de preparatoria de una institución jesuita muy conocida, el Collegio Romano, y a lo largo de todo el curso se destacó como el alumno más aventajado. Desde 1838 hasta 1840 estudió filosofía allí, y de 18040 a 1844 estudió jurisprudencia en la Universidad de Roma (Sapienza), donde fue discípulo de los célebres profesores Villani y Capalti. Al terminar la universidad recibió, después de un severo examen, el grado de doctor utriusque juris ad honorem.
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Distinguido arqueólogo cristiano, mejor conocido por su trabajo en conexión con las [[catacumbas romanas]], nació en [[Roma]] el 23 de febrero de 1822; murió en Castel Gandolfo en el Lago [[Albano]] el 20 de septiembre de 1894. De Rossi, el fundador moderno de la ciencia de la [[arqueología cristiana]] era muy hábil en arqueología secular, un maestro en epigrafía, una autoridad en la topografía antigua y [[Edad Media|medieval]] de Roma, un excelente historiador, y un autor muy productivo e interesado en varias materias. Además de su relación profesional con la arqueología, De Rossi poseía un amplio [[conocimiento]] en [[ley]]es, filolofía y [[teología]]. Era hijo del Comendador Camillo Luigi De Rossi y Mariana Marchesa Bruti, su esposa, los cuales tenían dos hijos, Giovanny y Michele Stefano. A los dos días de nacido Giovanni fue [[Bautismo|bautizado]] en la iglesia [[parroquia]]l de Santa María sopra Minerva y, según la [[costumbre]] romana, fue [[Confirmación|confirmado]] cuando era muy joven, por el [[cardenal]] Franzoni, Prefecto de la [[Sagrada Congregación de la Propaganda|Propaganda]].   Hasta 1838 De Rossi asistió al departamento preparatorio de la muy conocida institución jesuita, el Colegio Romano, y durante todos sus cursos fue el estudiante más aventajado. De 1838 a 1840 estudió [[filosofía]] allí, y [[jurisprudencia]] (1840-44) en la Universidad Romana (Sapienza) donde fue discípulo de los famosos profesores Villani y Capalti. Al cierre de sus estudios universitarios recibió, después de un examen muy estricto, el grado de doctor utriusque juris ad honorem.
  
De Rossi mostró un interés tan fuerte en la antigüedad cristiana que al cumplir los once años su padre quiso regalarle el gran trabajo de Antonio Bosio “La Roma Sotterranea”. En 1843, antes de recibir el grado de doctor, maduró un plan para una colección sistemática y crítica de todas las inscripciones cristianas. En 1841, a pesar de las protestas de su ansioso padre, visitó, por primera vez y bajo la guía del padre jesuita Marchi, una de las entonces abandonadas catacumbas. Después de esto, de Rossi y Marchi continuaron juntos sus estudios arqueológicos, de tal manera que se hicieron amigos inseparables a pesar de la gran diferencia de edades. Tan pronto como terminó sus estudios, de Rossi fue nombrado scriptor en la Biblioteca del Vaticano y ejerció este modesto pero honorable título, del cual se sentía especialmente orgulloso, durante toda su vida. A él se le debe gran crédito por su cuidadosa catalogación de cientos de manuscritos vaticanos. El libre uso de los tesoros de la Biblioteca del Vaticano y sus archivos era un abundante recurso para el desarrollo de sus poderes intelectuales, especialmente en el sentido de la amplitud y universalidad del interés. Sus deberes oficiales no eran muchos, de tal manera que pudo realizar sus estudios privados sin obstáculo. En 1838, en compañía de sus padres, viajó por primera vez y visitó la Toscaza, donde los enormes tesoros de arte absorbieron su atención por completo. Durante los veranos de 1844 y 45 visitó el territorio del antiguo Hernici en Lacio y también Nápoles; de esta manera, el conocimiento que adquirió del periodo de la República romana no fue solamente teórico. En 1853 viajó por primera vez solo y fue de nuevo a la Toscana, así como a la Romaña, a Lombardía y a Venecia. En 1856 visitó Liguria, Piamonte, Suiza, Francia y Bélgica; en 1858 regreso a Piamonte, visitó la parte occidental de Suiza y el distrito del Rin tan lejos como Colonia; desde Colonia, viajó hacia Aquisgrán, Tréveris y Frankfort hasta Baviera y Austria, y regresó a Roma por el camino de Venecia y la Romaña. En un segundo viaje a Francia en 1862 visitó la parte norte del país y después de una corta estadía en Londres regresó a Roma pasando por París y Suiza. En 1864, viajó a Nápoles por segunda vez y en 1865 estuvo en Francia por tercera ocasión, visitando particularmente las ciudades del sur. En 1868 regresó a Francia y en 1869 y 70 viajó a la Toscaza y a Umbría; entre 1872 y 75 exploró la vecindad de Roma; en 1876 y 1879 investigó los tesoros de Nápoles y los alrededores del país, y en 1878 de nuevo viajó a Venecia y a Lombardía.
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De Rossi mostró un interés tan fuerte en la antigüedad cristiana que en su undécimo cumpleaños su [[padre]] le regaló la gran obra de Antonio Bosio “La Roma Sotterranea”. En 1843, antes de recibir el grado doctoral, maduró un plan para una colección sistemática y crítica de todas las [[inscripciones cristianas]]. En 1841, a pesar de las protestas de su ansioso padre, visitó por primera vez, bajo la guía del [[Compañía de Jesús|jesuita]] padre Marchi, una de las entonces más descuidadas catacumbas.   Después de esto De Rossi y Marchi prosiguieron sus estudios arqueológicos juntos, de modo que se volvieron amigos inseparables, a pesar de la gran diferencia en edades. Tan pronto terminó sus estudios De Rossi fue nombrado scriptor en la Biblioteca del Vaticano y llevó este modesto pero honorable título toda su vida, en el cual tenía gran [[orgullo]]. Se le debe gran crédito por catalogar tan cuidadosamente los cientos de [[manuscritos]] del Vaticano. El uso libre de los tesoros de la Biblioteca del Vaticano fue una rica fuente de desarrollo para sus poderes [[Intelecto|intelectuales]], especialmente en el sentido de la amplitud y catolicidad de interés. Sus [[deber]]es oficiales no eran pesados, y podía realizar sus estudios privados sin obstáculos. En 1838, en compañía de sus [[padres]], fue en su primer viaje a [[Toscana]] donde los innumerables tesoros de arte absorbieron su atención completamente. Durante los veranos de 1844-50 visitó el territorio de la antigua Hernici en Lacio y también [[Nápoles]]; de este modo el [[conocimiento]] que obtuvo del período de la república romana no fue puramente teórico. En 1853 viajó solo por primera vez y fue de nuevo a Toscana, también a la Romaña, [[Lombardía]] y [[Venecia]]. En 1856 visitó Liguria, [[Piamonte]], [[Suiza]], [[Francia]] y [[Bélgica]]; en 1858 fue de nuevo a Piamonte, visitó la parte occidental de Suiza y el distrito del Rin tan lejos como Colonia; de Colonia se fue vía [[Aquisgrán]], [[Trier]] y Frankfort a [[Bavaria]] y [[Austria]] y de vuelta a Roma vía Venecia y la Romaña. En un segundo viaje a Francia en 1862 visitó la parte norte del país, y después de un corto tiempo en [[Londres]] regresó vía [[París]] y Suiza a Roma. En 1864 fue a Nápoles por segunda vez, y en 1865 fue a Francia por tercera vez, visitando particularmente las ciudades del sur. En 1868 estuvo de nuevo en Francia, y en 1869 y 1870 fue a Toscana y Umbría; en 1872-75 exploró la vecindad de Roma; en 1876 y 1879 investigó los tesoros de Náñoles y el país de alrededor, y en 1878 viajó de nuevo a Venecia y Lombardía.
  
