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Sábado, 4 de mayo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Origen del Nombre de Jesucristo»

De Enciclopedia Católica

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En este artículo consideraremos las dos palabras – “Jesús” y “Cristo” – que componen el Nombre Sagrado.
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En este artículo consideraremos las dos palabras que componen el [[Santísimo Nombre de Jesús | Nombre Sagrado]]:  Jesús y Cristo.  
  
JESUS
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==Jesús==
  
La palabra Jesús es la forma latina del griego Iesous, que a su vez es la transliteración del hebreo Jeshua, o Joshua, o también Jehoshua, que significa “Yahveh es salvación”. Si bien el nombre aparece frecuentemente en el Antiguo Testamento, no fue usado por ninguna persona destacada entre el tiempo de Josué, hijo de  Nun y Josué, sumo sacerdote en tiempos de Zorobabel.  También fue el nombre del autor del Eclesiástico de uno de los ancestros de Cristo mencionados en Su genealogía, encontrada en el Tercer Evangelio (Lucas, iii, 29), y uno de los compañeros de San Pablo (Col., iv, 11).  Durante el período helénico, Jasón, nombre puramente griego y análogo de Jesús, parece haber sido adoptado por muchos (I Mac., viii, 17; xii, 16; xiv, 22; II Mac., i, 7; ii, 24; iv, 7 26; v, 5 10; Hch., xvii, 5 9; Rom., xvi, 21). El nombre griego está relacionado con el verbo iasthai, sanar; no sorprende, por lo tanto, que algunos de los Padres Griegos hayan asociado la palabra Jesús con la misma raíz (Euseb., "Dem. Ev.", IV; cf. Hch., ix, 34; x., 38). Si bien en el tiempo de Cristo el nombre Jesús parece haber sido bastante común (Jos., "Ant.", XV, ix, 2; XVII, xiii, 1; XX, ix, 1; "Bel. Jud.", III, ix, 7; IV, iii, 9; VI, v, 5; "Vit.", 22) fue impuesto a Nuestro Señor por orden expresa de Dios (Lc., i, 31; Mat., i, 21), como señal de que el Niño estaba destinado a “salvar a su pueblo del pecado.” Por lo tanto Filo ("De Mutt. Nom.", 21) está en lo correcto cuando explica que Iesous significa soteria kyrion; Eusebio (Dem., Ev., IV, ad fin.; P. G., XXII, 333) le da el significado de Theou soterion; mientras que San Cirilo de Jerusalén interpreta la palabra como un equivalente de soter (Cat., x, 13; P.G., XXXIII, 677). Sin embargo, este último escritor parece concordar con Clemente de Alejandría en considerar que la palabra Iesous tiene origen griego (Paedag., III, xii; P. G., VIII, 677); San Juan Crisóstomo enfatiza nuevamente la derivación hebrea de la palabra y su significado soter (Hom., ii, 2), y así concordando con la exégesis del ángel hablándole a San José (Mat., i, 21).
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La palabra ''Jesus'' es la forma latina del griego ''Iesous'', que a su vez es la transliteración del [[Lengua y Literatura Hebreas | hebreo]] ''Jeshua'', o ''Joshua'', o también ''Jehoshua'', que significa “[[Yahveh]] es [[salvación]]”. Aunque el nombre en una forma u otra aparece frecuentemente en el [[Antiguo Testamento]], no lo llevó ninguna [[persona]] destacada entre el [[tiempo]] de [[Josué]], hijo de  [[Nun]], y Josué, [[sumo sacerdote]] en tiempos de Zorobabel.  También fue el nombre del autor del [[Eclesiástico]], de uno de los antepasados de [[Jesucristo | Cristo]] mencionados en la [[Genealogía de Jesucristo | genealogía]], que se halla en el Tercer Evangelio ([[Evangelio según San Lucas |Lc.]] 3,29), y uno de los compañeros de [[San Pablo]] ([[Epístola a los Colosenses |Col.]] 4,11).   
  
