Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Viernes, 22 de noviembre de 2024

Mosaicos

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

Definición y Etimología

El término mosaico, según las autoridades habituales, se deriva a través de generaciones de cambio gradual a partir del griego mouseion, "relativo a las musas". En el latín posterior existen los términos opus musivum "obra de mosaico", musivarius, "mosaiquista”, pero probablemente la palabra inglesa "mosaic" se deriva inmediatamente de la francesa mosaique, que con su forma anterior mousaique solo puede tomarse prestado del italiano o provenzal y no puede ser descendiente de la anterior forma francesa musike.

Sin embargo, es cuestionable si estos términos se aplicaron a todos los diferentes tipos de obras que ahora pueden clasificarse como "mosaicos", y es probable que solo se aplicaran adecuadamente a los productos del trabajador en opus tessellatum o vermiculatum, formado por pequeños cubos de vidrio, mármol u otro material. Si definimos mosaico como una colocación de piezas de mármol, vidrio, material cerámico o piedras preciosas incrustadas en alguna especie de cemento para formar una entidad ornamental, tendríamos que incluir el opus Alexandrinum y otras pinturas comunes según utilizadas para las porciones menos dignas de las casas romanas. El término mosaico también se aplicaría al opus sectile (Vitruvio, VII, I) hecho de piezas de mármol y vidrio que forman patrones geométricos o foliados, y en que cada pieza se desgasta exactamente para encajar en el diseño o en el caso de las imágenes, desgastadas para hacer las formas necesarias para la compleción del tema.

También aplicamos el término al trabajo de pavimento de fechas posteriores, como el de Santa María la Mayor en Roma, y el de la Catedral de Canterbury y el santuario de la Abadía de Westminster en Inglaterra, así como a los mosaicos de una especie en miniatura utilizada para joyería e imágenes pequeñas como la Cabeza de Nuestro Señor, que fue presentada por el Papa Sixto IV a Felipe de Croy en 1475 y ahora está en el Tesoro de los Santos Pedro y Pablo, Chimay. Esta última tradición de trabajo todavía existe, y cada visitante de Roma o del sur de Italia conoce las joyas de mosaico baratas pero maravillosamente ejecutadas que se venden en la mayoría de las tiendas, e incluso en las calles de Roma. No hay duda de que ese mosaico en joyería es de considerable antigüedad.

Historia

Al revisar históricamente estas diversas especies, la primero a mencionarse está en Éxodo 24,10, “como un pavimento de piedras de zafiro"; y el pavimento de Asuero en Susa "pavimentado con pórfido y mármol blanco, y adornado con pintura de maravillosa variedad ", que aquí, probablemente, significa un color incrustado variado ya que la pintura de superficie estaría fuera de lugar en un pavimento. Y bien podemos creer que los persas conocían la obra teselada cuando consideramos los ladrillos esmaltados, que pueden llamarse un gran tipo de "tessellatum", ahora en el Louvre de este mismo palacio en Susa. Este es el único registro anterior a los ejemplos existentes en los pavimentos romanos de la República y el Imperio tales como permanecen en la Regia, el Templo de Cástor, la Casa de Livia, Pompeya, etc.

Suetonio dice que César solía llevar en su campaña pavimentos tanto teselados como “sectiles”. Según Plinio (XXXVI, i), parece que en los teatros y basílicas, así como en ciertos palacios de nobles romanos, los pavimentos eran en mosaicos o en mármol cortado, y las paredes decoradas con mármol o vidrio por temas y patrones. Aquí está el pasaje según la traducción pintoresca de Holland: “Cuando Scauro era edil mandó a fabricar una maravillosa obra que excedió todo lo que mano de hombre había forjado jamás... y era un teatro: el escenario tenía tres desvanes uno encima del otro ... la base o parte inferior del escenario era todo de mármol, el centro del vidrio, una superfluidad excesiva de la que nunca antes se había oído hablar." El señor Luigi Visconti le informó a Herr von Minutoli (Ueber die Anfertigung und die neu-Anwendung der färbigen Gläser bei den Alten, p. 13, Berlín, 1836) que se encontró que las paredes de una cámara en un palacio entre la puerta de San Sebastián y la de San Pablo en Roma estaban cubiertas hasta cinco o seis pies del pavimento con hermosos mármoles y encima de eso con placas y patrones de vidrio de colores. Algunos ejemplos existentes parecen haber sido de una estructura curiosa, pues las piezas de vidrio coloreado estaban colocadas sobre una superficie plana y sobre ella una lámina de vidrio, fundidas a un calor suficiente para unirlas.