Estos viajes son de mucha importancia para la apropiada apreciación de sus trabajos científicos. Expediciones tan largas y extenuantes fueron realizadas principalmente para inspeccionar museos, bibliotecas, galerías, archivos y otras instituciones de arte y enseñanza, para formar relaciones personales con los eruditos de los países visitados y para incrementar el rango de su perspectiva mental, siempre fija en una materia como un todo. El extraordinario conocimiento de de Rossi de los más oscuros monumentos de los países civilizados europeos y su profunda familiaridad con fuentes manuscritas, hicieron posible para él, como indiscutible maestro y líder, guiar la ciencia de la arqueología cristiana, durante muchas décadas, hacia nuevas rutas. Estos viajes ayudan a explicar la destacada productividad literaria de de Rossi, cuando es considerada en relación a su minuciosa investigación de todos los monumentos, en la superficie y enterrados, de la ciudad de Roma y de la Campiña Romana. Estas investigaciones cubrieron la antigua vida pagana de Roma, los comienzos del periodo cristiano así como la Edad Media.
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Estos viajes de De Rossi son de mucha importancia para la debida apreciación de su trabajo científico. Tales largas y fatigosas expediciones fueron realizadas sólo para inspeccionar museos, [[biblioteca]]s, galerías, archivos y otras instituciones de aprendizaje y arte, para formar relaciones personales con los estudiosos de los países visitados, y para aumentar el alcance de su panorama mental, siempre fijo en el tema como una totalidad. El extraordinario conocimiento de De Rossi de los más obscuros monumentos de los países civilizados de Europa, y su minuciosa familiaridad con las fuentes de manuscritos, le hicieron posible, como maestro y líder indiscutible, guiar la ciencia de la arqueología cristiana por nuevos caminos durante varias décadas. Estos viajes ayudan a explicar la notable productividad literaria de De Rossi, cuando se consideran en conexión con su menuda investigación de todos los monumentos, tanto en la superficie como en el subterráneo de la ciudad de Roma y de la Campaña romana. Estas investigaciones cubrieron la antigua vida [[Paganismo|pagana]] de Roma, el período cristiano temprano, y también la [[Edad Media]].
  
Las relaciones personales de de Rossi con los principales eruditos de Italia y otros países comenzaron en su juventud temprana. Cuando tenía catorce años el famoso Cardenal Mai, Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, lo encontró copiando inscripciones griegas en la galería de inscripción del Vaticano y se le despertó un gran interés en el muchacho; la relación pronto maduró en una cálida amistad. En 1847 comenzó su contacto como erudito con el famoso epigrafista Bartolomé Borghesi de san Marino; más tarde, los trabajos de Borghesi fueron publicados a expensas de Napoleón III bajo la dirección de de Rossi. Algunos años después de formar la relación con Borghesi comenzó una correspondencia entre de Rossi y el benedictino Dom Pitra, de Solesmes, más tarde Cardenal y Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, la cual terminó en una cálida amistad con Pitra. Sin embargo, esto llevó a un alejamiento entre de Rossi y León XIII. El padre Bruzza, el sabio barnabita, fue también un amigo íntimo de de Rossi. Wilhelm Henzen, quien dirigió por largo tiempo el Instituto Arqueológico Alemán en Roma, vivió en constante amistad y comunicación con de Rossi durante cuarenta años. Cuando la Academia de Ciencias de Berlín, impulsada por Teodoro Mommsen, emprendió su monumental publicación, el “Corpus Inscriptionum Latinarium”, envió una halagadora carta a de Rossi pidiendo su cooperación. Esto llevó a una amistad íntima con Mommsen. Los posteriores colaboradores en el “Corpus”, entre los que se encontraban Edwin Bormann, la notoria autoridad en epigrafía, encontraron a de Rossi siempre listo para ayudarles y servirles de guía. Martigny, el editor del Bullettino (ver abajo), así como Paul Allard, editor de la edición francesa de “Roma Sotterranea” y Desbassyns de Richemont, estaban todos muy unidos a de Rossi por los intereses de su trabajo en común. A ellos debe añadirse Luis Duchesne, el brillante director de la Ecole de Rome, y colaborador, con de Rossi, de la reciente edición (1894) del "Martyrologium Hieronymianum". Leopoldo Delisle, el célebre erudito, paleógrafo e historiador, quien por muchos años dirigiera la Biblioteca Nacional de París, era un hombre con los mismos gustos de aprendizaje que de Rossi; su encuentro condujo a una correspondencia científica muy activa, y más tarde a un estrecho vínculo, basado en sus intereses eruditos. Cuando, cerca de 1850, Eduardo Le Blant trabó amistad con de Rossi, ignoraba todo sobre la arqueología, pero una observación accidental de de Rossi lo llevó a interesarse en esta ciencia; con el tiempo, él se convirtió en un renombrado arqueólogo y en el director de la Ecole de Roma.
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Las relaciones personales de De Rossi con los principales estudiosos de [[Italia]] y otros países comenzaron en su adolescencia. Cuando tenía catorce años el famoso [[cardenal]] [[Angelo Mai]], Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, lo encontró copiando inscripciones griegas en la galería de inscripción del Vaticano y se interesó mucho en el chico; la relación luego maduró en una cálida amistad. En 1847 comenzó su conexión como un estudiante con el famoso epigrafista Bartolomeo Borghesi de San Marino; en fecha posterior las obras de Borghesi fueron publicadas a expensas de [[Napoleón III]] bajo la dirección de De Rossi. Unos pocos años después de conocer a Borghesi, De Rossi comenzó correspondencia con el [[Orden Benedictina|benedictino]] Dom Pitra, de [[Solesmes]], luego cardenal, y bibliotecario del Vaticano, que culminó en una gran amistad con Pitra. Sin embargo, esto condujo a un alejamiento entre León XIII y De Rossi. El Padre Bruzza, el erudito barnabita, también fue íntimo amigo de De Rossi. Wilhelm Henzen, por largo tiempo director del Instituto Arqueológico Alemán en Roma, vivió en amistad y comunicación diaria con De Rossi por cuarenta años. Cuando la Academia de Ciencias de Berlín, apremiada por Teodoro Mommsen, emprendió su monumental publicación, el Corpus Inscriptionum Latinarum, le envió una carta halagadora a De Rossi pidiendo su cooperación. Esto lo llevó a una buena amistad con Mommsen. Los numerosos colaboradores de éste sobre el “Corpus”, entre ellos Edwin Bormann, la famosa autoridad en epigrafía, siempre encontraron a De Rossi listo para asistirlos y guiarlos. [[Joseph-Alexander Martigny]], el editor de el Bullettino (vea más abajo), así como Paul Allard, editor de la edición francesa de “Roma Sotterranea”, y Desbassyns de Richemont, estaban cercanamente unidos a De Rossi por los intereses de su trabajo en común. A éstos se debe añadir Louis Duchesne, el brillante director de la Escuela de Roma, y colaborador con De Rossi en la reciente edición (1894) del “Martyrologium Hieronymianum". Léopold Delisle, el famoso hombre de ciencias, paleógrafo e historiador, por muchos años cabeza de la Biblioteca Nacional de París, fue un hombre de los mismos gustos intelectuales que De Rossi; su encuentro llevó a una muy activa correspondencia científica, y más tarde a una gran amistad, basada en sus intereses intelectuales. Cuando, cerca de 1850, Edouard Le Blant conoció a De Rossi, él era totalmente ignorante sobre arqueología, pero un señalamiento accidental de De Rossi lo llevó a iniciarse en dicha ciencia; eventualmente se convirtió en un distinguido arqueólogo y el director de la Escuela de Roma.
  
