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Martes, 19 de marzo de 2024

Jean-Armand le Bouthillier de Rancé

De Enciclopedia Católica

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Abad y reformador de Notre Dame de la Trappe, segundo hijo de Denis Bouthillier, Señor de Rancé, consejero de estado, etc.; nació en París el 9 de enero de 1626; murió en La Trappe, el 27 de octubre de 1700. Originalmente destinado para los Caballeros de Malta, la enfermedad de su hermano mayor hizo que su padre lo dedicara al servicio eclesiástico, para conservar en la familia los numerosos beneficios de su hermano. A la muerte de éste, en 1637, Armand-Jean llegó a ser canónigo de Notre Dame de París, abad de La Trappe y de varios otros lugares, lo cual le dio un ingreso de alrededor de 15 mil “livres”. Pronto dio evidencia de gran precocidad en el estudio, y a la edad de doce años publicó una edición de Anacreonte, con notas en griego, dedicada a su padrino, el cardenal Richelieu. En 1651, fue ordenado sacerdote por su tío, el arzobispo de Tours. Esta dignidad no tuvo efecto en su modo de vida, que era mundana en extremo. En 1652 murió su padre, dejándole un incremento en propiedades. A la edad de veintiséis años entró en posesión de todo lo suyo, de apariencia agradable, educado y con riqueza prácticamente ilimitada. Los festines y los placeres de la cacería, a los cuales estaba apasionadamente apegado, dividían su tiempo con la predicación y demás oficios sacerdotales. Su tío, que deseaba fuera su coadjutor, lo nombró archidiácono, hizo que fuera electo diputado del segundo orden a la Asamblea General del Clero Francés en 1655 y lo hizo nombrar primer capellán de Gastón, duque de Orléans, en 1656.

Por varios años su conciencia le reprochó su escandalosa conducta, pero puso poca atención a esa voz. La muerte de la duquesa de Montbazon, en 1657, le provocó el primer pensamiento serio respecto a su conversión. Se retiró a su Château de Verets, donde se entregó a la reflexión sobre las vanidades de la vida; se puso bajo una dirección capaz y comenzó a vivir más en conformidad con sus obligaciones. En 1660 asistió a la muerte del duque de Orléans, que hizo tan gran impresión en él que dijo: "O el Evangelio nos engaña, o ésta es la casa de un réprobo". Después de haber tomado consejo, se deshizo de todas sus posesiones, excepto de la abadía de La Trappe, la cual visitó por primera vez en 1662. En 1663 decidió hacerse religioso y obtuvo permiso del rey para llegar a ser su abad regular y reformador. Después de haber pasado por su noviciado y haber hecho profesión, tomó posesión formal de su monasterio como su abad regular, y comenzó la obra de su reforma, que, después de vencer inmensas dificultades, quedó sólidamente establecida en su propia abadía, desde donde sería adoptada en muchos otros monasterios. Su tiempo y energía fueron de tal modo absorbidos por esta tarea que, durante el primer año de su retiro se obligó a sí mismo a una completa separación del mundo. Dedicó su tiempo libre al trabajo manual y a la compilación de libros espirituales, los cuales fueron en cantidad significativa. Entre los más importantes están: "Vies de plusieurs solitaires de La Trappe" (Vidas de algunos solitarios de La Trappe); "Le traité de la sainteté et des devoirs de la vie monastique"(Tratado de la santidad y de los deberes de la vida monástica); "La règle de s.Benoit, traduite et explique selon son véritable espirit" (La regla de San Benito, traducida y explicada según su verdadero espíritu); etc.

Su modo de vida penitente le ganó muchos enemigos y le causó ser acusado de jansenismo, pero se abstuvo de defenderse, hasta que finalmente, a pedido de sus amigos más íntimos, escribió a Ambrosio, Mariscal de Bellefonds, declarando que había firmado la "Fórmula" (contra el jansenismo) sin restricción ni reserva de ningún tipo; agregando que siempre se había sometido absolutamente a quienes Dios había colocado sobre él, es decir, el Papa y su obispo. Si esto se considera insuficiente para reivindicar su ortodoxia, las cartas y panfletos con los que atacó a los jansenistas, según publicados por Bossuet, ciertamente son suficientes para absolverlo de esa acusación. En 1695, sintiendo que su salud declinaba, obtuvo permiso del rey para renunciar a su posición, y por varios años continuó dando ejemplo de humildad y resignación. Sus restos descansan en el monasterio de La Grande Trappe.


Bibliografía: LE NAIN, Vie du R.P. Armand Jean Le Bouthillier de Rancé (París, 1715); MARSOLLIER, Vie du T.R....de Rancé (París, 1703); MAUPEOU, Vie du T.R..... de Rancé (París, 1702); D’INGUIMBERT, Genuinus Character R. in X. Patris … de Rancoe; i (Roma, 1718); CHÂTEAUBRIAND, Vie de l’Abbé de Rancé (París, 1844); DUBOIS, Histoire de l’Abbé de Rancé et de sa réforme (París, 1866); D’EXAUVILLEZ, Histoire de l’Abbé Rancé (París, 1842); SCHMID, Armand de Rancé, Abt. u. Reformator von La Trappe (Ratisbon, 1897); SERRANT, L’Abbé de Rancé et Bossuet (París, 1903); DIDIO, La Querelle de Mabillon et de l’Abbé de Rancé (Amiens, 1892); BUETT-GENBACH, Armand Jean de Rancé Reformator der Cistercienser von La Trappe (Aix-la-Chapelle, 1897); FEL-LOW, Visit to the Monastery of La Trappe (Londres, 1818); GONOD, Lettres de Rancé (París, 1846).

Fuente: Obrecht, Edmond. "Jean-Armand le Bouthillier de Rancé." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/12639a.htm>.

Traducido por Eduardo Torres. L H M.