Respecto al método llamado "teselado", tenemos restos existentes que demuestran la perfección a la que los romanos llevaron el arte en los pavimentos y en restos de mosaico de vidrio de pared en Pompeya. Uno de los mejores ejemplos de pavimentos es la representación de la "Batalla de Issus" de la Casa del Fauno en Pompeya, ahora en el Museo de Nápoles. Se supone que muchas de las imágenes y mosaicos en Pompeya son copias tradicionales de famosas pinturas antiguas; y se sugiere que esta "Batalla" es una copia tradicional de una imagen célebre de Elena, una hija de Timón, de la escuela helénica egipcia. De Pompeya vienen además las muy hermosas columnas en mosaico de vidrio que ahora se encuentran en el Museo de Nápoles. Pompeya, como sabemos, fue destruida el 24 de agosto de 79 d.C., de modo que estas obras preceden a la era cristiana. Su perfección demuestra un desarrollo de considerable antigüedad, cuya génesis se desconoce actualmente.

Ya hemos mencionado las obras subsidiarias en mosaico de pavimentos romanos, la cual consiste en patrones en blanco y negro, pisos lisos con bordes ornamentales; grupos de naturaleza muerta, festones de flores y otros diseños. Estos existen en cantidad suficiente para mostrar cuán general fue su uso. Los numerosos ejemplos que se han descubierto, aparentemente de origen romano, prueban que los pavimentos de mosaicos continuaron en uso durante la era cristiana en lugares tan distantes entre sí como Cartago, Dalmacia, Alemania, Francia e Inglaterra. En Inglaterra se ha encontrado una gran variedad en Londres y en todas partes del país dominado por los romanos. El Museo Británico contiene muchos fragmentos de mosaico; entre estos se encuentra el excelente espécimen de obra de Cartago. Algunos de los primeros pavimentos cartagineses tienen teselas de vidrio; los posteriores son de cubos de mármol o cerámica.

Un método completamente diferente a la obra formada por cubos fue el opus sectile, donde, como ya se describió, el adorno o la imagen se formaban con piezas de mármol, piedra o vidrio de diferentes colores cortadas a la forma requerida, de la misma manera que ahora se hace una ventana de vidrio pintado. Los romanos llevaron a una gran perfección la fabricación del vidrio opaco necesario, como lo atestigua la multitud de fragmentos que se han encontrado en montículos de basura o en el Tíber. El opus sectile como decoración para la pared parece haber estado muy sujeto a la descomposición, pues los pedazos de vidrio se desprendían por su propio peso al humedecerse, deteriorarse o debilitarse la pared. Hay algunos especímenes muy finos en el Museo de Nápoles; otros se han encontrado en la iglesia de San Andrés en Catabarbara, Roma, que se supone fue originalmente la basílica de la casa de los Bassi en el Esquilino que data de alrededor del año 317 d.C. De esta casa proviene la briosa obra de "el Tigre y la Novilla", que ahora se conserva en la iglesia de San Antonio Abad. El fondo y las rayas del tigre son de pórfido verde, el resto de la piel del tigre de giallo antico; la novilla es de mármol pálido color cervato y sus ojos de nácar. Otras decoraciones de la misma casa mostraban que las paredes tenían opus sectile en ornamentos y figuras de vidrio, muy similares a las que describió Plinio en la cita dada arriba.