CRISTO
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Durante el período helénico, ''Jasón'', nombre puramente griego y análogo de Jesús, parece haber sido adoptado por muchos (1 [[Libros de los Macabeos |Mac.]] 8,17; 12,16; 14,22; 2 Mac. 1,7; 2,24; 4,7-26; 5,5-10; [[Hechos de los Apóstoles |Hch.]] 17,5-9; [[Epístola a los Romanos |Rom.]] 16,21). El nombre griego está relacionado con el verbo ''iasthai'', sanar; no sorprende, por lo tanto, que algunos de los [[Padres de la Iglesia | Padres]] [[Grecia |  griegos]] hayan asociado la palabra Jesús con la misma raíz ([[Eusebio de Cesarea |Eusebio]], "Dem. Ev.", IV; cf. Hch. 9,34; 10,38).  Si bien en el tiempo de Cristo el nombre Jesús parece haber sido bastante común ([[Flavio Josefo |Josefo]], "Ant.", XV, IX, 2; XVII, XIII, 1; XX, IX, 1; "Bel. Jud.", III, IX, 7; IV, III, 9; VI, v, 5; "Vit.", 22) le fue impuesto a Nuestro Señor por orden expresa de [[Dios]] (Lc. 1,31; [[Evangelio según San Mateo |Mt.]] 1,21), como señal de que el Niño estaba destinado a “salvar a su pueblo de sus [[pecado]]s.”
  
La palabra Cristo, Christos, equivalente griego para la palabra hebrea Mesías, significa “ungido”. De acuerdo a la Antigua Ley, los sacerdotes (Ex., xxix, 29; Lev., iv, 3), los reyes (I Sam., x, 1; xxiv, 7), y los profetas (Is., lxi, l) debían ser ungidos para sus respectivos oficios; ahora, el Cristo, o el Mesías, reunía estas tres dignidades en Su Persona. Por lo tanto no sorprende que por siglos los judíos se hayan referido a su esperado Salvador como “el ungido”. Quizás esta designación alude a Is., lxi, 1, y Dn., ix, 24 26, o incluso a Sal., ii, 2; xix, 7; xliv, 8. De este modo el término Cristo o Mesías era un título más que un nombre propio: "Non proprium nomen est, sed nuncupatio potestatis et regni", dice Lactancio (Inst. Div., IV, vii). Los Evangelistas reconocen la misma verdad; exceptuando Mat., i, 1, 18; Mc., i, 1; Jn., i, 17; xvii, 3; ix, 22; Mr., ix, 40; Lc., ii, 11; xxii, 2, la palabra Cristo está siempre precedida por el artículo “el”.  Sólo luego de la Resurrección el título se convirtió gradualmente en nombre propio, y la expresión Jesucristo o Cristo Jesús se convirtió en una sola designación.  Pero en esta etapa los griegos y romanos entendían poco o nada acerca del sentido de la palabra ungido; para ellos no constituía ninguna concepción sagrada. De aquí que ellos sustituían Chrestus, o “excelente”, por Cristo o “ungido”, y Chrestians en lugar de “Cristianos”. Puede haber una alusión a esta práctica en I Pe., ii, 3; hoti chrestos ho kyrios, que se traduce “que el Señor es bueno”. El mártir Justino (Apol., I, 4), Clemente de Alejandría (Strom., II, iv, 18), Tertuliano (Adv. Gentes, II), y Lactancio (Int. Div., IV, vii, 5), así como San Jerónimo (In Gal., V, 22), saben de la sustitución pagana de Chrestes por Christus, y son cuidadosos al explicar el nuevo término en un sentido favorable. Los paganos hicieron poco o ningún esfuerzo por aprender lo correcto acerca de Cristo o los cristianos; Suetonius, por ejemplo, atribuye la expulsión de los judíos de Roma bajo el gobierno de Claudio, a la constante instigación de sedición por parte de Chrestus, a quien considera líder de los insurgentes y que actúa en Roma.  El uso del artículo determinado antes de la palabra Cristo y su gradual desarrollo hacia un nombre propio muestra la identificación de los cristianos con el Mesías prometido de los judíos. Combinaba en Su Persona las dignidades de profeta (Jn., vi, 14; Mat., xiii, 57; Lc., xiii, 33; xxiv, 19), de rey (Lc., xxiii. 2; Hch., xvii, 7; I Cor., xv, 24; Apoc., xv, 3), y de sacerdote (Heb., ii, 17; etc.); cumplió las promesas mesiánicas en un sentido más alto y pleno del que enseñaban los maestros en las sinagogas.  
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Por lo tanto, [[Filo Judeo]] ("De Mutt. Nom.", 21) está en lo correcto cuando explica que ''Iesous'' significa ''soteria kyrion''; Eusebio (Dem., Ev., IV, ad fin.; P. G., XXII, 333) le da el significado de ''Theou soterion''; mientras que [[San Cirilo de Jerusalén]] interpreta la palabra como un equivalente de ''soter'' (Cat., X.13; P.G., XXXIII, 677). Sin embargo, este último escritor parece concordar con [[Clemente de Alejandría]] en considerar que la palabra ''Iesous'' tiene origen griego (Paedag., III.12; P. G., VIII, 677); [[San Juan Crisóstomo]] enfatiza nuevamente la derivación hebrea de la palabra y su significado ''soter'' (Hom. 2 sobre Mat., 2), y así concuerda con la [[exégesis bíblica | exégesis]] del [[ángeles | ángel]] que le habla a [[San José]] (Mat. 1,21).  
  
