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Jueves, 21 de noviembre de 2024

San Dionisio de París

De Enciclopedia Católica

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San Dionisio, obispo de París y mártir. Nació en Italia, no se conoce nada definitivo sobre la fecha y lugar, o sobre su vida temprana. Su fiesta se celebra el 9 de octubre. Usualmente se le representa con su cabeza en sus manos debido a que, según la leyenda, luego de su ejecución su cuerpo se levantó y cargó la cabeza a cierta distancia. Que, sin embargo, aunque todavía era muy joven, se distinguió por su vida virtuosa, su conocimiento de las cosas sagradas y su fe firme, lo demuestra el hecho de que el Papa Fabián (236-250) lo envió con otros obispos misioneros a la Galia en una misión difícil. La Iglesia de la Galia había sufrido terriblemente bajo la persecución del emperador Decio, y los nuevos mensajeros de la fe se esforzarían por restaurarla a su anterior condición floreciente. Dionisio con sus inseparables compañeros, el sacerdote Rústico y el diácono Eleuterio, llegaron al vecindario de la actual ciudad de París y se establecieron en la isla del Sena. El documento más antiguo que da relata sus trabajos y su martirio (Passio SS. Dionsyii, Rustici et Eleutherii), que data de finales del siglo VI o principios del siglo VII y que se atribuye erróneamente al poeta Venancio Fortunato, está entretejido con mucha leyenda, de la cual, sin embargo, se pueden obtener los siguientes hechos.

Dionisio construyó una iglesia en la isla del Sena y proporcionó para la celebración regular del servicio divino. Su valiente e infatigable predicación del Evangelio condujo a innumerables conversiones. Esto despertó la envidia, la ira y el odio de los sacerdotes paganos, los cuales incitaron a la población contra los extraños e importunaron al gobernador Fecenio Sisinio para que detuviese forzosamente la nueva enseñanza. Dionisio y sus dos compañeros fueron capturados y, perseverantes en su fe, fueron decapitados (alrededor de 275) después de muchas torturas. Relatos posteriores dan una descripción detallada de los sufrimientos de los confesores. Fueron azotados, encarcelados, atormentados, arrojados a las bestias salvajes, quemados en la hoguera y finalmente decapitados. Gregorio de Tours simplemente declara: "Beatus Dionysius Parisiorum episcopus diversis pro Christi nomine adfectus poenis praesentem vitam gladio immente finivit" (Hist. Franc. I, 30). Los cuerpos de los tres santos mártires recibieron un entierro honorable gracias a los esfuerzos de una matrona piadors llamada Catulla, y se erigió un pequeño santuario sobre sus tumbas. Este fue después sustituido por una hermosa basílica (egregium templun) que fue celebrada en verso por Venancio (Carm. I, II).

Desde el reinado del rey Dagoberto (622-638) la iglesia y el monasterio benedictino adjuntos a ella fueron cada vez más bellamente adornados; la veneración a San Dionisio se volvió gradualmente una devoción nacional, con los gobernantes y príncipes rivalizando entre sí para promoverla. Este desarrollo se debió en gran medida a un error que prevaleció a lo largo de la Edad Media, que identificó a San Dionisio de París con Dionisio el Areopagita, y con el Pseudo-Dionisio, el compositor de las escrituras areopagíticas. La combinación de estas tres personas en una sin duda se realizó ya en el siglo VIII o quizás en el VII, pero este grave error se arraigó profundamente solo a través de la "Areopagitica" escrita en 836 por Hilduino, abad de Saint-Denis, a pedido de Luis el Piadoso. Las investigaciones de Launoy primero arrojaron dudas sobre la historia y el bolandista De Bye la rechazó por completo. Probablemente Hilduino fue engañado por las mismas ficciones apócrifas latinas y griegas. La posesión de los escritos areopagíticos (desde 827 en Saint-Denis) fortaleció su convicción de esta verdad. Los historiógrafos de la actualidad no discuten este punto. Han resultado infructuosos todos los intentos de Darras, Vidieu, C. Schneider y otros para arrojar algo de luz sobre el tema.

Vea también el artículo San Dionisio Mártir


Fuente: Stiglmayr, Joseph. "St. Denis." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4, pág. 800. New York: Robert Appleton Company, 1908. 15 dic. 2019 <http://www.newadvent.org/cathen/04721a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina