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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Demonios

De Enciclopedia Católica

Revisión de 11:10 19 dic 2012 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones)

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El demonio y sus obras: magia, brujería, adivinación, desobediencia eclesiástica
En la Escritura y en la teología católica el término demonio (griego daimon y daimonion, latín daemonium) ha llegado a significar casi lo mismo que diablo y denota a uno de los espíritus malignos o ángeles caídos. Y de hecho, en algunos lugares del Nuevo Testamento donde la Vulgata, en acuerdo con el griego, tiene daemonium, nuestras versiones vernáculas leen diablo. La distinción precisa entre los dos términos en el uso eclesiástico puede verse en la frase usada en el decreto del Cuarto Concilio de Letrán: "Diabolus enim et alii daemones" (El diablo y los otros demonios), es decir, todos son demonios, y al jefe de los demonios se le llama diablo. Esta distinción se observa en el Nuevo Testamento de la Vulgata, donde diabolus representa al griego diabolos, y en casi todos los casos se refiere a Satanás mismo, mientras que a sus ángeles subordinados se les denomina, en concordancia con el griego, daemones o daemonia. Sin embargo, esto no se debe tomar para indicar una diferencia de naturaleza; a Satanás se le incluye claramente entre los daemones, en Stgo. 2,19 y en Lc. 11:15-18.

Pero aunque la palabra demonio está ahora prácticamente restringida a este siniestro sentido, fue de otro modo con el antiguo uso de los escritores griegos. La palabra, que aparentemente se deriva de daio "dividir" o "repartir", originalmente significó un ser divino; ocasionalmente se aplicaba a los dioses y diosas supremos, pero se usó más generalmente para referirse a seres espirituales de un orden inferior, ubicado entre los dioses y los hombres. En su mayoría éstos eran seres benéficos, y su oficio era algo análogo al de los ángeles en la teología cristiana. Así, el adjetivo eydaimon, "feliz", significa propiamente uno que era guiado y protegido por un demonio bueno. Algunos de estos demonios griegos, sin embargo, eran diabólicos y malignos. Por lo tanto tenemos el contrario de eudamonia "felicidad", en kakodaimonia, que denotaba desgracia, o en su significado más original, estar bajo la posesión de un demonio maligno. En el griego del Nuevo Testamento y en el lenguaje de los primeros Padres, la palabra ya se limitaba al sentido siniestro, lo cual era bastante natural, ahora que aún los más elevados dioses griegos habían llegado a ser considerados como diablos.

Tenemos un ejemplo curioso de la confusión causada por la ambigüedad y variaciones en el significado de la palabra, en el caso del famoso "Daemon" de Sócrates. Algunos escritores cristianos han entendido esto en un mal sentido, que lo han hecho una materia de reproche, aduciendo que el gran filósofo griego estaba acompañado e impulsado por un demonio. Pero como el cardenal Manning muestra claramente en su escrito acerca del tema, la palabra aquí tiene un significado completamente distinto. Él apunta al hecho de que ambos, Platón y Jenofonte, usan la forma daimonion, la cual Cicerón correctamente interpreta como divinum aliguid, "algo divino". Y luego de un minucioso examen del relato del asunto dado por Sócrates mismo en los informes transmitidos por sus discípulos, él concluye que las incitaciones del "Daemon" eran los dictados de la conciencia, que es la voz de Dios.

Se puede observar que un cambio y deterioro similares del significado han tenido lugar en los lenguajes iraníes, en el caso de la palabra daeva. Etimológicamente es idéntica con el sánscrito deva, por la cual es traducida en la versión Neriosengh del Avesta. Pero mientras que el devas de la teología india son dioses buenos y generosos, los daevas del Avesta son odiosos espíritus del mal. (Vea también DEMONOLOGÍA)


Fuente: Kent, William. "Demons." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. 19 Dec. 2012<http://www.newadvent.org/cathen/04710a.htm>.

Traducido por Alonso Teullet. lhm



Enlaces internos

[1] P. Fortea responde al P. Amorth: Si hay satanismo en el Vaticano tiene que probarlo

[2] El P. Gabriele Amorth, famoso exorcista, reflexiona sobre la nueva ola satánica.

[3] Ataques al Papa son sugeridos por el demonio, dice el P. Amorth, famoso exorcista.

[4] Famoso exorcista: "Al diablo le gusta adueñarse de los que ocupan cargos políticos"


Enlaces externos

[5] Sermones sobre el demonio.

[6] Padre Amorth.

[7] El humo de Satanás.

[8] Exorcismo comentado por el Padre Amorth.

[9] Padre Amorth más de 70,000 exorcismos.

[10] Fortea cuenta todo lo que sabe y ha experimentado con el demonio.

[11] “Si al Diablo no se le abre la puerta, no puede poseernos”.