A. J. MAAS
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==Cristo==
Transcrito por Joseph P. Thomas
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En Memoria del Arzobispo Mathew Kavukatt
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La palabra ''Christ'', ''Christos'', equivalente griego para la palabra [[Lengua y Literatura Hebreas | hebrea]] ''Messias'', significa “ungido”. De acuerdo a la [[Legislación de Moisés | Antigua Ley]], los [[sacerdote]]s ([[Éxodo |Ex.]] 29,29; [[Levítico|Lev.]] 4,3), los reyes (1 [[Libros de Samuel |Sam.]] 10,1; 24,7) y los [[profecía, profeta y profetisa | profetas]] ([[Isaías |Is.]] 61,1) debían ser ungidos para sus respectivos oficios; ahora bien, el [[Jesucristo | Cristo]], o el [[Mesías]], reunía estas tres dignidades en su [[Persona]].  Por lo tanto no sorprende que por siglos los [[judaísmo | judíos]] se hayan referido a su esperado Libertador como “el ungido”; quizás esta designación alude a Is. 61,1, y [[Libro de Daniel |Dan.]] 9,24-26, o incluso a los [[Salmos]] 2,2; 20(19),7; 45(44),8. De este modo el término ''Christ'' o ''Messias'' era un título más que un nombre propio: ''Non proprium nomen est, sed nuncupatio potestatis et regni'', dice [[Lucio Cecilio Firmiano Lactancio | Lactancio]] (Inst. Div., IV.7). Los [[evangelistas]] reconocen la misma [[verdad]]; excepto en [[Evangelio según San Mateo|Mt.]] 1,1, 1,18; [[Evangelio según San Marcos |Mc.]] 1,1; [[Evangelio según San Juan|Jn.]] 1,17; 17,3; 9,22; Mc. 9,40; [[Evangelio según San Lucas |Lc.]] 2,11; 22,2, la palabra Cristo está siempre precedida por el artículo “el”. 
Traducido por Armando Llaza Corrales
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Sólo luego de la [[Resurrección de Jesucristo | Resurrección]] el título se convirtió gradualmente en nombre propio, y la expresión ''Jesucristo'' o ''Cristo Jesús'' se convirtió en una sola designación.  Pero en esta etapa los griegos y romanos entendían poco o nada acerca del sentido de la palabra ''ungido''; para ellos no conllevaba ninguna concepción sagrada. De ahí que ellos sustituían ''Chrestus'', o “excelente”, por Cristo o “ungido”, y ''Chrestians'' en lugar de “cristianos”.   Puede haber una alusión a esta práctica en 1 [[Epístolas de San Pedro |Ped.]] 2,3; ''hoti chrestos ho kyrios'', que se traduce “que el Señor es bueno”. [[San Justino]] [[Mártir]] (Apol. I, 4), [[Clemente de Alejandría]] (Strom., II, IV, 18), [[Tertuliano]] (Adv. Gentes, II), y [[Lucio Cecilio Firmiano Lactancio|Lactancio]] (Int. Div., IV, VIII, 5), así como [[San Jerónimo]] (In Gal., V, 22), estaban familiarizados con la sustitución [[paganismo | pagana]] de ''Chrestes'' por ''Christus'', y son cuidadosos al explicar el nuevo término en un sentido favorable. Los paganos hicieron poco o ningún esfuerzo por aprender nada correcto acerca de Cristo y los [[cristianismo|cristianos]]; Suetonio, por ejemplo, atribuye la expulsión de los [[judaísmo | judíos]] de [[Roma]] bajo el gobierno de Claudio, a la constante instigación de sedición por parte de Chrestus, a quien considera que desempeña en Roma el rol de  líder de los insurgentes. 
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El uso del artículo definido antes de la palabra ''Cristo'' y su gradual desarrollo hacia un nombre propio muestra que los cristianos identificaban al portador de ese nombre con el Mesías prometido de los judíos.  Combinaba en su Persona las dignidades de profeta (Jn. 6,14; Mt. 13,57; Lc. 13,33; 24,19), de rey (Lc. 23,2; [[Hechos de los Apóstoles|Hch.]] 17,7; 1 [[Epístolas a los Corintios|Cor.]] 15,24; [[Apocalipsis|Apoc.]] 15,3), y de [[sacerdote]] ([[Epístola a los Hebreos|Heb.]] 2,17; etc.); cumplió todas las promesas mesiánicas en un sentido más alto y pleno del que enseñaban los [[rabí y rabinismo|maestros]] de las [[sinagoga]]s.
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'''Fuente''':  Maas, Anthony. "Origin of the Name of Jesus Christ." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910. 
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<http://www.newadvent.org/cathen/08374x.htm>.
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Traducido por Armando Llaza Corrales.  rc