Entre los alemanes católicos, la amistad más cercana de de Rossi fue el erudito Franz Xaver Graus. El frío recibimiento que tuvo de Döllinger, a quien conoció alguna vez en Munich, evitó la formación de una relación duradera. Desde 1884 Joseph Wilpert entabló una relación muy cercana con de Rossi, quien, hasta su muerte, le dio a este erudito toda la ayuda posible y le mostró al joven la más grande amistad. Lo mismo puede decirse de Johann Meter Kirsch, arqueólogo, patólogo e historiador. De Rossi también alentó los trabajos de Antón de Waal, el fundador y editor del "Römische Quartalschrift", y fue un valioso amigo de numerosos eruditos alemanes. Por muchos años, de Rossi mantuvo relaciones cercanas especiales con Giuseppe Gatti, su asistente en diferentes clases de trabajo de aprendizaje. Los cuidadosos estudios de Gatti le permitieron a de Rossi llevar a cabo discusiones confidenciales diarias sobre las cuestiones aprendidas, las cuales, después de la muerte de Henzen, aparentemente habían finalizado. Gatti siguió con los trabajos de de Rossi en el campo de las inscripciones antiguas. Henry Stevenson, quien murió demasiado pronto, Mariano Armellini, un arqueólogo entusiasta, Luigi Scagliosi, el numismático, Orazio Marucchi, quien popularizó la arqueología cristiana, Cosimo Stornaiolo, el “Griego”, además de muchos otros italianos, entre los cuales Gennaro Aspreno Galante de Nápoles merece ser nombrado, encontraron en de Rossi un amigo y consejero fraternal. Entre sus discípulos y amigos ingleses estaban J, Spencer Norticote y W. R. Brownlow, quien dio a conocer al mundo de habla inglesa los resultados de las investigaciones y publicaciones de de Rossi. Por años, Norticote, Brownlow y Lewis, en Oxford, mantuvieron constante correspondencia con de Rossi.
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Entre los [[católico]]s alemanes la amistad más cercana de De Rossi como estudiante fue con Franz Xaver Kraus. No estableció una relación duradera con [[Johan Joseph Ignaz von Döllinger|Döllinger]], debido al frío recibimiento que tuvo de éste, a quien conoció en [[Munich]]. Desde 1884 Joseph Wilpert se relacionó más cercanamente con De Rossi, quien, hasta su muerte, le dio a este estudioso toda la ayuda posible y le demostró siempre la más profunda amistad. Lo mismo se puede decir de Johann Peter Kirsh, arqueólogo, patrólogo e historiador. De Rossi también alentó las laborews de Anton de Waal, el fundador y editor de "Römische Quartalschrift", y fue un amigo muy útil para numerosos otros eruditos alemanes. Por muchos años las relaciones de De Rossi fueron especialmente íntimas con Giuseppe Gatti, su ayudante en varias clases de trabajo intelectual.   La aguda erudición de Gatti capacitaron a De Rossi para llevar a cabo discusiones confidenciales diarias sobre asuntos de intelectuales, la cual, después de la muerte de Henzen, aparentemente llegaron a su fin. Gatti continuó las obras de De Rossi en el campo de inscripciones antiguas. Henry Stevenson, quien murió muy pronto, Mariano Armellini, un entusiasta de la arqueología, Luigi Scagliosi, el numismático, Orazio Marucchi, un popularizador de la arqueología cristiana, Cosimo Stornaiolo, el “griego”, entre muchos otros italianos, entre los cuales estaba Gennaro Aspreno Galante de Nápoles, encontraron en De Rossi un amigo paternal y un consejero. Entre sus amigos y discípulos ingleses estaban especialmente [[James Spencer Northcote]] y W. R. Brownlow, quienes dieron a conocer al mundo angloparlante los resultados de las investigaciones y publicaciones de De Rossi. Por años Northcote y Brownlow, y Lewis de [[Oxford]], estuvieron en constante correspondencia con De Rossi.
  
Se hace énfasis de esta manera en los conocidos y amistades personales de de Rossi, para acentuar con qué habilidad estimuló el interés en la arqueología cristiana en todas direcciones. Igualmente importante, tal vez, fueron las relaciones establecidas por él durante los años 1850 70, durante los cuales condujo a varios extraños, con frecuencia de alto rango, a través de las catacumbas, o actuó como su guía entre las ruinas monumentales de Roma. Así, las amistades le aseguraron con frecuencia el préstamo de monumentos y documentos que de otra manera nunca se habrían enviado, aún de manera temporal, a un país extranjero, y que le fueron llevados a Roma por mensajeros diplomáticos de todos los países, incluyendo a Rusia, y hacer uso de esta oportunidad para examinarlos a su placer. Los superiores inmediatos de de Rossi en los Archivos del Vaticano lo trataron siempre como un amigo y un igual, y le permitieron completa libertad en todos sus estudios. Pío IX lo honró con un afecto paternal, del cual le dio asombrosa evidencia en varias ocasiones. Aunque la ciencia de la arqueología cristiana era más bien extraña al temperamento mental de León XIII, este papa mostró con frecuencia que, en la ocasión adecuada, podía hacer justicia a la gran reputación de de Rossi. En Roma, de Rossi era extremadamente popular; casi todos los ciudadanos educados, así como los residentes extranjeros, lo conocían y lo honraban. Sin algún conocimiento de estos hechos, los trabajos conocidos de de Rossi y su extraordinario éxito podrían ser entendidos solamente de manera superficial.
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Se recalca en las importantes relaciones y amistades de De Rossi para enfatizar con cuanta destreza él estimuló el interés en la arqueología cristiana en todas las direcciones. Igualmente importante, quizás, fueron las relaciones establecidas por él en los años 1850-70, durante los cuales el condujo a muchos extraños, a veces de alto rango, a través de las catacumbas, o actuó como su guía entre las monumentales ruinas de Roma. Las amistades así formadas le ayudaron a poder tomar prestados documentos y monumentos que de otra forma nunca se hubiesen enviado, aun temporalmente a países extranjeros, pero que fueron traídos a Roma por los mensajeros diplomáticos de todos los países, sin exceptuar Rusia, usando su oportunidad para examinar estos objetos en su tiempo libre. Los superiores inmediatos de De Rossi en los Archivos Vaticanos siempre lo trataron como un amigo y un igual, y le permitían entera libertad en todos sus estudios. El [[Papa Pío IX]] lo [[Honor|honró]] con un afecto paternal, de lo cual dio evidencia contundente en varias ocasiones. Aunque la ciencia de la [[arqueología cristiana]] era más bien desconocida para el temple mental del [[Papa León XIII]], dicho [[Papa]] mostró en la debida ocasión, que él podía hacer [[justicia]] a la gran reputación de De Rossi. En Roma, De Rossi era sumamente popular; casi todos los ciudadanos [[Educación|educados]], así como los residentes extranjeros, lo conocían y lo honraban. Sin el [[conocimiento]] de estos hechos, las labores eruditas y el extraordinario éxito de De Rossi sólo pueden ser entendidos superficialmente.  
  
