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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Gregor Johann Mendel

De Enciclopedia Católica

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Gregor Johann Mendel (tomó su primer nombre al entrar a su orden); nació el 22 de julio de 1822 en Heinzendorf cerca de Odrau, en la Silesia Austriaca (N.T.: hoy República Checa); murió el 6 de enero de 1884 en la abadía agustiniana de Santo Tomás, Brünn. Su padre era un pequeño campesino granjero, y los recursos pecuniarios de la familia eran muy escasos, como lo demuestra el hecho de que una hermana menor de Gregorio cedió voluntariamente una gran parte de su dote para que se pudieran realizar los planes que tenía la familia para la educación de él. La deuda fue pagada luego, y más que pagada, por Mendel.

Después de un período de estudios en la escuela de Leipnik, Mendel se distinguió tanto que sus padres hicieron un gran esfuerzo y lo enviaron al gimnasio a Troppau, y posteriormente, durante un año, a Olmutz. En el primer lugar, uno de sus profesores era agustino y, ya sea post o propter hoc, al final del período de estudio en el gimnasio, Mendel pidió ser admitido como novicio en la abadía de Santo Tomás de Brünn, comúnmente conocida como “Königskloster” (“Claustro Real”). Esto fue en 1843 y en 1847 fue ordenado sacerdote y parece haberse ocupado en la enseñanza hasta 1851, cuando fue enviado a la Universidad de Viena para un curso de dos años de estudio en matemáticas, física y ciencias naturales. Cuando terminó ese curso, en 1853, volvió a su abadía, donde fue nombrado maestro, de física principalmente, en la “Escuela Real”. Ocupó dicha posición durante quince años y parece que estuvo genuinamente dedicado a la enseñanza y haberse ganado la reputación de ser un maestro extraordinariamente exitoso en conseguir que sus alumnos se interesasen en sus trabajos.

En 1868 se vio obligado a abandonar sus labores educativas al asumir el cargo de abad de su monasterio, a cuyo oficio fue entonces electo. Al ser designado a este importante puesto, Mendel, muy enfrascado ya en sus experimentos biológicos, esperaba tener más tiempo para sus investigaciones que el que tenía en medio de sus labores en la Realschule (Escuela Real). Pero esto no sería así. La jurisdicción y privilegios de la abadía eran muy amplios, y el abad, en tiempos ordinarios, se veía con muchas ocupaciones. Sin embargo, Mendel, además de la multiplicidad de deberes como abad, se envolvió en una larga controversia con el gobierno que absorbió su atención y amargó los últimos años de su vida. El gobierno había impuesto tributos especiales a las casas religiosas, los cuales Mendel se negó a pagar alegando que, como todos los ciudadanos eran o debían ser iguales a los ojos de la ley, era injusto exigir a una clase de institución pagar un impuesto del que otra estaba libre. Al principio de la controversia otros varios monasterios se pusieron de su parte, pero uno tras otro fueron sometiéndose hasta que al final Mendel se quedó solo en su oposición al impuesto. Se hicieron grandes esfuerzos para conseguir que cediera, pero se negó y hasta permitió que los bienes de la abadía fueran embargados antes que someterse. Al final —pero no hasta después de la muerte de Mendel— el odioso impuesto fue derogado. El resultado de toda esta tensión, como puede entenderse fácilmente, fue que Mendel abandonó totalmente sus trabajos científicos. Su nombramiento como abad pudo ser excelente para el monasterio, pero no se puede negar que para la ciencia fue una gran desgracia.

Los últimos años de su vida fueron muy infelices, no solo por la continua lucha contra el gobierno y por las controversias raciales que dividieron a Austria por entonces, sino también por su continua mala salud debido a una nefritis crónica de la que al final murió. El resultado de esos varios problemas fue el cambio de su naturaleza alegre y risueña, que le había conseguido tantos amigos, por otra de disposición algo malhumorada y actitud mental desconfiada. En Brünn levantaron un monumento a su memoria el 2 de octubre de 1910.

Los experimentos de Mendel, sobre los que se basa su fama, comenzaron mientras aún era un novicio y los realizó en el gran jardín adjunto a su monasterio. Descontento con las posturas darwinianas, que entonces se comenzaban a conocer, realizó una serie de experimentos con guisantes que ocuparon su tiempo libre durante ocho años. Los resultados de estas observaciones fueron publicados en las “Transacciones” de la Sociedad de Historia Natural de Brünn en 1866 y un trabajo posterior sobre la vellosilla (Hieracium) apareció en el mismo periódico en 1869. Otros dos escritos de menor importancia se publicaron durante su periodo de estudio en Viena y esto parece completar la lista de las comunicaciones que dio al mundo, con excepción de sus registros meteorológicos anuales, también publicados por la misma Sociedad. Sin embargo, se sabe que se dedicó a varios campos de la investigación y dedicó mucho tiempo a la herencia de las abejas. Recogió abejas reinas de todas las razas obtenibles, europeas, egipcias y americanas e hico muchos cruces entre las varias razas. Desafortunadamente, las notas que se sabe que escribió sobre el tema han desaparecido completamente y no es imposible que él mismo las destruyera en alguna de sus horas oscuras que hubo de soportar durante los últimos años de su vida.

La sociedad Brünn no era una organización desconocida del todo, pero su “Journal” apenas era uno que pudiera dar publicidad a un nuevo descubrimiento o a una nueva teoría. Quizá por ello, pareció que durante un tercio de siglo los puntos de vista de Mendel parecían haberse malogrado. Sin embargo, Bateson pensaba que esto no habría retrasado su reconocimiento por largo tiempo, pero que “la causa estaba, sin duda, en el abandono del estudio experimental del problema de las especies que se dio debido a la aceptación general de las doctrinas darwinianas”; y la opinión de Bateson, el hombre que más ha hecho para que la obra de Mendel fuera conocida, es digna de toda consideración. Sea cual fuere la causa, el hecho es que la obra de Mendel permaneció desconocida hasta que, en 1899, tres científicos —de Vries en Holanda, Correns en Alemania y Tschermak en Austria— casi simultáneamente llamaron la atención sobre sus publicaciones y comenzó el interés en esta línea de investigaciones que no ha parado de crecer desde entonces. El mismo Mendel, aunque muy gravemente decepcionado por el desinterés sobre sus teorías, nunca perdió la confianza en ellas y solía exclamar a sus amigos: "Meine Zeit wird schon kommen" (Ya llegará mi tiempo) Y estaba abundantemente justificado en su creencia.

Ahora falta explicar la teoría presentada por Mendel y la influencia de su trabajo a finales del siglo XIX. Mendel limitó sus experimentos a las plantas y sus más importantes observaciones fueron sobre los guisantes de jardín, Pisum sativum. Observadores posteriores han tratado no solamente con varios especímenes del reino vegetal sino también con una variedad de animales, usando esa palabra en el más amplio sentido posible. No es posible tratar aquí con los detalles de otras publicaciones; bastará un breve informe del propio trabajo de Mendel para mostrar las líneas de su teoría. El no dirigió su atención, como muchos antes y después de él, al grupo total de características que componen al individuo, sino que concentró su atención en ciertos pares de características opuestas observables en ciertas plantas. En el caso de los guisantes, observó que unos eran altos, otros enanos en hábito; algunos tenían semillas redondas, otros rugosas, algunos tenían el endospermo verde, otros amarillos. A los efectos de sus propias observaciones seleccionó siete de esos caracteres y estudió su comportamiento bajo hibridación. El resultado le llevó a creer que la progenie de los varios cruces se comportaba, respecto a estos caracteres, de no una manera casual, sino de una manera que era reducible a los términos de la llamada “ley natural”.

Un ejemplo que da Bateson explicará lo que sucede: hay guisantes dulces altos y bajos (o “Cupido”) y en ellos tenemos plantas que muestran un par de caracteres opuestos marcados y fácilmente reconocibles. Las formas altas y bajas se cruzan entre sí y se recogen y se siembran las semillas. Se encontrará que las plantas resultantes pertenecen todas a la variedad alta, que parece haber hecho desaparecer a la variedad baja. Sin embargo, si se siembra esta generación de semillas y las flores de las plantas resultantes son fertilizadas por su propio polen (autofertilización), resulta que, cuando se siembran las semillas y surgen las plantas, se encuentra que éstas son mixtas, y mixtas en proporciones definidas, pues en el promedio, se encontrará que hay tres formas altas por cada forma enana. Resulta que el enanismo no ha desaparecido, sino que estaba obscurecido temporalmente en la segunda generación, aunque potencialmente presente todo el tiempo. Al carácter que aparece solo en el primer cruce se le llama dominante (en este ejemplo la altura es la dominante) y al carácter oculto se le llama recesivo (en este ejemplo el enanismo). Cuando a las plantas altas y enanas de la tercera generación se les permite ser autofertilizadas, se halla que todas las recesivas (enanas, bajas) se reproducen correctamente y, lo que es más, seguirán haciéndolo mientras no se interfiera. Pero no es así en el caso de las dominantes que después de la autofertilización producen ambas clases, altas y bajas. Algunas de las altas de esta generación se reproducirán correctamente y continuarán haciéndolo, pero otras no, ya que producirán una progenie mezclada. Por consiguiente, de las primeras plantas, 75 serán altas (dominantes) y 25 bajas (recesivas), pero éstas puras. De las 75 altas, 25 serán puras y seguirán produciendo altas; 50 serán mixtas y su progenie será de dominantes puras, dominantes mixtas y recesivas, como se ha dicho arriba.