Última revisión de 01:13 22 sep 2010

En este artículo consideraremos las dos palabras que componen el Nombre Sagrado: Jesús y Cristo.

Jesús

La palabra Jesus es la forma latina del griego Iesous, que a su vez es la transliteración del hebreo Jeshua, o Joshua, o también Jehoshua, que significa “Yahveh es salvación”. Aunque el nombre en una forma u otra aparece frecuentemente en el Antiguo Testamento, no lo llevó ninguna persona destacada entre el tiempo de Josué, hijo de Nun, y Josué, sumo sacerdote en tiempos de Zorobabel. También fue el nombre del autor del Eclesiástico, de uno de los antepasados de Cristo mencionados en la genealogía, que se halla en el Tercer Evangelio (Lc. 3,29), y uno de los compañeros de San Pablo (Col. 4,11).

Durante el período helénico, Jasón, nombre puramente griego y análogo de Jesús, parece haber sido adoptado por muchos (1 Mac. 8,17; 12,16; 14,22; 2 Mac. 1,7; 2,24; 4,7-26; 5,5-10; Hch. 17,5-9; Rom. 16,21). El nombre griego está relacionado con el verbo iasthai, sanar; no sorprende, por lo tanto, que algunos de los Padres griegos hayan asociado la palabra Jesús con la misma raíz (Eusebio, "Dem. Ev.", IV; cf. Hch. 9,34; 10,38). Si bien en el tiempo de Cristo el nombre Jesús parece haber sido bastante común (Josefo, "Ant.", XV, IX, 2; XVII, XIII, 1; XX, IX, 1; "Bel. Jud.", III, IX, 7; IV, III, 9; VI, v, 5; "Vit.", 22) le fue impuesto a Nuestro Señor por orden expresa de Dios (Lc. 1,31; Mt. 1,21), como señal de que el Niño estaba destinado a “salvar a su pueblo de sus pecados.”