Por su peculiar entrenamiento, por lo tanto, de Rossi estaba en condiciones de entender claramente la literatura cristiana primitiva, así como el surgimiento y desarrollo del Estado Romano como se mostraba en los monumentos que había dejado. En relación al Estado Romano, él nunca sostuvo la casi mecánica y nunca discutida teoría de Mommsen. También penetró con maravilloso entendimiento el crecimiento de la primitiva jerarquía cristiana. Entre sus libros y documentos de Rossi reflexionó sobre las ruinas de los templos y palacios de la antigüedad; criticó sus propias exploraciones subterráneas; entendió a los primeros cristianos en sus pensamientos, deseos, esperanzas e ideales; contempló el triunfo de la Iglesia, liberada por Constantino el Grande y penetró exitosamente en las basílicas; y recogió de manuscritos amarillentos las tradiciones, que una erudita multitud de piadosos y meticulosos monjes habían escrito, relacionadas con el pasado cristiano, y además los relatos que habían dejado de su propia época. De esta manera, muy pronto de Rossi fue universalmente conocido, aún durante su vida, como el príncipe de los arqueólogos cristianos. Debido a su extraordinaria producción literaria, la cual fue el resultado natural de las condiciones señaladas arriba, debe hacerse una distinción entre sus trabajos menores y mayores. La lista de sus trabajos menores (monografías) comienza en 1849 con la biografía: "Inscrizione onoraria di Nicomaco Flaviano”, la cual apareció en el Annali dell Instituto di corrispondenza archeologica (pp. 283-363). Estos documentos arqueológicos y eclesiástico-históricos llegan a los 203, sin incluir las llamadas cartas literarias en las cuales responde a preguntas dirigidas por diferentes estudiantes. La mayoría de estas cartas fueron publicadas en libros o periódicos por aquellos a quienes fueron enviadas. Este total tampoco incluye una incontable serie de inscripciones latinas, expresiones de homenaje literario, epigramas de congratulación, etc. La mayoría de las monografías, con frecuencia muy extensas, aparecieron en "Bulletino dell Instituto di corrispondenza archeologica"; "Bullettino archeologico Napolitano"; "Revue archéologique"; "Bullettino della commissione archeologica communale di Roma"; "Bibliothèque de l'école des chartes"; "Ephemeris epigraphica"; "Studi e documenti di storia e diritto"; "Dissertazioni dell accademia romana pontificia di archeologia"; "Mélanges d'archéologie et d'histoire de l'école française de Rome"; "Römische Quartalschrift", y en otras revistas y periódicos italianos y extranjeros. Varían en extensión desde una hasta 132 páginas impresas.
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Por lo tanto, el adiestramiento peculiar de De Rossi fue muy apropiado para entender la literatura cristiana primitiva, así como el ascenso y desarrollo del estado romano según se muestra en los monumentos que dejó. Respecto al estado romano, él nunca sostuvo la algo mecánica y no más disputada teoría de Mommsen. Penetró con maravillosa visión en el crecimiento de la [[jerarquía cristiana primitiva]]. Entre sus libros y papeles De Rossi reflexionó acerca de las ruinas de los templos y palacios de la antigüedad; revisó sus propias exploraciones subterráneas; siguió a los primeros [[Cristianismo|cristianos]] en sus pensamientos, deseos, esperanzas e ideales; contempló el triunfo de la [[Iglesia]], liberada por [[Constantino el Grande]] y entró triunfalmente a las [[basílica]]s; juntó de [[manuscritos]] amarillentos las tradiciones que una sabia multitud de piadosos y meticulosos [[monje]]s habían escrito respecto al pasado cristiano, y además los relatos que nos dejaron de sus propios tiempos. De este modo De Rossi fue reconocido universalmente, incluso en vida, como el príncipe de los arqueólogos cristianos.  
  
Los títulos de sus trabajos extensos y monumentales son como sigue:
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Debido a su extraordinaria productividad literaria, la cual fue el resultado natural de las condiciones descritas arriba, se debe distinguir entre sus obras mayores y menores.  La lista de sus obras menores (monografías) comienza en 1849 con la memoria:  "Inscrizione onoraria di Nicomaco Flaviano", que apareció en el Annali dell Instituto di corrispondenza archeologica (pp. 283-363).  Estos trabajos arqueológicos y eclesiástico-históricos totalizan 203, sin incluir las llamadas cartas literarias, en las cuales De Rossi contestaba las preguntas que le dirigían varios estudiosos.  Muchos de los destinatarios de estas cartas las publicaron en libros o periódicos.  Este total tampoco incluye incontables series de inscripciones latinas, expresiones de homenaje literario, epigramas de felicitación, etc. La mayoría de las monografías, a menudo bastante extensas, aparecieron en "Bulletino dell Instituto di corrispondenza archeologica"; "Bullettino archeologico Napolitano"; "Revue archéologique"; "Bullettino della commissione archeologica communale di Roma"; "Bibliothèque de l'école des chartes"; "Ephemeris epigraphica"; "Studi e documenti di storia e diritto"; "Dissertazioni dell accademia romana pontificia di archeologia"; "Mélanges d'archéologie et d'histoire de l'école française de Rome"; "Römische Quartalschrift", y en otros periódicos y revistas italianos y extranjeros. Unos pocos de estos trabajos aparecieron como volúmenes separados o como sabios tributos en ocasión de algún aniversario.  Varían en extension desde una a ciento treinta y dos páginas impresas. 
  
"Inscriptiones christianae Urbis Romae septimo saeculo antiquiores" (vol. I, Roma, 1861; parte I del vol. II, Roma, 1888); Giuseppe Gatti completa este trabajo (cf. "Archivio dell R. SocietàRomana di storia patria", 1887, 696 sqq.; también de la misma sociedad: "Conferenze pel corso di metodologia della storia", parte III, Roma, 1888).
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Los títulos de sus obras más extensas y monumentales son como sigue:
  
"La Roma Sotterranea Cristiana" (vol. I con un atlas de cuarenta planos, Roma, 1864; vol. II con un atlas de 62 planos A, B, C, D, Roma, 1867; vol. III con un atlas de 52 planos, Roma, 1877). Los planos del cuarto volumen ya habían sido impresos en parte cuando de Rossi murió. (ver "Bullettino di archeologia cristiana", 1864, I, 1864, 63-64; 1867, II, 89-90; 1876, III, 155--57).  
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* "Inscriptiones christianae Urbis Romae septimo saeculo antiquiores" (vol. I, Roma, 1861; parte I de vol. II, Roma, 1888); Giuseppe Gatti está completando esta obra (cf. "Archivio dell R. SocietàRomana di storia patria", 1887, 696 sqq.; también la misma de la sociedad "Conferenze pel corso di metodologia della storia", part III, Rome, 1888).
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* "La Roma Sotterranea Cristiana" (vol. I con un atlas de cuarenta láminas, Roma, 1864; vol. II con un atlas de sesenta y dos y A, B, C, D láminas, Roma, 1867; vol. III con un atlas de cincuenta y dos láminas, Roma, 1877). Las laminas para el cuarto volumen ya estaban impresas cuando De Rossi murió (vea "Bullettino di archeologia cristiana", 1864, I, 1864, 63-64; 1867, II, 89-90; 1876, III, 155--57).
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* "Bullettino di archeologia cristiana"; las primera series, en cuarto, aparecieron en números mensuales (1863-69), con ilustraciones en el texto y laminas de colores; consistía de ciento veintiséis monógrafos y comunicaciones.  La segunda serie, en octavo, apareció trimestralmente (1870-75), con doce láminas litográficas en cada volumen, y contenía en total cincuenta y tres papeles.  La tercera serie, también en octavo, apareció (1876-81), en números trimestrales, cada volumen contenía doce placas litográficas, las páginas numeradas juntas sumaban cincuenta y una.  La cuarta serie, en octavo, apareció en volúmenes anuales (1882-89), cada volumen tenía doce placas litográficas; los seis volúmenes contenían juntos cuarenta y tres papeles.  La quinta serie, en octavo, aparecía anualmente (1889-94), con placas de cincotipia e ilustraciones en el texto; el último número fue emitido en 1894 por Giuseppe Gatti.  El volumen final de cada serie contenía un índice completo que De Rossi preparó con el mayor cuidado.
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* "Musaici delle chiese di Roma anteriori al secolo XV" (Rome, 1872), un folio imperial que consistía de placas cromolitográficas con texto en francés e italiano.  La obra cerró con el número veinticinco, publicado póstumamente. 
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* "Codicum latinorum bibliothecae Vaticanae", vol. X, Pt. I, Nos. 7245-8066, Pt. II, Nos. 8067-8471; vol. XI, Nos. 8472-9019; vol. XII, Nos. 9020-9445; vol. XIII, Nos. 9446-9849.  Los indices a los vols. XI, XII, XIII, "Codicum lat. Vat." son: Pt. I, índice de autores; Pt. II, índice de lugares, cosas y [[persona]]s. Estos [[manuscritos]] son usados como libros de referencia en la Biblioteca del Vaticano.
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* "Inscriptiones Urbis Romae latinae. Collegerunt Gulielmus Henzen et Johannes Baptista de Rossi. Ediderunt Eugenius Bormann et Gulielmus Henzen" (Berlín, 1876--).  Esta constituye el sexto volumen del "Corpus Inscriptionum Latinarum consilio et auctoritate academiae litterarum regiae Borussicae editum" (Berlín). La invitación de De Rossi para actuar como uno de los principales editors fue dada el 22 de enero de 1854.
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* Los cinco informes anuales (1854-58), respecto a la obra preparatoria para la antedicha "Corpus Inscriptionum", los cuales aparecieron en los boletines mensuales de la Academia Real de Ciencia de Berlín.  Los otros informes nauales no han sido publicados; este también es el caso con los sinopsis de De Rossi de los manuscritos epigráficos en las bibliotecas de Italia, Francia, Alemania, Suiza y Austria.  Los últimos resúmenes mencionados son de la mayor importancia.
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* "Oeuvres complètes de Bartolommeo Borghesi" (9 vols., París, 1862-84). [[Napoleón III]] le confió la tarea de coleccionar y editar las obras y cartas del famoso Borghesi a un comité de eruditos franceses, alemanes e italianos, entre los cuales se puede decir que De Rossi fue el más importante y asiduo. 
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* "Martyrologium Hieronymianum", preparado y editado en colaboración con Louis Duchesne en vol. 1, noviembre, del Acta SS. (Bruselas, 1894).  Esta edición es una obra de arte y la mayoría de las objeciones levantadas contra ella por los estudiosos alemanes son de poca importancia.
  
