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Miércoles, 30 de octubre de 2024

Tribu judía

De Enciclopedia Católica

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(Phyle, tribus)

El término hebreo antiguo que se traduce a nuestra versión en español como la palabra “tribu” es shebet, mientras que el término matteh, prevalece en los escritos post-exilio. Los dos términos son casi sinónimos, y significan “rama”, “vara”, “pértiga”, “cetro” y en el sentido de tribu se usan figuradamente con referencia probable a la derivación de la tribu como una rama de la familia de Jacob (estirpe), o quizás denotando originalmente una compañía guiada por un jefe con un bastón o cetro.

La disposición por clanes representa una forma de organización social y política natural a los nómadas semitas, como se puede observar entre los beduinos de hoy día; y la división del pueblo judío en doce tribus es un rasgo prominente de los registros del Antiguo Testamento, mientras que en el Nuevo Testamento se hallan alusiones frecuentes al mismo. Hay diferencia de opinión entre los eruditos en cuanto al origen y naturaleza de ésta, la más famosa, de todas las organizaciones tribales conocidas. Si el relato bíblico de los patriarcas se acepta como historia personal (no tribal), cada una de las doce tribus debió su origen a la descendencia lineal directa de uno de los hijos o nietos de Jacob. Los hijos de Jacob y Lía fueron Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón; los de Zilpá, la criada de Lía. Gad y Aser, que, según la costumbre de su época, se consideraban legalmente como hijos de Lía. Los que tuvo con Raquel fueron José y Benjamín, y los de Bilhá, la criada de Raquel, Dan y Neftalí. Los nombres de todos ellos, excepto el de José, se les dieron a sus respectivos grupos de descendientes en la organización tribal, pero en la mayoría de las listas y en la clasificación tradicional final en lugar de la tribu de José hallamos dos tribus llamadas como sus dos hijos, Efraín y Manasés.

Así, en realidad, hubo trece tribus en total pero usualmente se alude a ellas como doce, sin duda porque después de la conquista de Palestina la tierra se distribuyó sólo entre doce territorios tribales, pues el territorio de Leví se distribuyó entre los demás debido a sus funciones sacerdotales y herencia divina. A esto se debe añadir el hecho que los hijos de Jacob, o Israel, fueron doce, para no decir nada de la probable influencia artificial de este número místico. Según esta opinión tradicional el origen de las tribus se debió al hecho de que los descendientes de cada uno de estos trece padres o epónimos se mantuvieron juntos, formando otros tantos grupos sociales los cuales fueron, hasta cierto grado, aumentados por la inclusión de esclavos y esposas extranjeros. Otra teoría, que ha prevalecido hasta cierto punto entre estudiosos modernos, interpreta como historia tribal y tradición mucho de lo que se dice de los epónimos patriarcales en forma personal. Según esta opinión, las tribus no estaban constituidas por una subdivisión de Israel, sino más bien la nación estaba formada originalmente por el agregado de algunas de las tribus anteriores que se habían formado por la unión de los grupos de familias o clanes pre-existentes.

Históricamente se sabe poco del sistema tribal durante el período nómada, pero se asume sobre bases generales que la organización era más parecida a la de los árabes nómadas entre las cuales las fuerzas unificadores eran principalmente los lazos de sangre y el culto familiar o tribal. En la época de la invasión a Palestina la nación todavía estaba en la etapa de confederaciones tribales dispersas y la guerra fue peleada por tribus y subdivisiones de tribus, algunas veces actuando por separado, algunas en combinación con otras (Jueces 1,3, 4,5). El proceso de consolidación continuó después de la conquista; las familias emparentadas y clanes naturalmente se establecieron en la misma vecindad, y finalmente la organización tribal completa evolucionó con fronteras territoriales y tradiciones históricas independientes.

Parecería que antes de la monarquía los distritos tribales variaban en número y extensión, como se puede ver por las discrepancias que ocurren en las descripciones bíblicas de sus respectivas fronteras, ni parece que tuvieran ninguna organización política continua o fija. La agresión por un enemigo extranjero unía los clanes de una tribu e incluso a varias tribus distintas bajo un líder común como lo es el caso de Gedeón y otros jueces; pero no hay indicación de que en tiempos de paz la tribu fuera gobernada por ningún jefe en específico, aunque a veces se menciona a “ancianos” y “príncipes” (Jc. 10,18; 11,5; 1 Reyes 4,3; 11,3; 2 Samuel 19,11; etc.). Éstos eran probablemente los cabezas de clanes y familias de los cuales se componían las tribus. Luego del establecimiento de la monarquía disminuyeron gradualmente la autonomía e importancia de la tribu como unidad política, y a la larga los nombres de las tribus llegaron a ser poco más que expresiones geográficas. Por otro lado, parece que con el correr del tiempo aumentó la veneración por las tribus antiguas como organizaciones sociales con sus tradiciones familiares y religiosas, y no sólo después del Exilio sino también en la época del Nuevo Testamento hallamos que se tiene mucho cuidado al registrar la tribu particular o incluso familia a la cual se dice pertenecen varias personas. Los descendientes de los reyes y otros personajes notables del Antiguo Testamento podían, por supuesto, nombrar su tribu, pero en el caso de individuos más oscuros es probable que la indicación tribal se infiera del dato de la residencia familiar en un distrito particular de Palestina.


Fuente: Driscoll, James F. "Jewish Tribe." The Catholic Encyclopedia. Vol. 15. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/15039a.htm>.

Traducido por Luz Hernández.