Por lo tanto, Filo Judeo ("De Mutt. Nom.", 21) está en lo correcto cuando explica que Iesous significa soteria kyrion; Eusebio (Dem., Ev., IV, ad fin.; P. G., XXII, 333) le da el significado de Theou soterion; mientras que San Cirilo de Jerusalén interpreta la palabra como un equivalente de soter (Cat., X.13; P.G., XXXIII, 677). Sin embargo, este último escritor parece concordar con Clemente de Alejandría en considerar que la palabra Iesous tiene origen griego (Paedag., III.12; P. G., VIII, 677); San Juan Crisóstomo enfatiza nuevamente la derivación hebrea de la palabra y su significado soter (Hom. 2 sobre Mat., 2), y así concuerda con la exégesis del ángel que le habla a San José (Mat. 1,21).

Cristo

La palabra Christ, Christos, equivalente griego para la palabra hebrea Messias, significa “ungido”. De acuerdo a la Antigua Ley, los sacerdotes (Ex. 29,29; Lev. 4,3), los reyes (1 Sam. 10,1; 24,7) y los profetas (Is. 61,1) debían ser ungidos para sus respectivos oficios; ahora bien, el Cristo, o el Mesías, reunía estas tres dignidades en su Persona. Por lo tanto no sorprende que por siglos los judíos se hayan referido a su esperado Libertador como “el ungido”; quizás esta designación alude a Is. 61,1, y Dan. 9,24-26, o incluso a los Salmos 2,2; 20(19),7; 45(44),8. De este modo el término Christ o Messias era un título más que un nombre propio: Non proprium nomen est, sed nuncupatio potestatis et regni, dice Lactancio (Inst. Div., IV.7). Los evangelistas reconocen la misma verdad; excepto en Mt. 1,1, 1,18; Mc. 1,1; Jn. 1,17; 17,3; 9,22; Mc. 9,40; Lc. 2,11; 22,2, la palabra Cristo está siempre precedida por el artículo “el”.

Sólo luego de la Resurrección el título se convirtió gradualmente en nombre propio, y la expresión Jesucristo o Cristo Jesús se convirtió en una sola designación. Pero en esta etapa los griegos y romanos entendían poco o nada acerca del sentido de la palabra ungido; para ellos no conllevaba ninguna concepción sagrada. De ahí que ellos sustituían Chrestus, o “excelente”, por Cristo o “ungido”, y Chrestians en lugar de “cristianos”. Puede haber una alusión a esta práctica en 1 Ped. 2,3; hoti chrestos ho kyrios, que se traduce “que el Señor es bueno”. San Justino Mártir (Apol. I, 4), Clemente de Alejandría (Strom., II, IV, 18), Tertuliano (Adv. Gentes, II), y Lactancio (Int. Div., IV, VIII, 5), así como San Jerónimo (In Gal., V, 22), estaban familiarizados con la sustitución pagana de Chrestes por Christus, y son cuidadosos al explicar el nuevo término en un sentido favorable. Los paganos hicieron poco o ningún esfuerzo por aprender nada correcto acerca de Cristo y los cristianos; Suetonio, por ejemplo, atribuye la expulsión de los judíos de Roma bajo el gobierno de Claudio, a la constante instigación de sedición por parte de Chrestus, a quien considera que desempeña en Roma el rol de líder de los insurgentes.

El uso del artículo definido antes de la palabra Cristo y su gradual desarrollo hacia un nombre propio muestra que los cristianos identificaban al portador de ese nombre con el Mesías prometido de los judíos. Combinaba en su Persona las dignidades de profeta (Jn. 6,14; Mt. 13,57; Lc. 13,33; 24,19), de rey (Lc. 23,2; Hch. 17,7; 1 Cor. 15,24; Apoc. 15,3), y de sacerdote (Heb. 2,17; etc.); cumplió todas las promesas mesiánicas en un sentido más alto y pleno del que enseñaban los maestros de las sinagogas.


Fuente: Maas, Anthony. "Origin of the Name of Jesus Christ." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/08374x.htm>.

Traducido por Armando Llaza Corrales. rc