La opus sectile en vidrio se encuentra en algunos ejemplos de arte cristiano, pero el mármol es más común, aunque la obra teselada en los mismos edificios puede ser de vidrio. Este uso del mármol probablemente surgió de la decadencia en la fabricación del vidrio especial y la dificultad de cortarlo y molerlo exactamente en las formas requeridas. La obra “sectil” en mármol se halla en Santa Sabina, Roma (425-450), en el baptisterio de la catedral de Rávena; en San Vitale, Rávena (siglo VI); en Parenzo (siglo VI); en Santa Sofía en Constantinopla y en Tesalónica (siglo VI); así su uso ha sido continuo desde entonces, y fue un rasgo especial del Renacimiento.

La parte más importante de este tema en el presente artículo es la que se refiere al mosaico de vidrio de las iglesias cristianas. Los pasos iniciales por los cuales emergió gradualmente del arte pagano se pierden en cierta medida, ya que se levanta de las cenizas repentinamente como un fénix, total, pleno en su manipulación, mientras que el carácter de los temas y diseños representados expresan las tradiciones adoptadas por los artistas de las catacumbas. El mosaico, hasta donde se puede determinar en la actualidad, se convirtió en un vehículo del arte cristiano en el siglo IV. Los primeros ejemplos, como los de la primera basílica de los Santos Pedro y Pablo, están todos destruidos. En la iglesia de Santa Constanza, en la Vía Nomentana, todavía existen obras interesantes. También se ha conservado en la Biblioteca Chigi algún mosaico de la catacumba de Ciriaco. Sin embargo, un mosaico de Santa Inés en la catacumba de San Calixto estaba tan deteriorado que la imagen existente fue pintada sobre él en el siglo VI. Se han encontrado otros mosaicos sobre los sarcófagos en las catacumbas. Sin embargo, la obra más interesante es la que existe en el ábside de la iglesia de Santa Pudenciana (398). Ha sido restaurada parcialmente y se le han hecho adiciones, pero el diseño permanece. Del mismo período es el mosaico en el baptisterio en Nápoles. Es incierto si el ábside de la Catedral de San Rufino es del siglo IV o del V, pero es interesante como obra primitiva.

El arte recibió un gran impulso cuando Constantino, al establecerse en el trono de Bizancio, comenzó a darle a su capital una apariencia imperial en lo que respecta al arte. Reunió a artistas de todos los centros célebres y les concedió favores legales y civiles o cívicos especiales. De las obras realizadas por ellos, los mosaicos de la iglesia de San Jorge en Tesalónica en muchos casos aún ocupan su posición original. La nave de Santa María la Mayor en Roma todavía conserva algunos de los finos mosaicos colocados allí en el siglo V (430-440); y las iglesias de Santa Sabina (422- 433), de San Pablo Extramuros y de San Juan de Letrán también estaba decoradas así en esa misma época (446-462). La Basílica de San Pedro destruida por un fuego en 1823, ha sido restaurada y queda poco de los restos originales. Lo que queda de los mosaicos originales de San Juan de Letrán data de 432-440. Los mosaicos de la iglesia de Santos Cosme y Damián fueron restaurados en 1660.

En Rávena, la obra en mosaico en las diversas iglesias es la mejor de su período. La del baptisterio de la catedral dedicada a San Juan Bautista es un ejemplo especialmente bueno; dicha iglesia se construyó originalmente a finales del siglo IV pero se quemó en 434. Los mosaicos del Mausoleo de Gala Placidia (450) son también de excelente diseño y mano de obra. Lamentablemente, algunos de estos han sido restaurados con estuco pintado. Los de la capilla del palacio arquiepiscopal y la iglesia de San Juan Evangelista son también de ese período. Los mosaicos de las catedrales de Novara y Aosta y la capilla de Santa Satira en San Ambrosio, Milán, también son del siglo V. En Nantes, Clermont y Toulouse (Francia) los historiadores registran la colocación de mosaicos que ya no existen.

Técnica

Fuente: Westlake, Nathaniel. "Mosaics." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10, págs. 584-591. New York: Robert Appleton Company, 1911. 6 agosto 2020 <http://www.newadvent.org/cathen/10584a.htm>.

Está siendo traducido por Luz María Hernández Medina