"Bullettino di archeologia cristiana"; la primera serie, en cuartos, apareció en números mensuales (1863-69), con ilustraciones en el texto y planos a color; consistía de 126 monografías y comunicaciones. La segunda serie, en octavos, apareció trimestralmente (1870-75), con doce litografías en cada volumen, y contenía 53 documentos. La tercera serie, también en octavos, apareció (1876-81), en números trimestrales, cada volumen contenía doce litografías; los documentos sumaban 52. La cuarta serie, en octavos, apareció en números anuales, (1882-89), cada volumen tenía doce litografías; Los seis volúmenes juntos contenían 43 documentos. La quinta serie, en octavos, se publicó anualmente (1889-94), con cincografías e ilustraciones en el texto; el último número fue publicado en 1894 por Giuseppe Gatti. El número final de cada serie contiene un índice completo, el cual fue preparado por de Rossi con gran cuidado.  
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Las obras descritas brevemente arriba dan alguna concepción de las eruditas tareas que De Rossi llevó a cabo durante su vida. Ellas son [[prueba]] del genio con que captaba los asuntos, de su extraordinaria laboriosidad y de su erudita maestría sobre los más variados temas, y la firme determinación con la que desenterraba objetos oscuros; también muestran el triunfo con los cuales eran coronados. Las celebraciones internacionales con ocasión de sus sexagésimo y septuagésimo cumpleaños prueban la gran estima que se tiene a su trabajo.
  
"Musaici delle chiese di Roma anteriori al secolo XV" (Roma, 1872), un folio imperial constituido de placas cromolitográficas con textos en italiano y francés. El trabajo cerró con el número 25, publicado después de la muerte de de Rossi.  
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El padre de De Rossi murió en 1850 y su madre en 1861.  En este último año se casó con Constanza, hija del conde Pietro Bruno di San Giorgio Tornafort de Piamonte, con quien tuvo dos hijas; Mariana, la mayor, murió en 1864. La segunda, Natalia, nació en 1866, se casó con el marchese Filippo Ferraioli.  El hermano de De Rossi Michele Stefano fue su [[celo]]so ayudante en la exploración de las catacumbas;  las cuestiones geológicas relacionadas con estos lugares  de entierros subterráneos y todos los temas afines son tratados por Michele en papeles separados en “Roma Soterranea”.  También preparó los planos precisos de las catacumbas.
  
"Codicum latinorum bibliothecae Vaticanae", vol. X, Pt. I, Nos. 7245-8066, Pt. II, Nos. 8067-8471; vol. XI, Nos. 8472-9019; vol. XII, Nos. 9020-9445; vol. XIII, Nos. 9446-9849. Los índices de los vols. XI, XII, XIII, "Codicum lat. Vat." son: Pt. I, índice de autores; Pt. II, índice de lugares, cosas y personas. Estos índices manuscritos se utilizan como libros de referencia en la Biblioteca del Vaticano.  
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De Rossi fue un hombre corpulento de fina apariencia, de estatura mediana. Su cara llena y bien proporcionada estaba rodeada por una barba gris que dejaba libre la barbilla. Sus ojos claros y calmados perdieron mucha de su fuerza, de modo que no siempre podía supervisar propiamente la obra de sus pintores y esto explica las numerosas ilustraciones imprecisas en sus obras, las cuales Wilpert ha corregido. El suavemente peinado cabello le daba gran prominencia a su frente alta. Caminaba un poco inclinado hacia el frente, cuyo manerismo le dio a su paso una apariencia de mucha deliberación. En la calle estaba siempre ocupado con un libro o un panfleto. Participaba en la [[Misa]] todos los días y recibía la [[Sagrada Comunión]] casi semanalmente. Su generosa y discreta [[caridad]] era una segunda naturaleza en él. Todas las tardes reunía a todos los miembros de su familia alrededor de él para rezar el [[Santo Rosario]]. Aunque a menudo recibió ofertas tentadoras para desertar la causa de la Santa Sede y unirse al partido de Italia Unida, rechazó todas esas propuestas, aun cuando venían de las más altas autoridades.  Sobre este punto era completamente inflexible.
  
"Inscriptiones Urbis Romae latinae. Collegerunt Gulielmus Henzen et Johannes Baptista de Rossi. Ediderunt Eugenius Bormann et Gulielmus Henzen" (Berlin, 1876--). Este constituye el sexto volumen del "Corpus Inscriptionum Latinarum consilio et auctoritate academiae litterarum regiae Borussicae editum" (Berlin). La invitación a de Rossi para actuar como uno de los editores principales le fue dada el 22 de enero de 1854.  
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Unos cuantos meses después de la celebración internacional de su septuagésimo cumpleaños en 1892, De Rossi tuvo un ataque de apoplejía del que nunca se recuperó. Después de esto no pudo usar su mano derecha pero continuó escribiendo con la izquierda para el “Bullettino” y haciendo las correcciones al “[[Martirologio]]”. Pero sus días estaban contados. En el verano de 1894 el [[Papa León XIII]] le ofreció el uso de un apartamento en el palacio papal de Castel Gandolfo, donde murió pacíficamente, un [[verdad]]ero hijo de la [[Iglesia]].  Fue [[Entierro Cristiano|enterrado]] en el Agro Verano (cementerio general) en Roma.  
  
Los cinco reportes anuales (1854-58), referentes al trabajo de preparación del arriba mencionado "Corpus Inscriptionum", los cuales aparecieron en los boletines mensuales de la Academia Real de Ciencias de Berlín. Los otros reportes anuales no han sido publicados; este es el caso de las sinopsis de de Rossi de los manuscritos epigráficos en las bibliotecas de Italia, Francia, Alemania, Suiza y Austria. Los resúmenes mencionados al final son de la más grande importancia.
 
  
"Oeuvres complètes de Bartolommeo Borghesi" (9 vols., Paris, 1862-84). Napoleón III le confió la tarea de recolectar y editar los trabajos y las cartas del celebrado Borghesi a un comité de eruditos franceses, italianos y alemanes, entre quienes se puede decir que de Rossi fue el más importante y asiduo.  
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'''Fuente''':  Baumgarten, Paul Maria. "Giovanni Battista de Rossi." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908.
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<http://www.newadvent.org/cathen/04739c.htm>.
  
"Martyrologium Hieronymianum", preparado y editado en colaboración con Louis Duchesne en vol. 1, noviembre, del Acta SS. (Bruselas, 1894). Esta edición es una obra maestra y la mayoría de las objeciones levantadas en contra de ella por los eruditos alemanes son de poca importancia.
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Traducido por Mauricio Acosta Rojas. L H M
 
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Los trabajos descritos arriba con brevedad, dan alguna idea de las labores de aprendizaje que de Rossi llevó a cabo durante su vida. Son prueba del genio con el que abordaba una materia, de su extraordinaria laboriosidad, su maestría adquirida acerca de las más variadas materias y la constante determinación con la cual develó oscuros asuntos; también muestran los triunfos con los que sus esfuerzos se vieron ricamente coronados. El aprecio que se sentía por su trabajo fue demostrado con dos celebraciones internacionales con motivo de sus cumpleaños número 60 y 70 en 1882 y 1892.
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El padre de de Rossi murió en 1850, y su madre en 1861. Este mismo año se casó con Constanza, la hija del Conde Pietro Bruno di san Giorgio Tornafort de Piamonte, de quien tuvo dos hijas; Mariana, la mayor, murió en 1864. La segunda, Natalia, nacida en 1866, casó con el Marqués Filippo Ferraioli. El hermano de de Rossi, Miguel Estéfano, fue un celoso asistente en la exploración de las catacumbas; las cuestiones geológicas relacionadas con estos lugares subterráneos de entierro y todos los asuntos similares son tratados por Miguel en documentos separados en “Roma Soterranea”. Él también preparó planos muy precisos de las catacumbas.
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De Rossi era un hombre corpulento de fina apariencia, de alguna manera de mediana altura. La cara bien proporcionada estaba rodeada por una barba gris que dejaba la barbilla libre. Los ojos claros y calmos perdieron mucha de su fuerza, de tal manera que él no siempre podía supervisar apropiadamente el trabajo de sus pintores y esto explica las numerosas ilustraciones inexactas en su trabajo, las cuales han sido corregidas por Wilpert. El suave cabello cepillado le daba mayor prominencia a su amplia frente. Al caminar, de Rossi se inclinaba un poco hacia delante, lo cual le daba a su andar una apariencia de mayor determinación. En las calles estaba generalmente ocupado con un libro o un panfleto. De Rossi escuchaba misa todos los días y comulgaba todas las semanas. Generoso, la caridad discreta era su segunda naturaleza. Cada noche reunía a los miembros de su servicio doméstico para rezar el Rosario. Aunque con frecuencia recibía tentadoras ofertas para dejar la causa de la Santa Sede y unirse al partido de la Italia Unida, rechazó todas las propuestas, aún cuando estas provenían de las más altas autoridades. Sobre este punto él era absolutamente inflexible. Algunos meses después de la celebración internacional de su cumpleaños número 70 en 1892, de Rossi sufrió un ataque de apoplejía del cual nunca se recuperó por completo. Incapaz de utilizar su mano derecha después del ataque, continuó escribiendo para el “Bullettino” e hizo las correcciones del “Martyrologium” con la izquierda. Pero sus días estaban contados. El verano de 1894 León XIII le ofreció un apartamento en el palacio papal de Castel Gandolfo, donde murió tranquilamente, un verdadero hijo de la Iglesia. Fue sepultado en el Agro Verano (cementerio general) de Roma.
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PAUL MARIA BAUMGARTEN
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Transcrito por Michael C. Tinkler
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Traducción: Mauricio Acosta Rojas
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Revisión de 00:34 25 abr 2009

Distinguido arqueólogo cristiano, mejor conocido por su trabajo en conexión con las catacumbas romanas, nació en Roma el 23 de febrero de 1822; murió en Castel Gandolfo en el Lago Albano el 20 de septiembre de 1894. De Rossi, el fundador moderno de la ciencia de la arqueología cristiana era muy hábil en arqueología secular, un maestro en epigrafía, una autoridad en la topografía antigua y medieval de Roma, un excelente historiador, y un autor muy productivo e interesado en varias materias. Además de su relación profesional con la arqueología, De Rossi poseía un amplio conocimiento en leyes, filolofía y teología. Era hijo del Comendador Camillo Luigi De Rossi y Mariana Marchesa Bruti, su esposa, los cuales tenían dos hijos, Giovanny y Michele Stefano. A los dos días de nacido Giovanni fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa María sopra Minerva y, según la costumbre romana, fue confirmado cuando era muy joven, por el cardenal Franzoni, Prefecto de la Propaganda. Hasta 1838 De Rossi asistió al departamento preparatorio de la muy conocida institución jesuita, el Colegio Romano, y durante todos sus cursos fue el estudiante más aventajado. De 1838 a 1840 estudió filosofía allí, y jurisprudencia (1840-44) en la Universidad Romana (Sapienza) donde fue discípulo de los famosos profesores Villani y Capalti. Al cierre de sus estudios universitarios recibió, después de un examen muy estricto, el grado de doctor utriusque juris ad honorem.

De Rossi mostró un interés tan fuerte en la antigüedad cristiana que en su undécimo cumpleaños su padre le regaló la gran obra de Antonio Bosio “La Roma Sotterranea”. En 1843, antes de recibir el grado doctoral, maduró un plan para una colección sistemática y crítica de todas las inscripciones cristianas. En 1841, a pesar de las protestas de su ansioso padre, visitó por primera vez, bajo la guía del jesuita padre Marchi, una de las entonces más descuidadas catacumbas. Después de esto De Rossi y Marchi prosiguieron sus estudios arqueológicos juntos, de modo que se volvieron amigos inseparables, a pesar de la gran diferencia en edades. Tan pronto terminó sus estudios De Rossi fue nombrado scriptor en la Biblioteca del Vaticano y llevó este modesto pero honorable título toda su vida, en el cual tenía gran orgullo. Se le debe gran crédito por catalogar tan cuidadosamente los cientos de manuscritos del Vaticano. El uso libre de los tesoros de la Biblioteca del Vaticano fue una rica fuente de desarrollo para sus poderes intelectuales, especialmente en el sentido de la amplitud y catolicidad de interés. Sus deberes oficiales no eran pesados, y podía realizar sus estudios privados sin obstáculos. En 1838, en compañía de sus padres, fue en su primer viaje a Toscana donde los innumerables tesoros de arte absorbieron su atención completamente. Durante los veranos de 1844-50 visitó el territorio de la antigua Hernici en Lacio y también Nápoles; de este modo el conocimiento que obtuvo del período de la república romana no fue puramente teórico. En 1853 viajó solo por primera vez y fue de nuevo a Toscana, también a la Romaña, Lombardía y Venecia. En 1856 visitó Liguria, Piamonte, Suiza, Francia y Bélgica; en 1858 fue de nuevo a Piamonte, visitó la parte occidental de Suiza y el distrito del Rin tan lejos como Colonia; de Colonia se fue vía Aquisgrán, Trier y Frankfort a Bavaria y Austria y de vuelta a Roma vía Venecia y la Romaña. En un segundo viaje a Francia en 1862 visitó la parte norte del país, y después de un corto tiempo en Londres regresó vía París y Suiza a Roma. En 1864 fue a Nápoles por segunda vez, y en 1865 fue a Francia por tercera vez, visitando particularmente las ciudades del sur. En 1868 estuvo de nuevo en Francia, y en 1869 y 1870 fue a Toscana y Umbría; en 1872-75 exploró la vecindad de Roma; en 1876 y 1879 investigó los tesoros de Náñoles y el país de alrededor, y en 1878 viajó de nuevo a Venecia y Lombardía.

Estos viajes de De Rossi son de mucha importancia para la debida apreciación de su trabajo científico. Tales largas y fatigosas expediciones fueron realizadas sólo para inspeccionar museos, bibliotecas, galerías, archivos y otras instituciones de aprendizaje y arte, para formar relaciones personales con los estudiosos de los países visitados, y para aumentar el alcance de su panorama mental, siempre fijo en el tema como una totalidad. El extraordinario conocimiento de De Rossi de los más obscuros monumentos de los países civilizados de Europa, y su minuciosa familiaridad con las fuentes de manuscritos, le hicieron posible, como maestro y líder indiscutible, guiar la ciencia de la arqueología cristiana por nuevos caminos durante varias décadas. Estos viajes ayudan a explicar la notable productividad literaria de De Rossi, cuando se consideran en conexión con su menuda investigación de todos los monumentos, tanto en la superficie como en el subterráneo de la ciudad de Roma y de la Campaña romana. Estas investigaciones cubrieron la antigua vida pagana de Roma, el período cristiano temprano, y también la Edad Media.