Davenport enuncia así las leyes que subyacen a estos hechos; ”De las dos peculiaridades antagonistas que poseen ambas razas que fueron cruzadas, la híbrida, o mestiza, solo muestra una de ellas; y la muestra completamente, de manera que la mestiza respecto a este carácter no se distingue de uno de sus padres. No aparecen condiciones intermedias... En segundo lugar: en la formación del polen, o célula reproductora, las dos peculiaridades antagonistas son segregadas, de manera que cada célula germinal madura lleva una o la otra de estas peculiaridades, pero no ambas. El resultado de la segunda ley consiste en que la segunda generación de mestizas cada una de las dos cualidades de sus abuelos aparecerán en distintos individuos y que la cualidad recesiva aparecerá en un 25 por ciento de los individuos, mientras que el 75 por ciento restante tendrá la cualidad dominante. Tales individuos recesivos, cruzados entre si (inter se) nunca producirán otra cosa que progenie recesiva”.

Estas son, brevemente, las líneas principales de la teoría de Mendel; pero en los años que han pasado desde que llamara la atención del mundo científico ha surgido una literatura extensísima que ha añadido mucho a la complejidad de los desarrollos menores de las leyes enunciadas arriba y ha complicado mucho la terminología del mendelismo. Es imposible que tratemos aquí de estos desarrollos: se hallan muy ampliamente explicados en la obra de Bateson (ver abajo). Pero sería negligente omitir toda mención a la estima que tienen los científicos a la teoría misma al presente. Sería, sin embargo, ser negligente al omitir toda mención de la estimación en la que la teoría misma está en manos de los hombres de ciencia de nuestros días. Bateson alega que “sus experimentos son dignos del mismo rango que los que pusieron los fundamentos de las leyes atómicas de la química”; y Lock, que este descubrimiento fue de una importancia poco inferior a los de Newton o Dalton”. Punnett también afirma que, debido a los trabajos de Mendel “la posición de los biólogos de hoy es la misma que la de los químicos de tiempos de Dalton dos siglos atrás cuando éste enunció la ley de las proporciones constantes. En cualquier caso, la nota principal ha sido la discontinuidad —la discontinuidad del átomo y la de las variaciones de las formas vivas”.

Es un hecho notable que los escritos de Mendel nunca parecen haber sido conocidos por Charles Darwin y muchos han especulado sobre los efectos que probablemente hubieran tenido sobre él si los hubiera conocido. T.H. Morgan no duda en decir que las leyes de Mendel dan el golpe de gracia a la doctrina de la selección natural y otros consideran que sus puntos de vista, si finalmente se prueba que son correctos, exigirán al menos una profunda modificación de las teorías asociadas con el nombre de Darwin.

Sin embargo, de ningún modo sería correcto suponer que los puntos de vista de Mendel fueron recibidos con total aceptación por el mundo científico; de hecho, hubo una controversia fuerte y a veces amarga entre los partidarios de Mendel y sus oponentes, entre los cuales el difunto profesor Weldon fue quizás considerado uno de los más importantes. El final de la controversia no está todavía a la vista, ni es posible que lo esté por algún tiempo, a juzgar por los resultados extraordinariamente variados que los observadores han obtenido de incluso series de hechos idénticas. Por ejemplo, Por ejemplo, de los mismos materiales proporcionados por los colores de los caballos de pura sangre dados en las páginas del Weatherbys "General Sudbook of Horses", un mendeliano (Hurst) ha deducido evidencia a favor de la postura que sostiene y un anti-mendeliano (el difunto Prof. Weldon) ha llegado a conclusiones diametralmente opuestas. Al menos esto se puede decir con seguridad: los puntos de vista de Mendel han sido apoyados por un número creciente de científicos —y se puede decir con seguridad que ese número crece firmemente; y que es posible que ejerzan una profunda influencia en la agricultura y en la cría caballar y vacuna científica; y que, con tales modificaciones como más experiencia puede sugerir, los principales principios subyacentes de la obra probablemente se establecerán cada vez más firmemente.

Como se ha dicho arriba, los papeles en los que se publicaron las teorías de Mendel fueron hecho públicos y están en los “Actas” de la Sociedad Brünn. Se han puesto a disposición de los lectores ingleses por medio de la traducción que aparece en la obra de Bateson (vea la bibliografía más abajo).


Bibliografía: BATESON, Mendel's Principles of Heredity (Cambridge, 1909) (esta es la obra más importante en inglés y contiene una traducción de los papeles de Mendel y una biografía así como un detalle completo de todo el trabajo reciente sobre líneas mendelianas); PUNNETT, Mendelism (Cambridge, 1905), un buen relato corto sobre el tema; LOCK, Recent Progress in the Study of Variation, Heredity and Evolution (Londres, 1906); WALSH, Catholic Churchmen in Science (filadelfia, 1906). Vea también Royal Society Reports on Evolution. en el libro de BATESON, y en KELLOG, Darwinism To-Day (Nueva York, 1907), se encontrarán muchas referencias a la literature periódica extranjera sobre el asunto.

Fuente: Windle, Bertram. "Mendel, Mendelism." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10, pp. 180-182. New York: Robert Appleton Company, 1911. 29 junio 2019 <http://www.newadvent.org/cathen/10180b.htm>.

Traducido por Pedro Royo. lmhm