Las relaciones personales de De Rossi con los principales estudiosos de Italia y otros países comenzaron en su adolescencia. Cuando tenía catorce años el famoso cardenal Angelo Mai, Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, lo encontró copiando inscripciones griegas en la galería de inscripción del Vaticano y se interesó mucho en el chico; la relación luego maduró en una cálida amistad. En 1847 comenzó su conexión como un estudiante con el famoso epigrafista Bartolomeo Borghesi de San Marino; en fecha posterior las obras de Borghesi fueron publicadas a expensas de Napoleón III bajo la dirección de De Rossi. Unos pocos años después de conocer a Borghesi, De Rossi comenzó correspondencia con el benedictino Dom Pitra, de Solesmes, luego cardenal, y bibliotecario del Vaticano, que culminó en una gran amistad con Pitra. Sin embargo, esto condujo a un alejamiento entre León XIII y De Rossi. El Padre Bruzza, el erudito barnabita, también fue íntimo amigo de De Rossi. Wilhelm Henzen, por largo tiempo director del Instituto Arqueológico Alemán en Roma, vivió en amistad y comunicación diaria con De Rossi por cuarenta años. Cuando la Academia de Ciencias de Berlín, apremiada por Teodoro Mommsen, emprendió su monumental publicación, el Corpus Inscriptionum Latinarum, le envió una carta halagadora a De Rossi pidiendo su cooperación. Esto lo llevó a una buena amistad con Mommsen. Los numerosos colaboradores de éste sobre el “Corpus”, entre ellos Edwin Bormann, la famosa autoridad en epigrafía, siempre encontraron a De Rossi listo para asistirlos y guiarlos. Joseph-Alexander Martigny, el editor de el Bullettino (vea más abajo), así como Paul Allard, editor de la edición francesa de “Roma Sotterranea”, y Desbassyns de Richemont, estaban cercanamente unidos a De Rossi por los intereses de su trabajo en común. A éstos se debe añadir Louis Duchesne, el brillante director de la Escuela de Roma, y colaborador con De Rossi en la reciente edición (1894) del “Martyrologium Hieronymianum". Léopold Delisle, el famoso hombre de ciencias, paleógrafo e historiador, por muchos años cabeza de la Biblioteca Nacional de París, fue un hombre de los mismos gustos intelectuales que De Rossi; su encuentro llevó a una muy activa correspondencia científica, y más tarde a una gran amistad, basada en sus intereses intelectuales. Cuando, cerca de 1850, Edouard Le Blant conoció a De Rossi, él era totalmente ignorante sobre arqueología, pero un señalamiento accidental de De Rossi lo llevó a iniciarse en dicha ciencia; eventualmente se convirtió en un distinguido arqueólogo y el director de la Escuela de Roma.

Entre los católicos alemanes la amistad más cercana de De Rossi como estudiante fue con Franz Xaver Kraus. No estableció una relación duradera con Döllinger, debido al frío recibimiento que tuvo de éste, a quien conoció en Munich. Desde 1884 Joseph Wilpert se relacionó más cercanamente con De Rossi, quien, hasta su muerte, le dio a este estudioso toda la ayuda posible y le demostró siempre la más profunda amistad. Lo mismo se puede decir de Johann Peter Kirsh, arqueólogo, patrólogo e historiador. De Rossi también alentó las laborews de Anton de Waal, el fundador y editor de "Römische Quartalschrift", y fue un amigo muy útil para numerosos otros eruditos alemanes. Por muchos años las relaciones de De Rossi fueron especialmente íntimas con Giuseppe Gatti, su ayudante en varias clases de trabajo intelectual. La aguda erudición de Gatti capacitaron a De Rossi para llevar a cabo discusiones confidenciales diarias sobre asuntos de intelectuales, la cual, después de la muerte de Henzen, aparentemente llegaron a su fin. Gatti continuó las obras de De Rossi en el campo de inscripciones antiguas. Henry Stevenson, quien murió muy pronto, Mariano Armellini, un entusiasta de la arqueología, Luigi Scagliosi, el numismático, Orazio Marucchi, un popularizador de la arqueología cristiana, Cosimo Stornaiolo, el “griego”, entre muchos otros italianos, entre los cuales estaba Gennaro Aspreno Galante de Nápoles, encontraron en De Rossi un amigo paternal y un consejero. Entre sus amigos y discípulos ingleses estaban especialmente James Spencer Northcote y W. R. Brownlow, quienes dieron a conocer al mundo angloparlante los resultados de las investigaciones y publicaciones de De Rossi. Por años Northcote y Brownlow, y Lewis de Oxford, estuvieron en constante correspondencia con De Rossi.

Se recalca en las importantes relaciones y amistades de De Rossi para enfatizar con cuanta destreza él estimuló el interés en la arqueología cristiana en todas las direcciones. Igualmente importante, quizás, fueron las relaciones establecidas por él en los años 1850-70, durante los cuales el condujo a muchos extraños, a veces de alto rango, a través de las catacumbas, o actuó como su guía entre las monumentales ruinas de Roma. Las amistades así formadas le ayudaron a poder tomar prestados documentos y monumentos que de otra forma nunca se hubiesen enviado, aun temporalmente a países extranjeros, pero que fueron traídos a Roma por los mensajeros diplomáticos de todos los países, sin exceptuar Rusia, usando su oportunidad para examinar estos objetos en su tiempo libre. Los superiores inmediatos de De Rossi en los Archivos Vaticanos siempre lo trataron como un amigo y un igual, y le permitían entera libertad en todos sus estudios. El Papa Pío IX lo honró con un afecto paternal, de lo cual dio evidencia contundente en varias ocasiones. Aunque la ciencia de la arqueología cristiana era más bien desconocida para el temple mental del Papa León XIII, dicho Papa mostró en la debida ocasión, que él podía hacer justicia a la gran reputación de De Rossi. En Roma, De Rossi era sumamente popular; casi todos los ciudadanos educados, así como los residentes extranjeros, lo conocían y lo honraban. Sin el conocimiento de estos hechos, las labores eruditas y el extraordinario éxito de De Rossi sólo pueden ser entendidos superficialmente.

Por lo tanto, el adiestramiento peculiar de De Rossi fue muy apropiado para entender la literatura cristiana primitiva, así como el ascenso y desarrollo del estado romano según se muestra en los monumentos que dejó. Respecto al estado romano, él nunca sostuvo la algo mecánica y no más disputada teoría de Mommsen. Penetró con maravillosa visión en el crecimiento de la jerarquía cristiana primitiva. Entre sus libros y papeles De Rossi reflexionó acerca de las ruinas de los templos y palacios de la antigüedad; revisó sus propias exploraciones subterráneas; siguió a los primeros cristianos en sus pensamientos, deseos, esperanzas e ideales; contempló el triunfo de la Iglesia, liberada por Constantino el Grande y entró triunfalmente a las basílicas; juntó de manuscritos amarillentos las tradiciones que una sabia multitud de piadosos y meticulosos monjes habían escrito respecto al pasado cristiano, y además los relatos que nos dejaron de sus propios tiempos. De este modo De Rossi fue reconocido universalmente, incluso en vida, como el príncipe de los arqueólogos cristianos.

Debido a su extraordinaria productividad literaria, la cual fue el resultado natural de las condiciones descritas arriba, se debe distinguir entre sus obras mayores y menores. La lista de sus obras menores (monografías) comienza en 1849 con la memoria: "Inscrizione onoraria di Nicomaco Flaviano", que apareció en el Annali dell Instituto di corrispondenza archeologica (pp. 283-363). Estos trabajos arqueológicos y eclesiástico-históricos totalizan 203, sin incluir las llamadas cartas literarias, en las cuales De Rossi contestaba las preguntas que le dirigían varios estudiosos. Muchos de los destinatarios de estas cartas las publicaron en libros o periódicos. Este total tampoco incluye incontables series de inscripciones latinas, expresiones de homenaje literario, epigramas de felicitación, etc. La mayoría de las monografías, a menudo bastante extensas, aparecieron en "Bulletino dell Instituto di corrispondenza archeologica"; "Bullettino archeologico Napolitano"; "Revue archéologique"; "Bullettino della commissione archeologica communale di Roma"; "Bibliothèque de l'école des chartes"; "Ephemeris epigraphica"; "Studi e documenti di storia e diritto"; "Dissertazioni dell accademia romana pontificia di archeologia"; "Mélanges d'archéologie et d'histoire de l'école française de Rome"; "Römische Quartalschrift", y en otros periódicos y revistas italianos y extranjeros. Unos pocos de estos trabajos aparecieron como volúmenes separados o como sabios tributos en ocasión de algún aniversario. Varían en extension desde una a ciento treinta y dos páginas impresas.

Los títulos de sus obras más extensas y monumentales son como sigue:

  • "Inscriptiones christianae Urbis Romae septimo saeculo antiquiores" (vol. I, Roma, 1861; parte I de vol. II, Roma, 1888); Giuseppe Gatti está completando esta obra (cf. "Archivio dell R. SocietàRomana di storia patria", 1887, 696 sqq.; también la misma de la sociedad "Conferenze pel corso di metodologia della storia", part III, Rome, 1888).
  • "La Roma Sotterranea Cristiana" (vol. I con un atlas de cuarenta láminas, Roma, 1864; vol. II con un atlas de sesenta y dos y A, B, C, D láminas, Roma, 1867; vol. III con un atlas de cincuenta y dos láminas, Roma, 1877). Las laminas para el cuarto volumen ya estaban impresas cuando De Rossi murió (vea "Bullettino di archeologia cristiana", 1864, I, 1864, 63-64; 1867, II, 89-90; 1876, III, 155--57).
  • "Bullettino di archeologia cristiana"; las primera series, en cuarto, aparecieron en números mensuales (1863-69), con ilustraciones en el texto y laminas de colores; consistía de ciento veintiséis monógrafos y comunicaciones. La segunda serie, en octavo, apareció trimestralmente (1870-75), con doce láminas litográficas en cada volumen, y contenía en total cincuenta y tres papeles. La tercera serie, también en octavo, apareció (1876-81), en números trimestrales, cada volumen contenía doce placas litográficas, las páginas numeradas juntas sumaban cincuenta y una. La cuarta serie, en octavo, apareció en volúmenes anuales (1882-89), cada volumen tenía doce placas litográficas; los seis volúmenes contenían juntos cuarenta y tres papeles. La quinta serie, en octavo, aparecía anualmente (1889-94), con placas de cincotipia e ilustraciones en el texto; el último número fue emitido en 1894 por Giuseppe Gatti. El volumen final de cada serie contenía un índice completo que De Rossi preparó con el mayor cuidado.
  • "Musaici delle chiese di Roma anteriori al secolo XV" (Rome, 1872), un folio imperial que consistía de placas cromolitográficas con texto en francés e italiano. La obra cerró con el número veinticinco, publicado póstumamente.
  • "Codicum latinorum bibliothecae Vaticanae", vol. X, Pt. I, Nos. 7245-8066, Pt. II, Nos. 8067-8471; vol. XI, Nos. 8472-9019; vol. XII, Nos. 9020-9445; vol. XIII, Nos. 9446-9849. Los indices a los vols. XI, XII, XIII, "Codicum lat. Vat." son: Pt. I, índice de autores; Pt. II, índice de lugares, cosas y personas. Estos manuscritos son usados como libros de referencia en la Biblioteca del Vaticano.
  • "Inscriptiones Urbis Romae latinae. Collegerunt Gulielmus Henzen et Johannes Baptista de Rossi. Ediderunt Eugenius Bormann et Gulielmus Henzen" (Berlín, 1876--). Esta constituye el sexto volumen del "Corpus Inscriptionum Latinarum consilio et auctoritate academiae litterarum regiae Borussicae editum" (Berlín). La invitación de De Rossi para actuar como uno de los principales editors fue dada el 22 de enero de 1854.
  • Los cinco informes anuales (1854-58), respecto a la obra preparatoria para la antedicha "Corpus Inscriptionum", los cuales aparecieron en los boletines mensuales de la Academia Real de Ciencia de Berlín. Los otros informes nauales no han sido publicados; este también es el caso con los sinopsis de De Rossi de los manuscritos epigráficos en las bibliotecas de Italia, Francia, Alemania, Suiza y Austria. Los últimos resúmenes mencionados son de la mayor importancia.
  • "Oeuvres complètes de Bartolommeo Borghesi" (9 vols., París, 1862-84). Napoleón III le confió la tarea de coleccionar y editar las obras y cartas del famoso Borghesi a un comité de eruditos franceses, alemanes e italianos, entre los cuales se puede decir que De Rossi fue el más importante y asiduo.
  • "Martyrologium Hieronymianum", preparado y editado en colaboración con Louis Duchesne en vol. 1, noviembre, del Acta SS. (Bruselas, 1894). Esta edición es una obra de arte y la mayoría de las objeciones levantadas contra ella por los estudiosos alemanes son de poca importancia.

Las obras descritas brevemente arriba dan alguna concepción de las eruditas tareas que De Rossi llevó a cabo durante su vida. Ellas son prueba del genio con que captaba los asuntos, de su extraordinaria laboriosidad y de su erudita maestría sobre los más variados temas, y la firme determinación con la que desenterraba objetos oscuros; también muestran el triunfo con los cuales eran coronados. Las celebraciones internacionales con ocasión de sus sexagésimo y septuagésimo cumpleaños prueban la gran estima que se tiene a su trabajo.

El padre de De Rossi murió en 1850 y su madre en 1861. En este último año se casó con Constanza, hija del conde Pietro Bruno di San Giorgio Tornafort de Piamonte, con quien tuvo dos hijas; Mariana, la mayor, murió en 1864. La segunda, Natalia, nació en 1866, se casó con el marchese Filippo Ferraioli. El hermano de De Rossi Michele Stefano fue su celoso ayudante en la exploración de las catacumbas; las cuestiones geológicas relacionadas con estos lugares de entierros subterráneos y todos los temas afines son tratados por Michele en papeles separados en “Roma Soterranea”. También preparó los planos precisos de las catacumbas.

De Rossi fue un hombre corpulento de fina apariencia, de estatura mediana. Su cara llena y bien proporcionada estaba rodeada por una barba gris que dejaba libre la barbilla. Sus ojos claros y calmados perdieron mucha de su fuerza, de modo que no siempre podía supervisar propiamente la obra de sus pintores y esto explica las numerosas ilustraciones imprecisas en sus obras, las cuales Wilpert ha corregido. El suavemente peinado cabello le daba gran prominencia a su frente alta. Caminaba un poco inclinado hacia el frente, cuyo manerismo le dio a su paso una apariencia de mucha deliberación. En la calle estaba siempre ocupado con un libro o un panfleto. Participaba en la Misa todos los días y recibía la Sagrada Comunión casi semanalmente. Su generosa y discreta caridad era una segunda naturaleza en él. Todas las tardes reunía a todos los miembros de su familia alrededor de él para rezar el Santo Rosario. Aunque a menudo recibió ofertas tentadoras para desertar la causa de la Santa Sede y unirse al partido de Italia Unida, rechazó todas esas propuestas, aun cuando venían de las más altas autoridades. Sobre este punto era completamente inflexible.

Unos cuantos meses después de la celebración internacional de su septuagésimo cumpleaños en 1892, De Rossi tuvo un ataque de apoplejía del que nunca se recuperó. Después de esto no pudo usar su mano derecha pero continuó escribiendo con la izquierda para el “Bullettino” y haciendo las correcciones al “Martirologio”. Pero sus días estaban contados. En el verano de 1894 el Papa León XIII le ofreció el uso de un apartamento en el palacio papal de Castel Gandolfo, donde murió pacíficamente, un verdadero hijo de la Iglesia. Fue enterrado en el Agro Verano (cementerio general) en Roma.


Fuente: Baumgarten, Paul Maria. "Giovanni Battista de Rossi." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04739c.htm>.

Traducido por Mauricio Acosta Rojas. L H M